lunes, 22 de enero de 2024

PATO MANDARÍN Y PIYAMAS EN LA CATEDRAL DE PINEROLO


Siguiendo su consigna de «vivir el rito con creatividad y significado», el obispón Derio Olivero de Pinerolo (Italia) presidió la “Misa de los pueblos” el día de la Epifanía en la catedral de San Donato con una casulla polícroma que lo hacía ver como un pato mandarín.
  

Durante el servicio, un grupo de mujeres con piyamas grises, saltó sobre el pavimento de la nave de la catedral, a las cuales elogió diciendo: «Las bailarinas hicieron la mejor predicación, y esto nos quedará de esta tarde».
    

En la homilía (recogida por el semanario Vita Diocesana) Olivero reconoció que muchos se escandalizarían por la celebración, pero que ello era consecuencia de que todos tienen una percepción distinta de la eucaristía:
«Alguno diría: “Sabed que me ha gustado, la ha hecho más vivaz, la misa de siempre es un poco aburrida…”, alguno diría: “¿Ahora también se baila en la Iglesia? La Iglesia ya no tiene referencia, no nos hallamos”, alguno diría: “¿Pero qué es esto? una discoteca: si esto es así, no vengo más”, alguno diría: “De vez en cuando en la iglesia me quedo un poco dormido, me estremeció, me dijo que en la misa pasa algo”, y alguno diría: “¡Qué bello!”. ¿Qué significa esto? Significa que incluso ante un hecho que era igual para todos, reaccionamos de diferentes maneras porque somos diferentes, todos somos diferentes. Somos diferentes en la forma de pensar en los ritos y misas, en pensar en la oración, somos diferentes en pensar en la iglesia […] Amigos, ¿queremos entender que ante todo somos diferentes y cada uno de nosotros es diferente del otro?».
“Instalado” presbítero en 1987 y obispón en 2017, Derio Olivero ha estado inmerso en polémicas:
El Novus Ordo Missæ, centrado como está en el hombre y no en Dios, se convirtió en un encuentro seglar de personas sin religión (o que la han perdido, lo mismo da).

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