Antes de la reforma litúrgica hecha por el Concilio de Trento, era común que las fiestas más importantes tuvieran una (o más) secuencias. En el caso de la Ascención del Señor, se conocen tres:
La primera, es atribuida al rey Roberto el Piadoso o a Germán Contracto (el autor de la Salve), y en algunos misales como el del Uso de Sarum en Inglaterra y en Francia estaba destinada al día de la Ascensión:
LATÍN
Rex omnípotens, die hodiérna
Mundo triumpháli redémpto poténtia,
Victor ascéndit cœlos unde descénderat.
Nam quadragínta póstquam surréxerat
Diébus sacris confirmans péctora
Apostolórum, pacis cara relínquens óscula.
Quíbus et dedit potestátem laxándi crímina,
Et misit eos in mundum, baptizáre cunctas ánimas,
In Patris et Fílii et Spíritus Sancti cleméntia.
Et convéscens, præcépit eis ab Hierosólymis
Ne abírent, sed expectárent promíssa múnera:
Non post multos enim dies mittam vobis Spíritum Paráclitum in terra,
Et éritis mihi testes in Hierúsalem, Judǽa, sive Samária.
Et cum hoc dixísset, vidéntibus illis,
Elevátus est, et nubes clara
Súscepit eum ab eórum óculis,
Intuéntibus illis ǽthera.
Ecce stetére amícti duo viri in veste alba.
Juxta dicéntes: Quid admirámini cœlórum alta?
Jesus enim hic, qui assúmptus est a vobis ad Patris déxteram,
Ut ascéndit, ita véniet, quǽrens talénti commíssi lucra.
O Deus cœli, maris, arvi! Hóminem quem creásti, quem fráude súbdola
Hostis éxpulit paradíso, et captivátum secum traxit ad Tártara,
Sánguine próprio quem redemísti Deus, illuc et revéhis, unde prius corrúpit paradísi gáudia.
Judex cum véneris, judicáre sǽcula,
Da nobis, pétimus, sempitérna gáudia in Sanctórum pátria.
In qua tibi cantémus omnes Allelúja.
TRADUCCIÓN
El Rey Todopoderoso, en este día,
Habiendo redimido al mundo con poder triunfante,
Ascendió victorioso al cielo de donde había bajado.
Porque cuarenta días después de su resurrección, confirmó
A los Apóstoles en su corazón,
Dejándoles resplandeciente ósculo de paz.
Les dio el poder de perdonar los pecados
Y los envió al mundo para bautizar a todas las almas,
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Y reuniéndolos, ordenóles que de Jerusalén
No se fueran, sino que esperasen el don prometido:
«Dentro de pocos días os enviaré a la tierra el Espíritu Paráclito.
Y me seréis testigos en Jerusalén, en Judea y en Samaria».
Y dicho esto, subió a la vista de ellos,
Y una nube Le ocultó
De sus ojos mientras ellos
Miraban al cielo.
Y he aquí dos varones de pie, vestidos con albas vestiduras,
Decíanles: «¿Qué admiráis de los altos cielos?
Porque Jesús, que de entre vosotros subió a la derecha del Padre,
Como ascendió, vendrá a buscar la ganancia del talento confiado».
¡Oh Dios del Cielo, del mar, de los valles! Al hombre que tú creaste, el enemigo, con engaño sutil,
Lo expulsó del paraíso, y arrastró cautivo al Tártaro
Al que con tu Sangre redimiste para Dios, restituyéndolo de donde antes cayó de la alegría del Paraíso.
Oh Juez, cuando vengas a juzgar al mundo,
Suplicámoste nos des, el gozo eterno en la Patria de los Santos,
En la cual te cantaremos todos: aleluya.
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La segunda, que tiene muchas referencias a la Sagrada Escritura y a los clásicos, es de la autoría de Notkero Bálbulo, de la abadía de San Galo. La secuencia es parte de la Misa Cíclica que compilada en los Códices de Trento, de entre 1450 y 1477.
LATÍN
Summi triúmphum Regis
Prosequámur láude,
Qui cœli, qui terræ regit
Sceptra inférni jure dímito.
Qui sese pro nobis rediméndis
Per magnum dedit prǽtium.
Huic nomen extat
Convéniens Ídithum.
Nam transílivit omnes
Trénue montes collículosque Bethel,
Saltum de cœlo dedit
In virginálem ventrem,
Inde in pélagus sǽculi.
Póstquam illud suo mitigávit
Potentátu, tetras
Phlegethóntis assíliit tenébras.
Príncipis illíus
Disturbáto império.
Manípulis plúrimis
Inde érutis,
Mundum illústrat suo jubáre.
Captivitátemque deténtam in ibi,
Victor duxit secum.
Et redivívum jam suis
Se prǽbuit servis et amícis.
Dénique saltum
Déderat hódie máximum,
Nubes pólosque cursu præpéti tránsiens.
Celébret ergo pópulus
Hunc diem crédulus
Cujus mórbida, Ídithum,
Córpora in semetípso
Altis sédibus cœli invéxit Dei Fílius.
Et tremens, júdicem
Expéctat adfutúrum,
Ut duo Ángeli fratres docúerunt,
Qui Jesus a vobis
Assúmptus est in cœlum,
Íterum véniet, ut vidístis eum.
Jam Ídithum nostrum vócibus
Sedúlis omnes implorémus,
Ut a dextris Patris qui sedet,
Spíritum mittat nobis sanctum,
In fine sǽculi,
Ipse quóque semper sit nobíscum.
TRADUCCIÓN
El ascenso triunfal honramos
De nuestro Rey Supremo,
Quien cielos y tierra gobierna
Por derecho, y sometió los cetros del infierno.
Quien a Sí mismo se entregó
A tan alto precio por nuestra redención.
A quien, con razón
También llamamos Iditún,
Porque con gran potencia saltó
Sobre todas las colinas y montañas de Betel.
Bajó del cielo al vientre de una Virgen,
Y así al mar del mundo.
Tras apaciguarlo con su poder,
De un salto atacó
La lúgubre oscuridad de Flegetonte,
De cuyo príncipe el gobierno perturbó;
Y con numerosas huestes en su séquito,
Salió para iluminar la tierra con su resplandor.
Y allí, de grillos atada,
Siguiendo al Vencedor llegó
La propia Esclavitud,
Y ahora Cristo, resucitado a la vida,
Aparecióse a sus amigos y discípulos.
Finalmente, en este día,
Con el mayor de los saltos,
Sigue su curso raudo,
Sobre las nubes y los polos.
Por lo tanto, su pueblo fiel,
Cuya carne enferma Iditún,
El mismo Hijo, en su Cuerpo llevó
Hasta el altísimo trono de Dios.
Y el cual, con temblor,
Al Juez venidero esperan,
Cual los dos Ángeles
A los hermanos enseñaron:
«Este Jesús, que de entre vosotros
Al cielo fue llevado,
Como Le visteis partir volverá».
Ahora todos, a nuestro Iditún,
Imploremos con ferviente voz,
Que sedente desde la diestra de Dios,
Nos envíe su Espíritu Santo,
Y que en el fin de los tiempos
También Él esté con nosotros para siempre. Amén.
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La tercera es de la autoría de Adán de San Víctor, y en el Uso de Sarum en Inglaterra y en Francia estaba destinada al Domingo infraoctava de la Ascensión:
LATÍN
Póstquam hostem et inférna
Spoliávit, ad supérna
Christus redit gáudia;
Angelórum ascendénti,
Sicut olim descendénti
Parántur obséquia.
Supra astra sublimátur,
Non ápparet, absentátur
Córporis præséntia;
Cuncta tamen moderátur,
Cujus Patri coæquátur
Honor et poténtia.
Modo victor, modo totus
Est in cœlis constitútus
Rector super ómnia;
Non est rursum moritúrus
Nec per mortem mundatúrus
Hóminum contágia.
Semel enim incarnátus,
Semel passus, semel datus
Per peccátis hóstia,
Nullam feret ultra pœnam,
Nam quiétem habet plenam
Cum summa lætítia.
Cum recéssit, ita dixit,
Intimávit et infíxit
Tália discípulis:
Ite, mundum circúite,
Univérsos erúdite
Verbis et miráculis.
Jam ad Patrem meum ibo,
Sed sciátis, quod rédibo;
Véniet Paráclitus,
Qui disértos et loquáces
Et secúros et audáces
Fáciet vos pénitus.
Super ægros et languéntes
Manus vestras imponéntes
Sanitátem dábitis;
Univérsas res nocéntes,
Inimícos et serpéntes
Et morbos fugábitis.
Qui fidélis est futúrus
Et cum fide susceptúrus
Baptísmi remédium,
A peccátis erit purus
Et cum justis habitúrus
Sempitérnum prǽmium. Amen.
TRADUCCIÓN
Cristo, después de haber
Al adversario y al Infierno despojado,
Regresa a la eterna alegría.
Dispónense a honrarlo
Los Ángeles mientras asciende
Como antes al descender.
Elevado sobre las estrellas,
Su corpórea presencia, ausentada,
No se muestra a humana vista;
Aunque del Padre, coigual
En honor y poder,
Recibe el dominio sobre todas las cosas.
Vencedor ahora, seguro ahora,
Es en el Cielo constituido
Emperador de cuanto hay;
Ya no ha de morir,
Ni por la muerte purificar ha
De los hombres el contagio.
Una sola vez se encarnó,
Una vez padeció, una vez se entregó
Como hostia por los pecados;
Ninguna pena soportará,
Porque tiene quietud plena
Con alegría suma.
Mientras ascendía, habló así,
Y esto intimó y grabó
En sus discípulos:
«Id, recorred el mundo,
Instruidlos a todos
Con palabras y milagros.
Ya voy a mi Padre,
Mas sabed que volveré,
Y vendrá el Paráclito,
Que elocuentes y claros de hablar,
Y seguros y audaces
Os hará pronto.
Daréis sanidad completa
Imponiendo vuestras manos
Sobre enfermos y débiles;
Y de enfermedad, toda cosa dañina,
Enemigos y serpientes,
Ilesos escaparéis.
Cuantos en el futuro creyeren,
Y del Bautismo el remedio
Con fe recibieren,
De sus pecados serán limpios,
Y con los justos recibirán
El sempiterno premio. Amén».

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