En el libro “Escogí la Verdad: el fin de los tiempos” (cuyo capítulo cuarto, título primero: “El Verdadero Tercer Secreto de Fátima” reprodujimos alguna vez), el autor, cuyo seudónimo era GodLoveus, decía lo siguiente:
«Para que puedan evitar la desgracia de la persecución y del martirio, se les ofrecerá a los católicos una alternativa: el exilio. La gran mayoría caerá en el engaño y cometerá apostasía. A semejanza de lo que ocurre hoy en China, tendrán su latín, su incienso, su Misa, etc. —pero con la condición de estar en comunión con la iglesia oficial— la que, a esa altura, se habrá transformado en una Roma apóstata. Se les obligará a someterse al papa impostor, cuya falsa iglesia formará parte de la Gran Iglesia Ecuménica, que reunirá todas las religiones». (Negrillas fuera del original)
Acontece
respecto al el párrafo citado que, actualmente, ese “latín, incienso y
Misa” está desapareciendo en la China comunista porque, como cruel
ironía, la Asociación Patriótica de Católicos Chinos que lo conservaba
en oposición a la “injerencia extranjera imperialista” del Vaticano, en
virtud de las capitulaciones de esta última ante el Partido, acogió y está expandiendo
el Novus Ordo impulsado por la “Iglesia clandestina”. Pero dejemos que
la doctora Marian T. Horvat nos detalle sobre la situación (artículo
publicado en TRADITION IN ACTION, traducido por don Antonio Moiño Munitiz).
LÍNEAS CRUZADAS ENTRE LA MISA NOVUS ORDO Y LA MISA TRIDENTINA EN CHINA
Por Marian T. Horvat, Ph.D.
Mi
amiga Jan recientemente hizo algunas preguntas sobre los artículos que
Tradition In Action ha publicado sobre la Asociación Patriótica China
(APC, la denominada iglesia católica controlada por los comunistas) y la
Iglesia Católica Clandestina.
“Parece que tienes razón”, dijo, “en la acusación que haces al Vaticano de traicionar a la Iglesia clandestina, al pedir a dos de sus obispos que dimitan o renuncien a favor de los obispos nombrados por los comunistas. Además, parece que habrá un Acuerdo sino-vaticano por el que el gobierno comunista podría elegir a los obispos (el Papa
solo tendría la última palabra); los obispos ordenados ilícitamente
(algunos casados y con hijos) serían reconocidos, y la Iglesia
clandestina esencialmente forzada a unirse a la APC o desaparecer”.
Otra cruz removida recientemente de una catedral católica (Sagrado Corazón de Jesús en Shanqiu, provincia de Henan) por las autoridades comunistas
“Sin
embargo”, continuó mi amiga Jan, “he oído que la Asociación Patriótica
dice Misas en latín (el rito tridentino) mientras que la Iglesia
clandestina las dice por el Novus Ordo. ¿Que esta pasando? ¿No parece
que deberías señalar la traición a la tradición de la Iglesia
Clandestina? Y de todos modos, ¿cómo es que pasa eso entre ellos?”.
Una situación confusa
Estás
en lo cierto, Jan, al decir que la situación en China es cada vez peor
para la Iglesia Católica clandestina, después de haber sufrido décadas
de persecución por su negativa a aceptar la autoridad del gobierno
comunista sobre la Iglesia Católica y haber profesado lealtad a Roma y
al Santo Padre.
También tienes razón cuando dices que estos fieles católicos chinos han sido traicionados por el Vaticano y el Papa, no solo por Francisco sino también por sus predecesores Juan Pablo II y Benedicto XVI, quienes han reconocido los obispos de la APC, apoyaron los seminarios de la ACP, financiaron sus iniciativas y alentaron el acercamiento entre la falsa APC y la auténtica Iglesia Católica Clandestina.
Una compleja situación litúrgica
Por
un lado, la Asociación Patriótica China había proscrito primero la
liturgia en lengua vernácula que imponía Pablo VI después del Vaticano
II, precisamente para oponerse a las directivas de una “potencia
extranjera” (el Papa). Por lo tanto, irónicamente, la APC controlada
por los comunistas, cuyos obispos eran elegidos por el gobierno y cuyas
enseñanzas de la doctrina completa de la Iglesia (sobre el aborto, la
moral, la propiedad privada, etc.) fueron prohibidas, mantuvo la misa
tridentina.
Por otro
lado, la Iglesia china subterránea, en su objetivo de permanecer fiel a
Roma y al Papa, adoptó los servicios del Novus Ordo. Fueron sólo algunos
de los Obispos y sacerdotes de la Iglesia Clandestina quienes lo
pusieron en práctica, aunque no fueron específicamente los clérigos
tradicionales más antiguos o los de las parroquias rurales. Pero,
algunos de los sacerdotes jóvenes, apoyados por grupos conservadores
como la Fundación Mindszenty que ayudarían con fondos para que los
seminaristas de la Iglesia subterránea vinieran a estudiar en seminarios
extranjeros, aprenderían el Novus Ordo Missæ.
Ahora la “comunión” en la mano es dada regularmente en las iglesias de la APC controlada por los comunistas
Esos
jóvenes volverían para servir a la Iglesia clandestina, conscientes de
que podrían enfrentar la prisión, los campos de trabajo y la persecución
de las autoridades comunistas por su “fidelidad” al Papa. Poco dispuestos a seguir a la APC aprobada por el gobierno, creían que debían seguir a Roma, sin darse cuenta de la “protestantización” de la nueva liturgia o las ambigüedades del Vaticano II, que les llevaría a adootar una errónea doctrina modernista.
Matices en la imagen
Sin
embargo, la mayoría de los sacerdotes ordenados por los obispos
clandestinos, así como los propios prelados, no profesaban esta
enseñanza modernista y continuaron diciendo la misa tridentina,
especialmente en las provincias rurales. Los fieles, cómodos con la
Iglesia jerárquica anterior al Vaticano II, también deseaban la pompa y
la ceremonia del antiguo rito.
Como en la década de 1980 Roma
había cedido facultades a la Iglesia clandestina para ordenar a los
sucesores de los obispos sin la aprobación de Roma, así como para
ordenar sacerdotes sin que fuera obligada su formación en el seminario,
muchos de estos nuevos clérigos carecían de la formación propua del
Vaticano II. Esta fue, de hecho, una de las quejas de Benedicto XVI en
su desastrosa Carta a los católicos chinos de
2007, por la que se revocaron esos privilegios, necesarios para la
supervivencia de la Iglesia clandestina, y alentaba a la Iglesia
clandestina “a satisfacer sus necesidades espirituales” uniéndose a “la
ACP que no estaba en comunión con el Papa”.
Pareciera que
Benedicto estaba diciendo: “Estos sacerdotes mal entrenados aún se
aferran a los viejos ritos y formas. Necesitan ser mejor entrenados por
aquéllos que han aceptado las innovaciones del Vaticano II”. Entonces,
la mayor parte de la APC estaba en camino de decir la Misa del Novus
Ordo, como veremos a continuación.
La formación patrocinada por el Vaticano a los catequistas de la APC en Roma introduce la nueva liturgia y sus enseñanzas
Conclusión:
Muchos obispos y sacerdotes de la Iglesia clandestina todavía dicen la
Misa tridentina, pero Roma los está presionando fuertemente para que la
abandonen y digan el Novus Ordo.
El Novus Ordo se está convirtiendo en dominante en la APC
Ahora,
con respecto a la APC, la imagen también hay que matizarla. Desde
mediados de la década de 1980 venía presión por parte del Vaticano -que
enviaba fondos y ofrecía apoyo tácito a la APC controlada por los
comunistas- para que abandonase su práctica de decir la Misa Tridentina
y se introdujese el Novus Ordo y las reformas del Concilio Vaticano II.
Esta
tarea fue asumida por el P. Aloisius Jin Luxian SJ, quien después de
pasar casi tres décadas bajo arresto domiciliario, en campos de
reeducación y prisión, salió de esa “reeducación” en 1982 como un firme
defensor del diálogo y el compromiso con el gobierno comunista.
El obispo Aloisius Jin Luxian (fallecido en 2014, a la derecha de su
sucesor escogido a dedo Joseph Xing Wenzhi), presionó por la
introducción del Novus Ordo en China
Luxian aceptó ser consagrado ilícitamente
por los obispos de la APC y llegó a ser obispo de Shanghái sin la
aprobación del Vaticano y recibiendo el seminario de Shanghái para
dirigirlo. Rechazado por y sin la confianza del heroico exiliado Card.
Ignatius Gong Pin-Mei, el nuevo obispo Jin Luxian fue, sin embargo,
apoyado y aprobado por Juan Pablo II.
Bajo su política de
acomodación con Roma, el gobierno chino permitió al obispo Jin Luxian
traducir la misa al idioma vernáculo y dar más relevancia al papel de
los laicos. Como consecuencia, la primera misa Novus Ordo en idioma
chino se celebró en Shanghái el 30 de septiembre de 1989.
¿Quién fue el sacerdote que celebró esa Nueva Misa? No era otro que el
Padre Joseph Zen Ze-kiun (hoy Cardenal). Así pues, el Card. Zen, ahora
alabado como héroe de la resistencia al actual acuerdo Roma-Pekín, ha
defendido desde el principio que se acometieran las reformas Novus Ordo
Missæ y del Vaticano II en China.
Un nuevo misal de la APC fue oficialmente autorizado por el Vaticano a nivel nacional en 1993 y, poco después, la Nueva Misa en chino con el sacerdote cara al pueblo se empezó a propagar a través de la APC.
Desde 1985, el P. Thomas Law Kwok-fai, nombrado para la Comisión de Liturgia Diocesana de Hong Kong, recibió la responsabilidad de implementar el Novus Ordo en China continental.
Rev. Thomas Law Kwok-Fai, instalado en 1979 con el Rito Montini-bugniniano
Para actualizar a los sacerdotes de la APC con la liturgia posterior al Vaticano II, él ha publicado artículos en un sitio web popular para ayudarlos a comprender el espíritu y el significado de la Misa en el contexto del Concilio Vaticano II. Muchos de sus estudiantes han obtenido títulos en liturgia y ahora llevan a cabo la tarea de enseñar a los seminaristas chinos de la APC el Novus Ordo.
Otra consecuencia de las concesiones hechas por Benedicto XVI a la APC en su Carta de 2007 fue la relajación gubernamental sobre las restricciones de viaje para el clero. Así pues, el número de sacerdotes continentales que viajó a Hong Kong para recibir enseñanza sobre el Novus Ordo, aumentó exponencialmente, estimulando así la propagación del Novus Ordo en la APC.
Seminaristas de la APC entrenados en el seminario romano de Propagánda Fide
Poco a poco el Novus Ordo en chino se está introduciendo en todas las parroquias de la APC, según el P. Law Kwok-fai. Solo unas pocas parroquias en Shanghái, la ciudad más poblada del mundo con 24 millones de personas, organizan misas en latín para feligreses ancianos, temprano por la mañana, y el mismo proceso está ocurriendo en todo la APC.
En resumen, vemos que la situación original se ha invertido. Hoy la APC, apoyado por Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, está promoviendo la liturgia Novus Ordo y las innovaciones del Vaticano II. Son los pocos fieles en la Iglesia clandestina, al darse cuenta de la traición del Vaticano, quienes tienen el potencial de guardar o regresar a la Misa Tridentina. Oremos para que hagan una fuerte resistencia no solo a la vergonzosa alianza entre Roma y Pekín, sino también a la Misa Novus Ordo y la mala doctrina que vino del Vaticano II.
No es de extrañar que Shanghái fuera la puerta de entrada en la China continental para la subversión litúrgica del Novus Ordo. Casualmente, esa ciudad fue la sede del I Congreso Nacional del PCCh (23 de julio a 2 de agosto de 1921), a la cual asistió el futuro líder Mao Zedong, quien 45 años después con Lin Biao y la “Banda de los cuatro” (Jiang Qing, Zhang Chunqiao, Yao Wenyuan y Wang Hongwen) inaugurará allí la Revolución Cultural que causó miles de muertes, recrudeció la persecución religiosa y provocó la pérdida de gran parte del patrimonio cultural.
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