Traducción del artículo publicado por Gianni Toffali en IL GAZZETINO.
EN SUDÁFRICA, SON LOS HOMBRES BLANCOS VÍCTIMAS DE LA VIOLENCIA DE LOS NEGROS
Gracias al adoctrinamiento masivo, la opinión pública está convencida de que el racismo es una práctica "racista" llevada a cabo por los blancos sobre la piel de los negros. ¡Creencia infundada! Durante años en Sudáfrica, gracias al silencio de los políticos occidentales, los colonos bóer han sido objeto de robos, saqueos y asesinatos cometidos por bandas de negros. Al menos 3.000 hombres, mujeres y niños blancos han sido masacrados en sus granjas en la última década.
Las estadísticas son por defecto, porque el Congreso Nacional Africano ha prohibido la publicación de estadísticas sobre estos asesinatos por la sencilla razón de que según el ANC "disuaden las inversiones extranjeras". Según una investigación independiente (Genocide Watch) se trata de un verdadero genocidio por odio racial. Esto se evidencia en los aterradores métodos de las masacres. Mujeres y niños violados antes de ser asesinados; hombres torturados durante horas; familias enteras abiertas con machetes; otros atados a sus propios vehículos y arrastrados durante kilómetros, hasta que murieron. Lamentablemente, los actos de "racismo inverso" no se limitan únicamente a la violencia física. En la nueva Sudáfrica, las agencias de empleo, administradas únicamente por personas de color, los blancos no pueden conseguir trabajo simplemente porque no son negros.
Desde que Nelson Mandela llegó al poder hasta hoy, parece que casi 70.000 personas blancas han sido masacradas por odio racial. No es la pobreza el detonante, sino el odio: los blancos representan sólo el 9% (4’500.000) de la población de Sudáfrica y la tasa de homicidios entre negros y blancos es el 95% del total. El caso más famoso se refiere a lo que le ocurrió hace algún tiempo a la familia Potgieter: Attie, el padre, torturado con 151 puñaladas, su esposa torturada hasta la muerte y el pequeño Willemien, de sólo 2 años, sumergido en la sangre de sus padres y luego asesinado con una cerbatana en la cabeza.
Mucho más reciente (marzo de 2018) es el asesinato de Hannah Cornelius, violada, estrangulada y arrojada en un campo. Sudáfrica tiene la tasa de violaciones más alta del mundo y la segunda tasa de asesinatos más alta. En materia de racismo y violencia, no hay nada que aprender ni envidiar para los blancos por ser la tierra del Premio Nobel de la Paz Nelson Mandela.
Gianni Toffali
Dossobuono, Verona
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