ITALIA: PRESBÍTERO EXCOMULGADO POR DECIR QUE BERGOGLIO ES UN USURPADOR (PERO LE CONTRAPONE A BENEDICTO).

Elementos tomados de distintas fuentes.

   

El presbítero Ramon Guidetti, de 48 años de edad, fue “excomulgado” el 1 de Enero de 2024 por el obispón Simone Giusti de Livorno (quien lo había “instalado” presbítero el 26 de Junio de 2015) porque, el día anterior, en su homilía en la iglesia de San Raniero de Guasticce (Toscana), dijo que Francisco Bergoglio era un usurpador:

«Hay un cisma por 10 años, saben que hay una masonería que gobierna, saben que este no es el Papa. Pero callan. El señor Bergoglio tiene una mirada cadavérica, a la nada.

 

El pasado 17 de Dicembre, en un santuario cercano a Buenos Aires [Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás de los Arroyos, N. del T.], en la cual fue arzobispo el innominado [Bergoglio], un rayo ha golpeado la estatua de San Pedro. ¿Y qué cosas se incineraron? La aureola y las llaves. La aureola porque Pedro ya no es santo, porque hay un jesuita masón ligado a los poderes mundiales, un usurpador antipapa. Y las llaves porque aquellas las tenía el buen Benedicto.

   

Benedicto XVI es el famoso katejón del cual se habla en la 2.ª Carta de San Pablo a los Tesalonicenses, es aquel que ha detenido el misterio de iniquidad y después lo ha dejado porque esta iniquidad debía manifestarse. Esta iniquidad ambiciona a ponerse contra Dios pero ha hecho mal las cuentas, porque Benedicto XVI, iluminado por el Espíritu Santo, había entendido ya lo que sucedería. Así ha dejado este mundo con todo aquello que pertenece al Papa. Esto es aún incomprendido por muchos, pero no por quienes tienen oídos para oír, ojos para ver y una boca para gritar».

El decreto fue comunicado por el presbítero Matteo Giavazzi, “instalado” presbítero el 2 de Junio de 2019 y canciller diocesano de Livorno desde 2022:

   

TRADUCCIÓN

CURIA EPISCOPAL DE LIVORNO

Cancillería Episcopal

Prot. N. 2/24/C

A todos los sacerdotes y fieles de la Diócesis de Livorno

   

Queridos hermanos, queridos fieles,

  

os informamos que don Ramón Guidetti, presbítero de la diócesis de Livorno y párroco de la parroquia de San Raniero en Guasticce, el 31 de diciembre de 2023, durante la celebración eucarística, cometió públicamente un acto cismático. naturaleza, negándose a la sumisión al Sumo Pontífice y a la comunión con los miembros de la Iglesia sujetos a él (can. 751 CIC).

  

Monseñor Simone Giusti, obispo de la diócesis de Livorno, ha emitido hoy un Decreto (Prot. N.º 1/24/VD), por el que, de conformidad con el can. 1364 § 1 del Codex Juris Canonici, declara que don Ramón Guidetti ha incurrido ipso facto en la excomunión latæ senténtiæ.

   

El citado sacerdote se encuentra, desde hoy, suspendido a divínis y destituido del cargo de párroco de la parroquia de San Raniero de Guasticce, de conformidad con los cánones. 1333 § 1 y 1336 § 1 del Codex Juris Canonici.

   

Se advierte a los sacerdotes y fieles que no participen en ninguna de sus celebraciones u otras prácticas de culto, porque incurrirían ipso facto en la gravísima pena de excomunión.

  

Livorno, Curia Episcopal, 1 de Enero de 2024

  

[Fdo. y Sell.] Don Matteo Giavazzi, Canciller episcopal

Vía del Seminario, 61 - 57122 – Livorno – tel. 0586/276214 – mail: cancelleria@livorno.chiesacattolica.it

En una entrevista citada por L’Avvenire (el diario de la Conferencia Episcopal Italiana), Giusti dijo:

«Don Guidetti se ha ido involucrando poco a poco en estos grupos que se oponen estérilmente, y sobre todo de manera cismática, al Santo Padre. Entonces se encontró solo porque optó por abandonar la Iglesia católica y yo tomé nota de ello. Quien practica una conducta cismática incurre en la excomunión latæ senténtiæ, lo que significa que, aunque no haya sido publicada, en realidad ya estaba excomulgado. Don Guidetti es una persona buena, generosa, celosa pero frágil, que ya había sido llamada durante la epidemia de Covid por algunas posiciones extremas y que se dejó llevar por estos grupos. Y don Minutella dijo que “llevaban meses trabajando en esto”. Sin embargo, cuando conocí a Don Guidetti, lamentablemente no me habló de estos contactos. Ahora lo siento: por el escándalo que provocó pero también por él. La comunidad parroquial está dolida y no comparte las posiciones del ex párroco. Debatir es normal, pero una cosa es discutir y una cosa es romper la comunión».

Como era normal, ante un sermón así hubo opiniones divididas, pero concluyó con el aplauso de la congregación, y apoyo en las redes sociales. Así que el dicho de Giusti de «La comunidad parroquial está dolida y no comparte las posiciones del ex párroco» es cuando menos equívoco.

   

El 2 de Enero, comentando la noticia de su “excomunión” al también “excomulgado” Alessandro Minutella en Radio Domina Nostra, Guidetti afirmó:

«Estoy sereno y tranquilo. Me ha sorprendido la velocidad con que la guillotina ha cortado su enésima cabeza. Lo supe ayer en la tarde, cuando me enviaron el decreto: bonito, bien escrito en verdad. Dos cosas me han sorprendido de este decreto con el cual he comenzado bien el año. Primero, en el decreto hay citas puntuales del derecho canónico, que aparecen tales cuando hay que golpear a un sacerdote que grita la verdad, pero para defender el trono de Pedro esto no existe. El segundo elemento es la banda roja que campea en alto en la faja del decreto, o sea el rojo, el color del martirio, de la sangre, del testimonio. Es un bellísimo cuadro, le haré un bello marco y lo colgaré del muro, y será algo de lo que me gloriaré mucho. Por una parte, hay un poco de amargura en el corazón, por esta ceguera y esta dureza por parte de aquella que debería ser una madre, la Iglesia. Debería ser materna y en realidad es una tirana».

Guidetti, aunque ha dicho verdad respecto de Francisco Bergoglio, se equivoca de plano al contraponerle a Benedicto XVI Ratzinger, porque a pesar de la imagen conservadora que mostraba, era tan modernista como aquél y por su fachada conservadora, más peligroso (además, fue uno de los arquitectos del Secreto falso de Nuestra Señora de Fátima junto con Angelo Sodano y Tarsicio Bertone), y es sabido que Ratzinger quería nombrarlo Secretario de Estado, y que hasta su muerte seguía reconociéndolo a Bergoglio como Papa, por lo que las afirmaciones de estar en desacuerdo con él eran menos que algo folclórico.