Noticia tomada de GLORIA NEWS.
El presbítero Valentine Oluwole Koledoye (foto), de 56 años, nació y fue “instalado” presbítero en la diócesis de Ondo (Nigeria) el 20 de Agosto de 1994. Actualmente es un Vicario General de facto (título formal: “Bischofsvikar”) para una parte de la diócesis de Basilea (1 millón de católicos) en Suiza.
El 24 de octubre le dijo al sitio web anticatólico Kath.ch que la Iglesia en África «discrimina contra los creyentes polígamos» (sic).
Para él, la poligamia es parte de la “cultura” africana. Este fenómeno está «ligado a la agricultura intensiva en mano de obra» porque «en el pasado, era importante tener una familia numerosa para cultivar la propia tierra sin esclavos», inventa historias.
No se le ocurre a Koledoye que la proporción de sexos en África es de 101 hombres por 100 mujeres, lo que significa que la poligamia debe ser una situación muy excepcional que solo unos pocos hombres ricos pueden permitirse.
«A diferencia del Islam, las tradiciones paganas en África no limitan el número de esposas que un hombre puede “casarse”», dice.
El número de concubinas depende de los medios financieros del hombre, y la primera esposa debe dar su consentimiento para otros concubinatos.
Koledoye, que ha estado viviendo en Suiza desde 2008, dice que está familiarizado con la poligamia en los países de África Occidental y Oriental, donde la poligamia estaba «todavía muy extendida» entre la población católica hasta los años 1960 y 1970 [hace más de cincuenta años…], pero esto ha cambiado desde los años 1980.
Hoy en día es mucho menos común que los hombres practiquen la poligamia, que «ahora se considera un modelo de familia anticuado».
Sin embargo, durante el ex sínodo, el cardenal Fridolin Ambongo de Kinshasa hizo un gran alboroto sobre la “poligamia”, llamándola un “desafío”.
Para Koledoye, el hecho de que «la Iglesia Católica Romana [= Jesucristo] no acepte la poligamia como forma de vida y predique estrictamente la monogamia» es «aún hoy discriminatorio».
«Hasta el día de hoy, los católicos que viven en la poligamia son discriminados por la Iglesia», divaga Koledoye.
A un hombre polígamo «no se le permite recibir la comunión» [porque está viviendo en pecado mortal] y «lo mismo se aplica a sus esposas» [= concubinas], excepto a su esposa legítima.
En consecuencia, «cuando mueren, sus cadáveres no pueden ser llevados a la iglesia para el requiem» porque, como explica Koledoye, «se supone [sic] que el difunto está fuera de la comunidad eclesial».
El entierro en un cementerio católico, sin embargo, es posible.
Koledoye cree que es imposible para un hombre que vive en una relación polígama recibir la comunión. Pero las razones de esto son meramente sociológicas, cree Koledoye: «La poligamia no puede mantenerse en secreto».
El polígamo también debe renunciar a los deberes y cargos de la iglesia, y ya no se le permite ser catequista, presidente de una asociación de hombres o sacristán.
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