LOS EXPONENTES DE LA "TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN" CONVOCARON A UN CONGRESO EN BRASIL PARA CONMEMORAR LOS 50 AÑOS DEL CONCILIO VATICANO II
Andrés Beltramo Álvarez- VATICAN INSIDER (LA STAMPA)
Ciudad del Vaticano
La Teología de la Liberación
de corte marxista no está muerta en América Latina. Aunque sus tesis y
eslóganes han evolucionado, esconden los mismos objetivos de siempre:
demoler el “pensamiento único romano” y proponer “otra iglesia posible”.
Sus exponentes más polémicos se reunirán del 7 al 11 de octubre en
Brasil con la excusa de recordar el Concilio Vaticano II. Aunque, en
realidad, será una ocasión para afinar la agenda del “progresismo
católico”.
En la Santa Sede se encendieron las alarmas y no es
para menos. El Congreso Continental de Teología, que será acogido por el
Instituto Humanitas Unisinos de la Compañía de Jesús en la localidad
brasileña de San Leopoldo, pretende también celebrar los 40 años del
libro de Gustavo Gutiérrez “Teología de la Liberación. Perspectivas”. Un
texto que fue corregido en muchos de sus pasajes a instancias de la
Congregación para la Doctrina de la Fe.
Gustavo Gutiérrez, fundador de la "Teología de la Liberación"
Entre los oradores destacan Jon Sobrino y Leonardo
Boff, sobre los cuales se mantienen vigentes las sanciones eclesiásticas
por difundir doctrinas contrarias al magisterio de la Iglesia. Pero
también otros teólogos de dudosa ortodoxia como Andrés Torres Queiruga,
quien –en marzo último- fue invitado por los obispos españoles a aclarar
su pensamiento que, en varios aspectos, no puede ser considerado
católico.
Jon Sobrino y Leonardo Boff están actualmente excomulgados a raíz de ser seguidores de la "Teología de la Liberación"
Aunque los organizadores se han empeñado en sostener
que el congreso no busca provocar un “duelo teológico” con El Vaticano,
en la práctica será así. Porque iniciará el mismo día de la apertura en
Roma del Sínodo de los Obispos sobre la Nueva Evangelización durante el
cual Benedicto XVI abrirá el Año de la Fe, en una ceremonia por el 50
aniversario del Concilio.
Como muestra de incordia entre la Teología de la Liberación y la Curia Romana, la primera fijó su congreso en los días previos a la Apertura del "Año de la Fe" (15 de Octubre de 2012)
En estos términos la cita de Unisinos reforzará aún
más su carácter disidente. No sólo por una cuestión de fechas
coincidentes, sino especialmente por los tópicos sobre los cuales
girarán las discusiones de esos días.
La Fundación Amerindia,
organismo convocante, incluyó en el programa los temas más defendidos
por los movimientos radicales de la izquierda: desde la ideología de
género hasta los derechos humanos, de la justicia a la migración, desde
el mestizaje a la “relectura liberadora de la historia latinoamericana”,
de la economía y la ecología a los sistemas políticos emergentes.
Pese al discreto número de sacerdotes que asistirán a
los trabajos, no está programada celebración religiosa alguna. No se
previó la misa, ni siquiera el domingo. Tampoco fue considerada una
ceremonia ecuménica. Sólo se reservó media hora a un “momento de
espiritualidad” dedicado, cada día, a una situación distinta: la
“entronización de la Biblia”, “lo ecuménico”, el “testimonio martirial” y
“lo indígena”.
El movimiento teológico que dará vida al congreso
continental es discreto en sus números y aguerrido en sus postulados.
Ninguna de las cuatro reuniones preparatorias al congreso, realizadas
durante el 2011 en Guatemala, México, Chile y Colombia, superó la cifra
de 300 asistentes. El resultado de las mismas es un prueba de las ideas
que se impondrán en San Leopoldo.
Por ejemplo en Guatemala el sacerdote brasileño
Ermanno Alegri, coordinador de la agencia Adital, sostuvo “la necesidad
de elaborar una agenda teológica para el futuro que nos lleve a abrirnos
a un Dios vivo y libre, contrario a la visión de un Dios preso en
dogmas, ritos, normas morales y patriarcalismos”. El jesuita Sobrino
aclaró: “fuera de los pobres no hay salvación” y “la Iglesia traicionó a
Jesucristo”.
En resumen: el encuentro de Brasil será una mezcla
entre algunas ideas teológicas, pensamientos eclécticos varios y
propuestas culturales variopintas, con una fuerte matriz política. Todo
acogido por una institución católica, gestionada por una congregación
religiosa cuyo cuarto voto es de fidelidad al Papa (los jesuitas).
Los jesuitas tienen entre sus votos la obediencia incondicional al Papa (Cuadro "Aprobación de Paulo III a la Compañía de Jesús")
Una situación que preocupa en la Curia Romana. Como
lo confirmó Boff a través de su cuenta de Twitter el 14 de septiembre:
“Vistazo a la voluntad persecutoria del Vaticano: presiones para que el
congreso de liberación a celebrarse en octubre en el sur no se realice.
El Vaticano considera que con los dos documentos (mal) escritos sobre la
teología de la liberación enterrarán a los oprimidos. Mientras exista
el grito de un oprimido vale luchar por su liberación, inspirada por
Cristo liberador. Una Iglesia cínica se vuelve sorda”.
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