El Vaticano presencia un nuevo escándalo que lo deja en mal ante el mundo y ante sus súbditos, después que el 4 de Octubre de 2015, el vicesecretario de la Comisión Teológica Internacional adscrita a la Congregación para la Doctrina de la Fe, el teólogo polaco Krzysztof Olaf Charamsa revelara su condición de homosexual. Esta vez el protagonista del bochinche fue el secretario del cardenal Francesco Coccopalmerio Ceppi, Presidente del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, Mons. Luigi Capozzi, de 49 años de edad, y cuyos actos lascivos podrían marcar un hito en la historia de esta institución que desde luego, NO ES CATÓLICA.
“Mons.” Luigi Capozzi, secretario personal de Francesco Coccopalmerio Ceppi
La Gendarmería del Estado de la Ciudad del Vaticano recibió varias quejas consistentes en que aparente y alegadamente habían hombres que entraban y salían constantemente del apartamento que Capozzi tenía en el Palacio del ex Santo Oficio. Pero nada preparó a los policiales para lo que se encontrarían al llegar a esta opulenta residencia: una intensa luz roja y droga en abundancia, y un grupo de hombres participando en una orgía.
Normalmente las residencias del Palacio del ex Santo Oficio (que queda a 500 metros de la Casa Santa Marta, donde Francisco Bergoglio tiene su residencia –lo que no lo excusa de ignorancia de los hechos–) están reservadas exclusivamente para los altos miembros de la Curia Romana, por lo que es inexplicable que un simple “monseñor” tuviese permitido residir en este recinto. Por otro lado, a Luigi Capozzi le encontraron un lujoso BMW con matrícula vaticana, beneficio que no le correspondería a un religioso de su categoría y que, dado el fuero diplomático, podía transportar droga a su antojo y sin molestias de los carabineros italianos, toda vez que la entrada principal del referido palacio desemboca directamente a la plaza del Santo Oficio (territorio de la República Italiana), lo que permite tener acceso libre de controles al Vaticano.
El “cardenal” Coccopalmerio tiene en consecuencia mucho que explicar antes de poder librarse de este escándalo, considerando su postura pro-“gay” que en su momento hízole dar declaraciones sobre los “aspectos positivos” de las parejas homosexuales. Siendo el interrogante más obvio por qué gozaba su secretario de semejantes privilegios. Y es de advertir que en el Vaticano se sabe que Coccopalmerio y Capozzi solían quedarse a trabajar juntos hasta muy tarde. Incluso llegó a proponerlo para el “obispado” en algún momento.
Francesco “cardenal” Coccopalmerio Ceppi
Riposte Catholique llama a Capozzi un “ardiente partidario del
Capozzi, luego de ser detenido in flagránte delícto por la Gendarmería del Vaticano, fue trasladado a la clínica Pío XI para un procedimiento de desintoxicación de cocaína y alcohol. A instancias de su mentor, fue trasladado en la abadía benedictina de Montecassino, la misma donde Pietro Vitorelli fue capturado por desviar 500.000 € que eran para caridad y usarlos para organizar orgías homosexuales con drogas y alcohol.
ACTUALIZACIÓN: Informa el periodista Jacek Pałasiński, corresponsal en el Vaticano para la agencia polaca Gazeta, que el arresto del “monseñor cocaína” ocurrió literalmente hace poco más de dos meses (¿tal vez durante la Semana Santa?). Cabe preguntarse ¿Será que el reciente despido del neocón Gerhard Müller de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y el llamado a juicio a George Pell (independientemente de si es culpable o no de los cargos que le acusan) son parte de una maniobra de gran encubrimiento? Pero vale reiterar: sobre esto, el Vaticano NUNCA SE PRONUNCIARÁ.
“Si alguno durmiere con varón como si fuera con una mujer, los dos
cometieron abominación: ambos han de ser muertos; caiga su sangre sobre
ellos”. (Levítico XVIII, 22)
Esto ya es una larga tradicion en la Vaticueva anti-Catolica:
ResponderEliminarThis isn't the first time the Vatican has found itself caught up in a drug crime, though. Earlier this year, according to the Associated Press, German customs officials intercepted a shipment of 340 grams of cocaine being sent from South America to Vatican City. The kicker? The coke was hidden in 14 condoms.
While the traffickers were never caught, the drugs were addressed to the Vatican post office and not anyone specific, according to the Associated Press. That means the recipient could be any one of the city's 800 residents — or someone was playing a particularly high-stakes practical joke.