domingo, 23 de noviembre de 2025

MODERAR LA CURIOSIDAD INTELECTUAL Y ESPIRITUAL

«Oh curioso, que te afliges y que expandes tu actividad en muchas direcciones, ve, no digo a la hormiga, sino a la abeja, y aprende de ella la sabiduría. 

La abeja no se posa sobre muchas especies de flores. De su ejemplo, aprende a no dar oídos a las distintas flores de palabras, a los distintos librachos; y no dejes una flor para pasar a otra como hacen los exigentes que siempre deshojan libros, critican las predicaciones y pesan las palabras, pero nunca llegan a la verdadera ciencia: tú, en cambio, recoge de un libro aquello que te sirve y ponlo en la colmena de tu memoria».
  
SAN ANTONIO DE PADUA, Sermón del Domingo XI después de Pentecostés.

3 comentarios:

  1. Este post me recuerda a la parábola budista de la flecha envenenada, qué piensa de la parábola Don Jorge?

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    1. De una parte, tiene razón en cuanto al aspecto de la curiosidad inútil que no se sacia, pero por el otro refleja la alergia antimetafísica del budismo (que pretendía contraponerse a la enredada metafísica del hinduismo teísta) y que se erige en paralelo al antiescolasticismo de la “Devótio modérna”.

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