Noticias tomadas de GLORIA NEWS.
1.º LA REACCIÓN TARDÍA E INOCUA DE LOS OBISPONES FRANCESES ANTE LA “CONSTITUCIONALIZACIÓN” DEL ABORTO.
Francia consignó el delito del aborto como “derecho constitucional” en una sesión conjunta del Parlamento ayer 4 de Marzo, después de que el Senado votara a favor de esta abominación en la noche del miércoles al jueves de la semana anterior con 267 votos a favor y 50 en contra. El régimen hará de la objeción de conciencia un “delito”.
La mayoría requerida de ⅗ en el Parlamento (512 votos) no fue más que una simple formalidad, porque fue aprobada con 780 votos. El presidente Emmanuel Macron Noguès proclamará la nueva constitución el 8 de Marzo.
La Conferencia Episcopal Francesa declaró el 29 de Febrero que el aborto es un atentado contra la vida desde el principio y que no puede considerarse desde el punto de vista de los derechos de las mujeres. Nadie los escucha porque su oposición al asesinato de niños ha sido tibia y sin convicción durante años.
«¿Dónde está el “Hay que salvar vidas”, que era el estribillo oficial [hipócrita] durante la covid? ¡Qué triste ver a todos estos torneros que navegan de vista, sin convicción, según los vientos electorales y las carteras ministeriales!?», preguntó François Marie Pierre Touvet Bazin, obispón de Fréjus-Tolón.
El ex arzobispon de París, Michel Christian Alain Aupetit Bâty, médico, escribió en Twitter: «El aborto [se impuso] en la Constitución. Se rechaza la cláusula de conciencia para los médicos. La ley prevalece sobre la conciencia. Francia ha tocado fondo. Se ha convertido en un Estado totalitario».
Él no habría escrito eso si todavía estuviera en el cargo. En Francia hay más de 200 cardenales, arzobispones y obispones vivos. Casi todos ellos permanecerán en silencio ante el crimen innombrable que el régimen de Macron está a punto de cometer.
«El aborto es parte de la salud pública». Esta perversión fue escrita por Isabelle de Gaulmyn Worbe en un editorial en “La Croix”, el diario de los obispones franceses.
De Gaulmyn es la editora en jefe del periódico. Comenta la decisión del régimen-parlamento francés de consagrar en la constitución del país el derecho a asesinar a los niños no nacidos, lo que implica una obligación legal del personal médico de participar en el crimen.
Sin escrúpulos, Isabelle de Gaulmyn argumenta como una abortista: «Nadie puede juzgar la decisión de una mujer de abortar». ¿Y qué hay del niño asesinado?
De Gaulmyn continúa: «Cualquier mujer que haya pasado por ello te dirá: el aborto no es algo que se haga a la ligera. Pero en los países donde el aborto está prohibido, estamos presenciando el regreso de prácticas de otra época, de desigualdades sociales, y la salud de las mujeres más pobres o más aisladas se pone demasiado a menudo en riesgo». ¿Se está quejando de que los delincuentes tienen una vida dura?
De Gaulmyn pierde su último vestigio de decencia y dignidad: «En este sentido, el aborto es parte de la salud pública, para evitar lo peor. Hay que reconocer que es la peor de todas».
Si los obispones franceses aceptan esto, ya no pueden preguntarse por qué la ira de Dios los está barriendo y arrojando a ellos y a su Iglesia al Infierno.
Los carteles de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París 2024 se dieron a conocer en el Museo de Orsay el 4 de Marzo. Fueron creados por un tal Ugo Gattoni.
Una composición de microelementos y pequeñas escenas de una versión utópica y de fantasía de París, que incluyen la Torre Eiffel, la Patrulla de Francia, el Metro, el Sena y el Arco del Triunfo. Lugares, monumentos y símbolos familiares son reorganizados y reinterpretados.
Lo más notable: La cruz en Los Inválidos en París, que alberga museos de historia militar, ha sido removida.
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