viernes, 15 de marzo de 2024

LOS OBISPONES EUROPEOS LLAMANDO A VOTAR POR EL “PROYECTO EUROPEO”

La Comisión de las Conferencias Episcopales de Europa (COMECE) publicó el 13 de Marzo la siguiente declaración:
  
Por un voto responsable que promueva los valores cristianos y el proyecto europeo
Declaración de los obispos de la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE) de cara a las próximas elecciones al Parlamento Europeo
   
Nosotros, obispos delegados de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea, llamamos a todos los ciudadanos, especialmente a los católicos, a prepararse y votar en las próximas elecciones europeas de junio de 2024. El proyecto europeo de una Europa unida en la diversidad, fuerte, democrática, libre, pacífica, próspera y justa es un proyecto que cosanmpartimos [sic] y del que nos sentimos responsables. Todos estamos llamados a expresar esto también emitiendo nuestros votos y eligiendo responsablemente a los miembros del Parlamento Europeo que representarán nuestros valores y trabajarán por el bien común en el próximo Parlamento Europeo.
   
El proyecto de integración europea nació de las cenizas de las terribles guerras que devastaron nuestro continente en el último siglo causando gran dolor, muertes y destrucción. Fue concebido con la intención de garantizar la paz, la libertad y la prosperidad. Esto se logró gracias al coraje y la previsión de personas que supieron superar enemistades históricas y crear algo nuevo que haría prácticamente imposible la guerra en nuestro continente en el futuro. Al principio, este proyecto era un proyecto económico, pero implicaba también una dimensión social y política y valores compartidos. Muchos de los padres fundadores de la Unión Europea eran católicos comprometidos que mantenían una firme creencia en la dignidad de cada ser humano y la importancia de la comunidad. Creemos que este proyecto, que comenzó hace más de 70 años, debe ser apoyado y llevado adelante.

Hoy en día, Europa y la Unión Europea atraviesan tiempos difíciles e inciertos, con una serie de crisis en los últimos años y cuestiones difíciles de afrontar en el futuro próximo, como guerras en Europa y en sus países vecinos, migración y asilo, cambio climático, creciente digitalización y el uso de la inteligencia artificial, el nuevo papel de Europa en el mundo, la ampliación de la Unión Europea y el cambio en los Tratados, etc. Para abordar estas cuestiones cruciales a la luz de los valores fundacionales de la Unión Europea y construir un futuro mejor para nosotros y las generaciones futuras, no sólo en Europa sino también en el mundo, necesitamos políticos valientes, competentes y motivados por valores que persigan honestamente el bien común. Es nuestra responsabilidad tomar la mejor decisión posible en las próximas elecciones.
   
Como cristianos debemos discernir bien por quién y por qué partido votar en este momento importante para el futuro de la Unión Europea. Así pues, hay que tener en cuenta factores que también pueden variar de un país a otro: por ejemplo, la posibilidad de elegir candidatos o solamente partidos, los programas electorales de los distintos partidos, los propios candidatos que se presentan... En estas cuestiones, las Conferencias Episcopales de cada Estado miembro pueden también ofrecer orientaciones útiles. Además, lo importante es que votemos por personas y partidos que apoyen claramente el proyecto europeo y que razonablemente pensemos que promoverán nuestros valores y nuestra idea de Europa, como el respeto y la promoción de la dignidad de cada persona humana, la solidaridad, la igualdad, la familia y el carácter sagrado de la vida, la democracia, la libertad, la subsidiariedad, el cuidado de nuestra “casa común”…. Sabemos que la Unión Europea no es perfecta y que muchas de sus propuestas políticas y legales no están en línea con los valores cristianos y con las expectativas de muchos de sus ciudadanos, pero creemos que estamos llamados a contribuir y mejorarla con las herramientas que la democracia nos ofrece.
   
Muchos jóvenes votarán por primera vez en las próximas elecciones, algunos de ellos con solo 16 años. Animamos encarecidamente a los jóvenes a ejercer su voto en las próximas elecciones europeas y así construir una Europa que asegure su futuro y haga justicia a sus verdaderas aspiraciones. También animamos a los jóvenes católicos europeos que sienten la vocación a involucrarse en política a seguir esta llamada, preparándose bien, tanto intelectual como moralmente, para contribuir al bien común con un espíritu de servicio a la comunidad. En un discurso frecuentemente citado pronunciado por Jacques Delors en Brujas el 17 de octubre de 1989 en el Colegio de Europa, el entonces presidente de la Comisión Europea se dirigió a los jóvenes estudiantes con las siguientes palabras: “Porque estáis siendo invitados a desempeñar vuestro papel en una aventura única, una que une a los pueblos y a las naciones para el bien, no para el mal”.
   
Como obispos europeos, hacemos nuestro este llamamiento a los jóvenes estudiantes y lo dirigimos a todos los ciudadanos europeos. ¡Comprometamos [sic] en el proyecto europeo, que es nuestro futuro, también votando responsablemente en las próximas elecciones!
   
Aprobado por los Obispos delegados de la COMECE:
✠ Mariano Crociata
Obispo de Latina (Italia), Presidente
    
✠ Antoine Hérouard
Arzobispo de Dijon (Francia), Primer Vicepresidente
    
✠Nuno Brás da Silva Martins
Obispo de Funchal (Portugal), Vicepresidente
    
✠ Czesław Kozon
Obispo de Copenhague (Escandinavia), Vicepresidente
    
✠ Rimantas Norvila
Obispo de Vilkaviškis (Lituania), Vicepresidente
    
✠ Lode Aerts
Obispo de Brujas (Bélgica)
    
✠ Virgilio Bercea
Obispo de Oradea Mare (Rumania)
     
✠ José Galea-Curmi
Obispo auxiliar de Malta
    
✠ Jozef Haľko
Obispo auxiliar de Bratislava (Eslovaquia)
    
✠ Teodoro C.M. Hoogenboom
Obispo auxiliar de Utrecht (Países Bajos)
    
✠ Antón Jamnik
Obispo auxiliar de Liubliana (Eslovenia)
    
✠ Philippe Jourdan
Administrador Apostólico de Estonia
    
✠ Andris Kravalis
Obispo auxiliar de Riga (Letonia)
    
✠ Juan Antonio Martínez Camino
Obispo auxiliar de Madrid (España)
     
✠ Gabor Mohos
Obispo auxiliar de Esztergom-Budapest (Hungría)
    
✠ Manuel Nin i Güell O.S.B.
Exarca Apostólico de Grecia
    
✠ Kieran O’Reilly
Arzobispo de Cashel y Emly (Irlanda)
    
✠ Franz-Josef Overbeck
Obispo de Essen (Alemania)
    
✠ Christo Proykov
Obispo de San Juan XXIII de Sofía (Bulgaria)
    
✠ Ivan Šaško
Obispo auxiliar de Zagreb (Croacia)
    
✠ Selim Jean Sfeir
Arzobispo de los maronitas en Chipre
    
✠ Janusz Bogusław Stepnowski
Obispo de Łomża (Polonia)
    
✠ Jan Vokál
Obispo de Hradec Králové (República Checa)
    
✠ Leo Wagener
Obispo auxiliar de Luxemburgo
     
✠ Ägidius Zsifkovics
Obispo de Eisenstadt (Austria)
La Unión Europea (a la que quieren erigirle como patrono a Robert Schuman) no representa los valores cristianos (de los que renegó en su carta fundacional), sino que defiende el aborto, la eutanasia, la ideología de género, el inmigracionismo y el globalismo, por lo que la declaración de la COMECE (cuya traducción oficial al español parece escrita con las patas) se contradice a sí misma, y se olvida que cuando la Iglesia se pone en transa con los poderes anticristianos, solo le espera un miserable y sonoro fracaso. Ahí están si no el “Ralliement” de Rampolla, el “Modus vivéndi” en el Méjico pos-Cristiada, y las “Ostpolitik” de Gasparri, Casaroli y Parolin.
   
De otra parte, el llamado a votar por quienes promuevan el “proyecto europeo” es sospechosamente parecido a la resolución adoptada diez años atrás por el Soberano Consejo de Gobierno y del Supremo Consejo del Grado 33º y último del Rito Escocés Antiguo y aceptado, y el Supremo Consejo Masónico de España:
Ante las elecciones europeas: participación activa y opción por la ‘república’ europea
Resolución adoptada por unanimidad en la reunión conjunta del Soberano Consejo de Gobierno y del Supremo Consejo del Grado 33º y último del Rito Escocés Antiguo y aceptado – Z∴ de Barcelona, 26 de abril de 2014, ratificada también por unanimidad en la Asamblea General del Supremo Consejo Masónico de España celebrada el mismo día.
   
El Supremo Consejo ha tomado en consideración la admonición de Jürgen Habermas de que es imprescindible conseguir más Europa. Ha compartido su análisis de que “sin el empuje de una vital formación de la voluntad por parte de una sociedad de ciudadanos movilizable más allá de las fronteras nacionales, al Ejecutivo de Bruselas, que a estas alturas se ha convertido en un organismo autorreferente, le faltan las fuerzas y el interés necesarios para regular de formas socialmente sostenibles a unos mercados que ya están entregados a sus espíritus animales”. Ha aceptado que el proyecto europeo común de fondo requiere transferencias económicas y responsabilidad solidaria entre los Estados miembros, así como una representación paritaria del Parlamento y del Consejo en la legislación, y una Comisión que responda ante ambas instituciones.
   
El Supremo Consejo ha tomado nota de que junto a una postura optimista como la descrita, se alzan otras, más pesimistas, como la de Paolo Flores d’Arcais, que destacan la existencia de un poder omnímodo de los mercados. Frente a esta situación, sin embargo Flores d’Arcais propone que el voto de los ciudadanos se ejerza con autonomía y conforme a las convicciones de cada cual, que sea un voto no sojuzgado ni sometido. Un voto en el que la soberanía de todos y de cada uno no haya sido hurtada o lobotomizada, un voto que se ejerza en condiciones tales que frene el aumento de los que se quedan en casa o votan en blanco o lo hacen por partidos explícitamente antidemocráticos. El Supremo Consejo comparte el criterio de que sólo en una sociedad en la que reinen de forma efectiva la libertad, la igualdad y la fraternidad, el voto ciudadano podrá reforzar a las instituciones europeas.
    
El Supremo Consejo hace suyas las palabras del diplomático Ignacio Pérez Caldente de que “Europa se encuentra en una encrucijada histórica. Se trata de una crisis económica, desde luego, pero también política e institucional y, en definitiva, de una crisis de confianza. Europa puede salir reforzada pero también puede estancarse y seguir aumentando la brecha entre los ciudadanos y las instituciones, nacionales y europeas que les representan. De la capacidad de los lideres e instituciones para explicar adecuadamente lo que está en juego dependerá que los ciudadanos recuperen la confianza en el proyecto europeo”.
    
En realidad, el Supremo Consejo cree que en Europa han de seguir equilibrándose las políticas de redistribución de la riqueza con el desarrollo de un verdadero pensamiento social europeo que sea el pilar de construcción de una república continental basada en los valores de la ciudadanía. La Europa que el Supremo Consejo desea fortalecer es la patria de los derechos humanos y el eje vertebrador es el principio de laicidad, que implica el fomento de la tolerancia y de la educación cívica con una clara finalidad emancipadora, puesta al servicio del libre desarrollo de la personalidad.
    
En méritos de cuanto antecede, el Supremo Consejo Masónico de España, Potencia Masónica Soberana, administradora de los Altos Grados Escoceses de los francmasones de la Gran Logia Simbólica Española, llama a sus conciudadanos:
(i) A votar en las próximas elecciones europeas del 25 de mayo de 2014, otorgando a su voto un significado activo de opción por el reforzamiento de la Unión Europea.
(ii) A la militancia activa en favor de la reforma institucional, en un sentido federal, de la Unión Europea que permita afrontar la mutualización de la deuda, la unión presupuestaria y tributaria y la unión bancaria, como eslabones de libertad y progreso.
Como dijo un filósofo, «SE LAS DEJO AHÍ…». 

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