Por John Haward para BREITBART.
En su primer mensaje anual a la legislatura el 29 de Enero (equivalente en su ceremonial al discurso sobre el Estado de la Unión), el presidente liberiano George Manneh Weah llamó
a eliminar la “innecesaria, racista, e inapropiada”
cláusula constitucional que impide a los no-negros ser ciudadanos de pleno derecho en su país.
Habitantes de Liberia
Un alto clérigo musulmán de Liberia respondió esta semana advirtiendo que los ciudadanos negros serían marginalizados y oprimidos si se cambian las reglas. Él acusó a los residentes no-negros de Liberia de llevar dos lealtades y criticó a Weah por designar a dos cristianos como sus consejeros religiosos en lugar de nombrar a un musulmán.
En su discurso a los legisladores, el presidente Weah dijo que el requerimiento constitucional de que todos los ciudadanos de Liberia deben ser negros “pudo haber tenido toda razón y justificación” cuando el documento fue expedido en 1847, porque el país buscaba ser un hogar seguro para los antiguos esclavos “que huían del opresivo yugo de la esclavitud impuesta sobre ellos por los blancos dueños de esclavos”.
George Manneh Weah, presidente de Liberia
“Esto pudo haber sido apropiado para el siglo XIX y para las amenazas y condiciones que existieron en dicho tiempo”, dijo Weah. “Sin embargo, aquí en el siglo XXI, yo soy de los que piensan que estas amenazas no existen más, y que las condiciones han cambiado. En estas circunstancias, es mi parecer que mantener tal cláusula en nuestra Constitución es innecesario, racista e inapropiado para el lugar que hoy ocupa Liberia en el concierto de las naciones. También contradice la misma definición de Liberia, que se deriva de la palabra latina ‘liber’, que significa ‘libertad’”.
Weah no solamente criticó como anomalía racista el requerimiento de sólo negros en una era más ilustrada, especialmente para un país que tiene como modelo a los Estados Unidos de América, sino que francamente explicó que permitirle a los no-negros convertirse en ciudadanos, aplicar para la doble ciudadanía, y obtener plenos derechos de propiedad era vital para el “desarrollo y progreso de este país”.
“Ningún inversionista extranjero —de hecho, ningún inversionista— estará dispuesto a hacer grandes inversiones directas en nuestro país si ellos no pueden ser propietarios con pleno dominio”, dijo. “Además, las inversiones directas ubicadas en propiedades arrendadas son virtualmente inviables desde el punto de vista bancario, porque la mayoría de bancos son reluctantes a aceptar arrendamientos como fianza para créditos a personas y entidades comerciales para proyectos que pudieran muy bien acelerar nuestro desarrollo y crear empleo a nuestra gente”.
Weah, ex-campeón de fútbol, consiguió una arrolladora victoria en las elecciones del 27 de Diciembre prometiendo restaurar la economía, combatir la corrupción en el gobierno, y mejorar servicios como la educación y la salud. Los liberianos pobres —que constituyen casi el 65% de la población— fueron atraídos por su fama y carisma, como también al encontrar como inspirador su éxito personal como estrella del deporte internacional. Uno de sus gestos populares implicó reducir su propio salario en un 25%.
Infortunadamente, recortar los salarios de unos cuantos altos funcionarios no estará cerca de proporcionar el dinero que Weah necesita para realizar el resto de sus promesas. Para ese propósito, un equipo del Fondo Monetario Internacional arribó a Liberia la semana pasada para evaluar la economía nacional. El FMI ya había puesto en Liberia una considerable suma de dinero y no está complacido con los resultados encontrados.
Aunque Weah en su discurso anual rechazó tajantemente la noción de que otorgarle la ciudadanía a los no-negros marginalizaría a los liberianos negros, el presidente del Consejo Nacional de Imanes de Liberia expresó este lunes (12 de Marzo) esa misma preocupación, citando como ejemplo a Ghana y Costa de Marfil.
Imán Alí Krayee, presidente del Consejo Nacional de Imanes de Liberia
Como lo dice el diario Front Page Africa, el imán Alí Krayee dijo que una afluencia de gentes “que de lejos están más avanzadas intelectual y económicamente” se tomarían las grandes ciudades y arrojarían a los nativos liberianos a las chabolas.
Krayee dijo que la propuesta de Weah es una “bomba de tiempo” que podría crear una estructura de clases condenando “a generaciones por nacer a la esclavitud y privaciones en la tierra de sus padres”, con resultados explosivos comparables al alzamiento de los Mau Mau en Kenia. En otras palabras, él predice que los propietarios blancos se movilizarían y tomarían el sistema político y económico liberiano, hasta que los negros eventualmente se levanten en una guerra de guerrillas y los derriben.
“En cuanto a la doble ciudadanía, esto simplemente significa doble lealtad”, dijo con desdén. “Es de todos conocido lo que eso implica. Nosotros rechazamos el racismo. Lo que enseñamos es conciencia de raza y las a menudo impotables realidades asociadas con ciertas políticas”.
Krayee también atacó a Weah por designar dos consejeros religiosos cristianos pero no a ningún musulmán. “Como lo decíamos, sólo una pequeña fracción de los musulmanes postulados han sido anunciados. Miramos adelante por un mejor reconocimiento. Sabemos que pocos pasos han sido dados para, en cierto modo, aplacar a los musulmanes”, afirmó.
“Es importante señalar que los musulmanes están bajo la obligación religiosa de ser leales y apoyar sinceramente al gobierno de turno”, agregó Krayee . “Necesitamos colaborar más significativamente con nuestras contrapartes cristianas, las organizaciones no gubernamentales y otros actores claves como nosotros para hacer que Liberia funcione para todos”.
Krayee afirma que los musulmanes estuvieron en Liberia mucho antes de la llegada del cristianismo, pero ellos aún sienten que no han sido aceptados plenamente en el sistema político. Los musulmanes componen casi el 12% de la población según el padrón oficial, aunque algunos aseguran que han sido sistemáticamente subregistrados, y su influencia política ha sido grandemente diluida por amargas luchas entre facciones.
Los fundadores de Liberia en el siglo XIX fueron protestantes animados por principios cristianos cuando elaboraron sus leyes, los cuales fueron muy importantes para la población naciente de esclavos liberados, pero también especificaron protección religiosa para las creencias tribales indígenas. Actualmente el 85% de la población es cristiana.
La fricción religiosa y tribal han tenido grandes papeles en la turbulenta historia de Liberia. Una iniciativa en 2015 para hacer del cristianismo la religión del Estado enfureció a la población musulmana y otras minorías, levantando temores de “marginalización” que proveen el contexto para los comentarios de Krayee dados esta semana.
Otro elemento contextual importante para la propuesta de Weah y la reacción de Krayee es que uno de los grupos no-negros más importantes en Liberia consiste no en europeos blancos, sino en libaneses. Los empresarios libaneses han tomado residencia en el país por décadas, produciendo una nueva generación de niños nacidos en Liberia que no tienen ciudadanía plena porque no son negros.
Weah parece agudamente consciente de que Liberia no puede permitirse ver libaneses, indios, y otros residentes no ciudadanos llevándose su dinero y capacidades a otro lugar; considerando que los libaneses e indios son mayoría en la clase ejecutiva cuya retirada evisceraría la economía nacional.
En los primeros días de su presidencia en Enero estalló un escándalo cuando Weah fue acusado de recibir regalos impropios de la comunidad libanesa, que es vista por la oposición como una fuerza subversiva siniestra que busca manipular a los políticos con sobornos para proteger sus intereses comerciales.
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