martes, 30 de noviembre de 2021

SAN AGUSTÍN REFUTA A MARTÍN LUTERO


«Cuando Jesús dice: “Id al fuego eterno, que ha sido preparado para el diablo y sus ángeles”, no lo dice porque no han creído en Él, sino porque no han hecho obras buenas. Así, para que nadie se prometa la vida eterna con la fe, que sin obras es muerta, para eso dijo que separaría a todas las gentes, que mezcladas utilizaban los mismos pastos, para que quede bien claro que quienes digan: “Señor, ¿y cuándo te vimos sufriendo lo uno y lo otro, y no te servimos?”, son los mismos que habían creído en Él, pero que no se habían preocupado de hacer obras buenas, como si con la sola fe muerta se pudiese llegar a la vida eterna». (SAN AGUSTÍN, La fe y las obras, libro único, cap. XV, 25).

MEDITACIONES PARA EL ADVIENTO, NAVIDAD Y EPIFANÍA (DÍA TERCERO)

Meditaciones dispuestas por San Alfonso María de Ligorio, y traducidas al Español, publicadas en Barcelona por la imprenta de Pablo Riera en 1859. Imprimátur por D. Juan de Palau y Soler, Vicario General y Gobernador del Obispado de Barcelona, el 30 de Octubre de 1858.
   
MEDITACIÓN 3.ª: Sic Deus diléxit mundum, ut Fílium suum unigénitum daret (De tal manera Dios amó al mundo, que dio a su Hijo unigénito, San Juan III, 16).
Considera cómo el eterno Padre, dándonos al Hijo por Redentor, por víctima y por precio de nuestro rescate, no podía darnos motivos más poderosos de esperanza y de amor, para inspirarnos confianza y para obligarnos a amarle. Dándonos el Padre su Hijo, dice San Agustin, no sabe ni tiene más que darnos. Quiere que nosotros apreciemos este inmenso don, a fin de adquirirnos la salvación eterna y toda gracia que nos sea necesaria para conseguirla, mientras que en Jesús hallamos cuanto podemos desear: luces, fortaleza, paz, confianza, amor y gloria eterna. Siendo cierto que Jesucristo es un don que contiene todos los otros dones, ¿qué podemos buscar y desear? ¿Cómo no nos donó con él todas las cosas?, dice San Pablo 1 (Romanos VIII, 32). Habiéndonos Dios dado a su amado Hijo, que es la fuente y tesoro de todos los bienes, ¿quién puede temer que quiera negarnos alguna gracia que le pidamos? Jesucristo, dice el mismo Apóstol, ha sido hecho por Dios, sabiduría y justificación, y santificación, y redención (I Cor. I, 30). Dios le ha dado a nosotros ciegos e ignorantes, como luz y sabiduría, para caminar por la senda de la salvación, a nosotros reos e ingratos, como justicia, para satisfacer por nuestras culpas, a nosotros pecadores, para santificarnos. Finalmente, Dios le ha dado a nosotros esclavos del demonio, como rescate, para adquirir la libertad de hijos de Dios. En suma, concluye el Apóstol, con Jesucristo nosotros somos enriquecidos en todas cosas, de manera   que no nos falte cosa alguna en ninguna gracia (I Corintios I). Y este don que nos ha hecho Dios de su Hijo, es un don hecho a cada uno de nosotros; pues que Él le ha dado todo a cada uno, como si a él solo fuese donado; así es que cada uno de nosotros puede decir: Jesús es todo mío; mío es su cuerpo y su sangre: mía es su vida, sus dolores, su muerte: míos son sus méritos. Por esto decía San Pablo: Me amó y se entregó a Sí mismo por mí (Gálatas II, 20). Y lo mismo puede decir cada uno: Mi Redentor me ha amado, y por el amor que me ha tenido, se ha entregado todo a mí.
    
AFECTOS Y SÚPLICAS 
¡Oh Dios eterno!, ¿y quién jamás podía hacer este don que es de infinito valor, sino Vos que sois un Dios de amor infinito? ¡Oh Criador mío!, ¿y qué mas podíais hacer para darnos confianza en vuestra misericordia y ponernos en la obligación de amaros? Señor, yo os he pagado con ingratitudes; pero Vos habéis dicho por vuestro Apóstol, que a los que aman a Dios todas las cosas les contribuyen al bien: ómnia cooperántur in bonum. No quiero, pues, que el gran número y enormidad de mis pecados me hagan desconfiar de vuestra bondad; quiero que me sirvan para más humillarme cuando reciba alguna afrenta. Muchas merece quien ha tenido el atrevimiento de ofenderos, bondad infinita: quiero que me sirvan para mejor resignarme con las cruces que me enviéis: para ser más diligente en serviros y honraros, a fin de compensar las injurias que os he hecho. Quiero, sí, acordarme siempre, oh Dios mío, de los disgustos que os he causado, para alabar más vuestra misericordia, y para encenderme siempre más en el amor hacia Vos, que se me habeis acercado cuando huía de Vos, y me habéis hecho tanto bien después que yo tanto os he maltratado. Espero, Señor, que ya me habréis perdonado. Me arrepiento, y quiero siempre arrepentirme de los ultrajes que os he hecho. Quiero seros agradecido, compensando con mi amor la ingratitud que con Vos he usado. Pero Vos debeis ayudarme, y a Vos pido la gracia de cumplir esta mi voluntad. Haceos amar mucho de un pecador que os ha ofendido también mucho. Dios mío, Dios mío, y ¿quién podrá jamás dejar de amaros, y separarse nuevamente de vuestro amor? ¡Oh María, reina mia!, socorredme; Vos sabeis mi debilidad: Haced que yo me encomiende a Vos siempre que el demonio pretenderá separarme de Dios. Madre mía, esperanza mía, ayudadme.

lunes, 29 de noviembre de 2021

LA FRATER FRACASÓ EN LAS NEGOCIACIONES CON LA ROMA MODERNISTA, PERO FELLAY Y DEMÁS ANHELAN SER PARTE DE LA PSEUDOIGLESIA

Traducción del Comentario de los Padres de TRADITIO.
   
El obispo de la Neo-FSSPX Bernard Fellay, engañado por la Iglesia Conciliar del Nuevo Orden, que no es la Iglesia Católica
Es hora para la Neo-FSSPXde dejar de tentar a Dios tratando de negociar con el diablo de la Anti-Iglesia, porque Dios no manifiesta su obra a través de tontos o herejes
   
«Queridos Padres de TRADITIO: La Neo-FSSPX no ha logrado llegar a un acuerdo sobre la doctrina con la Roma Conciliar porque el equipo doctrinal, dirigido por el obispo Alfonso de Galarretta de la Neo-FSSPX, se negó a ceder en la enseñanza perenne. De hecho, en ese momento, uno de los participantes comentó que la iglesia novusordiana no solo abrazó y avanzó la doctrina heterodoxa, sino también que ni siquiera hablaba el mismo idioma que los participantes de la Neo-FSSPX.
  
El fundamento de las enseñanzas católicas tradicionales es el antiguo sistema filosófico-teológico elaborado por los grandes doctores de la Iglesia, como San Agustín, Santo Tomás de Aquino, San Buenaventura, San Bernardo, San Anselmo, San Roberto Belarmino y, de hecho, los padres orientales también, mientras que el apoyo de los herejes modernistas de la Iglesia Conciliar, como Joseph Ratzinger (alias Antipapa Benedicto XVI), son Hegel, Marx y Sartre, y el subjetivismo, y sólo Dios sabe qué más.
  
Los herejes modernistas de la Iglesia Conciliar crean una arquitectura fea, escriben música repugnante, componen literatura repugnante, crean pinturas sin sentido y esculturas retorcidas. Su teología, política y cosmovisión son de la misma pieza. De ahí que defiendan el colectivismo y el socialismo, por ejemplo, que son solo un nombre clave para el comunismo.
  
El comentarista participante, según recuerdo, dijo que hablar con teólogos conciliares era como mantener una conversación en dos idiomas diferentes y mutuamente incomprensibles. Los participantes de la Neo-FSSPX no tenían idea de qué estaban hablando los herejes modernistas de la iglesia conciliar, y viceversa. Si alguno predica una doctrina además de la que os hemos predicado, dice San Pablo, sea anatema (Gálatas 1, 8, version Douay-Rheims). En cuanto al lenguaje de los modernistas de la Iglesia Conciliar, es para la teología lo que era la Torre de Babel en las Sagradas Escrituras: una fuente de desorientación y confusión.
  
La Iglesia Conciliar no es católica. La Iglesia Conciliar no es cristiana. La Iglesia Conciliar es pagana un día y secularista al día siguiente. La Iglesia Conciliar no está unida a la Verdad, quien es Cristo mismo. Entonces la Iglesia Conciliar está completamente perdida. Los verdaderos católicos no deben tener nada que ver con la Iglesia Conciliar. Es hora de que Fellay & Cía. dejen de tentar a Dios tratando de negociar con el diablo de la Nueva Iglesia. Su santo fundador, el arzobispo Marcel Lefebvre, descubrió eso y desde entonces evitó por completo a la Iglesia Conciliar. Es hora de que la Neo-FSSPX se mantenga firme contra este nuevo mal. Ellos no lo han hecho. Dios no manifestará su obra a través de tontos o herejes» (Petrus Romanus, corresponsal de TRADITIO en Roma).
   
RESPUESTA DE LOS PADRES DE TRADITIO: Lo que nos sorprende es el grado en que los conciliares están tan desorientados como para no ver ese simple hecho: La Iglesia Conciliar no es la Iglesia Católica. No creemos que quieran verlo, porque si admitieran que la Iglesia Conciliar no es la Iglesia Católica, tendrían que irse. Prefieren quedarse en un fraude en vez de irse. No es de extrañar que la Iglesia Conciliar se salga con la suya golpeándolos tan duramente. Los conciliares son facilitadores del fentanilo mortal que los líderes de la Iglesia Conciliar complacen.

ROBAN RELIQUIA DEL NON SANCTO JUAN PABLO II EN ARGENTINA

Traducción del Comentario de los Padres de TRADITIO, ampliado en algunos lugares.
   
“Ex Sánguine Joánnis Pauli II Papæ [Sic]”: Una gota de la sangre del Antipapa Juan Pablo II Wojtyła, el cual la Iglesia Conciliar hizo un “non sancto” novusordiano a pesar de ser un notorio hereje con propensión al paganismo y también cómplice de la pedofilia, fue robada de una basílica conciliar.
Después de su muerte, su secretario privado dividió las partes de su cuerpo y su sangre para conciliares favorecidos, como una suerte de bazar.
Numerosas “reliquias” de su sangre han sido puestas por satanistas en el mercado negro.
   
El 21 de Noviembre de 2021 se informó que una reliquia de la sangre del non sancto Juan Pablo II Wojtyła fue robada de la Basílica del Santísimo Sacramento, sita en el céntrico barrio bonaerense de Retiro y que fue tomada por la Iglesia Conciliar del Nuevo Orden, que no tiene ni Santísimo Sacramento ni Santos para ofrecer. La reliquia fue obsequiada por el cardenal emérito Stanisław Dziwisz, el eterno secretario privado de Wojtyła, a la sedicente Misión Católica Polaca (Polskiej Misji Katolickiej) en Buenos Aires dirigida por el presbítero Jorge Jacinto Twaróg OFM. La reliquia fue recuperada por el presbítero sacramentino Rafael Emilio Cáceres Olave SSS y restituida el 24 de Noviembre, luego que un individuo la devolvió después de comprarla vía internet en un anticuario de San Telmo. Cáceres dijo que no se volvería a exhibir la reliquia, por la creciente inseguridad en el sector.
  
Wojtyła no fue ningún “santo”, sino un hereje modernista y pagano, que no dudó en “presidir” servicios semidesnudos, en ser “ungido” por una sacerdotisa hinduista con estiércol de vaca, en ser fumigado con incienso por aborígenes paganos, y participar en más de 100 sacrilegios, blasfemias e idolatrías. Actualmente es muy bien conocida su complicidad en la pedofilia: apoyó al cardenal Bernard Francis Law Stubblefield, cuya complicidad de los crímenes de pedofilia dispararon la revelación del Gran Holocausto Sexual y Desvío de Dinero en la Iglesia Conciliar. Favoreció públicamente al infame sacerdote-presbítero Marcial Maciel Degollado, que violó y sodomizó niños alrededor del mundo (incluso a sus propios hijos, habidos de una relación con Blanca Estela Lara Gutiérrez). Apoyó a la semi-hinduista Teresa de Calcuta (nacida Agnes Gonxha Bojaxhiu Bernai), que a su vez apoyó al “confesor” de su orden, Donald J. McGuire SJ, aun después que fue expuesto como un rampante pedófilo [Parte de la información proviene de Catholic News Agency y La Nación].
   
Católicos tradicionales, después de la muerte de Wojtyła, su secretario Stanisław Jan Dziwisz Bielarczyk (después creado cardenal) comenzó a dividir las partes de su cuerpo y su sangre para conciliares favorecidos, como una suerte de bazar. Numerosas “reliquias” de su sangre han sido puestas por satanistas en el mercado negro. Todo el tema es enfermizo, no menos el hecho que el sujeto de este sinsentido, Karol Wojtyła (en arte “Papa Juan Pablo II”) fue un descarado hereje mordernista con propensiones al paganismo, es adorado por los conciliares como si fuera un dios, cosa que ciertamente no es (¡y no fue!).

LA “MONJA RAPERA” COLGÓ EL HÁBITO

Los colombianos quizá recordarán (aunque más bien es para olvidar, como todo lo relativo a Bergoglio y la secta conciliar que él gobierna con puño de hierro) cuando, el 7 de Septiembre de 2017, un grupo de músicos conciliares cantó en su honor la canción “Demos el primer paso” en el Parque Simón Bolívar de Bogotá previo al servicio novusordiano presidido por Bergoglio esa tarde. Entre estos (no sin controversia en Twitter) hubo una que se ganó el renombre de la “Monja Rapera” por su participación en ese género musical en el reality show “A otro nivel” el año antes de ese fatídico y oneroso evento. Se llamaba Valentina de los Ángeles y de la Santa Faz (en el siglo Wendy Lorena Rangel), de la congregación de las Comunicadoras Eucarísticas del Padre Celestial, fundadas por el presbítero Antonio Lootens Impens († 2018) y la religiosa Gabriela del Amor Crucificado (en el siglo Adriana Delgado Aldana, * 1977) en 2004 y aprobadas cuatro años después por el arzobispón Juan Francisco Sarasti Jaramillo CJM († 2021), ordinario de Santiago de Cali.
   
Antes y después
  
Bueno, en días recientes salió que después de doce años entre las Comunicadoras Eucarísticas, Valentina de los Ángeles abandonó el hábito (aunque su deserción se dio a comienzo del 2018, a juzgar por su página de Facebook y su cuenta en Twitter). Actualmente está estudiando música para iniciar carrera como cantante profesional con el nombre artístico de “Lore Rangel”, y quiere grabar reggaeton (“con otro contenido”, claro está), como declaró en una entrevista para un canal de televisión.
   
Valentina dijo a la AFP en los días previos a la “visita papal” de Bergoglio a la nación cafetera:
«Mi sueño como música es ser una buena religiosa y hacer música es un segundo (sueño). Quiero grabar más y que la gente más que enamorarse de mi voz, se enamore de Jesús».
Meses después, Wendy Lorena trinó en su cuenta de Twitter:
«Me caí, me paré, caminé, me subí
Me fui contra la corriente y también me perdí
Fracasé, me encontré, lo viví y aprendí
Cuando te pegas fuerte más profundo es el beat».
San Pablo advirtió en su momento que no se debía admitir mujeres demasiado jóvenes como viudas al servicio de la Iglesia (antecesoras de las monjas), porque después de profesar fidelidad a Cristo, algunas se volvían al mundo que habían abandonado, atrayendo sobre sí la condenación por el perjurio y el adulterio cometido contra su Divino Esposo:
«Viudas jóvenes no las admitas al servicio de la Iglesia. Pues cuando se han regalado a costa de los bienes de Cristo, quieren casarse, teniendo contra sí sentencia de condenación, por cuanto violaron la primera fe, la palabra de fidelidad, o el voto con que se habían ofrecido al Señor: Y aun también estando ociosas o teniendo poco trabajo se acostumbran a andar de casa en casa: no como quiera ociosas, sino también parleras, y curiosas, hablando de cosas de que no deberían hablar. […] Pues algunas se han pervertido ya para ir en pos de Satanás, abandonando a Jesucristo, a quien se habían sacrificado para toda su vida». (I Timoteo V, 11-13; 15, versión de Mons. Félix Torres Amat).
Y la Seráfica Doctora Santa Teresa de Jesús, que en el Libro de la Vida, cap. XXXVI, 5 dice: «No hacía cosa que no fuese con parecer de letrados» (contándose hasta 23 letrados y teólogos durante su vida, entre ellos San Pedro de Alcántara y San Juan de la Cruz), escribe que no podía admitir monjas iletradas ni pagadas de devoción sensiblera,
«porque espíritu que no vaya comenzando en verdad yo más le querría sin oración, y es gran cosa letras, porque estas nos enseñan a los que poco sabemos y nos dan luz y, llegados a verdades de la Sagrada Escritura, hacemos lo que debemos: de devociones a bobas nos libre Dios» (Libro de la Vida, cap. XIII, 16).
Claro, las Comunicadoras Eucarísticas no se denominan monjas (las consideran aburridas, anquilosadas o distantes) ni religiosas: son “consagradas” que quieren vender la imagen de una iglesia “rejuvenecida” y que “hace lío” como lo manda su líder Francisco Bergoglio, enemigo del monacato católico. A tal fin graban discos, cantan en conciertos y hacen vídeos y programas para televisión e internet. No había en ellas el retiro que es común en las monjas, y las consecuencias saltan a la vista.

BERGOGLIO NOMBRA NUEVO VISITADOR PARA MEĐUGORJE


El boletín de prensa de la Santa Sede anunció el 27 de Noviembre Francisco Bergoglio nombró al ex nuncio Aldo Cavalli, de 75 años, como Visitador Apostólico ad nutum Sanctæ Sedis (a voluntad de la Santa Sede) para la parroquia de San Santiago Apóstol en Međugorje (diócesis de Mostar-Duvno, Bosnia y Herzegovina), después de la muerte del arzobispón Henryk Franciszek Hoser Zabłoński SAC, de 78 años, acaecida en Agosto.
    
Cavalli procede de la diócesis de Bérgamo (patria de Juan XXIII bis Roncalli), en el norte de Italia. Instalado presbítero el 18 de Marzo de 1971 por Clemente Gaddi (arzobispo ad persónam de Bérgamo) con el rito montini-bugniniano, ingresó a la Academia Pontificia Eclesiástica en 1975 donde se graduó en 1979. Fue secretario de la Nunciatura en Burundi hasta 1986, cuando fue llamado a la Secretaría de Estado. El 2 de Julio de 1996 fue nombrado Nuncio en Angola y Santo Tomé y Príncipe, e instalado arzobispón titular de Vibo Valentia (Monteleone de Calabria, Italia) por el cardenal Ángelo Raffaele Sodano Brignolo el 26 de Agosto de ese año. El 28 de Junio de 2001 fue nombrado Nuncio en Chile, y el 29 de Octubre de 2007 nombrado Nuncio en Colombia por Benedicto XVI Ratzinger. El 16 de Febrero de 2013 fue nombrado Nuncio en Malta y Libia, y el 21 de Marzo de 2015 fue designado en los Países Bajos. Fue además embajador extraordinario y plenipotenciario ante la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas, y representante ante el Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-HÁBITAT).
   
En su momento, Hoser fue enviado a Međugorje con una función “exclusivamente pastoral”, para hacer un acompañamiento “estable y continuo” de la parroquia y los fieles que acuden al lugar, sin emitir juicio sobre las presuntas apariciones que acontecen allí desde 1981.
    
Las pseudoapariciones de Međugorje están llenas de contradicciones y herejías (además que se convirtieron en la bandera de guerra de los franciscanos de Bosnia contra la diócesis de Mostar), pero esto no importa en la Iglesia de Francisco Bergoglio, donde 2+2=5, el Sol es verde y el Catolicismo un delito.

MEDITACIONES PARA EL ADVIENTO, NAVIDAD Y EPIFANÍA (DÍA SEGUNDO)

Meditaciones dispuestas por San Alfonso María de Ligorio, y traducidas al Español, publicadas en Barcelona por la imprenta de Pablo Riera en 1859. Imprimátur por D. Juan de Palau y Soler, Vicario General y Gobernador del Obispado de Barcelona, el 30 de Octubre de 1858.
   
MEDITACIÓN 2.ª: Et Verbum caro factum est (Y el Verbo se hizo carne, San Juan I, 14).
El Señor envió a San Agustin para que escribiera sobre el corazón de Santa María Magdalena de Pazzi las palabras Verbum caro factum est. Por lo que nos interesa, pidamos también nosotros al Señor que nos ilumine el entendimiento, y nos haga conocer qué exceso y prodigio de amor ha sido el que el Verbo eterno, el Hijo de Dios, se haya hecho también hombre por amor nuestro. La santa Iglesia se llena de admiración contemplando este misterio, según aquellas palabras: Consideré tus obras, y me pasmé (Responso 6.º de la Circuncisión del Señor). Si Dios hubiese criado mil mundos mil veces más grandes y más bellos que el presente, es cierto que esta obra sería infinitamente menor que la Encarnación del Verbo. Fecit poténtiam in bráchio suo. Para ejecutar la obra de la Encarnación se ha necesitado toda la omnipotencia y sabiduría infinita de un Dios, haciendo que la naturaleza humana se uniese a una persona divina, y que una persona divina se humillase a tomar la naturaleza humana; de manera que Dios se hizo hombre y el hombre se hizo Dios; y habiéndose unido la divinidad del Verbo al alma y al cuerpo de Jesucristo, se hicieren divinas todas las acciones de este hombre-Dios: divinas sus oraciones, divinos los padecimientos, divinos los vagidos, divinas las lágrimas, divinos los pasos, divinos los miembros, divina aquella Sangre, para hacer de ella un baño de salud destinado a lavar todos nuestros pecados, y un sacrificio de infinito valor, para aplacar la justicia del Padre justamente indignado con los hombres. Y ¿quiénes son al fin estos hombres? Miserables criaturas, ingratas y rebeldes. Y ¡por ellas hacerse un Dios hombre! ¡Sujetarse a las miserias humanas! ¡Padecer y morir por salvar a estos seres indignos! Se humilló a Sí mismo, dice San Pablo, hecho obediente hasta la muerte; y muerte de cruz (Filip. II, 8). ¡Oh fe santa! Si tú no nos asegurases de esto, ¿quién podría creer jamás que un Dios de infinita majestad se haya abajado hasta hacerse pasible y mortal como nosotros, para salvarnos a costa de tantas penas e ignominias, y de una muerte tan cruel y vergonzosa? ¡Oh gracia! ¡Oh fuerza del amor!, exclama San Bernardo. ¡Oh gracia, que ni aun podrian imaginársela los hombres si Dios mismo no hubiese pensado hacérsela! ¡Oh amor divino, que no podrá jamás comprenderse! ¡Oh misericordia! ¡Oh caridad infinita, digna solamente de una bondad infinita!
    
AFECTOS Y SÚPLICAS 
¡Oh alma! ¡Oh cuerpo! ¡Oh Sangre de mi Jesús! yo os adoro, y os doy gracias. Sois mi esperanza. Vosotros sois el precio pagado para rescatarme del infierno, que tantas veces he merecido. ¡Oh Dios! Y ¡qué vida tan infeliz y desesperada aguardar debiera en la eternidad, si Vos, Redentor mío, no hubiéseis pensado en salvarme con vuestras penas y con vuestra muerte! Mas ¿cómo las almas redimidas por Vos con tanto amor, sabiendo esto, pueden vivir sin amaros, y despreciar vuestra gracia, que con tantos trabajos les habeis procurado? ¿Por ventura ignoraba yo todo esto? ¿Cómo, pues, he podido ofenderos, y ofenderos tantas veces? Pero repito, vuestra Sangre es mi esperanza. Conozco, Salvador mío, el grande agravio que os he hecho. ¡Oh, si hubiese yo muerto mil veces antes! ¡Oh, si os hubiese siempre amado! Mas os doy gracias, porque me dais tiempo de verificarlo aún. Espero en lo que me resta de esta vida, y después en la eternidad alabar por siempre la misericordia que conmigo habeis usado. Después de mis pecados, yo merecía más tinieblas, y me habeis dado más luz. Merecía que me abandonaseis, y Vos con voces amorosas os habeis acercado llamándome. Merecía que mi corazón quedase más endurecido, y Vos lo habeis enterhecido y compungido. Así es que por vuestra gracia siento ahora un gran dolor de las ofensas que os he hecho; siento en mí un gran deseo de amaros; siento en mí una firme resolución de perderlo todo antes que vuestra amistad; siento un amor hacia Vos que me hace aborrecer todo lo que os desagrade; y este dolor, este deseo, esta resolucion y este amor, ¿quién me lo da? Me lo dais Vos por vuestra misericordia. Luego es, Jesús mio, señal de que ya me habeis perdonado; es señal de que ahora me amais, y quereis salvarme a todo trance. Sí; Vos quereis mi salvación, yo quiero salvarme, principalmente por daros gusto. Vos me amais, tambien os amo: pero os amo poco, dadme más amor. Vos mereces más amor de mí, a quien habéis dispensado gracias más especiales que a los demás. Ea, pues, aumentad la llama, Maria santísima, alcanzadme que el amor de Jesús consuma y destruya en mí todos los afectos que no son para Dios. Vos oís a todos, oídme también: alcanzadme amor y perseverancia.

domingo, 28 de noviembre de 2021

EL “CRUCIFIJO CLIMÁTICO” DE LA CATEDRAL DE SALFORD

Traducción del artículo publicado en NOVUS ORDO WATCH.
   
Una vez más se burlan de Nuestro Señor…
SACRILEGIO: EL “CRUCIFIJO CLIMÁTICO” DE LA CATEDRAL DE SALFORD
   
A los modernistas novusordianos que okupan nuestros hermosos templos católicos romanos nunca se les agotan las ideas para profanar lo sagrado. No es necesario recordar el enfermizo y blasfemo “Reloj Jesús” perpetrado por el obispón Hermann Glettler Schartner Comm. l’Emm. de Innsbruck, o el no menos blasfemo “crucifijo” en la capilla del seminario en Graz. Ambos ejemplos son de Austria, una de las incubadoras del “arte” y arquitectura sacrílegos en Europa.
     
El ejemplo de hoy en ridiculizar y humillar a Nuestro Amado Salvador Jesucristo viene de la diocesis de Salford, Inglaterra (clic en imagen para una versión más grande):
    
    
Con todo, esta abominación se encuentra no en una iglesia cualquiera de la diócesis. ¡Está exhibida en la catedral de San Juan Evangelista! Así es, ¡está exhibida en la propia iglesia del obispón novusordiano salfordense! (El nombre de ese hombre es John Stanley Kenneth Arnold, que dicho sea de paso, fue nombrado en ese puesto por nadie menos que Francisco Bergoglio).
   

La fuente de esta imagen es la página de Facebook de la catedral de Salford [Aquí una captura de pantalla, N. del T.]. Fue subida el 19 de Noviembre de 2021, y en el pie de foto se lee:
«Si has visitado la catedral de Salford en las últimas semanas, es posible que hayas notado esta escultura de crucifijo en el antiguo baptisterio. La escultura fue montada por la CAFOD [Catholic Agency for Overseas Development, Agencia Católica para el Desarrollo en el Extranjero, N. del T.] coincidiendo con la COP26; para enfatizar las acciones de base y lideradas por la parroquia que hemos tomado para apoyar al Obispo John en sus esfuerzos por preservar nuestra casa común.
   
El crucifijo se hizo con materiales locales reutilizados: madera de estibas y madera flotante del río Irwell. Es una representación de cómo los grandes cambios pueden comenzar a nivel parroquial, cuando las comunidades se unen para actuar».
“COP26” es una referencia a la reciente conferencia climática realizada en Glasgow, Escocia, para la cual el antipapa Francisco Bergoglio incluso desempolvó por un momento la creencia en el juicio de Dios:
La religión ecoclimática está de moda en Novusordolandia, donde hace mucho que el culto al Crucificado fue remplazado por el culto de la “Madre Tierra”.

VENERABLE FRANCISCO GASCHON, MISIONERO DIOCESANO


Es en la aldea de La Molette, de la parroquia de Auzelles, que nace Francisco Gaschon. Sus antepasados estaban establecidos allí luego de al menos tres generaciones. Su padre, Benito, se había casado con Ana Palasse el 2 de noviembre de 1726. Una familia de campesinos y artesanos tejedores –en la campiña del Ambert dieciochesco, el tejido era una actividad muy frecuente– quelque peu aisés, en la cual nacieron siete hijos, de los cuales sobrevivieron tres. Francisco era el segundo; él nació el 30 de agosto de 1732, y, según la usanza –la mortalidad infantil era importante, y querían absolutamente asegurar la salvación eterna de los pequeños–, es bautizado al día siguiente en la iglesia de Auzelles, por el vicario M. Vacheron.
  
En 1745, su padre lo envía al colegio de los jesuitas  de Billom, primer colegio fundado en la Francia por la Compañía en 1556, y que guarda el recuerdo de San Juan Francisco Régis, el Apóstol de Vivarais, profesor en Billom de 1619 a 1622. En 1749, Francisco partió a Clermont para terminar sus estudios y comenzar su formación teológica. El 15 de agosto de 1754, entró al seminario mayor dirigido por los padres de San Sulpicio, y recibió las Sagradas Órdenes el 18 de diciembre de 1756 por Mons. François-Marie Le Maistre de La Garlaye, obispo de Clermont, famoso por su sencillez y generosidad con los pobres.
   
Su ministerio sacerdotal comienza como vicario del padre Santiago Savignat en Saint-Amant-Roche-Savine. Era una gran parroquia con 1.600 almas, situada a la vera del nuevo camino de Clermont a Ambert y Montbrison, abierto apenas dos años antes. Pero luego de un año y medio, Francisco parte a Tolosa, donde se encuentra con su hermano Annet-Marie, para tomar grados universitarios en derecho canónico. Años más tarde, Louis, su hermano menor –entonces de once años–, irá también para recibirse como doctor in utróque jure. Francisco, por su parte, asistirá en 1758 y 1759 a los cursos que le permitirán recibirse como bachiller en derecho canónico el 17 de julio de 1760. A su regreso, será nombrado vicario en Olliergues donde permanece de 1761 a 1765, donde el párroco, el Padre Juan Chambrotty, influirá mucho en la caridad. En 1766, solicita su admisión entre los misioneros de Notre Dame de l’Hermitage, un instituto diocesano dedicado a las misiones parroquiales, donde es recibido el 28 de agosto de 1769 y une la vida de oración y penitencia al don de la predicación, donde nunca falta en sus sermones la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.

La aldea de Lavaudieu, gracias a una gran cruz de hierro que sobrevivió felizmente a la Revolución, guarda la memoria de una misión famosa, presidida por el Padre Gaschon en 1779. En efecto, ella comenzó muy mal, por una epidemia que se declara súbitamente en la región, causando numerosas víctimas. Los habitantes estaban dispuestos a encarcelar a los misioneros, a los cuales atribuían esta desgracia. Es entonces que el Padre Gaschon monta en chaire, para dirigir a Dios una oración ferviente a fin que cesara el azote, ofreciéndose él como víctima expiatoria, al punto que la asamblea prorrumpe en sollozos… La epidemia cesa, y la misión tuvo frutos extraordinarios.
    
En 1789, el Padre Gaschon, como se le conoce, tiene cincuenta y siete años y se encuentra en Banelle. En los primeros tiempos de la Revolución, nada cambia en la vida de la misión: al ser una comunidad de sacerdotes seglares, los misioneros diocesanos no son tocados por el decreto de supresión de las órdenes religiosas proclamado por la Asambea Constituyente el 13 de febrero de 1790. Mas la misión diocesana quedará muy ligada a Mons. Francisco de Bonal. Él había tomado una posición resueltamente hostil a las agitaciones de su tiempo (en la Cuaresma de 1789, le advirtió a sus diocesanos de las licencias de la prensa en propagar doctrinas impías, y que vendría una gran visitación de Dios para la Francia), con la oposición de gran parte del clero, que apoyaba algunas reformas. En su carta pastoral del 23 de noviembre de 1790, de Bonal denunció la Constitución Civil del Clero (de clara impronta jansenista), adoptada el día 12 de julio. Rehusándose al juramento de fidelidad a tal ley, fue declarado dimisionario por la administración departamental de Puy-de-Dôme el 25 de enero de 1791, y remplazado el 13 de febrero por el dominico Jean-François Périer, director del colegio militar de Effiat. De Bonal, residente en París tras ser expelido de su sede, exhorta por sus vicarios a que los sacerdotes no reconozcan al usurpador, y a que los fieles no acudan a los constitucionales.

El decreto contra los sacerdotes refractarios del 29 de noviembre de 1791, la ley del 27 de mayo de 1792 que ordenaba la deportación de todo refractario y la del 27 de agosto de 1792 que ordena que los sacerdotes refractarios abandonen la Francia en un término de 15 días obligaba a los sacerdotes a esconderse o irse al exilio. El padre Gaschon decide de regresar a Livradois para ejercer su ministerio; gracias a dos amigos, dispone de muchos escondites en toda la región de Ambert y Olliergues: enseña la fe, distribuye los Sacramentos, da confianza a los agricultores perseguidos, y escapa a menudo, a sus perseguidores, de una manera a veces milagrosa.

Durante esta época ocurre otro milagro: estando en el castillo de Lyonne, una camarera que dio a luz un bebé natimorto, pidió que le llevaran al Padre Gaschon. Éste, antes de administrarle, pide que le lleve el bebé a la capilla del castillo para bautizarlo. Y allí, el infante vuelve a la vida y recibe el bautismo, sobreviviendo cuarenta y ocho horas, luego de las cuales murió. Desde entonces, a la tumba del Padre Gaschon eran llevados los cuerpos de los bebés muertos.

Con la caída de Robespierre (26 de julio de 1794), la calma regresa cuando tanto los convencionales como el representante en misión, Étienne Christophe Maignet deciden velar por la seguridad de sus conciudadanos. El 21 de febrero de 1795, el Estado proclama la libertad de cultos, luego las elecciones legislativas del 21 de marzo y el 4 de abril de1797 amènent los realistas al poder y abrogan las últimas leyes contra los refractarios, pero el Golpe de Estado del 18 de fructidor del año V (4 de septiembre de 1797) hace que el gobierno tome nuevas medidas contra los refractarios, que deberán nuevamente dejar su ministerio. El Padre Gaschon es asignado a residir en Olliergues el 11 de diciembre de 1797.

Mons. de Bonal murió en Múnich el 3 de septiembre de 1800. La firma del Concordato, el 15 de julio de 1801, permite finalmente el regreso a una situación religiosa normal. Conforme a las disposiciones interinas, Perrier, el obispo constitucional, presenta su dimisión el 12 de octubre (será nombrado obispo de Aviñón el año siguiente). El 20 de junio de 1802, el nuevo obispo de Clermont, Charles-Antoine-Henri Duvalk de Dampierre, es solemnement instalado en su sede. Poco después, nombra dos vicarios generales: uno del antiguo régimen, Étienne Caillot de Bégon, y el otro antiguo constitucional –reconciliado en 1795– Joseph Michel Micolon de Guérines. Juntos, se dedicarán a reorganizar la diócesis.
  
En la parroquia de Banelle, el anciano cura Imarigeon recupera oficialmente la posesión de su curato el 17 de abril de 1802. Pero, a su edad de 82 años, no puede poner eficazmente en obra la reorganización de la parroquia, que contaba entonces con 6.000 habitantes, más de la mitad en el campo. Mons. de Dampierre le remplaza entonces el 16 de noviembre por Louis-François de Rostaing, el padre Imarigeon queeando esta vez en su lugar. El nuevo cura, nacido en 1755, y originario de la diócesis de Lyon, se había refugiado durante la Revolución con su hermana, que vivía en Livradois. De lejos era muy «ancien Régime». Su nombramiemto pareció causar problema a los planes esbozados por la burguesía de Ambert para poner un sacerdote salido de su rango; por otra, Rostaing mostró estima por el ex-convencional Maignet, que indiscutidamente protegió la región durante los problemas del Terror. A pesar del trabajo que realizó para volver a poner en condiciones la parroquia –restauración de la iglesia, socorro a los pobres, reactivación de las asociaciones parroquiales, etc.–, el cura fue entonces hecho objeto de una ruidosa campaña de detracción. Para entonces, el pequeño número de sacerdotes –el cura y sus dos vicarios, así como dos sacerdotes muy ancianos– presentes en esta vasta y poblada parroquia no permiten responder satisfactoriamente a las inmensas necesidades de estos tiempos de reconstrucción: catecismos, visitas a los enfermos y los pobres, confesiones, sufriendo mucho por ello.

El 12 de agosto de 1804, dos hermanas, Jeanne-Marie y Marguerite Dorat, originarias de Craponne-sur-Arzon tomaron a su cargo el hospital de Ambert (antiguo convento de la recolección franciscana) siendo acompañadas por dos coterráneas, Marie Giraud y Madeleine Dapzol. Finalmente ellas reciben el velo, primero de las monjas de la Cruz de Lyon, entonces, y en 1816, de las de San José del Buen Pastor de Clermont, tomando los nombres de Sor Victoria, y Sor San Francisco, Sor Chantal y Sor Coloma.
   
Aunque las instalaciones estaban muy deterioradas, hasta el punto que en algunos sectores faltaban las baldosas y las ventanas, ellas acogían a los enfermos, ancianos, impedidos físicos y mentales y a numerosos niños abandonados. En noviembre de 1806, el Padre Gaschon se instala en el hospital para estar al servicio de los más pobres. Él se aloja en una habitación sencilla y quiere pagar renta, a fin de no lucrarse de los pobres. Viste una sotana sencilla y come todos los días en la cocina del hospital, contra la chimenea. Todos los días, celebra la misa en capilla con suelo de tierra pisada. Fue allí que el 6 de Octubre de 1813, Sor Coloma cae del balcón, muriendo de forma inmediata, para consternación general. Sin dejarse mover, el Padre Gaschon continúa su Misa, calmando a la audiencia con estas solas palabras: «¡No os preocupéis, ella está en buen camino!».
   
Además de la misa hace una instrucción religiosa y una lectura piadosa, visita a los enfermos  y se promène con los convalecientes y asiste a los moribundos. En la mañana del 27 de noviembre, él se siente fatigado, pidiendo entonces recibir los últimos sacramentos, que le son administrados por el padre Monteilhet, su confesor. Pronto todo el hospital está en agitación, y difundiéndose la noticia en la ciudad, muchos acuden allí. Mencionemos en particular la presencia de una valiente chica de Forez, que fue llamada Sor Lacon; ella luego servirá a San Juan María Vianney; y el padre Alfred Monnin, en su primera biografìa del Cura de Ars, dirá que «su memoria estaba llena de las virtudes y ejemplos de vida de este santo misionero».
   
Fallece el 28 de noviembre de 1815. Según los testimonios recogidos en el proceso diocesano, numerosas religiosas oyeron una música celestial en el momento de su muerte. Su velación contó con gran concurrencia de gentes, hasta el punto que algunos querían llevarse trozos de su ropa como reliquias, por lo que hubo que cerrar la capilla para cambiarle el traje. Allí, según Sor San Francisco, primera superiora del hospital, las monjas descubrieron en el pecho del padre Gaschon «un corazón que estaba formado sobre su costado izquierdo, muy rojo», simbolizando su devoción al Sagrado Corazón de Jesús, y la caridad que tenía por las almas.
   
Según el canónigo Camilo Peyrenchon, era tanta la fama del Padre Gaschon que, años después de su muerte, cuando el Cura de Ars recibía la visita de algún peregrino del Livradois, acostumbraba decirle: «¿Qué necesidad tienes de venir a mí? ¡Tienes en Ambert al Padre Gaschon!». Se cuenta que que San Pío X, luego de beatificar a San Juan María Vianney, «modelo y patrono de los párrocos», había afirmado querer beatificar a Francisco Gaschon como «modelo y patrono de los misionneros». Francisco Gaschon es uno de los innumerables sacerdotes que han trabajado después de veinte siglos con celo en la evangelización del pueblo de Francia. Él vivió durante uno de los períodos más agitados de su historia nacional.
  
ORACIÓN (Para devoción privada)
Oh Dios, que has prometido a los humildes que serán exaltados, y a los que enseñen a muchos los caminos de la justicia, que brillarán como las estrellas en la eternidad, dígnate glorificar a tu siervo el Padre Francisco Gaschon y haz resplandecer su nombre entre los de tus Santos. Que tus gracias, oh Señor, se multipliquen en favor de los fieles que Te invocan y recuerdan las virtudes que él practicó sobre la tierra, y el celo todo apostólico que él tuvo por la salud de las almas. Que podamos también ver un día a la Santa Iglesia honrar su memoria y nos dé en él un nuevo modelo a imitar, un protector que nos asista en nuestros trabajos y nuestras penas, y nos ayude a alcanzar la celestial bienaventuranza. Amén.
    
Sacratísimo Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros. Rezar un Ave María.

Traducción de una estampa difundida por el Hospital de Ambret en 1925. Imprimátur de Mons. Jean-François Marnas, Obispo de Clermont, otorgado el 3 de Febrero de 1925. 30 días de Indulgencia.

MEDITACIONES PARA EL ADVIENTO, NAVIDAD Y EPIFANÍA (DÍA PRIMERO)

Meditaciones dispuestas por San Alfonso María de Ligorio, y traducidas al Español, publicadas en Barcelona por la imprenta de Pablo Riera en 1859. Imprimátur por D. Juan de Palau y Soler, Vicario General y Gobernador del Obispado de Barcelona, el 30 de Octubre de 1858.
   
MEDITACIÓN 1.ª: Et incarnátus est de Spíritu Sancto, et homo factus est (Y encarnóse por obra del Espíritu Santo, y se hizo hombre).
Considera cómo habiendo criado Dios al Primer hombre para que le sirviese y amase en esta vida, y después conducirle a la vida eterna, a reinar en el paraíso; a este fin le enriqueció de luces y de gracias. Pero el hombre ingrato se rebeló contra Dios, negándole la obediencia que le debía de justicia y por gratitud, quedando de esta suerte el miserable, privado con toda su descendencia de la divina gracia y excluido por siempre del paraíso. Mira después de esta ruina del pecado perdidos a todos los hombres. Todos vivían ciegos entre las tinieblas, en las sombras de la muerte. Mas Dios, viéndolos reducidos a este miserable estado, determina salvarlos. ¿Y cómo? No manda ya a un Ángel o a un Serafín; sino que para manifestar al mundo el amor inmenso que tenía a estos gusanos ingratos, envió a su mismo Hijo a hacerse hombre, y a vestirse de la misma carne de los pecadores, para que satisficiese con sus penas y con su muerte a la justicia divina por los delitos de ellos, y así los librase de la muerte eterna; y reconciliándolos con su divino Padre, les alcanzase la divina gracia, y los hiciese dignos de entrar en el reino eterno. Pondera aquí de una parte la ruina inmensa que trae el pecado, privándonos de la amistad de Dios y del paraíso, y condenándonos a una eternidad de penas.
    
Pondera de la otra el amor infinito que Dios mostró en esta grande obra de la Encarnación del Verbo, haciendo que su Unigénito viniese a sacrificar su vida divina por manos de verdugos sobre la cruz en un mar de dolores y vituperios, para alcanzarnos el perdón y la salvación eterna.
    
¡Ah! Que al contemplar este gran misterio y este exceso de amor cada cual no debería hacer otra cosa que exclamar: ¡Oh Bondad infinita! ¡Oh misericordia infinita! ¡Oh amor infinito! ¿Un Dios hacerse hombre, para venir a morir por mi?…
    
AFECTOS Y SÚPLICAS
Pero, ¿cómo es, Jesús mío, que aquella ruina del pecado, que Vos habéis reparado con vuestra muerte, yo tantas veces he vuelto después a renovármela voluntariamente con tantas injurias como os he hecho? ¡Vos a tanta costa me habéis salvado, y tantas veces yo he querido perderme, perdiéndoos a Vos, bien infinito! Pero me da confianza lo que Vos habéis dicho: que cuando el pecador que os ha vuelto la espalda, se convierte después a Vos, no dejáis de abrazarlo: volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, decís por el profeta Zacarías (Cap. I, 3). Habéis dicho también: si alguno me abriere la puerta, yo entraré a él (Apoc. III, 20).
    
He aquí, Señor, que soy uno de estos rebeldes, ingrato y traidor, que muchas veces os ha vuelto la espada y os he desechado de mi alma; mas ahora me arrepiento con todo el corazón de haberos de tal manera maltratado, y despreciado vuestra gracia. Me arrepiento y os amo por sobre todas las cosas. Ved la puerta de mi corazón ya abierta; entrad, Señor, pero entrad para no salir jamás. Yo sé que Vos nunca saldréis, si yo no vuelvo a desecharos; pero ¡ah! Este es un temor, y esta es también la gracia que os pido, y espero siempre pediros: hacedme morir, antes que yo use con Vos esta nueva y mayor ingratitud. Amable Redentor mío, por la ofenda que os he hecho no merecería ya amaros; pero os pido por vuestros méritos el don del santo amor. Para esto hacedme conocer cuán gran bien es el amor que me habéis tenido, y cuánto habéis hecho para obligarme a amaros.
    
¡Ah! Mi Dios y Salvador, no me hagáis vivir más tiempo ingrato a tanta bondad vuestra. Yo no quiero dejaros jamás, Jesús mío. Basta cuanto os he ofendido. Razón es que estos años que me restan de vida los emplee todos en amaros y daros gusto. Jesús mio, Jesús mio, ayudadme; ayudad a un pecador que quiere amaros. ¡Oh María, Madre mía! Vos todo lo podéis con Jesús, sois su madre. Decidle que me perdone; decidle que me encadene con su santo amor. Vos sois mi esperanza, en Vos confío.

sábado, 27 de noviembre de 2021

MONTANÈR, EL PRIMER CISMA DESPUÉS DEL VATICANO II

En Italia hubo un episodio que aun hoy es poco comentado, pero que aún hoy debe ser analizado, por las consecuencias que ha dejado: Se trata del “Cisma de Montanèr”.
   

Surgió luego de la muerte del padre Giuseppe Faè Moras el 13 de Diciembre de 1966, párroco de San Pancracio de Montanèr, una frazione (localidad) de Sàrmede (provincia de Treviso, región de Vittorio Veneto). Antiguo capellán militar durante la Guerra Europea, Faè había sido designado en Montanèr en 1927 (nombramiento que percibió como una suerte de extrañamiento por sus posturas antifascistas en cuanto director espiritual de la Acción Católica local y del semanario diocesano L’Azione –eran los tiempos de Pío XI, y la Iglesia italiana estaba normalizando sus relaciones con el gobierno–, y durante la Guerra Mundial fundó con un Gionvanbattista Bitto “Pagnoca” licenciado del Ejército el 8 de Septiembre de 1943 la Brigada partisana “Vittorio Veneto”. Él y su hermana Giovanna fueron arrestados el 27 de Marzo de 1944 por los fascistas y condenados a muerte en Údine (sentencia que le fue conmutada por mediación del arcipreste de Porndenone Gioacchino Muccin Fabris –futuro obispo de Belluno-Feltre– por la reclusión en el seminario diocesano de Vittorio Veneto durante el resto de la guerra; peor suerte corrió Giovanna: la deportaron al campo de concentración de Dachau en Alemania, y desde ahí se pierde el rastro de ella).
   
Giuseppe Faè Moras
  
Faè (conocido como “Bonsignore” y “Don Galera”) se ganó el aprecio de la población porque les trajo la electricidad, teléfono, agua corriente y servicio postal, además de construir un orfanato, un ancianato y una capilla dedicada a Santa Bárbara en recuerdo de los mineros que morían en los deslaves de las minas de la región, tanto que la feligresía quiso que el padre Antonio Botteon (a quien un Faè moribundo le entregó el anillo que el pueblo de Montanèr le obsequió), que le había asistido como capellán en los últimos tres años, fuese nombrado párroco, pero Albino Luciani (entonces obispo de Vittorio Veneto y que había asistido al funeral del padre Faè), nombró a Giovanni Gava, entonces arcipreste de San Anastasio de Cessalto, para que se posesionara el 22 de Enero de 1967. Un comité pidió que a Botteon le permitiesen continuar al menos como vicepárroco, pero Luciani no solo se mantuvo en su negativa de que, según el canon 523 pío-benedictino, los fieles no pueden elegir párroco (y que Botteone era demasiado joven para gobernar él solo una parroquia), sino que la localidad era demasiado pequeña para tal arreglo.
  
Albino Luciani, obispo de Vittorio Veneto (c. 1965)
   
El día antes de la posesión de Gava, Montanèr estaba dividida a muerte entre los partidarios del obispo (“los ratones”, que se congregaron en el asilo y eran asistidos por el padre Romualdo Baldissera) y los de Botteon (“los gatos”, que eran la mayoría), y habían alguna vez llegado a las manos. Al llegar, Gava se encontró que las puertas y ventanas del templo y la rectoría estaban tapiadas (para que ni él entrara, ni Botteon saliera –aunque igual, se logró salir y abandonó la región–), y no pudo bajar sus efectos personales del coche. El 9 de Febrero, una delegación de montanereses partió a Roma para pedir audiencia privada con Pablo VI Montini (aunque en vano). La primera misa de los “ratones” en la plaza del pueblo fue impedida por una fuerte ventisca, que muchos atribuían ser el ánima del padre Faè. Luciani buscó un compromiso en el envío el 19 de Marzo por seis meses del fraile carmelita Casimiro de Monsélice, luego del cual, entre una terna de candidatos nombrados por él, los pobladores elegirían su párroco. Pasado ese intervalo, y sin aún haber escogido (igual, ningún ternado quería asumir sin el beneplácito de su obispo), Luciani nombró a Pietro Varnier, párroco de San Santiago de Veglia, como párroco de Montanèr. El 12 de Septiembre, visto que hallaron abiertas las ventanas de la rectoría, la población enfurecida retuvo en la azotea al recién llegado Varnier, a quien solo le permitieron llamar a su obispo informándole de la situación.
    
Al medio día, Luciani llegó con el vicecuestor de Treviso, algunos comisarios, agentes de policía y un piquete de los carabineros, y entrando a la iglesia, retiró las hostias consagradas del tabernáculo y declaró el entredicho sobre la parroquia, prohibiendo so pena de suspensión que cualquier sacerdote oficiase los sacramentos allí. Una testigo del hecho relata que el vicecuestor de Treviso le preguntó a Luciani: «Monseñor, ¿qué hace? ¡Deja una iglesia interdicta, un pueblo sin Jesús!», y él contesta: «A mí no me interesa el pueblo de Montanèr», y el pueblo le responde: «Luego, bien decimos que si a Vd. no le interesa la fe, tanto menos le interesamos nosotros». Se dio así el cisma.
   
Cuando ocurrieron estos hechos, ya varias iglesias protestantes se interesaron en los acontecimientos, pero ninguna pensó que habrían conversiones masivas. Para la Navidad, se logró un acuerdo entre “ratones” y “gatos” para que el padre Lorenzo De Conto, párroco de Santa Apolonia de Marziai di Vas, celebrase la Misa de Navidad junto al padre Antonio Botteon. El arreglo inicial entre “ratones” y “gatos” duró solo un mes, porque el 30 de Enero de 1968, Botteon se marchó para siempre de la región. El 26 de Diciembre de 1968, Montanèr presenció la primera Divina Liturgia en rito galicano presidida por el sacerdote ortodoxo Gregorio Baccolini, perteneciente al Patriarcado de Moscú (es de advertir que la población tenía cierto favor hacia Rusia por el apoyo a los partisanos durante la guerra), invitado por Purifica Pizzol. De la catequesis se encargó el alemán Klaus-Augustin Hessler (futuro Eulogio, arzobispo de Milán de los veterocalendaristas griegos) y luego el sacerdote ortodoxo italiano Claudio (Bruno) Vettorazzo de la Metrópolis ortodoxa de Aquileya, y finalmente, se consagró la iglesia ortodoxa de Santa Bárbara el 7 de Junio de 1969 por el metropólita Antonio (en el siglo Andréi Borísovich) Blum Scriabin, exarca del Patriarcado de Moscú para Europa Occidental. Para el día de los Fieles Difuntos, la procesión católica y la ortodoxa se enfrentaron en el cementerio de la población, y Lorenzo De Conto decidió replegarse a su iglesia, evitando que la situación pasara a mayores.
   
Con todo, las dificultades no se hicieron esperar: las conversiones no nacieron de un sentimiento de fe, sino del resentimiento contra Luciani, y los sacerdotes ortodoxos que llegaron no tenían buena conducta (Vettorazo –devenido obispo al ser consagrado por el controvertido patriarca nestoriano Mar Simón XXIII Isaí– fue procesado penalmente por fraude y expulsado de su parroquia por Fanurio Lino Vivan –de la Iglesia Autocéfala de Polonia– en 1992. Vivan –de quien se decía que solo era párroco los fines de semana, organizando fiestas populares y ventas de iconos religiosos–, a su vez, fue arrestado en 1994 por porte y tráfico de drogas –que compraba en Milán de lunes a jueves–, y se reveló que organizaba orgías homosexuales. La noticia de su arresto fue celebrada por el sacristán de la ya parroquia conciliar de San Pancracio con repique de campanas). Montanèr osciló entre la liturgia bizantina, el rito galicano, la liturgia polaca e incluso el rito nestoriano, tanto que algunos de los cismáticos se reconciliaron con la diócesis de Vittorio Veneto o abandonaron in límine toda práctica religiosa.
   
Finalmente, en 1998, la comunidad ortodoxa local se incorporó a la jurisdicción del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, permaneciendo desde entonces con el rito bizantino. Las relaciones entre la parte ortodoxa y la parte conciliar de Montanèr mejoraron desde entonces, tanto que el monasterio ortodoxo de Santa Bárbara (erigido en el año 2000) recibió unas reliquias del vecino santuario de los Santos Víctor y Corona de Feltre, y cuando el monasterio se incendió el 13 de Diciembre de 2013, el obispón de Vittorio Veneto Corrado Pizziolo les cedió la iglesia de Santa Cecilia en Val mientras se adelantan las labores de reconstrucción del templo (cosa impensable de haber seguido Luciani en dicha sede).
    
Analizados estos acontecimientos con cabeza fría, los responsables que un conflicto ordinario se degenerase en un cisma (el primero después del Vaticano II) fueron Faè y Luciani. El primero, porque al hacer mejorar las condiciones de sus parroquianos en medio de su accionar pastoral, cedió a la tentación de creerse indispensable e insustituible, hasta el punto que al morir, incitó en sus fieles una lucha partidista que fue una continuidad de la que él hizo durante la guerra, dividiendo a los italianos entre los “buenos” (los partisanos, comunistas hasta la médula –de ahí que a Faè lo llamaban también “el cura rojo”–) y los “malos” (los que veían en el fascismo una esperanza frente a la amenaza de la guerra civil). Pero Luciani también, porque si hubiese estudiado más la situación en que se encontraba esta parroquia y cedido un poco (además de que en Montanèr tenían el derecho antiguo de elegir a su párroco), nombrando a Botteon como vicario, otro gallo le cantara. Pero se comportó como se comportó, y el resto es de todos conocido: fue promovido al Patriarcado de Venecia el 15 de Diciembre de 1969, y el 26 de Agosto de 1978 elegido como Juan Pablo I, un nombre que reflejaba que él era continuidad para el Vaticano II (su elección como sucesor de Montini fue orquestada por el liberalísimo Giovanni Benelli Simoni, que temía que su propia elección hubiese fortalecido a los conservadores –Giuseppe Siri era el único cardenal conservador que aún conservaba derecho como elector, y de ser electo, hubiese revertido el Concilio–).
   
***
   
En tiempos actuales, la iglesia conciliar está viendo una situación mucho mayor que el cisma de Montanèr: Bergoglio, a causa de su Motu Próprio “Traditiónis Custódes”, ha facultado en sus obispones que repriman con severidad extrema a sus fieles que seguían el que creen el “Usus Antíquor” (y no lo es): Blaise Cupich, Michel Aupetit, Ángelo De Donatis, Robert Guglielmone, la Conferencia Episcopal de Costa Rica... No es de extrañar que algunos de estos fieles (y clérigos) se vayan con la Fraternidad Sacerdotal San Pío X o de plano decidan no volver más a una liturgia que sienten ya extraña a ellos como es la del Novus Ordo.

OTROS HECHOS DESCONOCIDOS EN RELACIÓN A JUAN PABLO I

Noticia tomada de GLORIA NEWS.
   

Francisco Bergoglio abrió el 13 de octubre el camino para una “beatificación” de Juan Pablo I (Albino Luciani Tancon, †1978), pero el periodista Americo Mascarucci sigue siendo escéptico.
   
El 15 de octubre destacó la página web MarcoTosatti.com en un artículo de una carta proyectada para los jesuitas condenando los errores de Karl Rahner que entre 1967-1969, el obispo de Vittorio Veneto, Luciani, gestionó mal el “Cisma de Montanèr”, cuando todo un pueblo renunció al catolicismo abrazando la ortodoxia, por sobre el nombramiento de un párroco llevado a cabo por Luciani. Luciani llegó a Montaner escoltado por la policía para retirar el Santísimo Sacramento de la iglesia.
   
En su diócesis reprimió los grupos de oración del Padre Pío (aun cuando conocía personalmente a Sor Pía de los Dolores OSS –en el siglo Gracia Forgione Di Nunzio–, la hermana del Padre Pío) y prohibió las peregrinaciones a San Giovanni Rotondo.
   
Fue su mérito como Patriarca de Venecia haber disuelto la FUCI local (Federación de Universitarios Católicos Italianos) porque apoyaban la introducción del divorcio civil en Italia.
    
Sin embargo, al mismo tiempo, miró con gran hostilidad el Rito Romano e “impuso casi obsesivamente la observancia del Misal moderno”.

viernes, 26 de noviembre de 2021

ICONO BLASFEMO EN CAPILLA DE LA UNIVERSIDAD “CATÓLICA” DE AMÉRICA

   
Desde el 3 de Marzo de 2021, en la Universidad “Católica” de América tenían exhibido fuera de la capilla “María, Espejo de Justicia” de la Facultad de Derecho “Cristóbal Colón” un cuadro tipo “Piedad” en que se representa a George Floyd (un delincuente de poca monta que murió de sobredosis de fentanilo, éxtasis y otras sustancias controladas mientras era detenido por la policía por pagar unos cigarrillos con dinero falso el 25 de Mayo de 2020 en Mineápolis) como “Jesucristo” al que la Virgen sostiene en sus manos.
   
Icono blasfemo que presenta a George Floyd como Jesucristo
   
El icono, ubicado en la capilla “María, Espejo de Justicia” de la Facultad de Derecho “Cristóbal Colón” de la UCA
   
Placa explicativa del cuadro (TRADUCCIÓN: «“Mama” Por Kelly Latimore. Luego de la muerte violenta de George Floyd el 25 de Mayo de 2020, Latimore creó este Icono en Junio de ese año. La imagen es evocativa de la Piedad, la Madre Dolorosa. Que María, el Espejo de Justicia, oiga el llanto de todos los que han conocido el dolor de perder un ser querido por la violencia y la injusticia. Amén»).

El artista episcopaliano Kelly Latimore, que se apropió de la iconografía oriental para defender el homosexualismo y el inmigracionismo, entre otras banderas “progresistas”, dijo en Abril de 2021 al sitio modernista The Christian Century que su pintura llamada “Mama” representa “tanto” a Floyd como a Jesús:
«Fue encargado por mi compañera Evie Schoenherr como una forma de llorar a George Floyd. En mi primer boceto, María estaba mirando al Salvador, pero terminamos cambiando su mirada hacia el espectador. Fue idea de Evie. Ese cambio sutil fue poderoso. No se centró en la muerte, que era horrible, sino en el espectador, y nos guió hacia el pensamiento, la oración y la acción en común.
   
[…]
   
La pregunta común que la gente hacía era “¿Este es George Floyd o Jesús?”. El hecho que pregunten eso es parte del problema. Mi respuesta era sí. Esta respuesta insatisfactoria frustró muchísimo a mucha gente. Una vez más, ellos están tratando de proteger a Dios, y podemos estar bastante seguros de que cuando tratamos de proteger a Dios, estamos creando un ídolo»
contrariando la lectura que John Hugh Garvey, presidente de la UCA y Karna Lozoya, vicepresidenta de comunicaciones universitarias, en que decían que el cuadro representaba a Jesús porque el halo cruciforme en la cabeza tenía las letras griegas Ὁ ὬΝ, que significan «El que es» (el nombre con que Yahveh Dios se reveló a Moisés en la Zarza Ardiente, como se lee en el capítulo III del Éxodo, significando que es «El existe por esencia». El uso de estas letras en los iconos de Jesucristo –que se ve en frescos de Egipto y Nubia entre 1130 y 1150– se rastrea en la ortodoxia eslava, que lo usó para combatir a la herejía bogomila presente en Bulgaria y Bosnia).
   
Kelly Latimore y Evie Schoenherr, creadores del icono blasfemo “Mama”.
    
John Hugh Garvey, presidente de la Universidad “Católica” de América
   
Además de las críticas provenientes de los ortodoxos de Rusia y Ucrania, de la misma UCA hubo también voces de descontento. Jared Jagiello, representante estudiantil de la Facultad de Arquitectura y Planificación, pidió la retirada del cuadro, cuya entronización por el capellán Jude T. DeAngelo Guerriero OFM Conv. (hijo de los fallecidos Anthony DeAngelo y Nancy Guerriero, e instalado presbítero en 1984 con el rito montini-bugniniano de ordenación, por tanto, NO ES SACERDOTE CATÓLICO VÁLIDO) el 3 de Marzo de 2021 fue calificada como irresponsable y una derrota para la misión universitaria. Un estudiante de tercer año, que pidió reserva de su identidad por temor a retaliaciones de la administración de su alma mater, dijo a un medio local:
«El icono no tiene cabida en la Universidad Católica de América; es blasfemo y una ofensa a la fe católica, pero no es nada sorprendente que lo hayan puesto ahí. Es sólo otro síntoma de la liberalización y secularización de nuestro campus.
     
Hay muchos estudiantes, profesores y personal que están preocupados por esto, pero no hay nada que podamos hacer, y si damos la voz de alarma, nos tacharán de racistas».
Por su parte Blayne Clegg, presidente de los Republicanos en la UCA, dijo:
«George Floyd obviamente no merecía morir, pero no es Jesucristo. No es un santo, ni un mártir, y compararlo de alguna manera con el hijo sin pecado de Dios Todopoderoso es hacer un flaco favor a la gran mayoría de los católicos y a la teología católica. Es condenable en cualquier lugar, pero especialmente en la Universidad Católica de América, donde esta pintura fue comprada, develada y colgada sin la participación de los líderes estudiantiles». 
La noche del 23 de Noviembre, el cuadro blasfemo desapareció, pero al día siguiente fue remplazado por una copia (más pequeña) que estaba en la oficina de la Pastoral Universitaria de la Universidad “Católica” de América, que tiene como Gran Canciller al arzobispón de Washington DC Wilton Daniel Gregory Duncan, que fue protegido del homosexual y satánico arzobispón de Chicago Joseph Louis Bernardin Simion. Gregory fue nombrado en Abril de 2019 para suceder a Donald William Wuerl Schiffauer, que fue protegido y sucesor inmediato del laicizado cardenal Theodore McCarrick, actualmente bajo juicio civil por abuso sexual. Recientemente, a Gregory se le critica por no revelar los registros financieros archidiocesanos, toda vez que McCarrick acostumbraba dar regalos costosos y girar cheques abultados a distintos prelados para que no lo investigaran.
   
Wilton Gregory (derecha) y Theodore McCarrick
   
George Perry “Big” Floyd Jones, de 46 años, a quien los progresistas ponen como mártir de la violencia racial, tenía una vida que distaba mucho de un cristiano: Hijo de George Perry Floyd Gillis (+2002) y de Larcenia “Cissie” Jones Stewart (+2018), durante 17 años trabajó de sacaborrachos en el club nocturno “El Nuevo Rodeo” (entonces propiedad de Maya Santamaría), donde fue colega de Derek Michael Chauvin, quien le causaría la muerte años después. Tenía varios antecedentes criminales por posesión de sustancias controladas, allanamiento de morada y robo a mano armada, y desacato a la autoridad. Además, tenía varios tatuajes con temática ocultista en su cuerpo, era miembro del grupo de rap “Young Risk Takers”, que cantaba sobre pandillas, y fue actor porno bajo el apodo “Floyd the landlord”, alternando con actrices como Kimberly Brinks y Nelli Tiger para la productora “TheHabibShow” (productora pornográfica especializada en afroamericanos), que a la noticia de su muerte trinó en Twitter: «RIP GEORGE FLOYD. Que tengas paz y bendición en el otro mundo. No tengamos misericordia con ellos [sic] asesinos. #JusticeForGeorgeFloyd».
   
No es el primer homenaje que la Iglesia Conciliar estadounidense le hace a Floyd: El 30 de Agosto del 2021, en la iglesia neoyorquina de San Francisco Javier se hizo exhibir su fotografía en el altar mayor, mientras el sacerdote-presbítero Kenneth J. Broller SJ hacía a su feligresía profesar un credo de nuevo cuño por la “justicia racial”.
   
No es de más recordar que, por más de “Justicia Social” que quieran, y que ante Dios no hay acepción de personas, Nuestro Señor Jesucristo NO ERA NEGRO.

ENCÍCLICA “Trádita humilitátis Nostræ”

El Papa Pío VIII (nacido Francisco Javier María Félix Castiglioni Ghisleri, reinó entre 1829 y 1830) publicó una única Constitución Apostólica (que por primera vez se publica en español), en la cual condenó el indiferentismo religioso, el jansenismo, las sociedades bíblicas modernas, y las sociedades secretas como la francmasonería y los carbonarios. Asimismo, exhorta a los obispos a velar por la formación y la rectitud de los seminarios (que el Concilio de Trento puso bajo su cuidado), y a recordar a los fieles la sacralidad del matrimonio católico y el fin primario de este, que es la crianza y educación cristiana de los hijos, frente a los ataques que se empezaban a avizorar con legislaciones favorables al divorcio y a los matrimonios mixtos.
 
ENCÍCLICA “Trádita humilitátis Nostræ”
   
   
Pío, por la Divina Providencia Papa VIII, a Nuestros Venerables Hermanos, Patriarcas, Primados, Arzobispos y Obispos.

Venerables Hermanos, Saludos y Bendición Apostólica.

Según la costumbre de Nuestros predecesores, estamos a punto de asumir Nuestro pontificado en la iglesia de Letrán. Este oficio nos ha sido concedido, aunque somos humildes e indignos. Os abrimos nuestro corazón con alegría, venerables hermanos, a quienes Dios nos ha dado como ayudantes en la conducción de tan gran administración. Nos complace hacerle saber los sentimientos íntimos de Nuestra voluntad. También creemos que es útil comunicar aquellas cosas de las que la causa cristiana puede beneficiarse. Porque el deber de Nuestro oficio no es solo alimentar, gobernar y dirigir a los corderos, es decir, al pueblo cristiano, sino también a las ovejas, que es el clero.
   
2. Nos regocijamos y alabamos a Cristo, quien levantó pastores para la custodia de su rebaño. Estos pastores conducen con cuidado sus rebaños para no perder ni uno de los que han recibido del Padre. Pues conocemos bien, venerables hermanos, vuestra fe inquebrantable, vuestro celo por la religión, vuestra santidad de vida y vuestra singular prudencia. Compañeros de trabajo como vosotros nos hacen felices y confiados. Esta grata situación nos alienta cuando tememos por la gran responsabilidad de Nuestro oficio, y nos refresca y fortalece cuando nos sentimos abrumados por tantas preocupaciones serias. No os detendremos con un largo sermón para recordaros qué cosas se requieren para desempeñar bien los deberes sagrados, qué prescriben los cánones para que nadie se aparte de la vigilancia sobre su rebaño, y qué atención se debe prestar al preparar y aceptar ministros.
    
3. Aunque Dios nos consuele con vosotros obstante, estamos tristes. Esto se debe a los innumerables errores y las enseñanzas de doctrinas perversas que, ya no secreta y clandestinamente, sino abierta y vigorosamente, atacan la fe católica. Sabéis cómo los hombres malvados han elevado el estandarte de la rebelión contra la religión a través de la filosofía (de la que se proclaman doctores) y mediante falacias vacías inventadas según la razón natural. En primer lugar, la Sede Romana es asaltada y los lazos de unidad se rompen todos los días. La autoridad de la Iglesia se debilita y los protectores de las cosas sagradas son arrebatados y despreciados. Se desprecian los santos preceptos, se ridiculiza la celebración de los oficios divinos, y el pecador maldice la adoración de Dios [1]. Todo lo que concierne a la religión queda relegado a las fábulas de las ancianas y a las supersticiones de los sacerdotes. Verdaderamente los leones han rugido en Israel [2]. Con lágrimas decimos: «Verdaderamente han conspirado contra el Señor y contra su Cristo". Verdaderamente los impíos han dicho: “Destruidla, destruidla hasta sus cimientos”». [3]

4. Entre estas herejías pertenece ese vil artificio de los sofistas de esta época que no admiten diferencia alguna entre las diferentes profesiones de fe y que piensan que el portal de la salvación eterna se abre para todos desde cualquier religión. Por tanto, etiquetan con el estigma de la ligereza y la estupidez a quienes, habiendo abandonado la religión que aprendieron, abrazan otra de cualquier tipo, incluso el catolicismo. Se trata ciertamente de una monstruosa impiedad que asigna la misma alabanza y la marca del hombre justo y recto a la verdad y al error, a la virtud y al vicio, a la bondad y a la vileza. De hecho, esta idea mortal sobre la falta de diferencia entre las religiones es refutada incluso a la luz de la razón natural. Estamos seguros de esto porque las diversas religiones no suelen coincidir entre sí. Si uno es verdadero, el otro debe ser falso; no puede haber sociedad de oscuridad con luz. Contra estos experimentados sofistas, se debe enseñar a la gente que la profesión de la fe católica es única y verdadera, como proclama el apóstol: «un Señor, una fe, un bautismo» [4]. San Jerónimo solía decirlo de esta manera: «el que coma el cordero fuera de esta casa, perecerá como los que durante el diluvio no estaban con Noé en el arca» [5]. De hecho, no se da a los hombres otro nombre que el de Jesús, mediante el cual puedan ser salvos [6]. El que crea, será salvo; el que no crea, será condenado [7].
 
5. También debemos tener cuidado con aquellos que publican la Biblia con nuevas interpretaciones contrarias a las leyes de la Iglesia. Distorsionan hábilmente el significado mediante su propia interpretación. Imprimen las Biblias en lengua vernácula y, absorbiendo un gasto increíble, las ofrecen gratis incluso a los sin educación. Además, las Biblias rara vez carecen de pequeños insertos perversos para asegurar que el lector ingiera su veneno letal en lugar del agua salvadora. Hace mucho tiempo que la Sede Apostólica advirtió sobre este grave peligro para la fe y elaboró ​​una lista de los autores de estas perniciosas nociones. Las reglas de este Índice fueron publicadas por el Concilio de Trento [8]; la ordenanza requería que no se permitieran traducciones de la Biblia a la lengua vernácula sin la aprobación de la Sede Apostólica y además requería que se publicaran con comentarios de los Padres. El sagrado Concilio de Trento había decretado [9], a fin de refrenar a los imprudentes, que nadie, confiando en su propia prudencia en asuntos de fe y de conducta que conciernen a la doctrina cristiana, podría torcer las Sagradas Escrituras a su propia opinión, o para una opinión contraria a la de la Iglesia o de los papas. Aunque tales maquinaciones contra la fe católica habían sido atacadas hace mucho tiempo por estas proscripciones canónicas, Nuestros predecesores recientes hicieron un esfuerzo especial para frenar estos males que se extendían [10]. Con estos brazos, que vosotros también os esforcéis por librar las batallas del Señor que ponen en peligro las enseñanzas sagradas,

6. Cuando esta corrupción haya sido abolida, entonces erradicad esas sociedades secretas de hombres facciosos que, completamente opuestos a Dios y a los príncipes, están enteramente dedicados a provocar la caída de la Iglesia, la destrucción de reinos y el desorden en todo el mundo. Habiéndose liberado de las restricciones de la religión verdadera, preparan el camino para crímenes vergonzosos. De hecho, debido a que ocultaron sus sociedades, despertaron sospechas de sus malas intenciones. Luego estalló esta mala intención, a punto de asaltar lo sagrado y el orden civil. De ahí que los sumos pontífices, nuestros predecesores, Clemente XII, Benedicto XIV, Pío VII y León XII [11], condenaron repetidamente con anatema ese tipo de sociedad secreta. Nuestros predecesores los condenaron en cartas apostólicas; Confirmamos esos mandatod y ordenamos que se observen exactamente. En este asunto, seremos diligentes para que la Iglesia y el estado no sufran daños por las maquinaciones de tales sectas. Con vuestra ayuda asumimos con empeño la misión de destruir las fortalezas que erige la pútrida impiedad de los malvados.

7. Queremos que sepais de otra sociedad secreta organizada no hace mucho para la corrupción de los jóvenes que se enseñan en los gimnasios y los liceos. Su astuto propósito es involucrar a maestros malvados para que guíen a los estudiantes por los senderos de Baal enseñándoles doctrinas no cristianas. Los perpetradores saben bien que la mente y la moral de los estudiantes están moldeadas por los preceptos de los maestros. Su influencia es ya tan persuasiva que se ha perdido todo temor a la religión, se ha abandonado toda disciplina moral, se ha cuestionado la santidad de la doctrina pura y se han pisoteado los derechos de los poderes sagrados y civiles. Tampoco se avergüenzan de ningún crimen o error vergonzoso. De verdad podemos decir con León el Grande que para ellos «la ley es prevaricación; la religión, el diablo; el sacrificio, deshonra» [12]. Eliminad estos males de vuestras diócesis. Esforzaos por nombrar no solo hombres instruidos, sino también buenos para capacitar a nuestra juventud.

8. Observad también los seminarios con más atención. Los padres de Trento os hicieron responsable de su administración [13]. De ellos deben salir hombres bien instruidos tanto en la disciplina cristiana y eclesiástica como en los principios de la sana doctrina. Entonces, tales hombres pueden distinguirse por su piedad y su enseñanza. Así, su ministerio será un testimonio, incluso para los que están fuera de la Iglesia, y podrán refutar a los que se han desviado del camino de la justicia. Tened mucho cuidado en la elección de los seminaristas, ya que la salvación de las personas depende principalmente de buenos pastores. Nada contribuye más a la ruina de las almas que los clérigos impíos, débiles o desinformados.

9. Los herejes han diseminado libros pestilentes por todas partes, mediante los cuales las enseñanzas de los impíos se esparcen, como un cáncer [14]. Para contrarrestar esta plaga tan mortal, no escatimad esfuerzos. Amonestad por las palabras de Pío VII: «Que consideren saludable sólo ese tipo de alimento al que les ha enviado la voz y la autoridad de San Pedro. Que elijan esos alimentos y se nutran de ellos. Que juzguen esa comida de la que la voz de San Pedro los aleja como completamente dañina y pestífera. Que se alejen rápidamente de él y nunca se dejen atrapar por su apariencia y pervertidos por sus encantos» [15].

10. También queremos que infundais a su rebaño de reverencia por la santidad del matrimonio para que nunca hagan nada que menoscabe la dignidad de este sacramento. No deben hacer nada que pueda ser impropio de esta unión impecable ni nada que pueda suscitar dudas sobre la perpetuidad del vínculo matrimonial. Este objetivo se logrará si al pueblo cristiano se le enseña con precisión que el sacramento del matrimonio debe regirse no tanto por la ley humana como por la ley divina y que debe contarse entre las preocupaciones sagradas, no terrenales. Por tanto, está totalmente sujeto a la Iglesia. Anteriormente, el matrimonio no tenía otro propósito que el de traer hijos al mundo. Pero ahora ha sido elevado a la dignidad de un sacramento por Cristo el Señor y enriquecido con dones celestiales. Ahora su propósito no es tanto generar descendencia como educar a los hijos para Dios y para la religión. Esto aumenta el número de adoradores de la verdadera divinidad. Acordaos que la unión del matrimonio significa la unión perpetua y sublime de Cristo con su Iglesia; como resultado, la unión íntima de marido y mujer es un sacramento, es decir, un signo sagrado del amor inmortal de Cristo por su esposa. Por tanto, enseñadle al pueblo lo que está sancionado y condenado por las reglas de la Iglesia y los decretos de los Concilios [16]. También explicad las cosas que pertenecen a la esencia del sacramento. Entonces podrán lograr esas cosas y no se atreverán a intentar lo que la Iglesia detesta. Os lo pedimos encarecidamente por vuestro amor a la religión. Esto aumentará el número de adoradores de la verdadera divinidad.
  
11. Ahora sabed qué causa Nuestro dolor actual. También hay otras cosas, no menos graves, que llevaría demasiado tiempo contar aquí, pero que vosotros conoceis bien. ¿Reprimiremos Nuestra voz cuando la causa cristiana esté tan necesitada? ¿Seremos refrenados por argumentos humanos? ¿Sufriremos en silencio el desgarro de la túnica sin costuras de Cristo Salvador, que ni siquiera los soldados que lo crucificaron se atrevieron a rasgar? [17]. Que nunca suceda que nos encontremos faltos de un celoso cuidado pastoral de nuestro rebaño, acosado como está por graves peligros. Sabemos que haréis incluso más de lo que os pedimos, y que apreciareis, aumentareis y defendereis la fe por medio de enseñanzas, consejos, trabajo y celo.

12. Con muchas oraciones ardientes, pedimos que, con Dios restaurando la penitencia de Israel, la religión santa pueda florecer en todas partes. También pedimos que la verdadera felicidad de la gente continúe sin ser perturbada, y que Dios siempre proteja al pastor de su rebaño terrenal y lo alimente. Que los poderosos príncipes de las naciones, con su espíritu generoso, favorezcan Nuestros cuidados y esfuerzos. Que con la ayuda de Dios continúen promoviendo vigorosamente la prosperidad y la seguridad de la Iglesia, que está afligida por tantos males.

13. Pidamos estas cosas con humildad a María, la santa Madre de Dios. Confesamos que ella sola ha superado todas las herejías y la saludamos con gratitud en este día, aniversario de la restauración de Nuestro predecesor, Pío VII, a la ciudad de Roma después de haber sufrido muchas adversidades. Pidamos estas cosas a San Pedro, el Príncipe de los Apóstoles, y a su coapóstol San Pablo. Con el consentimiento de Cristo, concedan estos dos apóstoles que Nosotros, firmemente asentados sobre la roca de la confesión de la Iglesia, no suframos circunstancias perturbadoras. De Cristo mismo Pedimos humildemente los dones de gracia, paz y gozo para vosotros y para el rebaño que os ha sido confiado. Como prenda de nuestro afecto impartimos con amor la bendición apostólica.

Dado en Roma, junto a San Pedro, el 24 de mayo de 1829, primer año de Nuestro pontificado. PÍO PP. VIII
   
NOTAS
[1] Eclesiástico 1, 32.
[2] Jeremías 2, 25.
[3] Salmo 136, 7.
[4] Efesios 4, 5.
[5] Epístola al Papa San Dámaso, XXXVII
[6] Actos 4, 12.
[7] San Marcos 16, 16.
[8] Regla 4.ª del Índice, y la adición a la misma desde el decreto del Índice de 13 de junio de 1737.
[9] Sesión IV, en el decreto relativo a los libros sagrados.
[10] Leer, entre otras cosas, las letras apostólicas de Pío VII a los arzobispos de Gniezno (1 de junio de 1816) y Mohilev (3 de septiembre de 1816).
[11] Clemente XII, Constitución In eminénti; Benedicto XIV, Constitución Próvidas; Pío VII, Constitución Ecclésiam a Jesu Christo; León XII, Constitución Quo gravióra.
[12] En el sermón 5 sobre el ayuno del mes décimo, cap. 4.
[13] Sesión XXV, cap. 18, sobre la reforma.
[14] 2.ª Timoteo 2, 17.
[15] En la carta encíclica a todos los obispos, publicada en Venecia.
[16] Leer el Catecismo Romano para los Párrocos, el matrimonio.
[17] San Félix Papa, Carta a los Obispos de Oriente, en Ard. Tom. II.