martes, 18 de marzo de 2014

PROFESIÓN DE FE CATÓLICA, EN LATÍN Y ESPAÑOL

Cuantos quieran converirse a la fe Católica, deben realizar esta profesión de Fe, elaborada en el Concilio de Trento y ampliada por el Papa Pío IX.
   
PROFÉSSIO FÍDEI CATHÓLICAM
         
Ego, N., firma fide credo et profíteor ómnia et síngula, quae continéntur in Symbolo, quo Sancta Romána Ecclésia útitur, videlicet:
     
Credo in unum Deum, Patrem omnipoténtem, factórem Cœli et terræ, visibílium ómnium et invisibílium. Et in unum Dóminum Jesum Christum, Fílium Dei unigénitum. Et ex Patre natum ante ómnia sǽcula. Deum de Deo, lumen de lúmine, Deum verum de Deo vero. Génitum, non factum, consubstantiálem Patri: per quem ómnia facta sunt. Qui propter nos hómines et propter nostram salútem descéndit de Cœlis. Et incarnátus est de Spíritu Sancto ex María Vírgine: Et homo factus est. Crucifíxus étiam pro nobis: sub Póntio Piláto passus, et sepúltus est. Et resurréxit tértia die, secúndum Scriptúras. Et ascéndit in Cœlum: sedet ad déxteram Patris. Et íterum ventúrus est cum glória judicáre vivos et mórtuos: cujus regni non erit finis. Et in Spíritum Sanctum, Dóminum et vivificántem: qui ex Patre Filióque procédit. Qui cum Patre et Fílio simul adorátur et conglorificátur: qui locútus est per Prophétas. Et Unam Sanctam Cathólicam et Apostolicam Ecclésiam. Confíteor unum baptísma in remissiónem peccatórum. Et exspécto resurrectiónem mortuórum. Et vitam ventúri sǽculi. Amen.
       
Apostólicas et Ecclesiásticas traditiónes reliquásque ejúsdem Ecclésiæ observatiónes et constitutiónes firmíssime admítto et ampléctor.
     
Item sacram Scriptúram juxta eum sensum, quem ténuit et tenet sancta Mater Ecclésia, cujus est judicáre de vero sensu et interpretatióne sacrárum Scripturárum, admítto; nec eam úmquam nisi juxta unánimem consénsum Patrum, accípiam et interpretábor.
     
Profíteor quóque septem esse vere et própriæ Sacraménta novæ legis a Jesu Christo Dómino nostro institúta, atque ad salútem humáni géneris, licet non ómnia síngulis, necessária: scílicet Baptísmum, Confirmatiónem, Eucharistíam, Pœniténtiam, Extrémam Unctiónem, Órdinem et Matrimónium; íllaque grátiam conférre; et ex his Baptísmum, Confirmatiónem et Órdinem sine sacrilégio reiterári non posse. Recéptos quoque et approbátos Ecclésiæ Cathólicæ ritus in supradictórum ómnium Sacramentórum solémni administratióne recípio et admítto.
          
Ómnia et síngula, quæ de peccáto origináli et de justificatióne in sacrosáncta Tridentína Synodo definíta et declaráta fuérunt, ampléctor et recípio.
      
Profíteor páriter, in Missa ófferri Deo verum, próprium et propitiatórium sacrifícium pro vivis et defúnctis. Atque in sanctíssimo Eucharistíæ Sacraménto esse vere, reáliter et substantiáliter Corpus et Sánguinem, una cum ánima et divinitáte Dómini nostri Jesu Christi, fiérique conversiónem tótius substántiæ panis in Corpus ac tótius substántiæ vini in Sánguinem, quam conversiónem Ecclésia Cathólica transubstantiatiónem appéllat. Fáteor étiam sub áltera tantum spécie totum atque íntegrum Christum verúmque Sacraméntum sumi.
     
Constánter téneo, Purgatórium esse, animásque ibi deténtas fidélium suffrágiis juvári. Simíliter et Sanctos, una cum Christo regnántes, venerándos atque invocándos esse, eósque oratiónes Deo pro nobis ófferre, atque eórum relíquias esse venerándas. Fírmiter asséro, imágines Christi ac Deíparæ semper Vírginis, necnon aliórum Sanctórum habéndas et retinéndas esse, atque eis débitum honórem et veneratiónem impertiéndam.
     
Indulgentiárum etiam potestátem a Christo in Ecclésia relíctam fuísse, illarúmque usum Christiáno pópulo máxime salutárem esse affírmo.
        
Sanctam, Cathólicam et Apostólicam Románam Ecclésiam ómnium ecclesiárum matrem et magístram agnósco, Romanóque Pontífici, beáti Petri Apostolórum príncipis successóri, ac Jesu Christi Vicário, veram obœdiéntiam spóndeo ac juro.
      
Cétera item ómnia a sacris canónibus et œcumenicis Concíliis, ac præcípue a sacrosáncta Tridentína Synodo, et ab œcuménico Concílio Vaticano tradíta, definíta et declárata, præsértim de Románi Pontíficis Primátu et infallíbili Magistério, indubitánter recípio ac profíteor; SIMÚLQUE CONTRÁRIA ÓMNIA, ATQUE HÆRÉSES QUASCÚMQUE AB ECCLÉSIA DAMNÁTAS ET REJÉCTAS ET ANATHEMATIZÁTAS EGO PÁRITER DAMNO, RÉICIO, ET ANATHEMATÍZO.
          
Hanc veram Cathólicam Fidem, extra quam nemo salvus esse potest, quam in præsénti sponte profíteor et veráciter téneo, eándem íntegram, et immaculátam úsque ad extrémum vitæ spíritum, constantíssime, Deo adjuvánte, retínere et confíteri, atque a meis súbditis, vel illis, quórum cura ad me in múnere meo spéctabit, téneri, dóceri et prædícari, quántum in me erit, curatúrum, ego idem, N., spóndeo, vóveo ac juro. Sic me Deus adjúvet et hæc sancta Dei Evangélia.
      
PROFESIÓN DE FE CATÓLICA
        
Yo, N., creo firmemente y profeso todas y cada una de las verdades que se contienen en el símbolo de la Fe que usa la Santa Iglesia Romana, a saber:
       
Creo en un solo Dios, Padre omnipotente, creador del cielo y de la tierra, de todas las cosas visibles e invisibles. Y en un solo Señor Jesucristo, Hijo unigénito de Dios. Y nacido del Padre antes de todos los siglos. Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero. Engendrado, no creado, consustancial al Padre: por quien todas las cosas fueron creadas; El cual por nosotros los hombres y por nuestra salud descendió de los cielos. Y por obra del Espíritu Santo se encarnó en las entrañas de la Santísima Virgen y se hizo hombre; Por nosotros fue también crucificado, bajo Poncio Pilato: padeció y fue sepultado. Y resucitó al tercer día, según las Escrituras. Y subió a los cielos; Y está sentado a la diestra del Padre. Y otra vez ha de venir con gloria a juzgar a los vivos y a los muertos: y su reino no tendrá fin; Y en el Espíritu Santo, Señor y vivificador: que procede del Padre y del Hijo. El cual es juntamente adorado con el Padre y el Hijo, y conglorificado: y habló por medio de los profetas; Y en la Iglesia, Una, Santa, Católica y Apostólica. Confieso que hay un solo Bautismo para remisión de los pecados. Y espero la resurrección de los muertos. Y la vida del siglo venidero. Amén.
       
Firmísimamente admito y abrazo las tradiciones apostólicas y eclesiásticas y las demás observancias y constituciones de la misma Iglesia.
      
Asimismo acepto la Sagrada Escritura conforme al sentido que le ha dado y la da la santa Madre Iglesia, a la cual toca juzgar acerca del verdadero sentido e interpretación de las Sagradas Escrituras; y jamás las aceptaré e interpretaré sino en conformidad con el unánime sentir de los Padres.
     
Confieso también que verdadera y propiamente son siete los Sacramentos de la nueva ley instituidos por Nuestro Señor Jesucristo, y que son necesarios para la salvación del género humano, si bien no todos lo son a cada uno, a saber, el Bautismo, la Confirmación, la Eucaristía, la Penitencia, la Extremaunción, el Orden y el Matrimonio; y que confieren la gracia, y de ellos el Bautismo, la Confirmación y el Orden no se pueden reiterar sin sacrilegio. Acepto y admito asimismo los ritos aprobados por la Iglesia Católica para la solemne administración de todos los Sacramentos sobredichos.
         
Acato y recibo todas y cada una de las cosas que acerca del pecado original y de la justificación fueron definidas y declaradas en el santo Concilio de Trento.
      
Igualmente confieso que en la Misa se ofrece a Dios un verdadero, propio y propiciatorio Sacrificio por los vivos y por los difuntos; y que en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía están verdadera, real y sustancialmente el Cuerpo, y la Sangre juntamente con el alma y la divinidad de nuestro Señor Jesucristo, y que se efectúa la conversión de toda la sustancia del pan en el Cuerpo, y de toda la sustancia del vino en la Sangre, la cual conversión es denominada Transustanciación por la Iglesia Católica. Confieso también que bajo cada una de las especies se recibe a Jesucristo total e íntegro, y un verdadero Sacramento.
       
Firmemente admito la existencia del Purgatorio, y que a las almas en él detenidas pueden los fieles ayudarlas con sufragios; E igualmente que los Santos que están reinando con Cristo deben ser venerados e invocados, y que ellos ruegan a Dios por nosotros, y que sus Reliquias deben ser veneradas. Afirmo resueltamente que se deben tener y conservar las imágenes de Jesucristo y de la Madre de Dios siempre Virgen, y también de otros Santos, y que se les ha de tributar el debido honor y veneración;
     
Afirmo que Jesucristo dotó a la Iglesia de potestad para conceder indulgencias, y que el uso de las mismas es en gran manera saludable al pueblo cristiano.
        
Reconozco a la Santa, Católica y Apostólica Iglesia Romana por madre y maestra de todas las Iglesias, y… También admito y profeso sin la menor duda cuanto han enseñado, definido y declarado los sagrados Cánones y los Concilios Ecuménicos, y en especial el sacrosanto Concilio de Trento y el Ecuménico Concilio Vaticano, sobre todo respecto del primado e infalible magisterio del Romano Pontífice, y al mismo tiempo, TODAS LAS COSAS CONTRARIAS Y CUALESQUIERA HEREJÍAS POR LA IGLESIA CONDENADAS Y RECHAZADAS Y ANATEMIZADAS YO IGUALMENTE LAS CONDENO, RECHAZO Y ANATEMATIZO.
      
Esta verdadera Fe Católica, fuera de la cual nadie puede salvarse, que al presente espontáneamente profeso y de verdad tengo, Yo mismo, N., prometo, hago voto y juro que, con la ayuda de Dios, la he de conservar siempre íntegra e intacta hasta el postrer instante de mi vida, y procuraré cuanto de mí dependa que mis súbditos o aquellos a quienes por mi cargo esté obligado a cuidar, tengan dicha fe, la enseñen y la prediquen. Así, Dios me ayude, y estos sus santos Evangelios.

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