viernes, 19 de enero de 2018

“LA OBRA” TIENE PRELADO, PERO ESE PRELADO AÚN NO ES “OBISPO”

Noticia publicada por Gabriel Ariza en INFOVATICANA
  
FERNANDO OCÁRIZ CUMPLE UN AÑO AL FRENTE DEL OPUS DEI SIN HABER SIDO CONSAGRADO OBISPO
El silencio del Vaticano sobre su elevación a la dignidad episcopal genera incertidumbre en la Obra, que ha tenido que recurrir a otros obispos para ordenar a sus presbíteros. En el Opus Dei se considera “conveniente” que el prelado sea elevado a la dignidad episcopal.
   
Fernando Ocáriz Braña, III sucesor de José María Escriba y Albás en el mando de “La Obra”
  
El prelado del Opus Dei, Fernando Ocáriz, cumple el próximo lunes un año al frente de la Prelatura, pero nada se sabe sobre su consagración episcopal. InfoVaticana ha tratado de obtener una explicación de la Santa Sede pero los responsables de la Oficina de Prensa han optado por el silencio sobre si se prevé, en el corto plazo, que el Papa consagre obispo a Fernando Ocáriz como hizo San Juan Pablo II con sus dos predecesores -el Beato Álvaro del Portillo fue nombrado obispo de la diócesis de Vita y Javier Echevarría, fallecido el 12 de diciembre de 2016, obispo de Cilibia [Ambas son sedes titulares -geográficamente inexistentes en la actualidad- en África Proconsular, la actual Túnez, N. del E.] pocos meses después de haber sido elegido prelado- y como se esperaba hiciera Francisco a lo largo de 2017.
  
El Opus Dei afirma ahora que su prelado no necesita en absoluto ser consagrado obispo para tener las facultades plenas de su cargo al frente de una asociación de fieles con una personalidad canónica hasta ahora única. Sin embargo, tal nombramiento sería plenamente congruente y no solo por el hecho de que los anteriores dos prelados formales de la institución lo han sido, sino por lo que explica la propia prelatura y puede leerse aún en su página web:
“Que el prelado reciba la plenitud del sacerdocio ministerial no sólo es congruente, sino que también es conveniente porque introduce sacramentaliter al titular de un oficio de gobierno, con función y potestad vere episcopales y ejercitadas ad instar Episcopi, en el órgano específico de la communio hierarchica de los pastores de la Iglesia, es decir, el Colegio de los Obispos; y porque el obispo prelado se sitúa en relación sacramental de communio con los obispos diocesanos de las iglesias locales en las que la prelatura desarrolla la propia misión pastoral”.
   
El propio Fernando Ocáriz, por su parte, escribía hace años un artículo en la revista Palabra en el que comentaba la ordenación episcopal de Álvaro del Portillo y, citando la nota de prensa de la Prelatura, afirmaba que “la consagración de Mons. Del Portillo pone en evidencia de modo más claro aún la naturaleza jurídica de la Prelatura” y añadía que “el Prelado ha sido ordenado Obispo porque el episcopado es conveniente a su función eclesial en cuanto Prelado”.
  
Sin embargo, el silencio del Vaticano sobre su ordenación trae a la memoria la vieja disputa teológica sobre la naturaleza -carismática vs. jerárquica- de las prelaturas personales, disputa en la que se encontraron hace años el propio Ocáriz y el actual prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Luis Ladaria. Un Ladaria sobre cuya obra Teología del pecado original y de la gracia advertía la propia Prelatura por contener, doctrinalmente, “elementos discutibles importantes”.
  
Mientras tanto, para las ordenaciones sacerdotales, la Obra ha tenido que recurrir al auxilio de algún obispo o cardenal, como Jaume Pujol o Giuseppe Bertello.

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