miércoles, 30 de diciembre de 2015

EN COLOMBIA: CONSTRUYEN UN TEMPLO SATÁNICO

Noticia tomada de la RED IBEROAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE SECTAS (INFORIES)
   
En el departamento colombiano de Quindío han construido una “iglesia” de adoración al diablo, según informa Caracol Radio. Esta situación ha despertado la preocupación de las autoridades y algunos ciudadanos. Por otra parte, dicha infraestructura es objeto de vigilancia por parte de las autoridades.
 
Así es el templo satánico construído en Calarcá (Quindío)
  
Son los habitantes de la vereda El Aguacatal en Calarcá quienes más que preocupados están asustados, pues en una finca del sector construyeron el templo de adoración a Satanás, por lo que el comandante de la policía en esta parte del país, el coronel Ricardo Suarez, dijo que si bien Colombia es un país con libertad de culto y se deben respetar las creencias, generan temor las prácticas que en este templo se vayan a realizar.
  
“Las prácticas satánicas nos llaman la atención, pero vivimos en un país en el que se respeta la libertad de culto y, aunque venimos trabajando con nuestros hombres de inteligencia, lo único que podemos hacer es trabajar de la mano con las autoridades eclesiásticas”, indicó Suarez.
 
El uniformado señaló que lo único que se puede hacer es verificar y que se cumpla que el templo cuente con los permisos y documentos de funcionamiento, para lo que se está trabajando de la mano con la Iglesia católica.
 
“No adoramos a Satanás”
Por otra parte, Víctor Damián Rozo, creador de este centro de adoración a Lucifer en Quindío, habló en Blu Radio sobre él. Rozo aseguró que “hay que aclarar que nosotros no adoramos a Satanás ni hacemos sacrificios, nosotros veneramos a Lucifer, que para nosotros es nuestro dios, y eso no tiene absolutamente nada que ver con el demonio como creen algunos”.
  
Víctor Damián Rozo Villarreal, fundador de la Iglesia Ministerial Hijos de Lucifer, es hijo de un reconocido santero del Eje Cafetero colombiano y de una practicante de cartomancia. Ha amasado su fortuna mediante pactos con satanás (y estafando incautos, según muchas personas que trataron con él).

El dirigente del grupo, de 40 años, explicó que “nosotros no tenemos nada que ver con el diablo, simplemente adoramos a Lucifer, que es nuestro ángel de luz, que se rebeló ante el gran dictador que para nosotros es Dios”.

Dijo que los habitantes de la zona han “realizado varias protestas” porque “es obvio que en un país católico como Colombia no se acostumbren a algo como esto”. Afirmó que es la misma historia la que se ha encargado de “meterle en la cabeza a las personas que Lucifer es el demonio, pero eso no es cierto, él es un ser de luz”.

Agregó que “es una decisión personal ser luciferista, por ejemplo hay que ver cuánta gente ha muerto en nombre de Dios y cuánta en nombre de Lucifer”. El director de la iglesia luciferista en Colombia explicó que en los ritos que se hacen en el centro de adoración son de “agradecimiento con el ángel de luz por favores recibidos”.

Sobre la financiación del templo, Rozo reveló que fueron los aportes de los“adoradores alrededor del mundo” los que le permitieron la creación y mantenimiento de la iglesia que ha generado polémica en Quindío. Insistió en que en su iglesia no se comete ningún tipo de sacrificio ni humano ni animal, “en realidad muchas veces las autoridades han llegado para buscar la forma de cerrarnos pero todos nuestros papeles están al día y no tienen nada que hacer”. “Deberían intentar adorar a Lucifer y verán cómo les cambia la vida”, dijo Rozo.
  
COMENTARIO DE JORGE RONDÓN SANTOS
Jurídicamente hablando, en Colombia, la Ley de Libertad de Cultos (Ley 133 de 1994), que desarrolla el artículo 19 de la Constitución Política de Colombia, concede a todas las religiones y denominaciones libertad de establecer lugares de cultos y hacer proselitismo. Pero esto no es carta blanca para establecer en el país prácticas ocultistas y/o satánicas. 
  
Y si bien existen derechos, también son claras las responsabilidades. En el artículo 5° de la mencionada ley, se señala categóricamente: 
“No se incluyen dentro del ámbito de aplicación de la presente Ley las actividades relacionadas con el estudio y experimentación de los fenómenos psíquicos o parapsicológicos; el satanismo, las prácticas mágicas o supersticiosas o espiritistas u otras análogas ajenas a la religión”.
  
En todo caso, la Escritura y la Doctrina Católica dicen claramente que satanás el maldito vino para engañar, matar, hurtar y destruir eternamente a la humanidad creada a imagen y semejanza de Dios, en su odio contra la Divina Majestad. Para eso, el diablo ofrece bienes materiales, fama y poder. Pero el precio que pagar: LA CONDENACIÓN ETERNA. En cambio, Jesucristo ofrece la salvación eterna.
   
A modo de conclusión, nuestra advertencia y recomendación es de evitar el ocultismo y ofrecer actos de reparación por este enésimo caso de apostasía.

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