Nada mejor que la invocación frecuente al gran Príncipe de las milicias angélicas y escolta y adalid de Nuestra Señora para defendernos de la lucha “contra la perversidad y asechanzas del demonio” como reza la oración del exorcismo de S.S. León XIII.
Ponte en espíritu ante la presencia de Dios y de rodillas haz la señal de la cruz, repitiendo despacio en voz alta la siguiente oración que te consagrará a San Miguel y te asegurará la protección del santo Arcángel:
San Miguel Arcángel
¡Oh, gran príncipe de la celestial milicia, fiel guardián de la Iglesia, Arcángel San Miguel, Yo, N. aunque muy indigno de comparecer ante tu presencia soberana, sin embargo, confíando en tu particular bondad y en el poder de tu intercesión ante Dios así como en tu gran liberalidad me presento ante Tí, en compañía de mi Angel de la guarda, y en presencia de todos los ángeles del cielo testigos de mi devoción por Tí, hoy te elijo, como protector mío y abogado particular, y propongo firmemente honrarte cuanto pueda en adelante y hacer lo que esté de mi parte para que otros también te honren. Asísteme durante toda mi vida para que nunca peque ante los purísimos ojos de Dios, ni con obras ni de palabra o pensamiento. Defiéndeme de todas las tentaciones del demonio, sobre todo las que son contra la Fe y la santa pureza, y en la hora de la muerte, da paz a mi alma y condúcela a la eterna patria. Amén.
¡San Miguel Arcángel ruega por nosotros y por la Santa Iglesia!
¡San Miguel, el más grande defensor de la Realeza de Cristo, ruega por nosotros!
¡San Miguel Arcángel ruega por nosotros y por la Santa Iglesia!
¡San Miguel, el más grande defensor de la Realeza de Cristo, ruega por nosotros!
Bella oración amen
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