lunes, 31 de octubre de 2022

POEMA “Adsum”, SOBRE EL SACERDOCIO


Me llamaste, Señor, y yo te sigo
sabiendo que me llevas al Calvario;
mas, ¿tengo que temer, si voy contigo
los golpes furibundos del sicario?

Tú sufriste, Señor, que te burlaran,
que en tu rostro divino te escupieran,
que sin piedad tus carnes desgarraran,
y con lanza tu costado abrieran.

Si tú, que el Santo de los santos eres,
sufriste por los hombres ser clavado,
¿Cómo el discípulo anhelar placeres
podrá, Jesús, sin parecer menguado?

Que haya un Judas, Señor, que me traicione,
sin que ponga a mi vida ningún precio,
Un Caifás que mi existir cuestione
y sin leyes me juzgue como necio.

Que haya quienes me claven las espinas
y que mis carnes con furor destrocen;
que arrojen en mis rostros sus salivas
y que en mi angustia y mi dolor se gocen.

Que haya un pueblo también lleno de ingratos
y que después de haberle bendecido,
me lleve de una soga ante Pilatos
y mi muerte le pida enfurecido.

Que Pilatos pronuncie la sentencia,
para mí justamente merecida,
pues no tengo, Señor, esa inocencia 
que Tú mostraste en tu sagrada vida.

Y que al Calvario me conduzcan luego
y… si acaso vacilo ante la cruz,
no te alejes de mí, yo te lo ruego;
permanece a mi lado, buen Jesús. 

Mons. MOISÉS CARMONA RIVERA.

ENCUBRIMIENTO DE ABUSOS Y ABORTO FORZADO EN UNIVERSIDAD FRANCISCANA DE ESTADOS UNIDOS

Traducción del artículo publicado en CHURCH MILITANT. Advertimos que algunos detalles son demasiado gráficos, no aptos para personas demasiado impresionables, por lo que se recomienda discreción al lector.
  
DOCUMENTO ALEGA ENCUBRIMIENTO DE ABUSOS Y ABORTO FORZADO EN UNIVERSIDAD FRANCISCANA DE ESTADOS UNIDOS
Borrador filtrado detalla intentos para silenciar bajo presión a la víctima.
   

STEUBENVILLE, Ohio (ChurchMilitant.com) - Una demanda no presentada está acusando a la Universidad Franciscana de Steubenville (FUS) de encubrir abuso ritual, violación y aborto forzado en manos de su otrora capellán. Las acusaciones implican a su fallecido presidente fray Michael Scanlan y al actual presidente fray David Pivonka, entre otros.
   
De acuerdo al borrador filtrado de la demanda de 79 páginas obtenido por Church Militant, la víctima acusó a su abusador, el presbítero David Morrier, como también al presbítero Joseph Loizzo, al provincial Richard Davis y a la universidad, de presionarla a silencio cuando ella trató de reportar el abuso sufrido. Los presbíteros mencionados son todos franciscanos de la Tercera Orden Regular.
   
La demanda no presentada fue preparada como parte de las negociaciones a comienzo de año entre la víctima y la universidad. El arreglo, cuyos detalles permanecen confidenciales, fue conseguido en Julio.
    
El documento detalla en su totalidad la relación de la víctima con Morrier, ex capellán de la FUS y ministro de campus para la vida estudiantil, al cual conoció en 2007 cuando ella tenía 18 años de edad.
   
Morrier eventualmente se convertiría en su mentor espiritual, alentándola a afrontar sesiones de oraciones de liberación para sanarla del pasado trauma sexual trauma que le infligió su padre.
   
Según el borrador de la demanda, las sesiones de oración se hicieron cada vez más intensas e íntimas, mientras Morrier incitaba a la víctima a detallar su abuso sexual en términos explícitos.
  
«Mientras daba su relato, frecuentemente llorando, Morrier físicamente se movería cerca a la Demandante mientras ella relataba los detalles de sus asaltos sexuales, sosteniendo sus manos, y dándole de frente, abrazos largos», declara la demanda.
  
Las sesiones se tornaron sexuales
En 2010, la víctima fue llevada a Pittsburgh (Pensilvania) para afrontar un exorcismo:
«Un Clement Machado (que no era conocido para la Demandante en ese momento) ofició el exorcismo del 9 de Septiembre de 2010 en Pittsburgh, PA, y fue después identificado por Morrier como un “exorcista entrenado por Roma”
  
La Demandante fue requerida a quitarse sus ropas (excepto su camiseta y pantalones cortos como había sido la práctica con previos “Ministerios de Liberación” y exorcismos en Steubenville, OH), tanto que el grupo pudo ver las cortadas y cicatrices en su cuerpo — lo cual Morrier afirmó ser evidencia de posesión, y no solo la Demandante fue asperjada con agua bendita y “empapada, la Demandante fue también físicamente atada y sostenida por hombres asistentes, mientras Machado ponía un crucifijo bajo la camiseta de la Demandante en su pecho desnudo y detrás de su espalda, mientras la hacían recitar obscenidades sexuales (que también se hicieron rutinarias en sesiones de liberación y exorcismos en Steubenville, OH, por ende)».
Clement Machado
  
Church Militant informó sobre Machado en 2018, después que renunció abruptamente de su puesto en Memphis (Tennessee) luego de una investigación dirigida por el Vaticano. El artículo señaló que Machado «fue sujeto de una advertencia en 2016 publicada en el sitio web de la USCCB… sobe “numerosas quejas involucrando su conducta de exorcismos».
   
«Algunas quejas, por otra parte, involucraron la alegada práctica de Machado pre-Memphis de recoger grandes donativos para sostener su ministerio de exorcismos», continúa el reporte. «Algunos se quejaron que perpetró fraude financiero sobre individuos y familias».
   
La víctima afrontó tres exorcismos más en la FUS con Morrier, donde ocurrieron prácticas similares. Estas sesiones presuntamente incluyeron también al fallecido presidente de la FUS fray Michael Scanlan y miembros varones de la carismática Comunidad del Amor de Dios. Una de las sesiones fue presuntamente tan intenza que ella «golpeó su cabeza contra el muro mientras estaba atada» y «se creyó que había sufrido una conmoción cerebral».
   
Fray Michael Scanlan TOR († 2017)
  
Las sesiones entonces se volvieron privadas, con Morrier eventualmente pidiéndole a la víctima quitarse la ropa mientras él tocaría sus partes privadas, «diciéndole a la Demandante que este tocamiento es sanar esas partes de su cuerpo —las cuales tenían “agarraderas demoniacas” que “ayudaron” en su posesión de demonios».
   
«Durante las confesiones, Morrier frecuentemente se masturbaba mientras la Demandante relataba, una y otra vez, el pasado abuso por su padre», de acuerdo al borrador de la demanda.
   
Él eventualmente comenzaría a tener sexo con ella. «La Demandante había quedado bajo su control mental completo», señala el documento, llegando a revelar que a veces él la penetraría «usando un crucifijo».
   
La víctima niega que ninguna de las relaciones fueron consentidas.
   
En 2011, la víctima quedó embarazada por Morrier. Temiendo que la revelación «arruinaría su vida», él alegadamente la ordenó abortar, lo que hizo en Filadelfia una semana antes de la Navidad de 2011.
   
Presionada al silencio
La víctima buscó en confesión la ayuda del presbítero Scanlan en 2010, diciéndole que Morrier la había violado. Según la demanda,
«Scanlan puso su mano en el hombro de la Demandante, la dijo que él sabía que Morrier era un “hombre roto”, pero que era ella quien necesitaba practicar la “castidad emocional” en su relación con Morrier —implicando que no había nada erróneo con lo que Morrier estaba haciendo— e implicando que coinicidía totalmente que la Demandante estaba poseída por demonios».
El documento alega que la víctima entonces se dirigió al presidente de la FUS fray David Pivonka por ayuda, pero su respuesta a ella fue simplemente: «Rezaré por ti».
  
Después de un fallido intento de suicidio en 2013, ella fue al capellán universitario fray Shawn Roberson para detallar el abuso de Morrier. Roberson presuntamente la interrumpió  y dijo que fray Morrier tendría probablemente una historia diferente: «así que en lugar de sentarse a chismear, que es pecado, por qué no nos enfocamos en por qué estamos aquí, y eso es tú y tus problemas».
   
Dos días después, Morrier se encontró con la víctima y dijo «Ve y dile a alguien. ¿A quién le van a creer? ¿Al pobre sacerdote que está haciendo todo para ayudarte, o a la chica poseída?».
  
En Mayo de 2013, Morrier fue trasladado de Steubenville «por razones personales». Su orden afirma que desconocía en esa época cualquier alegación de mala conducta sexual.
   
Ese Noviembre, fray Loizzo escribió una carta a fray Davis detallando información sobre las sesiones de liberación de fray Morrier con la víctima, llamando a su ministerio una «secta» en la cual Morrier «la controlaba y coaccionaba a creer que estaba totalmente poseída cuando realmente no lo estaba».
   
Fray Richard Davis TOR
  
La  queja declara que, a pesar de confirmar el abuso psicológico infligido a la víctima (aunque ella no había reportado todavía el abuso sexual ni a Loizzo o Davis), ella supo que Morrier había sido nombrado vicario parroquial en una iglesia en Arlington (Texas) más tarde ese año.
   
No fue hasta la primavera de 2014 que la víctima reveló totalmente el abuso sexual por Morrier a Loizzo. Él presuntamente la aconsejó mantener esa información privada porque revelarla sería perjudicial para la FUS y para ella personalmente.
   
La universidad afirma que vetó a Morrier del campus en 2014.
   
Al año siguiente, la directiva la urgió a firmar un acuerdo de arreglo en el cual la institución accedía a proporcionarle apoyo financiero mientras ella accedía a guardar silencio sobre el abuso y no contratar un abogado.
   
El borrador de la demanda acusa a la directiva de aprovecharse de su vulnerabilidad psicológica para presionarla a firmar «el acuerdo de arreglo fraudulentamente inducido».
  
Acusación y Declaración de culpabilidad
El 7 de Abril de 2021, Morrier fue acusado por un gran jurado por un cargo de violación, y dos cargos de asalto sexual.
   
Casi un año después, el 12 de Marzo de 2022, fray Morrier se declaró culpable de asalto sexual a cambio de cinco años de libertad probatoria y ningún tiempo de cárcel. Se le requirió también registrarse de por vida como un delincuente sexual.
   
La víctima, que habló en el tribunal, estuvo de acuerdo con la declaración de culpabilidad porque su único deseo «era ser capaz de impedirle lastimar a alguien más».
   
Ella leyó su declaración de víctima de seis páginas en el tribunal, que incluía varias respuestestas que recibió cada vez que ella buscaba ayuda en la FUS:
  • «¿Entiendes que tendré que removerlo de su parroquia ahora?».
  • «Dios mira airadamente a las personas que causan escándalo».
  • «Es tu problema si no quieres perdonarlo».
  • «¿Qué será de su reputación?».
  • «¿Estás segura que esto no es sino guerra espiritual?».
  • «¿Has considerado lo que esto le hará a él?».
  • «Él sacrificó mucho por ti».
  • «Esto lo arruinará a él».
  • «¿Has tratado de perdonarlo?».
  • «Deberías estar avergonzada».
  • «¿Entiendes que él no podrá ministrar públicamente de nuevo?».
La universidad publicó una declaración en la época sobre la declaración de culpabilidad de Morrier: «Estamos mal, entristecidos y enojados por el daño que ha causado el padre Morrier. La Universidad ora por la paz y sanación de la víctima en su triste situación».
   
La declaración va a afirmar que «el Coordinador del Título IX [Enmienda Educativa de 1972 o Ley Patsy T. Mink de Igualdad de Oportunidades en Educación, que prohíbe la discriminación en las instituciones educativas que reciben fondos federales, N. del T.] de la Universidad fue primero notificado de las alegaciones de abuso sexual en 2015, luego del cual la Universidad se reunió con la víctima, la advirtió de su derecho a una investigación y resolución bajo la política del Título IX de la Universidad, y ofreció ayudarla en su denuncia a la policía».
   
La declaración omite cualquier mención de la directiva escolar siendo hecha consciente del abuso del presbítero Morrier en 2013, como la víctima informó. La declaración también parece contradecir su propia afirmación que la escuela vetó a Morrier en 2014.
   
Los Frailes Franciscanos de la Tercera Orden Regular, Provincia del Sagrado Corazón, también publicaron un comunicado señalando que desde 2015, Morrier «ha residido en la locación de retiro de la Provincia, donde ha estado supervisado y no se le permitió involucrarse en el ministerio público».
  
En respuesta a una solicitud de comentario, la Universidad Franciscana escribió: «El Acuerdo de Arreglo es confidencial, por acuerdo de las partes, y no haremos más comentarios fuera de la declaración en el Informe de Revisión Histórica, que está disponible aquí».

AGENCIAS DE MEDICAMENTOS, PAGADAS POR LAS FARMACÉUTICAS

Traducción de la noticia publicada en TRANSPARENZTEST (Alemania).
  
¿CUÁL ES LA INDEPENDENCIA DE LA EMA? EL 86% DEL PRESUPUESTO DE LA EMA PROVIENE DE LOS HONORARIOS DE LAS COMPAÑÍAS FARMACÉUTICAS

La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) acabó de aprobar el 23 de Octubre la vacuna Covid para bebés mayores de 6 meses. Con ello se ha reducido también el último umbral de inhibición en relación con el grupo de edad.
   
Esto ha vuelto a plantear dudas sobre la independencia de la EMA en la toma de decisiones sobre autorizaciones.
   
¿Que independiente es realmente la EMA?
   
Sorpresa en la financiación de la EMA
Muchos ciudadanos consideran que la EMA es una autoridad de la UE y está totalmente financiada por ella. Pero ni mucho menos – esto no se corresponde con los hechos:
   
Transparenztest.de, Presupuesto anual de financiación de la EMA 2022 según acciones, 22 de Octubre de 2022
 
Según el actual presupuesto anual 2022 de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), el 86% proviene directamente de las tasas de la industria farmacéutica. Solo el 13% procede de la UE. Sólo el 1% procede de otras fuentes. Por tanto, la EMA se financia en gran medida por empresas farmacéuticas. Contrariamente a la idea general de una Autoridad Farmacéutica independiente dirigida por la UE, la EMA resulta más bien dependiente de los pagos y tarifas de las empresas farmacéuticas.
 
 
La cuestión es: ¿qué pasa con la independencia en el ámbito del control de la seguridad de los medicamentos y las vacunas?

Y no sólo la financiación plantea interrogantes: Emer Cooke, una ex representante de la industria farmacéutica por muchos años fue nombrada a la cabeza de la EMA justo en el momento de la campaña de vacunación de Covid. ¿Hasta qué punto cabe esperar que las decisiones sean independientes y neutras para los consumidores finales?
    
Según el presupuesto actual de EMA 2022, el 86%, ó 358 de los 417 millones de euros provienen directamente de las tasas y cargos de la industria farmacéutica. Solo el 13 % proviene de la propia UE, solo el 1 % proviene de otras fuentes. Por lo tanto, la EMA está financiada predominantemente por las propias compañías farmacéuticas.
  
A modo de comparación: en 2019 antes de Corona, 294 de los 340 millones de euros del presupuesto total provinieron de la industria farmacéutica. Como resultado, las farmacéuticas aportaron 64 millones adicionales en 2022 respecto a 2019.
  
«La agencia cobra tarifas por solicitudes de autorización de comercialización, tarifas de variación y tarifas anuales para medicamentos aprobados».
  
«Incluso las medidas de farmacovigilancia llevadas a cabo a nivel de la UE para medicamentos de uso humano se financian con las tasas que pagan los titulares de las autorizaciones de comercialización».
  
El número de solicitudes de aprobación, el apoyo en la fase previa y posterior a la aprobación y el seguimiento posterior a la aprobación, que depende del plazo del producto, contribuyen directa y significativamente al monto de la facturación anual de EMA.
  
Conflicto de intereses relacionado con el modelo de negocio
Ahora surge la pregunta de en qué medida esto tiene un impacto en el número de aprobaciones. En qué medida puede derivarse de ello una dependencia entre las empresas farmacéuticas que presentan la solicitud y la EMA. Una cosa es cierta: cuantos más medicamentos se aprueban y ponen en circulación, más se incurre en tarifas para el control y seguimiento farmacéutico, que dependen de la vida útil del producto. Obviamente, esto crea un conflicto de interés en el diseño.
  
Debido al día a día del negocio y la estrecha cooperación entre la compañía farmacéutica y la autoridad reguladora, también existe una fuerte conexión con la industria farmacéutica en términos de tiempo, en contraste con la conexión con los consumidores finales.
  
Emer Cooke, directora de la EMA, fue anteriormente jefe del grupo de presión más grande de Europa para la industria farmacéutica.
  
     
La organización de medios Politico confirma: «Ella también trabajó en el lobby farmacéutico europeo EFPIA».
  
El portal alemán de noticias de negocios escribe en el título del artículo:
«La directora de la UE para la aprobación de vacunas era una cabildera farmacéutica».
La siguiente entrada sobre la EFPIA se puede encontrar en Lobbypedia:
«La Federación Europea de Industrias y Asociaciones Farmacéuticas (EFPIA) es la organización paraguas europea de la industria farmacéutica, cuyos miembros son 37 asociaciones nacionales y 38 compañías farmacéuticas líderes, así como 17 pequeñas y medianas empresas. También está la asociación profesional Vacunas Europa (VE) y 35 socios en el área de Investigación. Entre los miembros alemanes se encuentra la Asociación de Forschender Arzneimittelmanhrt (VfA).
   
EFPIA es la organización de cabildeo más importante de la industria farmacéutica europea con los gastos de cabildeo más altos, la mayoría de los contactos con la UE y varias agencias de cabildeo involucradas. También es socio de programas de investigación de la UE como la Iniciativa de Medicamentos de Innovación (IMI), La mayor asociación público-privada de Europa».
  
Las siguientes compañías farmacéuticas figuran en el sitio web de EFPIA el 19 de octubre de 2022.
   

Los fabricantes de vacunas Covid Pfizer, Johnson & Johnson, Astrazeneca y Sanofi son miembros de la Federación Europea de Industrias Farmacéuticas EFPIA.
  
Según el sitio web de la EMA, Emer Cooke trabajó para EFPIA de 1992 a 1995 y a tiempo parcial de 1996 a 1998.
  
Antes de asumir su cargo actual, fue directora de actividades regulatorias relacionadas con dispositivos médicos en la OMS en Ginebra desde noviembre de 2016 hasta noviembre de 2020. Este puesto en la OMS tampoco está libre de influencias farmacéuticas. Esta influencia solo se da con la Fundación Bill & Melinda Gates como segundo mayor donante de la OMS.
  
Emer Cooke ha sido la Directora Ejecutiva responsable de la EMA desde el 16 de noviembre de 2021. Este momento coincide casi simultáneamente con el inicio de la campaña de vacunación contra el Covid.
 
Tareas de la EMA
La EMA describe sus tareas en su sitio web de la siguiente manera:
«La Agencia Europea del Medicamento (EMA) es una agencia descentralizada de la Unión Europea (UE) responsable de la evaluación científica, la supervisión y el seguimiento de la seguridad de los medicamentos en la UE.
  
EMA se creó en 1995 para armonizar el trabajo de los reguladores nacionales de medicamentos existentes. Con la creación del Comité de Farmacovigilancia y Evaluación de Riesgos (PRAC) en 2012, EMA comenzó a desempeñar un papel aún más importante en la supervisión de la seguridad de los medicamentos en Europa en todo el mundo.
  
Las tasas y cargos se deben a la "vida útil" de los productos puestos en el mercado para las áreas de "evaluación científica", "asesoramiento", "apoyo antes y después de la aprobación", "seguimiento", "farmacovigilancia" y "evaluación de riesgos". .
  
Cuantos más productos, más tarifas se cobran a lo largo de toda la cadena de monitoreo».
 
Resumen de la prueba de transparencia
Con la aprobación sorprendentemente rápida de la vacuna contra el Covid para bebés a partir de los 6 meses, la EMA ha bajado el último umbral de inhibición.
 
Aprobación rápida con pocos y cuestionables datos
La aprobación llegó sorprendentemente rápido y se basa en pocos datos. Además, los datos se refieren únicamente a la determinación del título de anticuerpos y no hacen ninguna declaración sobre su importancia clínica. Los estándares de aprobación una vez más se redujeron críticamente. No hubo estudios clínicos aleatorizados de aprobación con bebés/niños que vayan más allá del registro de valores de laboratorio en forma de títulos de anticuerpos y, por lo tanto, no puedan tenerse en cuenta.
  
Esto nuevamente plantea preguntas fundamentales sobre la independencia de la toma de decisiones de la EMA.
   
Conflicto de intereses relacionado con el modelo de negocio
Las tarifas por las solicitudes de aprobación, las tarifas por apoyo en la fase previa y posterior a la aprobación y las tarifas por el seguimiento continuo posterior del producto después de la aprobación contribuyen directa y significativamente a la facturación anual de la EMA.
  
Esto crea un conflicto de intereses sistémico: cuantos más medicamentos se aprueban y ponen en circulación, se incurre en más tarifas, especialmente para el control y seguimiento farmacéutico de por vida. En lengua vernácula se dice
 «No muerdes la mano que te da de comer».
La sustitución de un lobista farmacéutico desde hace mucho tiempo al frente de la EMA -justo a tiempo para la aprobación y el inicio de la vacunación- es sospechosa y extremadamente desafortunada.
   
En vista de estas dependencias financieras y personales obvias de la EMA, la falta de reacciones de la EMA (ninguna publicación de los resultados de los análisis de señales de advertencia) en vista del número desproporcionadamente alto, absoluto y relativamente, de los efectos secundarios informados de la vacuna Covid puede también ser entendido.
  
Los 2 036.307 informes personales de efectos secundarios ADR de las vacunas Covid durante un período de aproximadamente 20 meses ya representan más del 110 % de los 1 821.211  informes de efectos secundarios ADR de las 5042 sustancias de medicamentos / vacunas enumeradas allí en 2020 .
  
Los grandes sistemas de seguimiento como WHO VigiAccess, EMA EudraVigilance o US VAERS todavía funcionan a medias a la hora de informar. Sin embargo, es probable que las cifras sean cualquier cosa menos completas.
   
A más tardar cuando se procesan los informes de casos de ADR, no parece ser correcto. Obviamente no pasa nada. Claramente, las señales de advertencia están siendo ignoradas. Para este propósito, se aprueban y abren para el mercado más vacunas contra el Covid casi sin datos clínicos comprensibles y suficientes.
  • ¿Por qué la EMA no está totalmente financiada por la UE?
  • ¿Por qué se puso al frente de la EMA a una ex lobbista farmacéutica en el momento de la aprobación y el inicio de la campaña de vacunación?
  • ¿Quién controla la independencia real de los tomadores de decisiones y los miembros de la junta?
  • ¿Quién controla la información en las declaraciones de intereses de los responsables?
  • ¿Quién controla las definiciones de independencia (¿un período de 3 años es suficiente?)?
  • ¿Quién comprueba la eficacia de los mecanismos de control para garantizar la independencia y transparencia en la EMA?

EL PROBLEMA DE LAS REVELACIONES PRIVADAS

«Las revelaciones privadas son inciertas, dudosas y fluidas, y es muy difícil discernir dónde termina la revelación y dónde comienza la interpretación humana» (Cf. P. VINCENT CONTENSON OP, Theología mentis et cordis, tomo II, lib. VIII, disertación 2.ª, cap. I, especulación 2.ª, París, éd. Louis Vivès, 1875. En P. RÉGINALD GARRIGOU-LAGRANGE OP, La Divina Revelación: La enseñanza de la Fe Católica, vol. I, cap. IV “La Definición y División de la Revelación”, art. 1, § 2).

DE LA MISMA DIÓCESIS DE MONTINI, EL “CURA FISICOCULTURISTA”

Noticia tomada de GLORIA NEWS.
   

El presbítero Giuseppe Fusari nació el 5 de Diciembre de 1966, “instalado” presbítero el 8 de Junio de 1991 y es desde 2019 presbítero colaborador en la parroquia de San Pedro y San Pablo en Volta Bresciana (diócesis de Brescia, Italia).

Fusari también enseña Historia del Arte Italiano en la Universidad Católica del Sagrado Corazón en Brescia y es director del Museo Diocesano.

Él también está presente en Instagram bajo el nombre @FiT.priest. MessaInLatino descubrió que es campeón fisicoculturista con dos medallas de oro en el Campeonato Nacional de 2021 [Por razones de modestia nos abstenemos de publicar la fotografía original, N. del E.].

«Un presbítero que nutre la mente con estudio e historia del arte y forja el cuerpo con gimnasio y físicoculturismo buscando un equilibrio tal vez posible», escribe Fusari de sí mismo.

Si hubiera celebrado la Santa Misa y defendido la doctrina católica, habría sido removido hace mucho tiempo.
 

EL ÓBOLO SE USÓ PARA PAGAR ABOGADOS EN CASOS DE ABUSO CLERICAL

Noticia tomada de INFOVATICANA.
  

El Óbolo de San Pedro es el fondo procedente de donaciones de fieles sobre el que solo el Papa tiene absoluta libertad para decidir cómo se gasta. Tradicionalmente se destina a obras de caridad, pero durante el juicio contra el cardenal Becciu un alto funcionario vaticano revela que se usó para pagar a un abogado en un caso de abusos sexuales clericales en Estados Unidos.
    
Se recauda anualmente para que el Papa lo destine a caridad, pero se ha usado para pagar al abogado que defendió a la Iglesia católica en los casos de abusos en Estados Unidos, ha declarado un funcionario de la Secretaría de Estado vaticana durante el juicio que se lleva a cabo en el Estado Vaticano por la inversión irregular en un edificio de lujo en Londres, informa Europa Press.
    
El funcionario en cuestión no es otro que el contable de la Oficina Administrativa de la Secretaría de Estado del Vaticano, Fabrizio Giachetta, llamado a declarar ante el tribunal del Vaticano en calidad de testigo por la defensa legal de otro de los acusados, el broker Gianluigi Torzi, a quien el Vaticano acusa de haberle engañado en la compraventa del inmueble en la que ejerció de intermediario y que acabó consiguiendo una comisión de 15 millones de euros por devolver el edificio a la Santa Sede como legítima propietaria.
    
Preguntado específicamente si para pagar las facturas del abogado estadounidense Jeffrey Lena, que ha asistido a la Santa Sede en casos judiciales de pederastia en Estados Unidos, se usaron esos fondos ha contestado: «A veces sí, a veces no». En cuanto a la cuantía de la suma que se pagó, que según la defensa de Torzi ascendería a 1,5 millones de euros, Giachetta la calificó de «cifra plausible».
    
Asimismo, Giachetta también ha afirmado que en el pasado los fondos del Óbolo de San Pedro también se usaron para cubrir las pérdidas presupuestarias de la Santa Sede. No obstante, el testigo ha dejado claro que para «utilizar el óbolo con este fin, se requería siempre la autorización del Papa».
  
«La Secretaría de Estado no tiene dinero propio. La Secretaría de Estado gestiona los fondos, incluido el Óbolo de San Pedro. Hace muchos años, cuando surgía una pérdida presupuestaria, se hacía una nota al Santo Padre, que autorizaba el uso de los fondos del Obolo. Esto se debe a que es el único fondo del que el Santo Padre puede disponer libremente: los demás tienen una finalidad específica y no pueden utilizarse fuera de ella», aseguró en sede judicial.

domingo, 30 de octubre de 2022

1898, EL HITO DE LA TRAICIÓN A ESPAÑA

Noticia tomada de EL CORREO DE ESPAÑA.
  
CESÁREO JARABO JORDÁN ANALIZA EN PROFUNDIDAD SU OBRA 1898. Un hito en la gran traición (SND)
Por Javier Navascués Pérez
    

Cesáreo Jarabo Jordán. 30 de Diciembre de 1953 en Cuenca (España peninsular). Licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación. Estudios cursados en la Universidad de Barcelona. Autor de varias investigaciones históricas: Los Campamentos del Frente de JuventudesEl Aprendiz de Quijote. Ensayo sobre Don Quijote de la ManchaEl Primero de los Insurgentes. Historia novelada de Omar Ben HafsunEl arrianismo a través de los tiemposLos Cátaros, Priscilianismo, Inquisición, Genocidio (Estudio sobre el Tribunal de la Inquisición y exposición de los principales genocidios cometidos en el mundo)Nada en Común. Un repaso novelado a la Historia de España desde 1953 (año de mi nacimiento) con un poco de futuro ficción hasta 2016La piratería en el Pacífico y su relación con el Tribunal de la Santa Inquisición de Lima (en colaboración con el Dr. D. Sebastián I. Donoso Bustamante); Movimientos centrífugos en España: Sertorio, Paulo, La Revuelta Comunera, Antonio Pérez, La Crisis del siglo XVII, Guerra de SucesiónLa conquista británica de España: sobre los Procesos Secesionistas en AméricaEl Cantonalismo1898. Un hito en la gran traiciónLa esclavitud en el mundoEl terrorismo en fechas; La Monarquía Hispánica y la integración de los indios; y España bajo el poder árabe.

En esta ocasión analiza en profundidad su obra 1898. Un hito en la gran traición (SND).
  
España vivió en Cuba y Filipinas en el siglo XIX tres guerras contra insurgentes de alta intensidad que marcaron a la sociedad española de la época. En el caso de la guerrilla cubana fue esencial la ayuda que recibían desde Estados Unidos. ¿Cómo fue posible ese fenómeno?
Ya en los postreros momentos de Carlos II, España estaba siendo subastada entre Francia, Inglaterra y el imperio Austro Húngaro.
   
España estaba sentenciada a muerte por los intereses europeos. El cómo y el cuándo dependería de varias circunstancias. Ya en el Tratado de Utrecht firmado en 1713, España, aparte de ser mutilada en Europa, se vio obligada a firmar el Tratado del Asiento, por el que permitía a Inglaterra introducir esclavos en América.
   
En los primeros años del siglo XIX, y como extensión del plan Pitt británico, enviaron a los agentes americanos Pilke, Lewís y Craik a que recorrieran México, Cuba y Puerto Rico, predicando las doctrinas de Jacobo Monroe y tomando datos relativos a su riqueza, comercio, defensa de sus puertos y elementos de guerra.
   
En 1849, Narciso López organizó desde los EEUU una invasión que había sido preparada el año anterior por filibusteros usenses e ingleses, mientras el gobierno de los EEUU anunciaba sanciones para quienes llevasen a cabo tal actuación… pero todo hace indicar que eso era pura diplomacia.
    
Pero en esas fechas el presidente Taylor manifestaba que toda ley humana o divina justificaba que los EEUU liberasen a Cuba de España.
    
Las presiones se multiplicaban, y los insultos también, y ya en 1868, los EEUU se ofrecieron a José Morales Lemus, reconocido como representante de los separatistas, a quien facilitaban el trasiego filibustero.
    
Y el 5 de abril, Henry Clay consiguió que se votase una moción que anunciaba el reconocimiento de la independencia de Cuba.
    
A finales de 1868, Céspedes y los rebeldes de Oriente habían constituido una república y habían nombrado un Parlamento rebelde. Paralelamente, las campañas separatistas llevadas a cabo en los Estados Unidos estaban a la orden del día, llegando a constituirse secciones de los partidos anexionistas y separatistas que, contando con desertores cubanos que eran presentados como víctimas, llevaban a efecto, de forma descarada, recluta de filibusteros.
    
Para 1872 los mambises contaban con 1500 unidades mal armadas. En 1875 era 8000, y estaban bien pertrechados, y todo gracias a la ayuda proveniente de los Estados Unidos, que entre 1868 y 1872 se cifró en 22 expediciones marítimas, de las que nueve fueron intervenidas por los guardacostas españoles.
    
¿Por qué Cuba, Puerto Rico y Filipinas se mantuvieron al margen de las independencias de la América continental hispánica en la década de 1820?
El asunto de Cuba está presente en el Acta de París de 1797, firmada por José del Pozo y Sucre, Francisco Miranda y Pablo de Olavide, donde, entre otras cuestiones no menos graves, se garantizaba a los EEUU la posesión de las dos Floridas y de Luisiana a cambio de un cuerpo auxiliar de 5.000 hombres de infantería y 2.000 de caballería que prestarían sus servicios en las guerras separatistas.
    
En el artículo Once de esa misma Acta surge la figura de Cuba, en la que se marca que sería la única isla que permanecería bajo el control de la “América Meridional”, siendo que las otras islas de Puerto Rico, Trinidad y Margarita, por las cuales la América Meridional no tiene interés directo, podrán ser ocupadas por sus aliados, la Inglaterra y los Estados Unidos, que sacarán de ellas provechos considerables… Y se regalaba Panamá.
   
Pero es que ese proyecto, barajado ampliamente por Bolívar y los otros agentes británicos era algo que dividía a los ingleses. Las propuestas de Miranda serían atendidas por Inglaterra en lo que a Inglaterra conviniese, y como sea que Inglaterra y los EEUU tenían sobre la mesa su propio proyecto, diferían en torno a quién de los dos controlaría esos territorios de forma directa, no como en el continente a través de gobiernos títere.
    
Los intereses de Inglaterra señalaban que la expansión por el Caribe y por el Pacífico correspondería a los Estados Unidos. El modo de cómo llevarlo a efecto correspondería decidirlo a éstos.
    
Era manifiesto que Cuba y Puerto Rico, por su situación geográfica, debían caer en la órbita inglesa llevada desde América, pero no desde Inglaterra.
    
Siendo así, el 15 de marzo de 1826, Adams dijo en el Congreso de los EEUU que el control de las islas no podría estar en manos de una potencia europea, y por supuesto no permitirían que fuesen controladas por otros. Preferían que, de momento, continuasen ligadas a España.

¿Qué fue la Guerra de los Diez Años?
En 1868 cuando, coincidiendo con la revolución “gloriosa” dio comienzo la Guerra de los Diez Años, o Guerra Grande, y con la gestación y desarrollo del filibusterismo. Fue precedida por la revuelta en Puerto Rico, que tuvo bastante menor incidencia: la conocida como “el grito de Lares”, por el nombre de un pequeño pueblo donde se produjo el 23 de septiembre.
    
Daría comienzo con el conocido como “grito de Yara”, que encontró apoyo en las provincias de Camagüey y Oriente, y se iniciaría con el asesinato de un recaudador de impuestos.
    
Fue precedida del Manifiesto de Manzanillo, que denunciaba un exceso de “empleados hambrientos” provenientes de la península, así como la conculcación de los derechos de los cubanos.
    
Los rebeldes se instalaron en Bayazo, donde resistieron el ataque de los destacamentos que procuraban su recuperación.
    
A partir del 10 de octubre de 1868, se produjo una sucesión de hechos: La insurrección de La Demajagua, la escaramuza de Yara, el alzamiento en diversos puntos de Oriente y la toma de Jiguaní, Baire y otros lugares, la marcha de Carlos Manuel de Céspedes sobre Barrancas y Bayamo, que fue ocupada por los insurrectos al rendirse el gobernador, coronel Julián Udaeta. La guerra se generalizó, los rebeldes habían constituido un parlamento… mientras el capitán general Lersundi quitaba hierro al asunto.
    
Los periódicos predicaban descaradamente doctrinas separatistas; la enseñanza pública estaba copada por los separatistas, y la propaganda en el mismo sentido era el pan nuestro de cada día en todos los ámbitos, laborales, de recreo, familiares…
    
El general Lersundi fue sustituido por el general Dulce, que acabaría siendo apresado por los patriotas y deportado a la península merced, ambos casos, a la inoperatividad que demostraban. Aún así, las acciones de los mambises se veían limitadas a pequeñas acciones, que podían llevar a cabo meced al apoyo que les llegaba de los EE.UU.
  
Pero la jaula de grillos de la península garantizaba su subsistencia. Primero la llegada de Amadeo de Saboya; luego el caso del Virginius y el fusilamiento de 54 filibusteros; y lo más humillante, el sometimiento manifiesto a los EEUU manifestado en el saludo impuesto a la bandera de los EEUU.
    
En 1875 las tropas separatistas de Gómez y de Maceo eran rechazadas por la población, en 1876 y 1877 grandes contingentes de insurrectos entregaban las armas… y en 1877 era destituido Céspedes por los propios separatistas.
    
El 10 de febrero de 1878, con la paz de Zanjón, se dio fin a la Guerra de los Diez años de Cuba.
   
¿Qué se consiguió con la guerra de los diez años? Los separatistas, nada, sino muertos y heridos; el ejército, lo mismo.
   
Un historiador inglés como Hugh Thomas ha reconocido que la Cuba española era incomparablemente más próspera y rica que las colonias británicas del Caribe como Jamaica y que tenía mayor libertad política. ¿Por qué no son más conocidas este tipo de opiniones?
Esa realidad no es propia sólo de Cuba, sino de toda América. En el mundo no existían ciudades más desarrolladas que Lima y México. La cultura, la sanidad y la riqueza eran de primer orden.
    
Pero España es colonia británica desde 1808, y el resto de la Hispanidad perfeccionó esa realidad en la batalla de Ayacucho. Creo que está respondida la pregunta.

¿Por qué estalló una nueva guerra en Cuba en 1895?
Al terminar la Guerra Chiquita, los cabecillas separatistas Máximo Gómez y Antonio Maceo huyeron (con el apoyo de las autoridades españolas) a Sur América, de donde se trasladaron a los Estados Unidos para recabar ayudas.
    
Desde allí continuarían una guerra de insidias cuyo reflejo, durante los siguientes quinte años, carecería de mucha importancia, si bien mantenía la inestabilidad.
    
En enero de 1895 se había recrudecido esa inestabilidad, mientras el gobierno español continuaba con un empacho de legalidad que lo hacía inoperativo, como ya era costumbre a lo largo de todo el siglo.
    
El 23 de febrero de 1895, coincidiendo con un cambio de gobierno en Madrid, nuevamente presidido por Cánovas, comenzó la guerra separatista en Cuba, cuando los jefes rebeldes Bartolomé Massó, Antonio López, Amador Guerra, Santos Pérez Colona, Manrara, Miró, Rabí, Juan Gualberto Gómez, Martí y otros se sublevaron en el pequeño pueblo de Baire.
    
El acto pasaría a la historia como “el Grito de Baire”, que realmente significó un levantamiento simultáneo en 35 localidades mediante partidas que se organizaron, se armaron y fueron sostenidas por los Estados Unidos, que dio un fuerte apoyo logístico.
    
La guerra había vuelto a estallar gracias al impulso de José Martí que supo organizar la insurrección desde Estados Unidos y superar las rencillas heredadas de la derrota anterior, sumando a Máximo Gómez y Antonio Maceo como principales dirigentes militares, siendo encargada su represión al general Martínez Campos, que tomaría posesión el 28 de marzo de 1895.

Personajes como José Martí, Maceo, Máximo Gómez, ¿estaban a sueldo de Washington?
Ese es un asunto que personalmente no he podido demostrar, pero es algo que se puede intuir si atendemos al enorme apoyo que recibieron, materializado en constantes envíos de embarcaciones cargadas de filibusteros y armamento.
    
Dado el poder económico de los responsables, y manifiesto el desapego por parte de la población, es plausible determinar que, como en el caso de los “libertadores” del continente, cuya financiación por parte de Inglaterra sí está suficientemente documentada, también el separatismo cubano estuviese subvencionado económicamente, en este caso por los Estados Unidos… y por qué no, también por la misma Inglaterra, máxime si tenemos en cuenta la aplicación del principio de “tierra quemada”, que tanto convenía a sus presumidos financiadores.
    
Estados Unidos siempre había querido controlar Cuba y arrebatársela a España, ¿no es así?
El presidente Jefferson, ya en noviembre de 1805, dijo al ministro británico que Estados Unidos podría apoderarse de Cuba en caso de guerra con España. Consideraba que, en caso de guerra, sucesivamente Florida Oriental y Occidental y la isla de Cuba serían conquista fácil para Estados Unidos.
    
En 1809 el mismo Jefferson manifestaba a Madison que Cuba era un objetivo de anexión; en 1820 se vendió Florida… y la posesión de Cuba se mostró necesaria para los intereses usenses, siendo que en 1822 un grupo de plantadores ofreció Cuba a los EEUU.
   
Thomas Jefferson afirmó: «Confieso francamente que siempre he visto en Cuba la más interesante adición que se puede hacer a nuestro sistema de estados».
    
En 1822 ya era cuestión primordial para los presidentes Adams, Clay y Monroe la anexión de Cuba, y en 1823 el futuro presidente John Quincy Adams (1825-1829) sostenía que la anexión de Cuba a los Estados Unidos era fundamental.
    
En 1843, el secretario de Estado norteamericano Buchanan (el presidente por entonces era Harrison) encargó al embajador en Madrid, Saunders, la compra de la Isla por 50 millones de dólares, Espartero se limitó a no responder a la demanda.
    
En 1846-1848 se produjo la guerra de Estados Unidos contra México. El tratado de Guadalupe Hidalgo mutiló California y Nuevo México, y el senador Mr. Yule propuso a la Cámara la compra de la Isla.
   
El 17 de junio de 1848, cuando la mayor parte de las naciones de Europa sufrían tremendas convulsiones revolucionarias, y en España esas mismas convulsiones alcanzaban niveles de esperpento, el delegado usense en Madrid, M. Saunders, ofreció 100 millones de dólares por Cuba.
    
En la época presidencial de Taylor, en 1849, se presentó una moción al senado usense pretendiendo la anexión, y en Cuba, el general Sherman era obsequiado con banquetes en los que se brindaba por la anexión.
    
Narciso López, por su parte, se dedicó a preparar una expedición para la que procedió a la apertura de suscripciones y financiación. Como resultado de estas gestiones les fue ofrecido el mayor Robert E. Lee para la dirección de la invasión, que acabó en fracaso.
    
En 1854, se reunieron en Ostende los embajadores de los Estados Unidos pusieron encima de la mesa la cuestión de Cuba, su compra o la posibilidad de provocar un enfrentamiento armado.
    
En 1857 los EE UU intentaron, por tercera vez, la compra de Cuba, aprovechando el endeudamiento exterior sufrido por España, y mediante la compra de políticos españoles.
    
En 1859, la Comisión de Negocios Extranjeros del Senado usense emitió un informe en el que señalaba la importancia que tenía para los Estados Unidos la adquisición de Cuba.
    
En 1868 La Junta de cubanos de Nueva York, encabezada por Morales y Miguel Aldama, acordaron con los EE. UU. ofrecer al gobierno español cien millones de dólares. De las gestiones se encargó Paul Forbes, que encontró buena disposición en Prim. Mientras, la prensa peninsular exigía el abandono de Cuba.
    
En 1896 Tomás Estrada Palma acordó con la compañía usense Christy and Janney, representada por Samuel Janney y John J. McCook, un contrato mediante el cual gestionarían la compra de la Isla de Cuba a España en nombre de los separatistas.
    
A finales de 1897 el presidente usense había prometido que no intervendría en Cuba si España le concedía la autonomía a la isla, en marzo de 1898 su representante en Madrid hizo al gobierno español una nueva oferta de compra de la isla por 300 millones de dólares.
    
¿Cómo definiría la política ultramarina del presidente Cánovas del Castillo?
El proyecto del submarino Peral había recibido el visto bueno de la Armada y había sido calificado de secreto, pero Cánovas llegaría a decir al ministro Pezuela que ese cacharro náutico no podría servirnos.
   
¿A qué se debía esta postura despectiva? Con toda seguridad a la función que Cánovas debía desarrollar como fiel servidor de intereses ajenos a España. Necesariamente debía ahondar en la leyenda negra y en la generalización de una creencia absurda: la inferioridad del pueblo español, y es que Cánovas estaba empeñado en insuflar en el alma del pueblo la renuncia a todo empeño, a toda aventura, y había sembrado el sentimiento general de incapacidad nacional. No era asunto estrictamente suyo; ya se llevaban décadas dedicados a esa labor, pero Cánovas lo declaró públicamente.
    
En diciembre de 1885, cuando fue cesado Pezuela como ministro, fue sustituido por el vicealmirante José María Beránger Ruiz de Apodaca. A partir de ese momento, el secreto sería roto por el poder político, que dio al asunto la publicidad propia de un circo, y comenzó a circular la noticia de que en Inglaterra se había comenzado apresuradamente a construir un submarino.
    
Y es que, casualmente, tanto Beránger como muchos altos dirigentes políticos, fueron activos miembros de la masonería,  lo que les permitía mantener estrechas relaciones con tres políticos muy poderosos: Cánovas, Sagasta y Romero Robledo, y estas relaciones posibilitaron que Basil Zaharoff, traficante de armas y grado 33 de la masonería tuviese su residencia prácticamente en España. Basil Zaharoff estuvo al servicio de Inglaterra, justamente, desde 1886, y Zaharoff tendría el paso franco a los astilleros donde se construía el submarino, y los constructores navales ingleses comenzaron a acosar a Peral, incluso en el mismo ministerio.
    
¿Quién posibilitó esas actuaciones? Todo hace pensar que el presidente del gobierno: Antonio Cánovas del Castillo, que en la comisión de seguimiento del proyecto colocó a quienes eran manifiestos agentes británicos: Víctor Concas, Francisco Chacón Pery, Julio Álvarez Cerón y Emilio Ruiz del Árbol.
   
Y en cuanto al problema cubano, en La Habana se conspiraba en las tabernas, en las calles... Los separatistas no tenían necesidad de reuniones secretas ni se preocupaban por ser descubiertos; bien al contrario, los cabecillas separatistas se daban auténticos baños populares en los cafés más señeros de La Habana.
   
Las grandes expediciones de soldados sin preparación a Cuba se sucedían, como se sucedían los capitanes generales. Martinez Campos sucedió a Emilio Calleja, y a aquel por Sabas Martín, y este, por Valeriano Weyler. Todo en el plazo de un año.
    
Con el nombramiento de Weyler, ¿había cambiado la actuación de Cánovas? El caso es que Weyler pasaba a tomar la iniciativa y a controlar la situación, con lo que los planes tendentes a la secesión recibían un duro golpe que no podía ser admitido.
    
Cánovas fue asesinado el 8 de agosto de 1897, y el 31 de octubre Weyler fue destituido.

¿Cuál fue el origen de la sublevación en Filipinas?
Los primeros conatos separatistas en Filipinas tuvieron lugar en 1823, coincidiendo con el triunfo de los agentes británicos en América, pero estos intentos, al igual que los suscitados por José Cuesta en 1854, fueron rápidamente sofocados.
    
El 18 de Abril de 1837 las Cortes acordaron la exclusión de los representantes nombrados por las provincias de Ultramar. De provincias devenían en colonias. Esta mutilación de derechos no se efectuó sin protestas que acabarían siendo germen del movimiento separatista.
    
Con esta nueva situación, la reina Cristina entabló negociaciones con Luis Felipe, de Francia, para cederle una parte importante de las posesiones españolas. Esa conversación llevaría a un tratado secreto por el que se vendía Cuba a Francia por treinta millones de reales, y las islas Filipinas con Puerto-Rico por la cantidad de diez millones.
     
Y al alimón de lo acontecido en la Península se sucedían acontecimientos centrífugos en la España ultramarina; así, la revolución “gloriosa”, la septembrina de 1868, fue el inicio de las sublevaciones en Filipinas. La revolución no fue producida de abajo arriba, sino de arriba abajo: del gobierno de España al gobernado, hasta el extremo que los propios jefes separatistas, en concreto Felipe Buencamino, señalaron en el manifiesto separatista que daba lugar al alzamiento contra España, que las islas Filipinas accedían a la revolución merced a la revolución septembrina, la “Gloriosa”.
    
En principio la revuelta no alcanzaba asuntos de envergadura, sino que más bien se hallaban circunscritos a los ámbitos de influencia británica. En ese ámbito, el 21 de enero de 1872 se produjo una grave insurrección en Manila que ocasionó un enfrentamiento entre una facción militar y el ejército regular. La revuelta fue duramente sofocada, y en el curso de la misma, que había sido organizada por asociaciones masónicas, se produjo un importante número de muertos y de heridos.
    
Estos acontecimientos, que tuvieron su origen en los astilleros de Cavite, serán la antesala de la formación masónica, revolucionaria y violenta del Katipunan, con el apoyo inglés que recibía desde Hong Kong, estando coordinada con la actuación llevada desde Madrid y Londres, siendo la preparación del primer movimiento separatista de importancia, que tendría lugar en 1896.
   
España combatió en dos guerras contrainsurgentes en Cuba y Filipinas en puntos muy alejados del globo, envió 200.000 soldados a Cuba y 30.000 a Filipinas. En nuestros días incluso una superpotencia como Estados Unidos solo a duras penas ha podido hacer algo así en Irak y Afganistán y ha acabado fracasando. ¿No cree que ese esfuerzo militar no ha sido lo suficientemente valorado?
Creo que ese esfuerzo militar no estaba encaminado a controlar la situación de Cuba… sino la de la Península, donde se estaba pergeñando una cuarta asonada carlista. Cuba fue la excusa proverbial que tuvo el gobierno para apagar el fuego.
   
Una acción que condenaba a muerte a muchos mozos que, sin adaptación, morían en la manigua… Y una acción que sirvió para enriquecer a la Compañía Transatlántica, que justificó el traslado de 220.000 reclutas, siendo que hay investigadores que afirman que nunca pasaron de 70.000. El resto… La Compañía cobraba 32 duros por cada soldado transportado…
   
La repatriación tras el desastre fue pagada por los Estados Unidos, también a la Compañía Transatlántica…. Que cobró 100 pesetas por pasaje.
   
¿Cuál fue el papel del Capitán General de Cuba, el general Weyler, y por qué se levantó una leyenda negra contra él?
La exitosa actuación de Valeriano Weyler sufría una interminable condena de la prensa, que lo acusaba de cruel. A las continuas acusaciones de que era objeto responde en su descargo en su obra “Mi mando en Cuba”. También sus subordinados respondieron adecuadamente en la prensa cubana, ensalzando la figura de quién sin lugar a dudas fue el mejor capitán general del siglo XIX.
   
Persiguió y neutralizó el terrorismo y la delincuencia y protegió a los débiles, incluidos los mambises apresados, lo que le granjeó simpatías de la población y enemistad de los políticos y de la prensa, usense y española, que le acusaban de crueldad.
    
Instauró la paz, hasta el extremo que el enviado de William R. Hearst telegrafió a éste: «Todo está tranquilo… No habrá guerra. Deseo volver», pero la respuesta de Hearst fue definitiva: «Por favor, quédese. Usted proporcione los dibujos y yo proporcionaré la guerra».
   
La leyenda negra creada sobre él, así es obra directa de William Randolf Herst y de Joseph Pulitzer, que rivalizaban en la cuestión.
    
Sólo Weyler mantenía la dignidad… Pero para cortarla estaba Sagasta, que el 31 de octubre de 1897 lo destituyó del cargo cuando el separatismo cubano estaba en manifiesto declive y los jefes separatistas estaban preparando su huida de la isla.
    
El asesinato de Cánovas del Castillo en 1897 por un anarquista italiano cambió la historia de España y la de Cuba. Lo cierto es que mientras él vivió Estados Unidos no se atrevió a declarar la guerra a España, ¿no fue así?
Personalmente entiendo que fue un fiel agente al servicio de los intereses anglo usenses hasta el momento que se vio forzado a dar el paso definitivo, momento en que, ¿por miedo?, ¿por una dignidad de nacimiento tardío?... varió su actuación y no se avino a lo que le ordenaban. Ese incumplimiento de las órdenes le significó morir asesinado por un personaje que nos es presentado como anarquista, pero que los anarquistas nunca han reivindicado y que, casualmente, llegaba de Londres para cometer el asesinato.
   
¿Fue un error de la reina regente María Cristina el nombramiento de Sagasta como presidente del Gobierno para sustituir a Cánovas?
Para España, evidentemente sí. Para los intereses que servía María Cristina, evidentemente no.

¿Qué pasó con el buque americano Maine que fue el pretexto para que Estados Unidos fuera a la guerra contra España?
La visita del Maine a la Habana fue sin lugar a dudas una descortesía, si no un agravio más, de los Estados Unidos. Es extraño que, en una visita de cortesía, el barco fuese cargado con ingente armamento mientras las costas eran merodeadas por 14 naves de guerra usenses más.
    
Finalmente estalló el 15 de febrero de 1898 con la curiosa circunstancia que a bordo no había ningún oficial.
    
La explosión, que evidenciaba haberse producido en el interior, algo nada extraño que ya había ocurrido en cuatro buques usenses más al producirse una combustión espontánea del algodón pólvora con el que se cargaban los torpedos, fue presentada como un acto hostil de España, cuando realmente, los barcos españoles se aproximaron y extremaron sus esfuerzos en facilitar todo tipo de ayuda.
   
Podría haber sido el algodón pólvora la causa… pero en los documentos usenses desclasificados en 1997 destaca la circunstancia que el gobierno manejaba la posibilidad de hacer volar un barco propio y culpar a España del hecho…
    
¿Cuál fue el papel de la masonería en toda la cuestión de Cuba?
En octubre de 1809 se funda, en el local de la Inquisición de Madrid, la institución encargada de perseguir la masonería, una logia para todas las Españas.
   
La masonería movía los hilos que ocasionaban los conflictos en Cuba, y con sus contactos ramificados por todos los ámbitos sociales, económicos y políticos del país, fomentaban el clima de levantamiento en la isla.
    
En 1864 se produjo una amplia extensión de la masonería en la parte occidental de la isla. Fue precisamente ahí donde aparecieron los principales cabecillas separatistas. Masones fueron entre otros: Carlos Manuel de Céspedes, Ignacio Agramonte, Perucho Figueredo, Narciso López, Calixto García, Antonio Maceo, Máximo Gómez y José Martí. Éste hizo un largo periplo por España y Europa entre 1871 y 1878, moviéndose en ámbitos masónicos, que en 1895 serían decisivos en los movimientos de Martí.
   
Y lo mismo sucedía en Filipinas… Y en la Península, Emilio Castelar, José María Beranger, Praxedes Mateo Sagasta… etc., etc., etc.
   
Basil Zaharoff también era masón… Pero al fin, la masonería no es más que un arma de Inglaterra.
     
¿Es cierto que Sagasta, vinculado a la masonería, de alguna forma quiso entregar las posesiones españolas de acuerdo con la masonería norteamericana?
Esa es una cuestión que afectaba no sólo a Sagasta, sino a la práctica totalidad de la clase política y de las más altas jerarquías militares, y como queda manifestado, todo hace pensar que el incumplimiento de las instrucciones por parte de Cánovas le costó ser asesinado.
    
¿La destrucción de la escuadra española a manos de la norteamericana fue buscada de alguna manera por Sagasta?
La tramoya de la expedición del almirante Cervera hace pensar que si. La deriva llevada por la escuadra, es alarmante, y las constantes quejas levantadas por Cervera, posiblemente sólo fuesen una excusa para salvar su honor.
   
La verdad es que, sin causa que lo justificase, estuvo navegando hasta quedarse sin carbón, con lo que las unidades quedaban inoperativas… Y para incrementar los males, se encerró en el puerto de Santiago, de donde sólo la flota podía salir en línea… Y la operación la hizo a plena luz… El desastre estaba garantizado.
    
¿Error?... Conociendo esas circunstancias, el gobierno ordenó la salida de la escuadra… Y Cervera obedeció. ¿Por qué? Lo lógico es que Cervera se hubiese negado, hubiese desmontado la artillería y la hubiese asentado en la costa.
    
Ese hecho le hubiese acarreado un consejo de guerra y tal vez la condena a fusilamiento… Pero hubiese salvado la vida de los marineros y hubiese llevado a cabo una defensa que finalmente hubiese hecho desistir a los invasores usenses, que ya se planteaban abandonar la empresa.
   
Además, es necesario señalar que la diferencia entre ambas armadas no era la que hoy cree la generalidad de los opinadores. Los barcos usenses, más modernos; su armamento, más moderno; su potencia de tiro mayor, no eran obstáculo para ser derrotados porque la maniobrabilidad de sus buques era muy limitada. Su construcción respondía más a las necesidades de un carguero que a las de un buque de guerra; para cargar los cañones se necesitaban diez minutos… y para hacer blanco efectivo, cualquier cañón necesitaba efectuar tres disparos. En esas condiciones, la armada española, más antigua y peor artillada, se encontrada en situación ventajosa frente a la armada úsense.
   
Todas esas circunstancias hacen pensar que, efectivamente, estamos hablando de una derrota pactada.
   
Por último, sobre toda la cuestión de la guerra de Cuba existe la leyenda difundida por Baroja de que los españoles estaban más interesados en los toros que en aquella guerra, pero lo cierto es que los españoles siguieron con mucha atención y pasión aquellas guerras de Ultramar y una oleada de patriotismo español recorrió el país, incluyendo Cataluña (que tantos intereses tenía en Cuba) y Vascongadas. ¿Qué opina usted?
Que ambas cuestiones son ciertas. En marzo de 1898 el arzobispo de Valladolid criticaba la actuación del pueblo español, que se entretenía en fiestas sin atender las circunstancias que estaba sufriendo.
  
Y también es cierto que, por ejemplo, el general Weyler tuvo un apoteósico recibimiento en Barcelona a su vuelta de Cuba en noviembre de 1897.

LA REALEZA DE CRISTO Y EL DEBER DE LOS CATÓLICOS

Traducción del artículo publicado por el P. Valerii Kudriatsev en CATHOLIC MESSAGE.
  

EL PAPA PÍO XI Y EL DEBER DE LOS CATÓLICOS
Al instituir la Fiesta de la Realeza de Cristo, el Papa Pío XI insistió en el deber de los católicos de luchar valientemente por los Derechos de Dios proclamando la Realeza de Cristo sobre los Estados y las Naciones. Escribió:
«Para condenar y reparar estas públicas defecciones que el laicismo produjo, con grave perjuicio de la sociedad, ¿no parece que debe ayudar grandemente la celebración de la solemnidad anual de Cristo Rey entre todas las gentes? En verdad, cuanto más se pasa en vergonzoso silencio el nombre suavísimo de Nuestro Redentor, así en las reuniones internacionales como en los Parlamentos, tanto más es necesario aclamarlo públicamente, anunciando por todas partes los derechos de su real y dignidad potestad… Nos anima, sin embargo, la buena esperanza de que la fiesta anual de Cristo Rey, que se celebrará en seguida, empuje la sociedad, como todos deseamos, a la vuelta hacia nuestro amadísimo Salvador. Acelerar y apresurar este retorno con la acción y con sus obras sería deber de los católicos, muchos de los cuales, no obstante, parece que no tienen en la convivencia civil aquel puesto y autoridad que conviene a los que llevan delante de sí la antorcha de la verdad. Tal estado de cosas se atribuye tal vez a la apatía o timidez de los buenos, que se abstienen de la lucha o resisten flacamente; de lo cual los enemigos de la Iglesia sacan mayor temeridad y audacia. Pero cuando los fieles todos comprendan que deben militar con valor y siempre bajo las insignias de Cristo Rey, se dedicarán con ardor apostólico a reconducir a Dios a los rebeldes e ignorantes, y se esforzarán en mantener incólumes los derechos de Dios mismo» (Encíclica Quas Primas, sobre el Reinado de Cristo).
  
EL CARDENAL PIE DE POITIERS Y EL REINO DE CRISTO
El cardenal Pie de Poitiers (1815-1880), uno de los grandes campeones del Reino de Cristo durante el siglo XIX, instó una y otra vez a los católicos a no abandonar nunca la lucha por los Derechos de Dios, a no resignarse al destronamiento de Cristo Rey.
  
Hablando de la misión de la Iglesia a las naciones del mundo, el cardenal dijo:
«Observad las últimas palabras dirigidas por Nuestro Señor a sus Apóstoles antes de ascender al cielo: “Todo poder me es dado en el cielo y en la tierra. Id, pues, enseñad a todas las naciones”. Nótese que Nuestro Señor Jesucristo no dice todos los hombres, todos los individuos, todas las familias, sino todas las naciones. Él no dijo solamente: Bautizad a los niños, enseñad el catecismo, bendecid los matrimonios, administrad los sacramentos, dad sepultura religiosa a los muertos. Por supuesto, la misión que Él confiere a los Apóstoles comprende todo eso, pero comprende más que eso, pues tiene un carácter público y social. Jesucristo es Rey de los pueblos y de las naciones» (La Realeza de Cristo según el Cardenal Pie de Poitiers, págs. 24-25).
Otra vez. al comentar las tres primeras peticiones del Padrenuestro: «Santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo», insistió en que todas ellas exigen el reinado público social de Dios, a través de la reconocimiento de Nuestro Señor Jesucristo, a quien el Padre ha enviado. El Nombre de Dios no es santificado como debe ser, si no es santificado pública y socialmente. El Reino de nuestro Señor está destinado a venir, no solo en las almas individuales y en el cielo, sino en la tierra, a través de la sumisión de los Estados y Naciones a Su gobierno. La voluntad de Dios no se hace en la tierra como en el cielo, si las sociedades organizadas aquí abajo no reconocen sus deberes para con Dios por medio de Nuestro Señor Jesucristo.
«El católico (continúa diciendo) no es un ser que se encierra en un oratorio, del cual el tumulto del mundo es cuidadosamente excluido y que, ocupado exclusivamente en salvar su propia alma, no le interesa la froma en que va el mundo… Cuando Nuestro Señor enseñó a Sus Apóstoles el Padre Nuestro, dejó claro que ninguno de Sus seguidores podía realizar el primer acto de religión, que es la oración, sin ponerse en relación con todo lo que pueda adelantar o retardar, favorecer o entorpecer el reinado de Dios en la tierra, y debe hacerlo en proporción a sus logros intelectuales y a la amplitud del horizonte que se le abre… mientras dure este mundo, no consientamos nunca en limitar el reino de Dios al cielo o incluso al cielo y al interior de las almas. “Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo”. El destronamiento de Dios en la tierra es un crimen al que nunca debemos resignarnos. No dejemos nunca de protestar contra ella» (La Realeza de Cristo según el Cardenal Pie de Poitiers, págs. 26, 92).
Esto es especialmente necesario hoy en día cuando se hacen propuestas para remediar males económicos y financieros, dejando de lado los Derechos de Dios y el Programa de Nuestro Señor para su ordenado reconocimiento.
«No habría hoy socialismo ni comunismo (escribió el Papa Pío XI) si los gobernantes de los pueblos no hubieran despreciado las enseñanzas y las maternales advertencias de la Iglesia; pero los gobiernos prefirieron construir sobre las bases del liberalismo y del laicismo otras estructuras sociales, que, aunque a primera vista parecían presentar un aspecto firme y grandioso, han demostrado bien pronto, sin embargo, su carencia de sólidos fundamentos, por lo que una tras otra han ido derrumbándose miserablemente, como tiene que derrumbarse necesariamente todo lo que no se apoya sobre la única piedra angular, que es Jesucristo» (Carta encíclica Divíni Redemptóris, sobre el comunismo ateo).
 
EL REINADO DE CRISTO Y EL NATURALISMO ORGANIZADO, Por el Rev. DENIS FAHEY C.S.Sp., DD, D. Ph., BA, Profesor de Filosofía e Historia de la Iglesia en el Colegio de los Misioneros del Espíritu Santo, Kimmage, Dublín, CORK: THE FORUM PRESS, 1943, IMPRESO EN IRLANDA, Imprimi Potest: D. MURPHY CSSp., Prepósito provincial de Irlanda. Nihil Obstat: P. SEXTON, DD, Censor Encargado, Imprimatur: +DANIEL, Obispo de Cork, Cork, 20 de Mayo de 1943, págs. 123-125.

ENCÍCLICA “Quas Primas”, SOBRE LA FIESTA DE CRISTO REY


Siguiendo la encíclica programática “Ubi arcáno Dei consílio”, sobre «La paz de Cristo en el reino de Cristo» (que fue el lema que escogió para su pontificado), Pío XI publicó  “Quas primas” recordando que el reinado de Cristo no es solo una expresión piadosa, sino una realidad que debe reflejarse en la sociedad por el hecho de ser Nuestro Señor Jesucristo Rey de Reyes y Señor de señores, cuyo reino, adquirido tanto por ser Hijo de Dios como por haberlo conquistado con su sacrificio en la Cruz del Calvario, no tendrá fin (ya habían caído entonces, a causa de la Gran Guerra Europea, los Hohenzollern de Alemania, los Románov de Rusia, los Habsburgo de Austria-Hungría y los Osmanlíes de Turquía; y el comunismo ateo se entronizó en una recién creada Unión Soviética).
  
Quas Primas, que contó con la colaboración de fray Édouard (en el siglo Florentin Louis) Hugon OP, profesor de teología moral en el Angélicum de Roma y colaborador con Guido Mattiusi SJ en la redacción de las 24 tesis tomistas, tiene como objetivo combatir el laicismo, el naturalismo, el relativismo y las formas vagas de religiosidad. Es por esto que los católicos debemos releerla y meditarla constantemente (por algo se había publicado esta encíclica en la novena a Cristo Rey) ahora más que nunca, toda vez que actualmente, vemos por causa del Vaticano II, que Nuestro Señor ha sido destronado de la forma más vil posible, destronamiento que no solo se dio por establecer el culto del hombre y por el Novus Ordo Missæ, sino por relegar la fiesta del último domingo de Octubre para el último del año litúrgico.
  
ENCÍCLICA “Quas Primas”, SOBRE LA FIESTA DE CRISTO REY
  
A nuestros Venerables Hermanos los Patriarcas, Primados, Arzobispos, Obispos, y demás Ordinarios en paz y comunión con la Sede Apostólica.
 
PÍO XI, PAPA. 
 
Venerables Hermanos y Dilectos Hijos: Salud y Bendición Apostólica
 
La Paz de Cristo en el Reino de Cristo.
En la primera Encíclica que dirigimos («Ubi arcáno»), una vez ascendidos al pontificado, a todos los Obispos del orbe católico, mientras indagábamos las causas principales de las calamidades que oprimían y angustiaban al género humano, recordamos haber dicho claramente que tan grande inundación de males se extendía por el mundo, porque la mayor parte de los hombres se habían alejado de Jesucristo y de su santa ley en la práctica de su vida, en la familia y en las cosas públicas; y que no podía haber esperanza cierta de paz duradera entre los pueblos, mientras que los individuos y las naciones negasen y renegasen el imperio de Cristo Salvador. Por lo tanto, como advertimos entonces que era necesario buscar la paz de Cristo en el reino de Cristo, así anunciábamos también que habíamos de hacer para este fin cuanto Nos fuese posible; «en el reino de Cristo», decíamos, porque Nos parecía que no se puede tender más eficazmente a la renovación y aseguramiento de la paz que procurando la restauración del reino de N. Señor.
   
Entre tanto, el surgir y avivarse de un benévolo movimiento de los pueblos hacia Cristo y su Iglesia, la cual puede solamente darnos la salvación, nos daba cierta esperanza de tiempos mejores; movimiento en el cual muchos que habían despreciado el reino de Cristo y andaban como prófugos de la casa paterna, se preparaban y casi se daban prisa a volver a los caminos de la obediencia. Y todo lo que sucedió y se hizo en el curso de este Año Santo, digno por cierto de perpetua memoria, ¿no acrecentó también el honor y la gloria del divino Fundador de la Iglesia, nuestro supremo Rey y Señor?
    
El año Santo y el Reino de Cristo.
En efecto, la Exposición Misionera del Vaticano sorprendió la mente y el corazón de los hombres, ya dando a conocer el prolijo trabajo de la Iglesia para la mayor dilatación del reino de su Esposo en los continentes y en las islas más apartadas del Océano, ya por el gran número de regiones conquistadas al catolicismo con el sudor y la sangre de fortísimos e invictos misioneros, ya, finalmente, dando a conocer las vastas regiones que todavía han de someterse al suave y saludable imperio de nuestro Rey.
    
Y aquellas multitudes que durante el Año Jubilar vinieron de todas las partes de la tierra a la Santa Ciudad, dirigidas por los Obispos y sacerdotes, ¿qué buscaban sino, purificadas sus almas, proclamarse junto al sepulcro de los Apóstoles y delante de Nos súbditos fieles de Cristo en el presente y en lo porvenir?
   
Y este reino de Cristo pareció iluminado por nueva luz cuando Nos, probada la heroica virtud de seis confesores y vírgenes, los elevamos a los honores de los altares*. Mucha alegría y aliento experimentamos en nuestro ánimo cuando en el esplendor de la Basílica vaticana, promulgado el decreto solemne, una multitud innumerable de pueblos alzaba el cántico de acción de gracias, exclamando: «Tu rex glóriæ, Christe!» Porque mientras los hombres y las naciones, alejadas de Dios por el odio recíproco y por las intestinas discordias, caminan hacia la ruina y la muerte, la Iglesia de Dios, continuando en dar al género humano el alimento de la vida espiritual, cría y forma a generaciones de santos y santas para Jesucristo, el cual no cesa de llamar a la bienaventuranza del reino celestial a los que fueron súbditos fieles y obedientes en el reino de la tierra.
    
Además, coincidiendo con el Año Jubilar el décimosexto siglo desde la celebración del Concilio de Nicea, quisimos también que en el recuerdo centenario fuese también conmemorado, y Nos mismo lo conmemoramos en la Basílica vaticana con tanto mayor gusto cuanto que aquel sagrado Concilio definió y propuso como dogma la consubstancialidad del Unigénito con el Padre e incluyó en el símbolo la fórmula «Cujus regni non erit finis», proclamando la dignidad real de Cristo.
    
Habiendo, pues, concurrido este Año Santo de varias maneras a ilustrar el reino de Cristo, nos parece que haremos cosa muy conforme con nuestro oficio apostólico si secundando las súplicas de muchísimos Cardenales, Obispos y fieles, hechas a Nos, ya solos, ya colectivamente, cerráramos este Año Jubilar introduciendo en la sagrada liturgia una fiesta especial de Jesucristo Rey.
    
Y esto nos da tanta alegría, que nos obliga, venerables hermanos, a dirigiros estas palabras: vosotros, pues, procuraréis acomodar lo que digamos acerca del culto de Jesucristo Rey a la inteligencia del pueblo, y explicar el sentido de modo que esta solemnidad anual produzca cada vez mayores frutos.
  
PRUEBAS DE LA REALEZA DE CRISTO
El nombre de Rey dado a Jesucristo.
Desde hace mucho tiempo se ha usado comúnmente llamar a Cristo con el apelativo de Rey por el grado de excelencia que tiene en modo supereminente entre todas las cosas creadas.
    
De tal modo, en efecto, se dice que Él reina en la mente de los hombres, no sólo por la elevación de su pensaminto y por lo vasto de su ciencia, sino también porque Él es la Verdad y es necesario que los hombres reciban con obediencia la verdad de Él; igualmente reina en la voluntad de los hombres, ya porque en Él, a la santidad de la voluntad divina responde la perfecta integridad y sumisión de la voluntad humana, ya porque con sus inspiraciones influye en nuestra libre voluntad de tal modo que nos inflama hacia las cosas más nobles. Finalmente, Cristo es reconocido como Rey de los corazones por la caridad de Cristo, que sobrepasa toda humana comprensión (Eph. 3, 19), y por los atractivos de su mansedumbre y benignidad. Nadie, en efecto, entre los hombres fué tan amado, ni lo será nunca como Jesucristo.
    
Pero para entrar de lleno en el asunto, todos debemos reconocer que es necesario reivindicar para Cristo Hombre, en el verdadero sentido de la palabra, el nombre y los poderes de Rey; en efecto solamente en cuanto hombre se puede decir que ha recibido del Padre la potestad y el honor y el reino (Dan. 7. 13-14), porque como Verbo de Dios, siendo de la misma sustancia del Padre, forzosamente debe tener de común con Él lo que es propio de la Divinidad; y, por consiguiente, tiene sobre todas las cosas creadas sumo y absolutísimo imperio.
    
La Realeza de Cristo, en los oráculos de los Profetas.
¿Y no leemos, de hecho, con frecuencia en las Sagradas Escrituras que Cristo es Rey? Él es llamado el «Principe que debe salir de Jacob» (Num. 24-29), y que «por el Padre ha sido constituido Rey sobre el monte santo de Sión», y que «recibirá las gentes en herencia y tendrá en posesión los confines de la tierra» (Ps. 2). El salmo nupcial, que bajo la imagen de un Rey riquísimo y potentísimo ha preconizado el futuro Rey de Israel, tiene estas palabras: «Tu sede, oh Dios, en los siglos de los siglos; vara de rectitud, la vara de tu reino» (Ps. 44). Y dejando otros muchos testimonios semejantes, en otro lugar, para ilustrar con más claridad los caracteres de Cristo, se preanuncia que «su reino será sin limite y enriquecido con los dones de la justicia y de la paz». «En sus días aparecerá la justicia y la abundancia de la paz, y dominará de un mar a otro mar, y desde el rio hasta los términos del orbe de la tierra» (Ps. 71).
     
A este testimonio se añaden en el modo más amplio los oráculos de los Profetas, y, sobre todo, el conocidísimo de Isaías: «Nos ha nacido un Párvulo, nos ha sido dado un Hijo y su principado sobre sus hombros; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios, Fuerte, Padre del siglo futuro, Principe de la paz. Se multiplicará su imperio y no tendrá fin la paz; sobre el trono de David y sobre su reino se sentará; para confirmarlo y fortalecerlo en juicio y justicia, ahora y para siempre» (Is. 9, 6-7). Y los otros profetas concuerdan con Isaías. Así, Jeremías, cuando predice que nacerá de la estirpe de David el «vástago justo», que «cual hijo de David reinará como Rey y será sabio y juzgará en toda la tierra» (Jer. 23, 5); también Daniel predice el establecimiento de un reino por parte del Rey del Cielo, «reino que nunca será disipado… permanecerá para siempre» (Dan. 2, 44). Y continúa: «Contemplaba en la visión de noche, y he aquí que venía sobre las nubes del Cielo uno como el Hijo del Hombre, y se llegó hasta el Anciano de días, y en su presencia fue presentado; y le dio la potestad y el honor y el reino, y todos los pueblos, tribus y lenguas le servirán; su potestad es eterna y no le será arrebatada, y su reino no se corromperá jamás» (Dan. 7, 13, 14). Los escritores de los Evangelios aceptan y reconocen como sucedido cuanto predijo Zacarías acerca del «Rey manso», el cual, «Subiendo sobre una asna y su pollino, estaba para entrar en Jerusalén como Justo y como Salvador, entre las aclamaciones de las turbas» (Zach. 9, 9).
   
La Realeza de Cristo en el Nuevo Testamento.
Por lo demás, esta doctrina acerca de Cristo Rey que hemos tomado aquí y allí en los libros del Antiguo Testamento, no sólo no disminuye en las páginas del Nuevo; más aún, en él se confirman por modo espléndido y magnífico. Y aquí, pasando por alto el mensaje del Arcángel, por el cual fue advertida la Virgen que debía dar a luz un hijo, al cual Dios había de dar la sede de David, su padre, y que había de reinar en la casa de Jacob para siempre y que su reino no había de tener fin (Lc. 1, 32-33), vemos que Cristo mismo, da testimonio de su imperio.
    
En efecto, ya en su último discurso a las turbas, cuando habla del premio y de las penas reservados perpetuamente a los justos y a los condenados; ya cuando responde al presidente romano, que le preguntaba públicamente si era Rey; ya cuando, resucitado, confió a los Apóstoles el encargo de amaestrar y bautizar a todas las gentes, toma ocasión oportuna para atribuirse el nombre de Rey (Mt. 25, 31-40), y públicamente confirma que es Rey (Jo. 18,13) Y anuncia solemnemente que a Él ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. (Mt. 28, 18). Con estas palabras, ¿qué se quiere significar sino la grandeza de su potestad y la extensión inmensa de su reino? No puede, pues, sorprendemos si aquel que es llamado por San Juan «Príncipe de los Reyes de la tierra» lleva, como apareció al Apóstol en la visión apocalíptica, en su vestido y en su muslo escrito: «Rey de reyes y Señor de los señores». (Apoc. 19, 16). Puesto que el Padre Eterno constituyó a Cristo heredero universal (Hebr. 1, 1), es preciso que Él reine hasta que lleve, al fin de los siglos, a los pies del trono de Dios a todos sus enemigos (I. Cor. 15, 25).
   
La Realeza de Cristo en la Liturgia.
De esta doctrina de los sagrados libros viene, por consecuencia, el que la Iglesia, reino de Cristo sobre la tierra, destinada naturalmente a extenderse a todos los hombres y a todas las naciones, haya saludado y proclamdo en el ciclo anual de su liturgia a su Autor y Fundador como Señor soberano y Rey de los reyes, multiplicando las formas de su afectuosa veneración. Usa este'título de honor, que expresa en su hermosa variedad de palabra el mismo concepto, como hizo ya en la antigua salmodia y en los antiguos sacramentarlos; hoy también lo hace en los oficios públicos y en la inmolación de la Hostia Inmaculada. En esta alabanza perenne a Cristo Rey fácilmente se descubre la hermosa armoní a entre nuestro rito y el rito oriental, de modo que se hace manifiesto también en este caso que «la ley de la oración establece la ley de la creencia» (Legem credéndi lex státuit suplicándi).
   
Cristo, Rey por la Unión Hipostática.
Muy a propósito Cirilo de Alejandría, para mostrar el fundamento de esta dignidad y de este poder, advierte que «Cristo obtiene la dominación de todas las criaturas, no arrancada por la fuerza ni tomada, por ninguna otra razón, sino por su misma esencia y naturaleza» (In Luc. 10). Esto es, el principado de Cristo se forma por aquella unión admirable que se llama «unión hipostática». De lo cual se sigue que Cristo no sólo debe ser adorado como Dios por los ángeles y por los hombres, sino que a Él deben obedecer y estar sujetos como Hombre, es decir, que por el solo hecho de la unión hipostática Cristo tiene potestad sobre todas las criaturas.
   
Cristo, Rey por la Redención. 
¿Qué cosa más bella y suave que el pensamiento de que Cristo reina sobre nosotros, no solamente por derecho de naturaleza, sino también por derecho de conquista en fuerza de la redención? ¡Ojalá que los hombres desmemoriados recordasen cuánto hemos costado a nuestro Salvador! «Habéis sido redimidos, no con oro y plata, corruptibles, sino con la preciosa sangre de Cristo, como cordero inmaculado e incontaminado» (I. Petr. 1, 18-19). No somos, pues, ya nuestros, puesto que Cristo nos ha comprado con el más alto precio (I. Cor. 6, 20); nuestros mismos cuerpos son «miembros de Cristo» (I. Cor. 6, 15).
   
NATURALEZA Y VALOR DE LA REALEZA DE CRISTO
Triple potestad del Principado de Cristo.
Queriendo expresar la naturaleza y el valor de este principado, indicaremos brevemente que consta de una triple potestad, la cual, si faltase, ya no tendríamos el concepto de un verdadero y propio principado. Los testimonios sacados de las Sagradas Escrituras acerca del imperio universal de nuestro Redentor, prueban más que suficientemente cuanto habernos dicho; y es dogma de fe que Jesucristo ha sido dado a los hombres como Redentor, en el cual deben poner su confianza, y al mismo tiempo como Legislador, al cual deben obedecer (Trento, ses. 6 can. 21).
   
Los Santos Evangelios no solamente nos dicen que Jesucristo ha promulgado leyes, mas también nos le presentan en el acto mismo de legislar; y el Divino Maestro afirma en diferentes circunstancias y con diversas expresiones que todos los que observen sus mandamientos darán prueba de amarle y permanecerán en su caridad (Jo. 14, 15; 15, 10).
    
El mismo Jesús, delante de los judíos que le acusaban de haber violado el sábado por haber dado la salud al paralítico, afirmaba que el Padre le había dado la potestad judicial, «porque el Padre no juzga a nadie, sino que dió todo juicio al Hijo» (Jo. 5,- 22). En lo cual se comprende también el derecho de premiar y castigar a los hombres, aun durante su vida, porque esto no puede separarse de una cierta forma de juicio.
    
Además debe atribuirse a Jesucristo la potestad ejecutiva, puesto que es necesario que todos obedezcan a su mandato, y nadie puede sustraerse a él ni a los suplicios establecidos.
    
Reino espiritual.
Que este reino, por otra parte, sea principalmente espiritual y se refiera a las cosas espirituales nos lo demuestran los pasajes de la sagrada Biblia arriba citados y nos lo confirma el mismo Jesucristo con su modo de obrar.
    
En varias ocasiones, en efecto, cuando los judíos y los mismos Apóstoles creían erróneamente que el Mesías devolvería la libertad al pueblo y establecería el reino de Israel, Él procuró quitarles de la cabeza este vano intento y esperanza; y también, cuando estaba para ser proclamado Rey por la multitud que, llena de admiración, le rodeaba. Él declinó tal título y tal honor, retirándose, y escondiéndose en la soledad; finalmente, delante del presidente romano anunció que su reino no era de este mundo (Jo. 18, 36).
    
Este reino en los Evangelios se nos presenta de tal modo, que los hombres deben prepararse para entrar en él por medio de la penitencia, y no pueden entrar sino por la fe y por el bautismo, el cual Sacramento, aunque sea un rito externo, purifica y produce la regeneración interior.
   
Este reino es opuesto únicamente al reino de satanás y a la potestad de las tinieblas, y exige de sus síibditos no solamente un ánimo despegado de las riquezas y de las cosas terrenas, la dulzura de las costumbres y el hambre de justicia, sino también que se nieguen así mismos y tomen su cruz. Habiendo Jesucristo constituido, como Redentor, la Iglesia con su sangre, y como Sacerdote ofreciéndose a Sí mismo perpetuamente cual Hostia de propiciación por los pecados de los hombres, ¿quién no ve que la dignidad real que le reviste tiene carácter espiritual por el uno y el otro oficio?
    
Poder universal.
Por otra parte, erraría gravemente el que arrebatase a Cristo-Hombre el poder sobre todas las cosas temporales; puesto que Él ha recibido del Padre un derecho absoluto sobre todas las cosas creadas, de modo que todo se somete a su arbitrio; sin embargo, mientras vivió sobre la tierra se abstuvo completamente de ejecutar tal poder; y como despreció entonces la posesión y el cuidado de las cosas humanas, así permitió y permite que los poseedores de ellas las utilicen.
    
A este propósito se acomodan bien aquellas palabras: «No arrebata los reinos mortales el que da los celestiales» (Himno Crudélis Heródes, Oficio de la Epifanía). Por lo tanto, el dominio de nuestro Redentor abraza todos los hombres, como lo confirman estas palabras de nuestro predecesor de inmortal memoria León XIII, palabras que hacemos nuestras: «El imperio de Cristo se extiende no solamente sobre los pueblos católicos y aquellos que, regenerados en la fuente bautismal, pertenecen en rigor y por derecho a la Iglesia, aunque erradas opiniones los tengan alejados o la disensión los separe de la caridad, sino que abraza también a todos los que están privados de la fe cristiana; de modo que todo el género humano está bajo la potestad de Jesucristo» (Encicl. «Annum Sacrum», 25 de Mayo de 1899).
   
Sobre los individuos y sobre la sociedad.
Ni hay diferencia entre los individuos y el consorcio civil, porque los individuos, unidos en sociedad, no por eso están menos bajo la potestad de Cristo que lo están cada uno de ellos separadamente. Él es la fuente de la salud privada y pública. «Y no hay salvación en algún otro, ni ha sido dado debajo del Cielo a los hombres otro nombre en el cual podamos ser salvos» (Act. 4, 12). Sólo Él es el autor de la prosperidad y de la verdadera felicidad, tanto para cada uno dé los ciudadanos como para el Estado: «No es feliz la ciudad por otra razón distinta de aquella por la cual es feliz el hombre; porque la ciudad no es otra cosa sino una multitud concorde de hombres (San Agustín, Epístola a Macedonio, 3).
    
No rehúsen, pues, los jefes de las naciones el prestar público testimonio de reverencia al imperio de Cristo juntamente con sus pueblos si quieren, con la. integridad de su poder, el incremento y el progreso de la patria. En efecto, muy a propósito y oportunas para el momento actual son aquellas palabras que al principio de nuestro pontificado escribimos Nos acerca de la disminución del principio de autoridad y del respeto al poder público: «Alejado de hecho, así lo lamentábamos entonces, Jesucristo de las leyes y de la cosa pública, la autoridad aparece sin más como derivada, no de Dios, sino de los hombres: de modo que hasta el fundamento de ella vacila; quitada la causa primera, no hay razón para que uno deba mandar y otro obedecer. De esto se ha seguido una general perturbación de la sociedad, la cual ya no se apoya sobre sus fundamentos principales» (Encicl. «Ubi arcáno»).
    
Ventajas para los Gobiernos y la autoridad civil.
En cambio, si los hombres en privado y en público reconocen la soberana potestad de Cristo, necesariamente vendrán al entero consorcio humano señalados beneficios de justa libertad, de tranquila disciplina y apacible concordia. La dignidad real de Nuestro Señor, así como hace en cierto modo sagrada la autoridad humana de los Príncipes y de los jefes de Estado, así ennoblece los deberes ciudadanos y de su obediencia. En este sentido el Apóstol San Pablo, inculcando a las esposas y a los siervos que respetasen como a Jesucristo a sus respectivos maridos y amos, les advertía claramente que no debían obedecerlos como a hombres, sino como a vicarios de Cristo, ya que sería poco conveniente que hombres redimidos con la sangre de Cristo, sirviesen a otros hombres. «Habéis sido redimidos por gran precio, no os hagáis siervos de los hombres» (I. Cor. 7, 23).
   
Si los Príncipes y los magistrados legítimos se persuaden que ellos mandan, no tanto por derecho propio, cuanto por mandato del Rey divino, se comprende fácilmente que harán uso santo y prudente de su autoridad y se tomarán gran interés por el bien común y la dignidad de los súbditos, al hacer las leyes y exigir su ejecución. De tal manera, quitada toda causa de sedición, florecerá y se consolidará el orden y la tranquilidad; porque aunque el ciudadano vea en los Príncipes y jefes del Estado hombres semejantes a él, o por cualquier razón indignos o vituperables, no se sustraerá por eso a la obediencia en cuanto reconozca en ellos la imagen y la autoridad de Cristo, Dios y Hombre.
    
Ventajas sociales para los pueblos.
Por lo que se refiere a la concordia y a la paz, es manifiesto que cuanto más vasto es el reino y más largamente abraza el género humano, tanto más se hacen conscientes los hombres de aquel vínculo de fraternidad que los une. Y este conocimiento, así como aleja y disipa los conflictos frecuentes, así endulza y disminuye sus amarguras. Y si el reino de Dios, como de derecho abraza a todos los hombres, así de hecho los abrazase verdaderamente, ¿por qué habríamos de desesperar de aquella paz que el rey pacífico traía a la tierra, como Rey que vino «para reconciliar todas las cosas» (Colos. 1, 20) y «no para hacerse servir, sino para servir a los demás» (Mt. 20. 28), y que aun siendo el Señor de todos se ha hecho ejemplo de humildad e inculcó principalmente esta virtud, juntamente con la caridad, diciendo: «Mi yugo es suave y mi peso ligero?» (Mt. 11, 30). ¡Qué felicidad podríamos gozar si los individuos, las familias y las sociedades, se dejasen gobernar por Cristo! Entonces, realmente, para usar las palabras que nuestro predecesor León XIII dirigía hace venticinco años a todos los Obispos del orbe católico, «se podrían cerrar muchas heridas, todo derecho adquiriría su antigua fuerza, volverían los bienes de la paz, caerían de las manos las espadas y las armas, si todos aceptaran voluntariamente el imperio de Cristo, le obedecieran y toda lengua proclamase que Nuestro Señor Jesucristo está en la gloria de Dios Padre» (Encicl. Annum sacrum).
   
LA FIESTA DE JESUCRISTO REY
Los dogmas de la fe y las fiestas de la Iglesia.
Y para que sean más abundantes los deseados frutos y duren más establemente en la sociedad humana, es preciso que se divulgue el conocimiento de la dignidad real de Nuestro Señor cuanto sea posible. Para este fin, Nos parece que ninguna otra cosa puede ser más conveniente que la institución de una fiesta particular y propia de Cristo Rey.
    
Más que los solemnes documentos del magisterio eclesiástico, tienen eficacia para formar al pueblo en las cosas de la fe y elevarlo a las alegrías interiores de la vida las festividades anuales de los sagrados misterios; porque los documentos, la mayor parte de las veces, sólo los toman en consideración unos pocos hombres instruidos; en cambio, las fiestas conmueven y amaestran a todos los fieles. Aquéllos hablan una sola vez; éstas, por decirlo así, todos los años y perpetuamente; aquéllos tocan sobre todo la mente; éstas, en cambio, no sólo la mente, sino también el corazón y, en suma, todo el hombre. Siendo el hombre compuesto de alma y cuerpo, es preciso que sea excitado por las solemnidades exteriores de modo que, a través de la variedad y de los ritos sagrados, reciba en el ánimo las enseñanzas divinas, y, convirtiéndolas en carne y sangre, haga de modo que sirvan para el progreso de su vida espiritual.
   
Orígenes y frutos de las fiestas de la Iglesia. 
Por otra parte, se saca de documentos históricos que tales festividades con el decurso de los siglos se fueron introduciendo una después de la otra, según la necesidad o la utilidad del pueblo cristiano parecía pedirlo; como cuando fué necesario que el pueblo fuese reforzado frente al peligro común, o fuese defendido de venenosos errores heréticos, o animado más fuertemente e inflamado para celebrar con mayor piedad algún misterio de la fe y algún beneficio de la gracia divina.
    
Así, desde los primeros siglos de la era cristiana, viéndose los fieles acerbamente perseguidos comenzaron a conmemorar con los ritos sagrados a los mártires, a fin de que, como dice San Agustín, las solemnidades de los mártires fuesen exhortaciones al martirio (Serm. 47 De Sanctis). Y los honores litúrgicos que después fueron tributados a los confesores, a las vírgenes y a las viudas sirvieron maravillosamente para excitar en los fieles el amor a las virtudes, necesarias también en tiempo de paz. Y especialmente las festividades instituidas en honor de la Virgen Santísima contribuyeron a que el pueblo cristiano no sólo venerase con mayor piedad a la Madre de Dios, su poderosísima protectora, sino también encendieron el amor hacia la madre celestial que el Redentor les había dejado casi como testamento. Entre los beneficios obtenidos por el culto público y litúrgico hacia la Madre de Dios y los santos del Cielo no es el último el que la Iglesia haya podido en todo tiempo rechazar victoriosamente la peste de las herejías y de los errores.
   
En este orden de cosas, debemos admirar los designios de la Providencia, la cual, así como suele sacar bien del mal, así permitió que de cuando en cuando disminuyeran la fe y la piedad de las gentes o que falsas teorías insidiasen la verdad católica; pero con este resultado, que la verdad católica resplandeciese después con nuevo esplendor, y las gentes, despertadas del letargo, tendiesen a cosas mayores y más santas.
    
Las festividades que fueron recibidas en el curso del año litúrgico en tiempos no lejanos, tuvieron igual origen y produjeron idénticos frutos. Así, cuando había disminuido la reverencia y el culto hacia el Santo Sacramento, se instituyó la fiesta del Corpus Christi y se ordenó que fuese celebrada de tal modo, que las solemnes procesiones y las oraciones de toda la octava llamasen las gentes a venerar públicamente al Señor; así, la festividad del Corazón de Jesús fue introducida cuando los ánimos de los hombres, enflaquecidos y envilecidos por el frío rigorismo del jansenismo, se habían enfriado y alejado del amor de Dios y de la esperanza de la eterna salvación.
   
El laicismo, peste de nuestra edad.
Ahora, si mandamos que Cristo Rey sea honrado por todos los católicos del mundo, con ello proveeremos a las necesidades de los tiempos presentes, aportando un remedio eficacísimo a la peste, que infesta la humana sociedad.
   
La peste de nuestra edad es el llamado laicismo, con sus errores y sus impíos incentivos; y vosotros sabéis, venerables hermanos, que tal impiedad no maduró en un solo día, sino que desde hace mucho tiempo se incubaba en las visceras de la sociedad. Se comenzó por negar el imperio de Cristo sobre todas las gentes; se negó a la Iglesia el derecho, que se deriva del derecho de Cristo, de enseñar a las gentes, esto es, de dar leyes, de gobernar los pueblos para conducirlos a la eterna felicidad. Poco a poco la religión cristiana fue igualada con las otras religiones falsas e indecorosamente rebajada al nivel de éstas; por lo tanto, se la sometió a la potestad civil; y fue arrojada al arbitrio de los príncipes y de los magistrados; se fue más adelante todavía: hubo algunos que intentaron sustituir la Religión de Cristo con cierto sentimiento religioso natural; no faltaron Estados los cuales entendieron pasarse sin Dios, y pusieron su religión en la irreligión y en el desprecio de Dios mismo.
   
Los frutos pésimos que este alejarse de Cristo por parte de los individuos y de las naciones produjo tan frecuentemente y durante tanto tiempo los hemos lamentado ya en la Encíclica «Ubi arcano», y todavía hoy los lamentamos; el germen de la discordia esparcido por todas partes; encendidos aquellos odios y rivalidades entre los pueblos que tanto retardaron el establecimiento de la paz; la intemperancia de las pasiones, que con frecuencia se esconde bajo las apariencias del bien público y del amor patrio; las discordias civiles que de ellas derivan, juntamente con aquel ciego e inmoderado egoísmo tan extensamente difundido, el cual tiende solamente al bien privado y a la propia comodidad, midiéndolo todo por ambas; la paz doméstica completamente turbada por el olvido y la relajación de los deberes familiares; deshechas la unión y la estabilidad de las familias, y, en fin, la misma sociedad resquebrajada y lanzada hacia la ruina.
    
La fiesta de Cristo Rey, contra el laicismo.
Nos anima, sin embargo, la buena esperanza de que la fiesta anual de Cristo Rey, que se celebrará en seguida, empuje la sociedad, como todos deseamos, a la vuelta hacia nuestro amadísimo Salvador. Acelerar y apresurar este retorno con la acción y con sus obras sería deber de los católicos, muchos de los cuales, no obstante, parece que no tienen en la convivencia civil aquel puesto y autoridad que conviene a los que llevan delante de sí la antorcha de la verdad. Tal estado de cosas se atribuye tal vez a la apatía o timidez de los buenos, que se abstienen de la lucha o resisten flacamente; de lo cual los enemigos de la Iglesia sacan mayor temeridad y audacia. Pero cuando los fieles todos comprendan que deben militar con valor y siempre bajo las insignias de Cristo Rey, se dedicarán con ardor apostólico a reconducir a Dios a los rebeldes e ignorantes, y se esforzarán en mantener incólumes los derechos de Dios mismo.
    
Y para condenar y reparar estas públicas defecciones que el laicismo produjo, con grave perjuicio de la sociedad, ¿no parece que debe ayudar grandemente la celebración de la solemnidad anual de Cristo Rey entre todas las gentes? En verdad, cuanto más se pasa en vergonzoso silencio el nombre suavísimo de Nuestro Redentor, así en las reuniones internacionales como en los Parlamentos, tanto más es necesario aclamarlo públicamente, anunciando por todas partes los derechos de su real y dignidad potestad.
  
Precedentes de la fiesta de Cristo Rey.
¿Quién no ve que ya desde los últimos años del siglo pasado se preparaba maravillosamente el camino a la deseada institución deste día festivo? Ninguno ignora cómo fue sostenido este culto y sabiamente defendido por medio de libros divulgados en las varias lenguas de todo el mundo; así como también fue reconocido el principado y el reino de Cristo con la piadosa práctica de dedicar y consagrar todas las familias al Sacratísimo Corazón de Jesús. Y no solamente fueron consagradas las familias, sino también naciones y reinos; más aún: por deseo de León XIII, todo el género humano durante el Año Santo de 1900 fue felizmente consagrado al Divino Corazón.
   
No se debe pasar en silencio que para confirmar esta real potestad de Cristo sobre la sociedad humana sirvieron maravillosamente los numerosísimos Congresos eucarísticos que suelen celebrarse en nuestros tiempos; en estos Congresos, convocando los fieles de cada diócesis, de las regiones, de las naciones y de todo el orbe católico para venerar y adorar a Cristo Rey, escondido bajo los velos eucarísticos, se tiende, mediante los discursos en las asambleas y en las iglesias, mediante la pública exposición del Santísimo Sacramento, mediante las maravillosas procesiones, a proclamar a Cristo como Rey que nos hadado el Cielo. Se podría decir con razón que el pueblo cristiano, movido por inspiración divina, saliendo del silencio y de la soledad de los sagrados templos, y llevando por las vías públicas como triunfador a aquel mismo Jesús que, venido al mundo, no quisieron los impíos reconocer, quiera restablecerlo en su derechos reales.
    
La ocasión propicia del Año Santo.
Y en verdad, para actuar nuestro intento arriba indicado, el Año Santo que toca a su fin nos da la más propicia ocasión; puesto que Dios Nuestro Señor, habiendo levantado la mente y el corazón de los fieles a la consideración de los bienes celestiales, «que superan todo goce)), los restableció a la gracia y los confirmó en el recto camino y los condujo con nuevos estímulos al conseguimiento de la perfección. Por esto, sea que consideremos las numerosas súplicas a Nos dirigidas; sea que tengamos en cuenta los acontecimientos de este Año Santo, encontramos motivos para pensar que finalmente ha despuntado el día, deseado por todos, en el cual podremos anunciar que se debe honrar con una fiesta especial a Cristo como Rey de todo el género humano.
   
Este año, en efecto, como decíamos al principio, el Rey divino, verdaderamente admirable en sus santos, ha sido magnificado en manera gloriosa con la elevación de un nuevo grupo de fieles suyos a los honores celestiales; igualmente este año, por medio de la Exposición Misionera, todos admiraron los triunfos de Cristo obtenidos por los operarios evangélicos al extender su reino; finalmente, en este mismo año, con la celebración del centenario del Concilio niceno, hemos conmemorado la defensa y la definición del dogma de la consustanciabilidad del Verbo encarnado con el Padre, sobre la cual se funda el imperio soberano del mismo Cristo sobre todos los pueblos.
   
Establecimiento y modalidad de la fiesta. 
Por lo tanto, con nuestra autoridad apostólica, establecemos la fiesta de Nuestro Señor Jesucristo Rey, decretando que se celebre en todas las partes de la tierra el último domingo de Octubre, esto es, el domingo precedente a la fiesta de Todos los Santos. Igualmente ordenamos que en ese mismo día se renueve todos los años la consagración de todo el género humano al Sacratísimo Corazón de Jesús, que nuestro predecesor de santa memoria Pío X había mandado que se repitiera anualmente. Este año, sin embargo, queremos que se renueve el 31 de este mes, en el cual Nos mismó tendremos pontifical solemne en honor de Cristo Rey y ordenaremos que dicha consagración se haga en nuestra presencia. Nos parece que Nos no podemos cerrar mejor y con más oportunidad, ni coronar el, Año Santo, ni dar más amplio testimonio de nuestra gratitud a Cristo, Rey Inmortal de los siglos, y de la gratitud de todos los católicos, por los beneficios que hemos recibido Nos, la Iglesia y todo el orbe católico durante este año.
   
Oportunidad de una fiesta especial.
No es necesario, venerables hermanos, que os expongamos detenidadmente los motivos por los cuales hemos instituido la solemnidad de Cristo Rey distinta de la de otras fiestas en las cuales parece ya indicada e implícitamente solemnizada esta misma dignidad real. Basta advertir que mientras el objeto material de todas las fiestas de Nuestro Señor es Cristo mismo, el objeto formal se distingue; y en ésta es el nombre y la potestad real de Cristo. La razón por la cual quisimos establecer esta fiesta el día de domingo es para que, no sólo el Clero, con la celebración de la misa y la recitación del oficio divino, sino también el pueblo, libre de las ocupaciones de costumbre, rinda a Cristo eximio testimonio de su obediencia y de su devoción.
    
Nos pareció también muy oportuna esta celebración en el último dommgo del mes de Octubre, en el cual se cierra casi el año litúrgico; pues así sucederá que los misterios de la vida de Cristo conmemorados en el curso del año, terminen y reciban coronamiento de esta solemnidad de Cristo Rey, y se celebre y se exalte antes la gloria de Aquel que triunfa en todos los santos y en todos los elegidos. Por lo tanto, sea vuestro deber, venerables hermanos, y vuestra misión el hacer de modo que preceda a la celebración de esta fiesta anual, en días determindas, un curso de predicación en todas las parroquias; de manera que los fieles, amaestrados acerca de la naturaleza, el significado y la importancia de esta fiesta, emprendan un tenor de vida tal, que sea verdaderamente digno de los que desean ser súbditos afectuosos y fieles del Rey divino.
   
Frutos que se esperan: plena libertad de la Iglesia.
Llegados al término de estas nuestras letras, Nos place, venerables hermanos, explicar brevemente las ventajas, ya en bien de la Iglesia, ya en bien de la sociedad civil ya de los individuos en particular, que Nos prometemos de este público a Cristo Rey. Tributando estos honores a la dignidad regia de Nuestro Señor, se traerá necesariamente al pensamiento de todos que la Iglesia, habiendo sida establecida por Cristo como sociedad perfecta, exige por derecho propio, al cual no puede renunciar, plena libertad e independencia del poder civil; y en el ejercicio de su divino ministerio de enseñar, regir y conducir a la felicidad eterna a todos aquellos que pertenecen al reino de Cristo, no puede depender del arbitrio de nadie.
   
Además la sociedad civil debe conceder igualmente libertad a las Órdenes y Congregaciones religiosas de ambos sexos, las cuales, siendo valiosísimo auxilio de la Iglesia y de sus pastores, cooperan grandemente a la extensión y al incremento del reino de Cristo, ya con la profesión de los tres votos con que combaten la triple concupiscencia del mundo, ya porque, con la práctica de una vida de mayor perfección, hacen de modo que la santidad, que el divino Fundador quiso fuese una de las notas de la verdadera Iglesia, resplandezca siempre más de día en día delante de los ojos de todos.
    
Aviso saludable a los gobernantes.
La celebración de esta fiesta, que se renovará todos los años, será también advertencia para las naciones de que el deber de venerar públicamente a Cristo y de prestarle obediencia se refiere no sólo a los particulares, sino también a todos los magistrados y a los gobernantes; les traerá a la mente el juicio final, en el cual Cristo, arrojado de la sociedad o solamente ignorado y despreciado, vengará acerbamente tantas injurias recibidas; reclamando su real dignidad que la sociedad entera se uniforme a los divinos mandamientos y a los principios cristianos, tanto al establecer leyes como al administrar la justicia, y ya, finalmente, en la formación del alma de la juventud en la sana doctrina y en la santidad de las costumbres.
   
Además, no hay que decir cuánta fuerza y virt ud podrán sacar los fieles de la meditación de estas cosas para modelar su espíritu, según las verdaderas reglas de la vida cristiana.
     
Incremento de la vida cristiana en los fieles.
Puesto que a Cristo, Señor Nuestro, le ha sido dado todo poder en el Cielo y en la tierra; si todos los hombres redimidos con su Sangre preciosa están sujetos por un nuevo título a su autoridad; si, en fin, esta potestad abraza toda la naturaleza humana, claramente se comprende que ninguna de las tres facultades se sustrae a tan grande autoridad.
   
Es necesario, por lo tanto, que Él reine en la mente del hombre, la cual con perfecta sumisión debe prestar firme y constante asentimiento a las verdades reveladas a la doctrina de Cristo; que reine en la voluntad, la cual debe obedecer a las leyes y preceptos divinos; que reine en el corazón, el cual, apreciando menos los apetitos naturales, debe amar a Dios sobre todas las cosas y a Él solo estar unido; que reine en el cuerpo y en los miembros, que, como instrumento, o, por decir con el Apóstol Pablo, «como armas de justicia para Dios» (Rom. 6, 13), deben servir para la interna santificación del alma. Si estas cosas se proponen a la consideración de los fieles, éstos se inclinarán más fácilmente a la perfección.
   
Haga el Señor, venerables hermanos, que cuantos están fuera de su reino deseen y reciban el suave yugo de Cristo; y todos cuantos somos por su misericordia súbditos suyos e hijos llevemos este yugo, no de mala gana, sino con gusto, con amor y santamente; y que nuestra vida, conformada a las leyes del reino divino, recoja halagüeños y abundantes frutos, y siendo considerados por Cristo como siervos buenos y fieles, lleguemos a ser con Él partícipes del reino celestial de su eterna felicidad y gloria.
   
Estos nuestros votos en la fiesta del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo sean para vosotros, venerables hermanos, un atestado de nuestro paternal afecto; y recibid la bendición apostólica, que en prenda de los divinos favores os damos de todo corazón a vosotros, venerables hermanos, y a todo el clero y pueblo vuestros.
  
Dado en Roma, junto a San Pedro, el día 11 de Diciembre del año 1925, cuarto de nuestro pontificado. PÍO, PAPA XI.
 
* Los seis santos a que hace referencia son Santa Teresita del Niño Jesús (17 de Mayo), San Pedro Canisio (21 de Mayo), Santa Magdalena Sofía Barat y Santa María Magdalena Postel (24 de Mayo), San Juan María Vianney y San Juan Eudes (31 de Mayo de 1925).