Respondiendo al dúbium del obispón Julito Cortés y Buhisan (foto) de Dumaguete (Filipinas) sobre “el mejor enfoque pastoral” frente la creciente cantidad de fieles en su diócesis (y en toda Filipinas) que se inscriben, simpatizan y/o asocian con la masonería, el cardenal Víctor Manuel “Tucho” Fernández Martinelli respondió:
«Sería necesario poner en marcha una estrategia coordinada entre los obispos individualmente considerados que prevea dos enfoques:a) En el plano doctrinal, se deberá recordar que la pertenencia activa de un fiel a la masonería está prohibida, debido a la incompatibilidad entre la doctrina católica y la masonería (cf. Declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe de 1983, y las mismas Directrices publicadas por la Conferencia Episcopal [de Filipinas] en 2003), por lo tanto, quienes formal y conscientemente sean miembros de logias masónicas y hayan abrazado los principios masónicos, quedan comprendidos en las disposiciones presentes en la citada Declaración. Estas medidas se aplican también a cualquier eclesiástico registrado en la masonería.b) En el plano pastoral, el Dicasterio propone a los obispos filipinos desarrollar una catequesis popular en todas las parroquias sobre las razones de la incompatibilidad entre la fe católica y la masonería.Finalmente, se invita a los obispos filipinos a valorar la oportunidad de un eventual pronunciamiento público sobre la cuestión».
Un precedente fue el caso de Camerún, donde en el 2019 el ordinario de la diócesis de Bafang Abraham Kome Boualo advirtió sobre la pertenencia a la masonería, rosacruces y similares. O la archidiócesis de Chieti-Vasto en Italia, donde Bruno Forte recordó que está prohibido que un católico pertenezca a la masonería (provocando que los masones locales apelaran a Bergoglio).
Con todo, vale mencionar no que no se oirá de ninguna persona en Dumaguete (ni en Filipinas u otra parte del mundo) que oiga de los jerarcas modernistas que están bajo excomunión por pertenecer a la masonería. Y todo se debe a que, a instancias del cardenal modernista vienés Franz König Fink († 2004), el canon 1374 wojtyliano habla en forma genérica y blandengue de «asociaciones que maquinan contra la Iglesia» y de que serán sancionados con «una pena justa», en vez de la excomunión latæ senténtiæ para quien se una a la masonería. Pero claro, si eliminaron el canon 2335 pío-benedictino porque precisamente TODOS ERAN Y SON MASONES. Basta recordar, por ejemplo, la Lista Pecorelli, o que Roncalli y Montini se iniciaron en la Logia de París, para estar persuadidos que el Vaticano es masón.
¿Todavia esta vigente la excomunion para quienes sean masones?
ResponderEliminarLos conciliares invocan el canon 1374 wojtyliano: «Quien se inscribe en una asociación que maquina contra la Iglesia debe ser castigado con una pena justa; quien promueve o dirige esa asociación, ha de ser castigado con entredicho», junto con la Declaración del 26 de Noviembre de 1983 (pocos meses después de entrar en vigencia el nuevo Código), que dice «Los fieles que pertenecen a las asociaciones masónicas están en estado de pecado grave y no pueden acceder a la Santa Comunión». Pero a la hora de la verdad, es puro papel mojado. Para muestra habitual, Bergoglio que es Rotario (algo que se sabía desde 1999 en Buenos Aires).
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