Tomado de GLORIA.TV:
Walter Kasper Bacher, el valido de Bergoglio
El filósofo austríaco Thomas Stark analiza en un reciente panel de discusión en Viena la base de los errores teológicos modernos. El panel fue organizado por el grupo “Una Voce Austria”. Un vídeo de ello hay aquí: “There are sinister ideologies underlying the New Mass” (Hay ideologías siniestras bajo la Nueva Misa).
Trío erróneo: Mentalidad de cambio - Evolucionismo - Gnosticismo
Stark apunta a una reciente entrevista del nuevo General de los jesuitas, Arturo Sosa, que sugirió reinterpretar las palabras de Jesús de acuerdo a un lenguaje, contexto y cultura cambiantes. Stark resumió esta posición en la siguiente mentalidad: “Las cosas siempre cambian. No sabemos qué dijo realmente nuestro Señor. Todo depende de varios contextos cambiantes”.
Para Stark, la capa ideológica detrás de la mentalidad descrita es el evolucionismo: La Historia es -en la naturaleza y en la sociedad- vista como un desarrollo continuo, que hace las cosas -siempre y automáticamente- mejores cada vez.
Stark ve debajo de la mentalidad de cambio y la ideología de la evolución otra capa más profunda: la metafísica del gnosticismo: “Dice en su núcleo, que no solo el mundo es cambiante, sino que el Absoluto en sí se desarrolla fluyendo en su propia creación”.
Tres visiones del mundo: Paganidad, Cristiandad o Gnosticismo
En el gnosticismo la Causa divina de todo se desarrolla en la evolución de la naturaleza y la cultura: “La metafísica gnóstica ha sido construida al mismo tiempo, cuando la Iglesia Católica comenzó a realizar su fundamento teológico por medio de la filosofía griega en el siglo segundo”.
El gnosticismo, según Stark, es la “alternativa" al Cristianismo: “Todos y cada uno de los movimientos heréticos en la historia de la Iglesia desde los tiempos antiguos a través de la Edad Media hasta la actualidad siempre se han basado en esta metafísica gnóstica”.
El auge del gnosticismo en el siglo XV, preparando la reforma litúrgica
Stark explica que las enseñanzas gnósticas han envenenado la cultura europea especialmente desde el siglo XV. Los papas del siglo XIX combatieron el liberalismo (y el modernismo, que es “el liberalismo dentro de la Iglesia”): “La Iglesia estuvo bajo presión y algunos intelectuales pensaron que la manera de tratar el problema era adaptar el pensamiento y las enseñanzas Católicas a algunas ‘nuevas’ ideas metafísicas que fueron inventadas a comienzos del siglo XIX”.
Esas ideas estaban -de acuerdo a Stark- conectadas con el idealismo alemán, especialmente con los filósofos protestantes Schelling (+1854) y Hegel (+1831). Algunos teólogos intentaron basar la doctrina Católica en el terreno metafísico del idealismo alemán y fundaron la denominada “Escuela de Tubinga”. Stark señaló que el cardenal Walter Kasper Bacher es miembro orgulloso de esta “Escuela de Tubinga”.
Stark concluye además, que el pensamiento evolucionario -basado y culminado en el gnosticismo- proveyó el contexto en el que la Liturgia fue cambiada y reinterpretada.
Un falso concepto de identidad
Finalizando el panel de discusión, Stark calificó la alternativa entre Heráclito (+ 460 AC) y Parménides (principios del siglo quinto antes de Cristo) como “la gran lucha en la filosofía griega”: “Ambos lo hacían mal”. Stark ve en Heráclito (“todo fluye”) el núcleo de Hegel y en Parménides al filósofo panteista holandés Baruch Spinoza (+ 1677 AD).
Heráclito y también Parménides negaron que hubiese algo fuera del cosmos e identificaron lo Divino de diferentes maneras en el cosmos. Es por eso que Starks los describe como paganos. Él explica que Platón (+348 AC), que enseñaba la trascendencia divina, estaba en lo cierto: “Él inventó una posibilidad de pensar el cambio dentro de la estabilidad o la estabilidad dentro del cambio”.
Falsa Tradición: No basada en la fe, sino en la estructura de una iglesia
Muchos teólogos modernos usaron -de acuerdo a Stark- el falso concepto de identidad y tradición influenciada por Heráclito. En su filosofía, nada tiene identidad excepto las estructuras donde circula el flujo de las cosas.
Esta influencia conllevó -sin ser conscientes de ello- a un concepto de tradición e identidad que Stark describe como gnóstico y al cual identifica con Walter Kasper. En Kasper ningna traducción es estable sino la tradición misma. El desarrollo no pasa por la sustancia, sino que solo demanda estar conectados con un algo previo. “Dentro del desarrollo todo puede cambiar. No hay nada idéntico”.
Para Stark, la capa ideológica detrás de la mentalidad descrita es el evolucionismo: La Historia es -en la naturaleza y en la sociedad- vista como un desarrollo continuo, que hace las cosas -siempre y automáticamente- mejores cada vez.
Stark ve debajo de la mentalidad de cambio y la ideología de la evolución otra capa más profunda: la metafísica del gnosticismo: “Dice en su núcleo, que no solo el mundo es cambiante, sino que el Absoluto en sí se desarrolla fluyendo en su propia creación”.
Tres visiones del mundo: Paganidad, Cristiandad o Gnosticismo
En el gnosticismo la Causa divina de todo se desarrolla en la evolución de la naturaleza y la cultura: “La metafísica gnóstica ha sido construida al mismo tiempo, cuando la Iglesia Católica comenzó a realizar su fundamento teológico por medio de la filosofía griega en el siglo segundo”.
El gnosticismo, según Stark, es la “alternativa" al Cristianismo: “Todos y cada uno de los movimientos heréticos en la historia de la Iglesia desde los tiempos antiguos a través de la Edad Media hasta la actualidad siempre se han basado en esta metafísica gnóstica”.
El auge del gnosticismo en el siglo XV, preparando la reforma litúrgica
Stark explica que las enseñanzas gnósticas han envenenado la cultura europea especialmente desde el siglo XV. Los papas del siglo XIX combatieron el liberalismo (y el modernismo, que es “el liberalismo dentro de la Iglesia”): “La Iglesia estuvo bajo presión y algunos intelectuales pensaron que la manera de tratar el problema era adaptar el pensamiento y las enseñanzas Católicas a algunas ‘nuevas’ ideas metafísicas que fueron inventadas a comienzos del siglo XIX”.
Esas ideas estaban -de acuerdo a Stark- conectadas con el idealismo alemán, especialmente con los filósofos protestantes Schelling (+1854) y Hegel (+1831). Algunos teólogos intentaron basar la doctrina Católica en el terreno metafísico del idealismo alemán y fundaron la denominada “Escuela de Tubinga”. Stark señaló que el cardenal Walter Kasper Bacher es miembro orgulloso de esta “Escuela de Tubinga”.
Stark concluye además, que el pensamiento evolucionario -basado y culminado en el gnosticismo- proveyó el contexto en el que la Liturgia fue cambiada y reinterpretada.
Un falso concepto de identidad
Finalizando el panel de discusión, Stark calificó la alternativa entre Heráclito (+ 460 AC) y Parménides (principios del siglo quinto antes de Cristo) como “la gran lucha en la filosofía griega”: “Ambos lo hacían mal”. Stark ve en Heráclito (“todo fluye”) el núcleo de Hegel y en Parménides al filósofo panteista holandés Baruch Spinoza (+ 1677 AD).
Heráclito y también Parménides negaron que hubiese algo fuera del cosmos e identificaron lo Divino de diferentes maneras en el cosmos. Es por eso que Starks los describe como paganos. Él explica que Platón (+348 AC), que enseñaba la trascendencia divina, estaba en lo cierto: “Él inventó una posibilidad de pensar el cambio dentro de la estabilidad o la estabilidad dentro del cambio”.
Falsa Tradición: No basada en la fe, sino en la estructura de una iglesia
Muchos teólogos modernos usaron -de acuerdo a Stark- el falso concepto de identidad y tradición influenciada por Heráclito. En su filosofía, nada tiene identidad excepto las estructuras donde circula el flujo de las cosas.
Esta influencia conllevó -sin ser conscientes de ello- a un concepto de tradición e identidad que Stark describe como gnóstico y al cual identifica con Walter Kasper. En Kasper ningna traducción es estable sino la tradición misma. El desarrollo no pasa por la sustancia, sino que solo demanda estar conectados con un algo previo. “Dentro del desarrollo todo puede cambiar. No hay nada idéntico”.
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