sábado, 26 de julio de 2025

SANTIFICAR EL DOMINGO CUANDO NO HAY MISA DISPONIBLE

Elementos tomados de QUIDLIBET y SOCIEDAD RELIGIOSA SAN LUIS REY DE FRANCIA.
   
En primer lugar, no es pecado no ir a Misa si no se la tiene cerca u otros graves impedimentos. Pero sí es pecado asistir a la “misa” nueva (Novus Ordo) cuando uno duda de la validez de la misma. Objetivamente hablando, también es pecado asistir a una misa tradicional válida, pero celebrada en unión (Una cum) con el modernista “papa” falso y su jerarquía; pero en casos extremos, se puede acudir a un sacerdote del que se tenga conocimiento que fue válidamente ordenado para la confesión o bendecir sacramentales.

En el pasado, la Iglesia nunca habría permitido este tipo de asistencia, pues es una falsedad, un sacrilegio, y es gravemente ofensivo a Dios Todopoderoso.

Pero, ¿qué hacer si no se tiene al alcance la verdadera Misa?
Como en su momento aconsejara el padre Anthony Cekada, en este caso se debe «Profundizar en el conocimiento de la fe católica, instruirse acerca de los errores de los modernistas, santificarse, formar a los miembros de su familia en la fe mediante la palabra y el ejemplo, hacer todo lo posible para mantenerse alegre frente a la adversidad y poner todo en las manos de Dios». Suscribimos completamente a este consejo.
   
En una palabra: ¡Haz todo lo que se pueda hacer en casa sin un sacerdote!

Además de las devociones diarias, recomendamos lo siguiente:
  1. Haz un altar y entroniza el Sagrado Corazón de Jesús.
  2. Usa los sacramentales: Tener y usar velas benditas, agua bendita, así como un crucifijo e imágenes y cuadros de Nuestra Señora y de Santos, medallas y escapularios. También conseguir y utilizar los distintos sacramentales bendecidos en fiestas especiales del año litúrgico: ramos o palmas bendecidas, velas de la Candelaria, etc. También puedes rezar devociones como el Santo Rosario, el Viacrucis, las novenas, los triduos, el Mes de María, de San José, del Sagrado Corazón, entre otras devociones (aquí en Miles Christi Resístens tenemos una sección que reúne devociones que hemos ido recopilando todos estos años).
  3. Bendecir: Rocía con frecuencia tu casa con agua bendita, bendice la mesa antes de cada comida, bendice a tus hijos, haz con frecuencia signos de la Cruz.
  4. Establece una hora fija de adoración los domingos: Todos los domingos dedica un tiempo para rezar las oraciones de la Misa, hacer lectura espiritual y catequesis, especialmente para los niños. Esta hora de devoción dominical (aunque es laudable hacerla, si es posible, todos los días) puede tener muchas formas:
  5. Comunión espiritual: Consiste en desear con fe y con amor recibir a Nuestro Señor en el Sacramento de la Eucaristía. Si se tiene la desgracia de estar en pecado mortal, se debe implorar siempre primero la misericordia divina, por medio de un acto de contrición lo más perfecto posible por amor a Dios.
      
    La Comunión espiritual se diferencia de la Comunión sacramental en que en esta última sí se recibe la hostia consagrada con el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, que debe recibirse en Gracia (sin pecado) luego de la última confesión sacramental bien hecha. En cambio, la comunión espiritual es un acto de deseo de recibir la Eucaristía, el cual puede realizarse frecuentemente y en cualquier sitio.
  6. Hora Santa: Reza la Hora Santa los primeros jueves de cada mes, junto a tu familia. Esta devoción recomendada por el Sangrado Corazón a Santa Margarita María de Alacoque, ha sido ampliamente recomendada por varios Pontífices, especialmente las meditaciones escritas por el R.P. Mateo Crawley-Boevey SS.CC
  7. Oración y meditación diaria: Seguir el Martirologio romano nos permite conocer diferentes santos que la Iglesia nos propone para la devoción, y que nos ilustran acerca de diversos aspecto de la vida y lucha espiritual del cristiano. Como mínimo, diez minutos de oración mental.
  8. Profundiza en el conocimiento y comprensión de la fe: Resulta fundamental en estos tiempos de caos y confusión, profundizar nuestra comprensión y conocimiento de nuestra fe, no sólo para nuestra salvación sino como un acto de Amor a Dios. Nuestro Señor mismo nos manda estudiar, y así es repetido en varias oportunidades en el libro del Apocalipsis. Es recomendado estudiar el Catecismo, práctica que además está enriquecida con Indulgencias.

¿Qué hago si no tengo la Misa? Haz algo. ¡Haz todo lo posible! Dios no pide nada imposible, irracional ni injusto. Él nunca es superado en generosidad en recompensar cuanto se haga por Su causa.

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