Por Eva Carrascosa García para ALERTA DIGITAL
El novelista Josele Sánchez, autor del libro Con la Piel de Cordero, una obra basada en la vida oculta de Santiago Carrillo que acaba de publicar su segunda edición (Editorial Raíces) incrementa sus acusaciones al entorno nacionalista vasco sobre su complicidad en los asesinatos de Paracuellos ordenados por Santiago Carrillo y las amplía, además, a otras ejecuciones de sacerdotes producidas en las Vascongadas durante los primeros meses de la guerra civil española.
El periodista y escritor valenciano, que ya había acusado al ex ministro del PNV Manuel Irujo y a otro peneuvista, Jesús Galíndez, asesor de la Dirección de Prisiones de la Junta de Defensa de Madrid, de sacar de la lista de prisioneros a fusilar a sacerdotes vascos, a cambio de incluir a otros curas procedentes de otras regiones de España, que finalmente fueron asesinados en Paracuellos del Jarama por orden del entonces responsable de seguridad de la Junta, Santiago Carrillo, amplía ahora sus denuncias e incluye por vez primera, al máximo representante de la iglesia vasca durante la guerra civil española, el obispo Mateo Múgica:
Así de contundente se muestra Josele Sánchez quien también ha manifestado:
Portada del libro Con la Piel de Cordero, escrito por Josele Sánchez
El periodista y escritor valenciano, que ya había acusado al ex ministro del PNV Manuel Irujo y a otro peneuvista, Jesús Galíndez, asesor de la Dirección de Prisiones de la Junta de Defensa de Madrid, de sacar de la lista de prisioneros a fusilar a sacerdotes vascos, a cambio de incluir a otros curas procedentes de otras regiones de España, que finalmente fueron asesinados en Paracuellos del Jarama por orden del entonces responsable de seguridad de la Junta, Santiago Carrillo, amplía ahora sus denuncias e incluye por vez primera, al máximo representante de la iglesia vasca durante la guerra civil española, el obispo Mateo Múgica:
“Mateo Múgica, prelado nacionalista próximo al PNV y obispo de la diócesis del País Vasco, dedicó todos sus esfuerzos a salvar a curas nacionalistas no importándole, por el contrario, el asesinato de otros sacerdotes vascos que se sentían españoles o de curas nacidos fuera de las vascongadas”.
Mateo Múgica Urrestarazu, Obispo de Vitoria, simpatizante del Partido Nacionalista Vasco
Así de contundente se muestra Josele Sánchez quien también ha manifestado:
“El protagonismo de Mateo Múgica fue decisivo en el asesinato de sesenta y cinco sacerdotes ejecutados en el País Vasco entre los meses de julio de 1.936 y enero del 37. Sesenta y cinco curas -añade el novelista- que perdieron su vida por negarse a seguir las tesis nacionalistas del obispo Mateo Múgica”.
El escritor suma más culpables dentro del Partido Nacionalista Vasco en los asesinatos a sacerdotes:
“El consejero de justicia del gobierno vasco Jesús María de Leizaola, con la autorización del Lendakari José Antonio Aguirre, obtuvo la aprobación del obispo Mateo Múgica para el asalto al barco prisión Cabo Quilates producido el 15 de octubre de 1.936 y en el que murieron, junto a otros muchos prisioneros, quince religiosos a los que el máximo responsable de la iglesia vasca consideraba como españolistas”.
Josele Sánchez denuncia el fariseísmo del PNV cuyo catolicismo hace distinciones según el lugar de nacimiento, pero considera especialmente despreciable la actitud del obispo Mateo Múgica, de quien finalmente ha señalado:
“Yo soy agnóstico, pero si de verdad existe un Dios, estoy seguro que el obispo Mateo Múgica estará pudiéndose en el infierno junto a sus correligionarios del Partido Nacionalista Vasco”
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