León XIV Riggitano-Prévost recibió el 28 de Junio una delegación del cismático Patriarcado Ecuménico de Constantinopla conformada por el metropólita Manuel Adamakis de Calcedonia, el Archimandrita Gran Eclesiarca Aecio Nicéforo (Director de la Oficina Patriarcal), y el Eclesiarca Archimandrita Jerónimo.
Dio la bienvenida a bienvenida a «esta delegación que representa a la Iglesia hermana de Constantinopla» y repitió la idea de las «Iglesias hermanas de Roma y Constantinopla».
A continuación, alabó el intercambio de las «dos Iglesias», iniciado por Pablo VI Montini y Atenágoras I Spirou.
Dijo Riggitano-Prévost:
«Al recordar con profunda gratitud el camino recorrido hasta ahora, les aseguro mi intención de perseverar en el esfuerzo por restablecer la plena comunión visible entre nuestras Iglesias. Este objetivo solo se puede lograr con la ayuda de Dios, mediante un compromiso continuo de escucha respetuosa y diálogo fraterno. Por lo tanto, estoy abierto a cualquier sugerencia al respecto, consultando siempre a mis hermanosobisposde la IglesiaCatólica, quienes comparten conmigo, cada uno a su manera, la responsabilidad de la plena y visible unidad de la Iglesia (cf. Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución Dogmática Lumen Géntium, 23)».
Y el mismo día 28, recibiendo a la peregrinación jubilar de la Iglesia Grecocatólica Ucraniana encabezada por su pospuesto arzobispón mayor belicista con ínfulas patriarcales Sviatoslav Shevchuk Krokis, elogió su lealtad a Roma por la cual habían sido perseguidos en el pasado. Esto antes de tratar como «Iglesia hermana» al cisma griego, pisando la sangre de San Josafat Kuntsevich, protomartir de los grecocatólicos ucranianos. Y para más inri, repitiendo el mantra bergogliano de la fe como incertidumbre y sentimentalismo:
«La fe de vuestro pueblo es puesta a prueba. Muchos de vosotros, desde que comenzó la guerra, seguramente os habéis preguntado: “Señor, ¿por qué todo esto? ¿Dónde estás? ¿Qué debemos hacer para salvar a nuestras familias, nuestros hogares y nuestra patria?”. Creer no significa tener todas las respuestas, sino confiar en que Dios está con nosotros y nos da su gracia, que él pronunciará la última palabra y la vida vencerá a la muerte».
San Pedro sí tenía la respuesta: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo». La fe significa aferrarse a esa confesión reconociendo que es verdad, no esperar a que el mundo la apruebe. Y el Credo confiesa «UNA Iglesia» (UNAM Ecclésiam, ΜΊΑΝ Ἐκκλησίαν, ܒ݂ܰܚܕ݂ܳܐ ܥܺܕ݁ܬܳ݁ܐ/HAEDHA Edta). No dos, ni tres, ni mil, ni el número absuramente más grande imaginable de «Iglesias hermanas». Una sola Iglesia, la Iglesia Católica, fuera de la cual no se puede hallar unidad en la Verdad y, si bien se puedan tener muchas cosas en común, de nada aprovechan por lo poco que las separa (cf. San Agustín, Tratado sobre los Salmos (Salmo LIV, 19).
Previamente, recibiendo en audiencia a los participantes del Simposio “Nicea y la Iglesia del Tercer Milenio: Hacia la Unidad Católico-Ortodoxa” organizado por el Instituto para Estudios Ecuménicos del Angélicum de Roma y la Asociación Internacional Teológica Ortodoxa, había mostrado su apoyo al proyecto de unificar la fecha de la Pascua, como expresara su antecesor Francisco Bergoglio ante las reiteradas llamadas del fanariota Bartolomé Archondonis.
«ME RINDO, BARTOLOMÉ. DEPONGO EL PRIMADO (QUE NUNCA TUVE PORQUE NO SOY PAPA, MENOS CATÓLICO)» (BERGOGLIO).
Bartolomé I y los cristianos ortodoxos son más legítimos que los católicos, desde el punto de vista de ustedes. Y quienes iniciaron el cisma fueron los idiotas de Humberto De Silva que no tenía poderes por la muerte del Papa al momento de la excomunión injusta.
ResponderEliminarEl cisma ya venía de tiempo atrás, estimado Alex, e iniciado por los mismos griegos, tan rebeldes en la Ley nueva como los israelitas en la antigua:
Eliminar• Año 180: Polícrates, obispo de Éfeso, acusa de hereje al Papa San Víctor I porque este le exigió celebrar la Pascua el Domingo posterior al 14 de Nisán como usaba Roma.
• Año 482: El Patriarca Acacio de Constantinopla redactó el Henotikon, en el cual para reconciliar a los herejes monofisistas se condenaba el Concilio de Calcedonia. Al ser excomulgado y depuesto por el Papa San Félix III, Acacio (que quería reclamar el primado bajo el título de que Constantinopla era la capital imperial) declara depuesto al Papa e inicia un cisma que duró 35 años.
• Año 858: El emperador bizantino Miguel III “el Borracho” designa como Patriarca al laico Focio tras deponer a San Ignacio de Constantinopla (quien excomulgó al incestuoso Bardas, tío del emperador), y lo hace recibir las órdenes en ¡cinco días! (Lector, Subdiácono, Diácono y Sacerdote el 20 de Diciembre; consagrado Obispo y entronizado Patriarca el 24 de Diciembre) por Gregorio Asbestas, obispo suspendido y depuesto de Siracusa por Benedicto III y San Ignacio. Focio acusaba a Roma de herejía por la cláusula Filióque (acusación que los griegos repiten hasta el presente) e intentó excomulgar al Papa San Nicolás I (que lo declaró depuesto cuatro años antes por su asunción anticanónica). El cisma duró hasta 870.
• Año 1054: A las acusaciones que levantara Focio contra la Iglesia Romana (aun después de ser reconciliado en el 870 y elegido patriarca en el 877), Miguel I Cerulario de Constantinopla le agregó que ésta era judaizante por usar panes ázimos en la Misa (el Rito Bizantino emplea pan común en la Liturgia), exigir el celibato al clero (San León IX lo había extendido a los subdiáconos) y ayunar los sábados, ordenando que en Constantinopla fueran cerradas todas las iglesias y monasterios de Rito Romano que no aceptaran el Rito Bizantino, y le negó el primado a San León IX (en su carta, Cerulario lo llamaba “Hermano” en vez de “Padre”). Humberto de Silva Cándida (dicho sea de paso, que fuera el primero en postular que un Papa podía ser juzgado si se aparta de la Fe), que encabezó la legación conformada junto con Federico de Lorena (futuro Esteban IX) y el obispo Pedro de Amalfi acusó a Cerulario de acceder ilegítimamente al Patriarcado (se hizo monje para eludir el castigo por participar en la conspiración contra el emperador Miguel IV “el Paflagonio” en el año 1040), al Patriarcado de Constantinopla como instigador de herejías, cismas y apostasía; y a la Ortodoxia en general de mantener las normas de impureza ritual contenidas en el Antiguo Testamento. Cerulario respondió a su vez diciendo que San León IX (que había muerto antes de llegar la legación, es verdad, pero ni forma de saberlo en corto –no existía la internet ni el WhatsApp para enterarse rápido de las noticias como ahora–) no era Papa. Y Humberto, como Legado papal que era, lo excomulgó, y VÍCTOR II, SUCESOR DE SAN LEÓN IX, NUNCA LO DESAUTORIZÓ EN SUS ACTOS. Cerulario entonces hizo cerrar las iglesias de Rito Romano y escribió a los obispos y patriarcas ordenando no conmemorar más al Papa en la Liturgia. Así comenzó el Cisma, que dura hasta el presente.
Aun así, Roma siempre tuvo la mano tendida para recibirlos, sin exigirles más que retractar sus errores (podían conservar su liturgia y costumbres siempre que no tuvieran nada en contra de la moral –no como Constantinopla, que impuso su uniformidad a como diera lugar a las sedes petrinas de Antioquía y Alejandría y la sede de Jerusalén. Pregúntales por la antigua liturgia de San Santiago en Jerusalén si no, a ver qué te dicen–), como se vio en el II Concilio de Lyon y en el Concilio de Florencia, pero los griegos no aceptaron por su orgullo nacionalista. Y al final, su orgullo causó que Mehmet II “el Conquistador” los subyugase el 29 de Mayo de 1453 (y domingo de Pentecostés, que no es lo mismo). Rechazaron la vara y el cayado del pastor católico, y recibieron en cambio la espada y el látigo del tirano infiel.
Procuraré ir respondiendo uno a uno, conforme vaya desempolvando mis conocimientos de historia de la iglesia.
EliminarLa disputa de los cuartodecimanos. El obispo Polícrates tuvo que defender la aostolicidad de su tradición, ante todo tradición, y no ley, de la celebración de la Pascua en el día que también los judíos la celebraban porque así los enseñó el apóstol Juan, y al mencionar la presencia de las tumbas de este apóstol, de Felipe, y de Policarpo, le respondía a la iglesia de Roma: "no me intimidas, yo soy igual que tú. Tú dices ser apostólica, nosotros también". Pues Víctor a usó de su autoridad y el mismo Ireneo le tuvo que llamar la atención.
Segundo punto, va a esperarme.
Respecto a la ilustración final, es un símbolo: el patriarca de Constantinopla es sucesor espiritual de Andrés el apóstol, como el Papa lo es de Pedro, según ustedes. Así que, es el hermano mayor (Andrés), bendiciendo a su hermano menor (Pedro).
EliminarLa historia demuestra cuanto decimos, que los griegos siempre han sido levantiscos contra el Primado de Roma, fundado en la confesión de San Pedro y la promesa que Cristo le hizo de tener las llaves, confirmar en la fe y apacentar a clero y fieles (corderos y ovejas). Y la respuesta de Polícrates ratifica su condena como fautor de cisma, amputádose del cuerpo de la Iglesia por seguir su propia tradición que decía remontarse a San Juan (el cual no se habría rebelado contra San Pedro).
EliminarFinalmente, si el reclamo romano es falso, ¿qué se le dejará entonces a los griegos, porque San Andrés NO estuvo nunca en Bizancio? Y si más, fue Perinto/Heraclea de Europa (actual Marmara Ereğlisi, Turquía) la que detentaba la metrópolis en Tracia como capital de provincia y archidiócesis (fundada desde tiempos apostólicos), pero Constantinopla (que era su diócesis sufragánea), valiéndose de su status de nueva capital imperial y so pretexto de que Heraclea cayó en manos de los herejes, reclamó y se arrogó la metrópolis, luego el Patrarcado ecuménico pasando por sobre las sedes petrinas de Antioquía de Siria y Alejandría (como menciona el cardenal Hergenröther en su Historia Eclesiástica, que citamos aquí: https://wwwmileschristi.blogspot.com/2021/06/cuando-constantinopla-estaba-detras-de.html), y ahora el liderato de la Iglesia Ortodoxa en todo el mundo (cosa que hasta los ortodoxos lo saben, como se ve en este artículo: https://wwwmileschristi.blogspot.com/2022/01/patriarcado-ecumenico-historia-de-un.html), cuando ni siquiera tiene una sola diócesis sufragánea.
Y aquí cerramos la discusión: respecto al cuadro (que representa más bien una absolución –aunque contraria a las rúbricas, porque el confesor lleva estola/epitraquelio y la impone sobre la cabeza del penitente–), Pedro era mayor que Andrés, y siempre se lo menciona de primero en Mateo 4, 18 y Marcos 1, 16; y de los Apóstoles, es el más mencionado en los Evangelios, mucho más que los demás juntos.
Pues, adivina qué: si tu sarcástico comentario tiene algo de verdad, León XIV está arrodillado ante un verdadero obispo, Bartolomé el patriarca de Constantinopla, porque para ustedes la actual iglesia católica es espuria. Y cada encuentro ecuménico es una ratificación de la realidad: los ortodoxos son verdaderos cristianos.
EliminarY lo digo siendo protestante...
Cuanto decimos no es sarcasmo, sino la pura y dura verdad. Pero preferimos tratar de ser sarcásticos (aunque no se nos presta mucho) como dices, porque otros habrán que recurran para responderte con el insulto y ataque frontal tan propio de los hispánicos, valiéndose de tu protestantismo.
EliminarCon respecto a la unificación de la fecha de la Pascua, eso se pretende desde Nicea. Ahora con la tecnología disponible, ya no habría problemas derivados de husos ni calendarios. ¿No es esto para agradecer a Dios?
ResponderEliminarSi quisieran los ortodoxos agradar a Dios, hacía tiempo hubiesen empezado resuelto su propio pleito del calendario (porque ni siquiera ellos mismos observan la Pascua el mismo día).
EliminarPor otra, leyes tipo la Easter Act inglesa de 1928 son una injerencia odiosa del gobierno seglar, y a estas alturas, ¿no será más bien el cumplimiento de Daniel 7, 25 que dice que el Anticristo, en su guerra contra Dios, pretenderá cambiar los tiempos y la Ley? Pasaje que se interpreta como el cambio de la regla de las fiestas móviles (las que dependen de la Pascua) y la subversión doctrinal que vemos desde hace 66 años y casi 9 meses.