Elementos tomados de IL MESSAGGERO y GLORIA NEWS.
Después de nueve años, el arzobispo Ettore Balestrero, nuncio apostólico en el Congo Belga, y su hermano Guido, promotor inmobiliario, llegaron a un acuerdo de culpabilidad en una investigación por lavado de dinero y evasión fiscal.
Como condición para desestimar los cargos, los fiscales de Génova piden la confiscación de 7 millones de euros (¡!).
El asunto comenzó en los años 90, cuando su padre Gerolamo administró un maxi contrabando de carne desde Argentina. Para llevar los beneficios a Italia, sus hijos utilizaron una compleja red de empresas offshore en Suiza e Islas Vírgenes Británicas.
El paso final se alcanzó cuando en septiembre de 2015 el arzobispo Balestrero, entonces nuncio apostólico en Colombia, hizo una “donación” de 4 millones de euros a su hermano en Italia, para reestructurar el balneario Lido en Génova.
La familia Balestrero está explicando el acuerdo de culpabilidad no como una admisión de culpabilidad, sino por “una dificultad para encontrar la documentación pertinente”.
A través de sus abogados, el arzobispo declaró que “no hubo lavado de dinero”, sino solamente una herencia aceptada “por adelantado”, añadiendo que «La elección de negociar se debe a diversas razones. Entre estas, tal vez la más sentida es recuperar la serenidad para la familia de mi hermano Guido y a mi condición eclesiástica. Esto me ha hecho ahorrar tiempo y energías para mi misión espiritual y, como sacerdote, siento la obligación de volver mi mente y mis deseos a mi misión y no al dinero».
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