viernes, 7 de noviembre de 2025

SOLO LOS HEREJES ABOMINAN QUE MARÍA SEA CORREDENTORA

   
«Si reconocemos por nuestro Redentor al Hijo, debemos también reconocer por nuestra Corredentora a la Madre. ¿Y por qué no? Oíd, y, justificando tal título tan bien debido a María, haré de esto un argumento muy bello para vuestra piedad y devoción. Los modernos herejes no pueden soportar que María sea llamada nuestra Corredentora, y tienen esto en horror, como una execrable blasfemia contra nuestro único mediador y Redentor, Jesucristo. ¿Y cómo, dicen ellos, puede llamarse Corredentora a una simple criatura, sin destruir la economía y el misterio de la Encarnación, en que se cree y confiesa un Dios hecho hombre para redimirnos? ¿Acaso no bastaría el Hombre-Dios, con su Pasión y méritos infinitos, para redimirnos, cuando en la obra de la Redención se quiere darle como Corredentora a la Madre? Delirios son estos de mentes trastornadas, que, perdiendo la fe, perdieron también el uso de la recta razón. Así no raciocinan los Padres de la Iglesia, porque todos ellos confiesan francamente que María fue causa de nuestra salvación, y corónanla la cabeza con el noble título, unido a la maternidad divina, de nuestra Corredentora. No fue, es certísimo, María causa primaria, principal y eficiente por sí misma de nuestra salvación, así como no lo fue de nuestro rescate, debiéndose esto, conforme enseña la fe, decir únicamente de Jesucristo, pero fue —y es igualmente certísimo— María una causa remota, secundaria y accesoria de ella. Y esto basta para llamarla nuestra Corredentora… Y para removeros cualquier duda sobre la conveniencia de tal título a María, asumo tres razones fundamentales.
  • La primera: porque María mereció, con sus oraciones, que se apresurase la Encarnación del Verbo, y mereció ser Su Madre.
  • La segunda: porque espontáneamente prestó su consentimiento a la Encarnación del Verbo y proveyó al Hijo la materia de nuestro rescate.
  • La tercera: porque dio su consentimiento al gran sacrificio, y ella misma lo ofreció por nosotros…
Y, en verdad, ¿cómo podría el Verbo eterno redimirnos si no hubiese tomado cuerpo y carne de María? Según los eternos decretos y el rigor de la justicia ofendida, para que se realizase tal redención se requerían humillaciones, penas, tormentos, tristezas, sangre y muerte. ¿Y cómo podría Él, en Su naturaleza divina recibida del Padre, ofrecer todo eso? Las humillaciones implican inferioridad y diversidad de naturaleza: no se puede humillar a sí mismo, ni aquel que no es mayor, sino igual a sí. El Verbo no podía humillarse al Padre, de quien tenía la misma naturaleza y cuyo igual era. ¿A cuáles penas podría sujetarse, a cuáles tormentos, si era impasible? ¿Cómo podría morir, siendo de naturaleza inmortal? Por esto tuvo que asumir una naturaleza inferior a la divina, un cuerpo mortal y sujeto a los padecimientos, y en esa naturaleza pudo humillarse ante el Padre, en ella pudo sufrir dolores, tormentos y muerte. Y así lo hizo, asumiendo en María y de María la naturaleza humana y el cuerpo pasible, que, unidos hipostáticamente a Su naturaleza divina, elevó a la dignidad de dar la debida satisfacción requerida para nuestra redención. María, pues, Le dio con qué pagar y satisfacer por nosotros. ¿Y no daremos, entonces, a esta Madre el título en todos sentidos debido de Corredentora nuestra?…

Y la noble consecuencia de las razones expuestas es esta: si el Hijo fue nuestro Redentor, bien puede y debe la Madre ser llamada nuestra Corredentora; el Hijo como causa primaria y principal, la Madre como causa secundaria y accidental… A Vos, ¡oh Madre!, queremos siempre recurrir; para que seáis, en las dudas, nuestra luz clara; en las angustias, nuestro consuelo y alivio; en las tentaciones y peligros, nuestro refugio y nuestra segura salvación. ¡Oh María! Rogad, rogad siempre a vuestro Hijo por nosotros, no Os olvidéis jamás, y estaremos seguros de salvarnos por la Pasión y méritos de vuestro Hijo Jesús, nuestro Redentor, y por la eficacia de vuestras oraciones, ¡oh Corredentora nuestra!»

P. FRANCESCO ANTONIO DE PAOLA C. Ss. R, Grandezas de María, tomo V, discurso 34 para el Sábado V después de Pentecostés. Foliño, Tipografia Tommasini, 1840, págs. 174-185. Traducción propia.

13 comentarios:

  1. Esto es increíblemente ridículo. El término corredentora no indica que María haya tomado parte en la redención sólo "de forma accidental". Esto sería acertado si fuese llamada "cooperatrix". Pero jamás corredentora. Porque el término indica igualdad ontológica. Un cofundador no es un fundador menor. Es un fundador en igualdad de condiciones que el otro fundador. Del mismo modo, corredentora implica, NECESARIAMENTE, que María es causa y fuente de la redención al mismo nivel que Cristo.

    EL TÉRMINO ES TERRIBLEMENTE INAPROPIADO.

    Y lo peor de todo es que acusan a los católicos ortodoxos de odiar a María. Lo que han hecho aquí es una violación doctrinal y una violación de la caridad cristiana.

    Recapaciten.

    https://www.vaticanocatolico.com/virgen-no-es-maria-corredentora/

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    1. Lamentablemente me tengo que tomar el tiempo de refutar estos errores y estos insultos.

      No voy a permitir que me traten de "hereje" cuando claramente no lo soy.

      De entrada aclaro que si no publican este mensaje, no se preocupen. Tengo un blog propio y varios canales de difusión bastante amplios. Y viendo como tratan a los católicos bien intencionados, creo que merecen ser puestos en su justo lugar. Han demostrado una grave falta de caridad. No los acusaré de herejes aún; les voy a dar el beneficio de la duda por un tiempo. De más está decir que espero por parte de ustedes un pedido de disculpas hacia mi persona y además una rectificación doctrinal. Si no lo hacen, empezaré a denunciarlos por todos los canales a mi disponibilidad, que no son pocos, tal como las ovejas denuncian a los lobos.

      El ejemplo del piloto/copiloto precisamente refuta vuestra posición, no la posición católica. Y esto por la sencilla razón de que tanto el piloto como el copiloto, a pesar de cumplir funciones ligeramente distintas y de modo accidental, AMBOS SON ESENCIALMENTE PILOTOS, es decir, COMPARTEN LA MISMA NATURALEZA y AMBOS CONDUCEN LA NAVE. Y eso es precisamente lo que está en discusión. Si la Virgen María es corredentora, significa que es REDENTORA, sin importar si sus acciones han sido diferentes a las de Jesús Cristo, porque lo fundamental aquí es que el título indica que es causa de la redención a un nivel ontológico, no meramente económico subordinado. Si ella es co-redentora, esto supone que, igual que el co-piloto, es ESENCIALMENTE REDENTORA. Y esto claramente CONTRADICE LA ENSEÑANZA CATÓLICA TAL COMO HA SIDO DEFINIDA EN LA SESIÓN XXV DEL CONCILIO DE TRENTO Y EN LA BULA "CANTATE DOMINO" DEL CONCILIO DE FLORENCIA, DONDE SE ENSEÑA INFALIBLEMENTE QUE HAY UN SOLO REDENTOR. NO DOS REDENTORES. Simplemente confunden función con esencia.

      Esto no es difícil de entender:

      —Piloto/copiloto = ambos son esencialmente pilotos de la nave, más allá de la división de tareas.
      —Redentor/corredentor = ambos son esencialmente redentores de la humanidad, más allá de la división de tareas.

      Ponen el acento en las tareas, al tiempo que blasfeman a Cristo lamando "redentora" a una creatura.

      El término en latín utilizado es CO-REDEMPTRIX. Algunos ignorantes y malintencionados lo traducen de mala manera, como "mujer junto al Redentor". Pero esto es FALSO. Co-Redemptrix significa "Redentora junto a [Jesús]". Redemptrix significa Redentora. Esto es claro y no hay forma de darle la vuelta. Esto implicaría que hay DOS redentores. Eso es lo que el título significa. Que hay una redentora además del Redentor. Y esto directamente contradice "Cantate Domino":

      "La sacrosanta Iglesia Romana firmemente cree, profesa y enseña que nadie concebido de hombre y de mujer fue jamás librado del dominio del diablo sino por merecimiento del que es mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo Señor nuestro; quien, concebido sin pecado, nacido y muerto AL BORRAR NUESTROS PECADOS, ****ÉL SOLO**** POR SU MUERTE DERRIBÓ AL ENEMIGO DEL GÉNERO HUMANO y abrió la entrada del reino celeste, que el primer hombre por su propio pecado con toda su sucesión había perdido...".

      Jesús Cristo, solo Él, redimió a la humanidad. Esto es enseñanza infalible ex cathedra.

      Pero el título que vosotros defendéis, amiguitos, indica lo contrario: indica que nuestra Señora es Redentora y que además está junto a Jesús Cristo en la Redención en tanto Redentora.

      Esto contradice Trento y Florencia de manera flagrante.

      Esto es total y absolutamente irrefutable.

      Espero pedido de disculpas y rectificación. De lo contrario publicaré y difundiré este texto de una forma más pulida y profesional.

      Sinceramente, F.

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    2. A ver, Flavius, es ridículo siquiera pensar que el prefijo “co-” (derivado del latín “cum”, “con”) significa exclusivamente “igual a”, cuando la realidad es que significa también “junto a” (como en “cooperar”, que es operar para un fin común) o “secundario, subordinado a” (como en “copiloto”, que es el segundo al mando en un buque o aeronave y asiste al piloto en determinadas tareas y en subordinación a éste; o en “coconsagrante”, el obispo que asiste al obispo consagrante en determinadas ceremonias de la consagración episcopal). Así las cosas, el término “corredentora” NO NECESARIAMENTE implica que María sea causa y fuente de la redención al mismo nivel que Cristo (¡LEJOS DE TODO CATÓLICO DE PRO EL SIQUIERA PENSARLO!).

      Si se considera «TERRIBLEMENTE INAPROPIADO» el término y la idea que este significa (que, si bien no es un dogma como tal, por su presencia en los Padres y en la Liturgia de la Iglesia en Oriente y Occidente, y su uso en distintas alouciones y documentos papales, la Corredención es una doctrina CIERTA y por ende no es lícito dudar de ella) solo porque algunos ignorantes no lo entienden o escrupulosos –que son FALSOS DEVOTOS, como dice San Luis María de Montfort– les parezca demasiado (De ser así, en consecuencia con esa lógica, también habrá que rechazar la Transubstanciación, la Infalibilidad pontificia o la Trinidad. ¿Qué, mucho miedo?), ¿por qué la Sección de Indulgencias de la Suprema y Sagrada Congregación del Santo Oficio lo empleó (y no precisamente condenándolo) en sendos decretos del 26 de Junio de 1913 y del 22 de Enero de 1914? Si no, verifiquelo Vd. mismo, los Dimond y sus traductores, en las Acta Apostolicæ Sedis, vol. V (1913), pág. 364 y vol. VI, pág. 108 respectivamente.
      https://wwwmileschristi.blogspot.com/2020/03/sobre-maria-corredentora.html
      https://wwwmileschristi.blogspot.com/2021/10/maria-corredentora-entre-el-siglo-xvii.html

      Y lo peor de todo es que torticeramente Vd. está acusando de “falta de caridad” a quienes denuncian a los verdaderos odiadores de Santa María, como son los herejes protestantes y la apóstata secta del Vaticano II (algunos de cuyos miembros han aplaudido el documento del pornógrafo argento –y puede que hasta por la cara que tiene practique lo que él escribe y habla– Víctor Manuel “Tucho” Fernández Martinelli ¡hasta les han comprado a ellos el discurso en esta ocasión!). ¿Y presentarlos PRECISAMENTE A ELLOS como “católicos ortodoxos” (de recta doctrina, porque no faltará quien entienda por “ortodoxos” a los cismáticos griegos –que en su odio a la Iglesia Romana, también rechazan la Inmaculada Concepción–) ¡HASTA DÓNDE HEMOS LLEGADO! Si nosotroa tenemos “falta de caridad”, a vosottos os faltan la FE y la RELIGIÓN, por dároalas de aabios en vuestra propia opinión.

      Recapacitar más bien vosotros. Si consideráis que el Vaticano actuó en rectitud, iros allá a reconciliaros con él, y dejadnos a los católicos venerar y honrar a la Santísima Virgen María, Madre de Dios, Corredentora nuestra y Medianera de todaa las gracias, en paz.

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    3. Caridad es desenmascarar a los lobos disfrazados de ovejas y a los mercenarios disfrazados de pastores.

      Afirmar que la Santísima Virgen María es Corredentora NO significa en manera alguna que se la ponga en pie de igualdad con Jesucristo el Señor, único Mediador absoluto de justicia entre Dios y los hombres, como está escrito en la Biblia y lo confiesan los Concilios de Florencia y Trento. Muy por el contrario, sgnifica y se debe entender, según la sana teología católica, que Jesucristo dispuso y quiso en Su infinita voluntad, asociarla secundaria, moral y accidentalmente para la obra de Redención, y lo hizo pidiéndola su consentimiento, su “Fiat” en la Anunciación.

      Valgan, por entre muchas citas, estas dos:
      • «Es innegable que Jesucristo es el único mediador de justicia, que con sus méritos nos ha alcanzado la reconciliacion con Dios; pero al contrario es una impiedad negar que Dios se complazca en conceder sus gracias por la intercesion de los Santos, y especialmente de María su Madre, a quien Jesús tanto desea que amemos y honremos. ¿Quién ignora que el honor que se tributa a las madres redunda en gloria de los hijos (Prov. 17, 6)? Por lo que dice San Bernardo: “No crea oscurecer las glorias del Hijo el que alaba mucho a la Madre, porque cuanto más se honra a esta, tanto mas se alaba al Hijo” (Homilía 3.ª sobre “Missus est”). Y San Ildefonso dice que todo el honor que se hace a la Madre y a la Reina, se tributa al Hijo y al Rey. Porque no hay duda que por los méritos de Jesús se ha concedido tanta autoridad a María para ser la mediadora de nuestra salvacion; no mediadora de justicia, sino de gracia y de intercesión, como la llama San Buenaventura. Y San Lorenzo Justiniano dice: “¿Cómo no estará llena de gracia la que es escala del paraíso, puerta del cielo, y segura mediadora entre Dios y los hombres?” (De las excelencias de la Santísima Virgen, cap. VI)» (SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIO, Las glorias de María, primera parte, cap. V).
      • «El Redentor no podía, por necesidad de cosas, no asociar a Su Madre a Su obra, y por esto nosotros la invocamos con el título de CORREDENTORA. Ella nos ha dado el Salvador, lo ha criado en la obra de Redención hasta el pie de la Cruz, compartiendo con Él los dolores de la agonía y de la muerte en Jesús consumaba la Redención de todos los hombres. Y precisamente bajo la Cruz, en los últimos instantes de Su vida el Redentor la proclamaba Madre nuestra y Madre universal: Ecce fílius tuus, decía de San Juan que representaba a nosotros todos; y en el mismo Apóstol estábamos todavía nosotros todos para acogerla: Ecce Mater tua» (PAPA PÍO XI, Discurso “Ecco di nuovo” a los peregrinos de Vicenza por el Año Santo de la Redención, 30 de Noviembre de 1933).
      Si va a acusarnos de herejes, entonces acusad también a San Alfonso María de Ligorio (cuyo título de Doctor de la Iglesia resalta la ortodoxia de su doctrina) y al Papa Pío XI, a quienes seguimos en esta cuestión.

      Y en cuanto a su exigencia de rectificación, de buen grado lo haríamos si no fuera porque nosotros somos responsables por lo que decimos, no de lo que otro quiera entender. Cuando se habló de “herejes” en el artículo citado , OBVIAMENTE se trata de los protestantes y sus “hermanos” los modernistas del Vaticano II. Así que, en ningún momento se dijo «Flavius (o quien esté tras ese usuario) es hereje», sino que VD. SOLO, SIN QUE NADIE LO LLAMARA O LO OBLIGARA A LEERNOS, SE DIO POR ALUDIDO Y ACTUÓ EN CONSECUENCIA. Por tanto, no cabe rectificación.

      Y sobre sus amenazas, espere en la fila, que antes de Vd. hubo otros cientos por causas de mucha menos importancia.

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    4. PD. Que Dios le conceda la paciencia en el Día del Juicio.

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  2. «Nosotros estamos seguros en la roca de la Iglesia, y nos reímos de todos los herejes, hombres nuevos, y decímosles con Tertuliano: “¿Quiénes sois vosotros? ¿De dónde y de cuándo habeis venido? ¿Dónde os hallábais hasta ahora? ¿Dónde estuvisteis escondidos por tanto tiempo? No habíamos oído hablar de vosotros hasta ahora” (De præscriptióne hæreticórum), con San Optato: “Mostrad el origen de vuestra cátedra, vosotros que queréis atribuiros la santa Iglesia” (Epístola milevitana contra Parmeniano donatista), y con el beatísimo Hilario: “Habéis llegado demasiado tarde, os habéis despertado con mucha pereza. Nosotros ya hemos sabido lo que debemos creer de Cristo, de la Iglesia y de los Sacramentos. ¿No por cierto es sospechoso que os dejéis ver ahora por primera vez? La buena semilla fue sembrada y nació, no después, sino antes de la cizaña”» (SAN ROBERTO BELARMINO SJ. Gran Catecismo de la Doctrina Cristiana, cap. II: “Antigüedad de la Iglesia Católica”).

    Al que le caiga el guante…

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  3. Mire, Flavius (o quien esté detrás de ese pseudónimo). Se le respondió y se le refutó. Si no le gustó la respuesta porque no es lo que Vd. quería ni como quería (esto es, haciéndole amende honorable), allá Vd. No vamos a perder el tiempo respondiéndole a sus bravatas y obstinación: y como está escrito en Tito 2, 11: «Después de una y dos admoniciones, evita a los herejes», no se le publicarán más comentarios. FIN DEL ASUNTO.

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  4. Aprecio la pasión con la que defiendes el amor y la devoción hacia la Santísima Virgen María, Madre del Redentor. Es hermoso ver cuánto celo puede inspirar la fe mariana cuando nace del deseo de honrarla y comprender su papel en la historia de la salvación.

    Sin embargo, es importante recordar que el título de Corredentora debe entenderse siempre en el marco de la fe católica íntegra, que reconoce a Cristo como único Redentor y Mediador entre Dios y los hombres (1 Tim 2,5). María participa de esa redención no como causa al mismo nivel que Él, sino como colaboradora singular y subordinada, unida íntimamente a la obra de su Hijo por su fe, su obediencia y su compasión materna al pie de la cruz.

    Los papas del siglo XX, especialmente Pío XII, san Juan Pablo II y Benedicto XVI, han reconocido esta colaboración materna, pero también han sido prudentes en el uso del término Corredentora, precisamente para evitar malentendidos que oscurezcan la primacía absoluta de Cristo. El papa Francisco ha recordado recientemente que María “no es corredentora, sino discípula”, no para negar su cooperación, sino para subrayar que su grandeza está en seguir y servir plenamente a su Hijo, no en compartir su función redentora de modo paralelo.

    Por eso, más que discutir por palabras, conviene conservar el sentido profundo: María está totalmente unida a la obra de Cristo, pero Él es el único Salvador. Ella, como Madre y discípula perfecta, nos conduce hacia Él, y así realiza su misión de Medianera de las gracias de manera plenamente conforme al Evangelio y al magisterio.

    Defender a María nunca debe llevarnos a descalificar a otros fieles ni a poner en duda la acción del Espíritu en la Iglesia. La verdadera devoción mariana —como enseñó san Luis María Grignion de Montfort— siempre nos lleva a una mayor comunión con Cristo y con su Iglesia.

    Que la Santísima Virgen, humilde sierva del Señor, nos enseñe a vivir su misma entrega: amar a Cristo, servir a la Iglesia y acoger la salvación con corazón agradecido.

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    1. Sanctum Sanctórum, sobre el tema de la Corredención, ya lo hemos dicho varias veces, y no solamente en la coyuntura presente, que para eso están los enlaces que anexamos a nuestra primera respuesta (y volvemos a incluirlos aquí por si no lo has visto):
      • https://wwwmileschristi.blogspot.com/2020/03/sobre-maria-corredentora.html
      • https://wwwmileschristi.blogspot.com/2021/10/maria-corredentora-entre-el-siglo-xvii.html

      El problema no es, y volvemos a insistir en ello, que el título sea menoscabo a la honra de Jesucristo (como pretenden verlo algunos), sino todo lo contrario: que por el escrúpulo alimentado por un cristocentrismo radical, y so pretexto del ecumenismo con los protestantes impulsado en ocasión y consecuencia del Vaticano II (ya que has mencionado a Wojtyła, Ratzinger y Bergoglio) se le niegue a la Santísima Virgen la honra que La pertenece por su cooperación subordinada pero preeminente a la Obra de la Redención. Tanto así, que el proyecto de definición dogmática de la mediación de María elaborado por orden de Pío XII, lo desechó Roncalli por ser “ofensivo a los protestantes”:
      • https://wwwmileschristi.blogspot.com/2016/01/agravio-institucionalizado-desde-el.html
      • https://wwwmileschristi.blogspot.com/2017/05/el-tercer-secreto-de-fatima-verdades-y.html (particularmente el Excursus: “El Vaticano II, Concilio antimariano”).
      • https://wwwmileschristi.blogspot.com/2020/01/la-virgen-segun-bergoglio.html
      • https://wwwmileschristi.blogspot.com/2023/11/maria-medianera-de-todas-las-gracias-la.html

      Nosotros no hemos descalificado a ninguno, como tú dices. Nada más lejos de la realidad: por defender a la Santísima Virgen, nos han descalificado. Aunque eso no nos hace, porque es otra de nuestras condecoraciones de esta guerra en todos estos años, y (con el auxilio de Dios y su Santísima Madre) seguiremos combatiendo no solo de palabra, sino hasta con la misma espada con la San Ignacio de Loyola iba a ensartar al moro blasfemo, no solo contra los enemigos, sino también contra aquellos que les colaboran a ellos y/o predican una “prudencia” que no es más que respeto humano puro y duro (y para andar con el respeto humano, mejor volver al mundo).

      Una palabra final: El Magisterio no puede nunca contradecirse a sí mismo, so pena de dejar de serlo.

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    2. Personalmente, a raíz del documento Tuchista, me endilgue enemistad capital con el asqueroso hereje transvestido del Cura sinodal hereje Frank Suárez Minaya, y Alias Han Chui, y Fray Brocardo,por decirles sacerdotes del linaje de Ofni Y Finees, hijos de Eli, y que el mismo destino tendrán ellos, Tucho y todos los modernistas por blasfemos y enemigos de la Santísima Virgen.

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    3. Frank Suárez Minaya, a. “Han Chui” es un presbítero sino-peruano en Patraix de Valencia (España), famoso por esto:
      https://www.abc.es/espana/comunidad-valenciana/cura-generacion-versiona-bizarrap-pasa-consulta-twitch-20240114193105-nt.html

      El “Fray Brocardo” parece ser un mejicano Rogelio Marcelino García Ascensio O. Carm., del cual no sabemos más información.

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