viernes, 20 de octubre de 2023

TUCHO LA VOLVIÓ A LIAR


Entrevistado por Michael Haynes de Life Site News el mismo día en que fue creado cardenal, el prefecto del Dicasterio para la Doctrina Bergogliana de la Fe Víctor Manuel” “Tucho” Fernández Martinelli dijo que “bendecir” a las parejas homosexuales es un “trabajo pastoral”, mientras que hablar del pecado no lo es:
   
   
TRADUCCIÓN
Haynes: «¿Es siempre malo dar una bendición a la homosexualidad, a las parejas homosexuales, o no?».
    
Card. Fernández: «Lo que la Iglesia dijo es que no se bendicen las uniones homosexuales, porque ella [la Iglesia] tiene clara la definición de matrimonio que es una unión entre un hombre y una mujer abierta a la vida.
    
Solo a eso se le puede llamar matrimonio, solo se puede llamar de esa forma a esa realidad. Así que las bendiciones que puedan confundir y no dejan en claro esta realidad no son buenas para la Iglesia.
    
Pero tal vez [ellos] necesitan bendiciones, no solamente una persona aislada, sino dos personas que están pidiendo una bendición porque quieren ser fieles a Dios, quieren ser mejores, y quieren crecer en su vida cristiana.
    
La bendición no es un sacramento. Y no debemos pedir las mismas condiciones [para] una simple bendición que las que pedimos para un sacramento.
    
Bendecir es un signo de la “ópera pastorale” [obra pastoral], para toda persona en toda situación, y no [necesitamos] saber nada [sobre] las personas sobre cómo es su vida cristiana, la moral y otras cosas [a fin de] dar la bendición».
  
Fernández, autor en la sombra de la exhortación pos-sinodal “Amóris lætítia”, muestra coherencia con su entrevista a Infovaticana poco después de su designación para el capelo cardenalicio:
«Mire, así como estoy firmemente en contra del aborto (y lo desafío a que encuentre alguien en Latinoamérica que haya escrito más artículos que yo en contra del aborto), también entiendo que “matrimonio” en sentido estricto es sólo una cosa: esa unión estable de dos seres tan diferentes como son el varón y la mujer, que en esa diferencia son capaces de engendrar nueva vida. No hay nada que pueda compararse con eso, y usar ese nombre para expresar otra cosa no es bueno ni correcto.
   
Al mismo tiempo, creo que hay que evitar gestos o acciones que puedan expresar algo diferente. Por eso pienso que el mayor cuidado que hay que poner es en evitar ritos o bendiciones que puedan alimentar esa confusión.
   
Ahora, si una bendición se da de tal manera que no provoque esa confusión, habrá que analizarla y confirmarla. Como verá, hay un punto en que se sale de una discusión propiamente teológica y se pasa a una cuestión que es más bien prudencial o disciplinar».
Y aun así, en Septiembre, dijo a Edward Pentin de National Catholic Register, en una muestra de que la doctrina puede cambiar con el tiempo (el primer postulado de los herejes modernistas):
«La verdadera doctrina puede ser solo una luz, una guía para nuestros paso, un camino seguro y una alegría para el corazón. Pero está claro que la Iglesia aún no ha tomado plenamente las riquezas del Evangelio. En algunas áreas, le ha tomado sigos a la Iglesia hacer explícitos aspectos doctrinales que en otro tiempo ella no veía claramente.
    
Hoy la Iglesia condena la tortura, la esclavitud y la pena de muerte, pero esto no pasó con ella, en la misma claridad que en ottos sitios. Los dogmas fueron necesarios porque antes de ellos huvo temas que no fueron suficientemente aclarados. 
    
La doctrina no cambia; el Evangelio siempre será el mismo. La Reveoación ya está lista. Pero no hay duda que la Iglesia siempre será pequeña en the medio de tal inmensidad de verdad y belleza, y siempre necesita continuar creciendo en su entendimiento».
En su confusa retórica, Tucho olvida que Dios no puede bendecir el pecado mortal, y menos a quienes se endurecen en él, por lo que en tal caso sería inútil y sin sentido.

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