ACLARAMOS: La "Ciudad de las Siete
Colinas" de que habla en el Apocalipsis es la ciudad de Roma, ocupada
por la secta del Vaticano II.
II Tesalonicenses II, 1-12: Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios. ¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía con vosotros, os decía esto? Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste. Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida; inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.
Desde las palabras de San Daniel Profeta, cuando nos habla de la supresión del continuo sacrificio, como aquello que da lugar a la abominación de la desolación; encontramos luz para entender lo que el Apóstol escribió en II Tesalonicenses: "sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio".
Si atendemos a la tradición de la Iglesia Católica, destaca con claridad: "aquello que se realizaba en la liturgia de la Santa Misa", como la continuidad del sacrificio en los tiempos del cristianismo (recomendamos leer el articulo sobre los cambios en la Misa, para mejor compresión). Quitado este, "el Sacrificio de la Cruz" por los mismos que deberían guardarlo (los Papas) como quedó establecido por los antecesores de los últimos cinco, y sustituido por el sacrificio o la ofrenda de los fieles (desde el concilio deuterovaticano); queda confirmada la abominación que desolará y se da entrada a la apostasía.
El hilo conductor de estas cosas, nos sitúa ahora desde el libro de Apocalipsis en el desarrollo de unos acontecimientos que ponen a Roma como escenario (Apocalipsis 17: 8-11).
Siete Reyes, entre los cuales (CINCO ULTIMOS) suceden estas cosas: La continuidad del sacrificio es quitada, se establece una teología dogmática apóstata, y de ellos surgió uno, que es el octavo, con grandes señales para engañar al mundo. (Esto, para la mente que tenga sabiduría).
Apocalipsis 17:8-11 La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición; y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que era y no es, y será. Esto, para la mente que tenga sabiduría: Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer, y son siete reyes. Cinco de ellos han caído; uno es, y el otro aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo. La bestia que era, y no es, es también el octavo; y es de entre los siete, y va a la perdición.
Ahora, cuando se habla de Siete Reyes, refiérese a los siete sacerdotes que gobernaban como Papas en el Estado Vaticano, desde su creación por los Pactos de Letrán, signados el 11 de febrero de 1929:
- Papa Pío XI
- Papa Pío XII
- Antipapa Juan XXIII
- Antipapa Pablo VI
- Antipapa Juan Pablo I
- Antipapa Juan Pablo II
- Antipapa Benedicto XVI
Cuando se habla de los Reyes-Sacerdotes, lo hacemos teniendo en cuenta que la Santa Sede es una monarquía teocrática, como lo señala la ENCYCLOPEDIA OF THE NATIONS. Ítem lo anterior, cabe señalar que ellos fueron ordenados sacerdotes y consagrados obispos por el Ritual Católico anterior a 1958 (excepto Benedicto XVI, que fue consagrado obispo en 1977, con el ritual del Novus ordo sacerdotalis -lo que lo hace obispo inválido e ilícito, sin obstar en el ser sacerdote válido y lícito, por ser ordenado en el Rito Católico-). Pero hay unos puntos que aclarar:
- La Suceción Apostólica (la dignidad Papal) terminó con la muerte de Pío XII, en 1958.
- La renuncia de Benedicto XVI, anunciada el 11 de Febrero de 2013, significó el final de la Teocracia vaticana (hecho confirmado en la elección de Jorge Mario Bergoglio como Antipapa Francisco I).
Francisco
I (Jorge Mario Bergoglio Sívori), ordenado presbítero en 1969 e
"instalado" como obispo conciliar en 1992 con el Novus Ordo
Sacerdotalis, NO ES PAPA, NI OBISPO, NI SACERDOTE, NI MUCHO MENOS
CATÓLICO.
Dios mismo confirmó esto, ya que al poco de renunciar el antipapa Benedicto XVI, un rayo impactó la cúpula de la Basílica de San Pedro, como señal confirmatoria de tan relevante acontecimiento que marca una etapa nueva en el final de los Tiempos: La conversión de la Monarquía teocrática vaticana en un Estado laico, dado que su gobernante actual (Francisco Bergoglio) NO ES SACERDOTE, como tampoco lo son cuantos quisieren sucederlo. Una aristocracia (su gobernante laico es asistido por ocho consejeros altos). Una demagogia (la acogida del mundo en la jerarquía apóstata es su programa de gobierno).
Ahora, Bergoglio no llegó al poder por sí solo: hubo muchas intrigas previas y concomitantes al Cónclave en el que fue electo (la famosa "Conspiración Santa María la Mayor" para desbancar a Ángelo Scola). San Daniel profeta lo reafirma:
Daniel VIII, 23: Cuando el dominio de estos reinos llegue a su fin y las maldades hayan llegado al colmo, un rey insolente y astuto ocupará el poder.
Daniel XI, 21: En su lugar se levantará un hombre despreciable, a quien no se le han otorgado los honores de la realeza. Vendrá cuando haya tranquilidad y se apoderará del reino con intrigas.
Francisco Bergoglio es además astuto, por cuanto políticamente siempre busca el árbol que le dé más sombra, altivo y despreciable por su vanagloria disfrazada de humildad y su fingida bondad (siendo que él era tenido en su sede arzobispal en Buenos Aires como un ogro). Él no tiene los honores de la realeza porque no es obispo ni sacerdote válidamente ordenado (fue instalado con el rito Montiniano de ordenación). Llegó al pontificado conciliar con intrigas contra Ángelo Scola y los “tradicionalistas” del Vaticano II. Y como lo dijimos anteriormente, es Pedro el Romano:
Primero, porque estos son tiempos de persecución contra la Iglesia Católica tradicional, ya que el diablo reina en el Vaticano a cuasa de la Apostasía del CV2. Segundo, y especialmente, porque Jorge Mario Bergoglio adoptó el nombre de Francisco I en “honor” a San Francisco de Asís (cuyo nombre seglar era Pedro Francisco Bernadone; y es co-patrono de Italia), con el título de “Obispo de Roma”, renunciando a los demás títulos papales (Vicario de Cristo, Sucesor del Príncipe de los Apóstoles, Siervo de los Siervos de Dios, Patriarca de Occidente...). Añádase a esto que Bergoglio habla perfectamente el Italiano, la lengua de los romanos modernos, y NO EL LATÍN, EL IDIOMA DE LA IGLESIA CATÓLICA, con lo que denota su intención de ser sólo una autoridad local. Nótese que Bergoglio muestra mucho interés por los pobres y en el bienestar material de las gentes (llegando a vender los tesoros, si pudiera), aunque dándoles veneno espiritual (doctrinas heréticas) en el proceso. Durante el Castigo final (que será antes de la Parusía), la Roma neopagana y anticristo, la Gran Ramera Apocalíptica, será destruida en castigo a sus idolatrías y sacrilegios.
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