«Proferirá palabras contra el Altísimo y pondrá a prueba a los santos» (Dn. 7, 22)
Original: «In the meeting, the pope jokingly likened this to the way the Holy Trinity
functions. “Inside the Holy Trinity they’re all arguing behind closed doors,” Cuda says
Francis told them, “but on the outside they give the picture of unity.”»
Traducción: «En la reunión, el papa, bromeando, comparó esto con la manera en la cual
funciona la Santísima Trinidad. “Dentro de la Santísima Trinidad, ellos se la pasan
discutiendo a puertas cerradas”, Cuda cuenta que Francisco les dijo “pero exteriormente dan
una imagen de unidad”». http://novusordowatch.org/2017/03/francis-jokes-most-holy-trinity/
Bergoglio, además de tomar el Santo Nombre de Dios en vano, infringiendo el segundo
mandamiento, blasfema de un modo espeluznante al introducir en el seno del Dios Uno y
Trino la discordia y el engaño. No hace falta ser muy versado en teología para comprender
que ésos son precisamente los atributos del diablo, quien es el «padre de la mentira»
(Jn. 8, 44), cuyo nombre significa, etimológicamente, el divisor, el que separa y crea discordia.
Por lo cual queda claro a quien sirve este individuo infame y bajo la influencia de quien
vomita sus horrendas blasfemias a repetición. Ya es sobradamente hora de que este hombre
sea denunciado públicamente por lo que realmente es: un impío sin par, un blasfemador
inveterado y un hereje notorio desprovisto de todo temor de Dios...
Declaración solemne: Por esta insigne impiedad, y por otra infinidad de fechorías
semejantes, yo acuso a Jorge Mario Bergoglio, falso profeta Francisco, vicario de Satanás y
precursor del Anticristo, de ser un blasfemador, un hereje y un apóstata, un enemigo
encarnizado de Dios, de la Iglesia y de la salvación de las almas. Usurpador del trono petrino,
este hombre impío y de una malicia e insensatez a toda prueba se escuda detrás del prestigio
que le confiere su presunto carácter pontifical y utiliza diabólicamente y sin escrúpulo alguno
la cátedra de San Pedro para engañar desvergonzadamente a los católicos, proponiéndoles un
sucedáneo del Evangelio, una adulteración monstruosa del cristianismo, vaciándolo de su
contenido y reemplazándolo por la religión naturalista y humanista de la masonería. Es un
deber impostergable e ineludible, para todo católico que se precie de tal, el denunciar,
combatir y desenmascarar públicamente a este miserable impostor, esbirro esmerado de las
legiones infernales, cuya impiedad notoria manifiestamente no cesará hasta que haya sido
arrojado vivo al estanque de fuego y azufre, que el Dios tres veces Santo tiene reservado para
Satanás, Príncipe de este mundo y Padre de la mentira, para los otros ángeles caídos y para la
cohorte innumerable de sus perversos secuaces aquí en la tierra, operarios diligentes de toda
forma de iniquidad, cuyo más conspicuo representante es el Soberano Blasfemador del
Vaticano, Jorge Mario Bergoglio.
Pinche viejo maldito. ¿Falta mucho para que ya se vaya al Infierno?
ResponderEliminarFalta poco, carísimo licenciado Wulfrano. Entre Ratzinger o Bergoglio están las apuestas a quién muere primero. Además, en una entrevista el pretérito superior general del arrupianismo Adolfo Nicolás Pachón dijo que Bergoglio le dijo “le pido al buen Dios que me lleve cuando los cambios sean irreversibles”.
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