jueves, 21 de julio de 2011

DE LA CREMACIÓN, E INSTRUCCIONES PARA UN FUNERAL TRADICIONAL

Traducción del artículo publicado en la sección ¿Cómo explicas estas creencias Católicas Tradicionales? de TRADITIO.
 
LA CREMACIÓN NO ES UNA OPCIÓN PARA UN VERDADERO CATÓLICO
La cremación es una forma no católica de disponer del cuerpo después de la muerte. Según el derecho canónico tradicional (Código Pío-Benedictino de 1917, Canon 1203), quien ordene que su cuerpo sea llevado a cremación se le negará entierro eclesiástico.

Desde antiguo, la Iglesia ha asociado a la cremación con costumbres paganas (los antiguos romanos consuetudinariamente quemaban a sus muertos durante el corruptísimo período entre la República tardía hasta mediados del siglo III) o con la negación de la Resurrección (la cremación se hizo popular en torno al tiempo de la “Ilustración” del siglo XVIII, cuando fue avocada por los ateos y agnósticos como un símbolo visual de la negación de la existencia del alma).
 
Entre los hindúes y budistas, la práctica es muy común. Puesto que estas religiones creen en la reencarnación de los hombres, se sigue que el cuerpo no es considerado como un templo sagrado de Dios, porque (como ellos creen) el alma solamente poseerá otro en un tiempo y lugar de existencia diferente después de su salida por la muerte, quizás en un perro, un insecto, o una bacteria.

La costumbre Cristiana de enterrar a los muertos, y no la cremación, data desde los tiempos de Cristo. En el Nuevo Testamento, dado que el cuerpo de Nuestro Señor no fue pasto de las llamas, aun cuando murió a manos de los romanos [bajo instigación judía, N. del T.], tenemos el ejemplo más fundamental de respeto para el cuerpo por medio del entierro que pudiera enseñarse. Cristo, Nuestro Señor y Maestro, no fue cremado, así que no debemos permitirnos esta práctica.
   
Dado cómo esta práctica ha sido pervertida incluso más en la sociedad moderna, uno ve la sabiduría tradicional de la Iglesia, Es suficiente malo que el templo del Espíritu Santo sea quemado completamente, pero es incluso peor que las cenizas ni siquiera sean enterradas o guardadas en una urna, sino en cambio arrojadas al jardín, al océano, al bosque, etc.
  
Alguno intenta justificar la cremación basándose en los gastos, pero esa es una justificación engañosa. Si uno insiste en los requerimientos mínimos, las expensas del terreno de entierro pueden mantenerse en un mínimo, ni la cremación es necesariamente menos costosa en comparación. Si uno está sin fondos suficientes, uno puede siempre servirse de un cementerio de extranjeros. Para aquellos que deseen un método distinto al enterramiento, la sepultura es una antigua alternativa cristiana (aunque es más costosa).
   
CÓMO ORGANIZAR UN FUNERAL CATÓLICO TRADICIONAL
Si eres un Católico tradicional practicante, tienes un derecho legal a los ritos exequiales que TÚ quieras, ofrecidos por un verdadero sacerdote Católico, no un presbítero protestante-novusordiano. Muchos Católicos tradicionales son los únicos en sus familias que practican la fe verdadera. No es infrecuente que después de la muerte, los miembros conciliares de la familia dispongan un funeral Novus Ordo para su pariente Católico tradicional fallecido (un servicio que es inválido y sacrílego, ¡una abominación para un alma Católica!).
     
Por causa del actual estado confuso de la Iglesia, sería prudente, mientras haces un testamento, dar instrucciones específicas para un funeral tradicional, y dejar una copia con tu albacea y abogado. De antemano deberás también tener el consejo de tu sacerdote Católico tradicional. Los arreglos deberán ser discutidos con, y aceptados por el sacerdote anticipadamente, porque no puedes solo asumir en el último minuto que que puedes conseguir un funeral tradicional. Deberás ser un miembro activo y contribuyente del sitio de Misa por un período significativo.
   
A continuación se presenta una muestra. Una declaración firmada es usualmente suficiente, aunque los requerimientos pueden variar según el país, y deben ser revisados.
   
Puedes también considerar un Poder Notarial Permanente para Atención Médica (para casos en que seas incapaz de indicar tus propios deseos para cuidado médico) y disponer anticipadamente la parcela del cementerio, si consideras que tu albacea pueda encontrar problemas más adelante.
  
EJEMPLO DE INSTRUCCIONES PARA UN FUNERAL TRADICIONAL
Dispongo que mi funeral sea conducido como sigue, bajo la supervisión de [nombre de la persona a la que se puede confiar la ejecución de los deseos del difunto].
   
Si puede hacerse una velación, ordeno que se diga por lo menos cinco décadas del Santo Rosario por el descanso de mi alma. Todos los servicios religiosos serán organizados por [organización o sacerdote tradicional]. Tales arreglos incluyen el Oficio de Difuntos, la Misa Católica Latina Tradicional de exequias (Réquiem; la cual, de ser posible, será una Misa Mayor con canto gregoriano), Absolución sobre el catafalco, y el servicio de sepultura.
  
Ordeno que se pague un estipendio adecuado a [organización o sacerdote tradicional] para que se manden decir Misas [Misas Gregorianas*] por el descanso de mi alma.
  
Ordeno ser enterrado o sepultado en [nombre del cemeterio], no cremado (o cualquier otra novedad que inventen).
  
En caso que no puedas acordar con un sacerdote Católico tradicional cercano (o de plano, no lo hay), puedes disponer el sepelio en un cementerio razonable y tener la Misa de Réquiem dicha por un sacerdote Católico tradicional en cualquier otro lugar sin cuerpo presente. Hay un rito para este caso en el Misal Romano Tradicional llamado “Missa Defunctórum Cadávere Absénte” (Misa de Difuntos con Cadáver Ausente), que no infrecuentemente debe usarse por algunas razones de conveniencia.
  
* Las Misas Gregorianas son treinta misas que se ofrecen en sufragio de un difunto durante treinta días seguidos (exceptuado Navidad, y el Triduo Pascual y el Domingo de Pascua, sin que signifique interrupción). Su nombre se debe a San Gregorio Magno, que en sus Diálogos (IV, 55) cuenta que le ordenó al ecónomo del monasterio romano de San Andrés (hoy San Gregorio Magno en Monte Celio) mandar rezar treinta misas seguidas por el alma de un monje llamado Justo (que fue confinado en celda solitaria y después de muerto enterrado en el muladar por haber en vida haber escondido un dinero que recibió -era médico, y ejercía con permiso abacial- contra la Regla de San Benito, de lo que se arrepintió), quien después se apareció a su cofrade y colega Copioso diciéndole que por medio de dichas Misas salió del Purgatorio. Estas treinta misas son uni-intencionales (se ofrecen ÚNICAMENTE por el alma de la persona) [N. del T.].

1 comentario:

  1. AMÓS 2:1 Así habla el Señor: Por tres crímenes de Moab, Isaías 15, 1 isaías 25, 10-12 Jeremías 48, 1-47 Ezequiel 25, 8-11 Sofonías 2, 8-11
    y por cuatro,
    no revocaré mi sentencia.
    Porque él quemó los huesos del rey de Edóm hasta calcinarlos

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