Vigilantísima Virgen, todo soy vuestro, y quisiera poseer todas las cosas del mundo, para ofrecer a vuestro decoro. En mi corazón colocaré vuestro Nombre dulcísimo de María, para que vuestro amor lo inflame, tu dulzura lo mejore, y vuestro favor lo aliente, para que eternamente os alabe. Amén.
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