Pío XII otorgando la bendición Urbi et Orbi el día de su coronación
Domingo de Pascua, día de júbilo: día en el que celebramos que Nuestro Señor Jesucristo, tras entregar su vida en la Cruz para salvarnos, resucitó triunfante del sepulcro. Es también oportunidad de recordar que este día, a las 12:00h, el Papa impartía la bendición Urbi et orbi (a la Ciudad –Roma– y al mundo). Este nombre deriva de la fórmula con las que iniciaban las proclamas del Imperio Romano.
Los fieles que acudían a presenciar esta bendición que se transcribe a continuación, recibían indulgencia plenaria, bajo las acostumbradas condiciones de rigor:
Sancti Apóstoli Petrus et Paulus, de quórum potestáte et auctoritáte confídimus, ipsi intercédant pro nobis ad Dóminum.℟. Amen.℣. Précibus et méritis beátæ Maríæ semper Vírginis, beáti Michaélis Archángeli, beáti Joánnis Baptístæ et sanctórum Apostolórum Petri et Pauli, et ómnium Sanctórum, misereátur vestri omnípotens Deus, et dimíssis ómnibus peccátis vestris, perdúcat vos Jesus Christus ad vitam ætérnam.℟. Amen.℣. Indulgéntiam, absolutiónem et remissiónem ómnium peccatórum vestrórum, spátium veræ et fructuósæ pœniténtiæ, cor semper pœ́nitens et emendatiónem vitæ, grátiam et consolatiónem Sancti Spíritus, et finálem perseverántiam in bonis opéribus, tríbuat vobis omnípotens et miséricors Dóminus.℟. Amen.℣. Et benedíctio Dei omnipoténtis, Pa✠tris, et Fí✠lii, et Spíritus ✠ Sancti, descéndat super vos et máneat semper.℟. Amen.
Hasta el 20 de Septiembre de 1870, cuando los Camisas Rojas
capitaneados por el masón Giuseppe Garibaldi tomaron Roma y la
reclamaron para el rey Víctor Manuel II de Italia, la bendición Urbi et
Orbi se otorgaba en las siguientes fechas y basílicas:
- San Pedro Vaticano: Jueves Santo (originalmente la bendición se daba este día solamente, remplazando la reconciliación de los penitentes), Domingo de Pascua, San Pedro y San Pablo (29 de Junio), y el día de la Coronación Papal.
- San Juan Lateranense: Jueves de Ascensión (a veces se posponía hasta el Domingo de Pentecostés), y el día de entronización del Papa como Obispo de Roma (recordemos que esta basílica es la catedral de la Diócesis de Roma y la primera de todas las iglesias en el mundo).
- Santa María la Mayor: Asunción de Santa María (15 de Agosto).
En
el marco del Año Santo, el Papa daba la bendición en otras ocasiones
adicionales para provecho de los peregrinos: Por ejemplo, en el Año
Jubilar de 1650, el Beato Inocencio XI la impartió en las solemnidades
de la Epifanía (6 de Enero), Pentecostés, y Todos los Santos (1 de
Noviembre) desde el Palacio del Quirinal (antigua residencia papal).
Costumbre que se mantuvo hasta la ocupación, cuando el Quirinal se
convirtió en la residencia del rey de Italia, y el destronado –terrenalmente, claro está– Papa Pío IX, se declaró prisionero en el
Vaticano, y en señal de protesta sus sucesores la otorgaban en la logia interna de la basílica.
Hasta Pío XI, el papa, precedido del crucífero y acompañado por dos cardenales diáconos, del maestro de ceremonias y por los acólitos, se dirigía al balcón de las bendiciones (previamente cubierto con cortinaje y un tapiz con el escudo papal) en la silla gestatoria con baldaquín, revestido de pontifical y ciñendo la tiara de tres coronas. Pío XII acostumbraba dar la bendición de pie, a veces revestido de pontifical, y a veces con hábito coral (roquete, muceta y estola).
Al ascender Pío XI, con el ánimo de reconciliación con la monarquía italiana, otorgó la bendición desde el balcón externo de San Pedro. Y luego de suscribirse el Pacto Lateranense, el 11 de Febrero de 1929, se presentaban ante el Papa los representantes militares del recién restaurado Estado de la Ciudad del Vaticano y del Reino de Italia, con sus respectivas bandas marciales. La banda de la Gendarmería Pontificia ejecutaba las notas del himno nacional italiano, y la banda de los Carabinieri ejecutaba el himno pontificio. Seguido al saludo militar de la Guardia Suiza y las Fuerzas Armadas Italianas, el papa pronunciaba el mensaje Urbi et Orbi y otorgaba la bendición.
La última vez que hubo una bendición Urbi et Orbi por un Papa legítimo fue el 15 de Agosto de 1958 (Pío XII, el último Papa, murió el 9 de Octubre de ese año).
La última vez que hubo una bendición Urbi et Orbi por un Papa legítimo fue el 15 de Agosto de 1958 (Pío XII, el último Papa, murió el 9 de Octubre de ese año).
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