Secuencia de la autoría de Adán de San Víctor, y presente en el Misal de Tours de 1533, fol. LVI recto (tomada de Schola Sainte Cécile). Traducción propia.
LATÍN (Fuente: Aubry, Pierre & Misset, Eugéne. Les proses d’Adam de Saint-Victor – texte & musique précédées d’une édition critique. París, Imprenta de Hubert Welter, 1900, págs. 311-313).
Gáude, Sion, quæ diem récolis,
Qua Martínus, compar Apóstolis,
Mundum vincens, junctus cœlícolis
Coronátur.
Hic Martínus, páuper et módicus,
Servus prudens, fidélis víllicus,
Cœlo dives, civis angélicus,
Sublimátur.
Hic Martínus, jam catechúmenus
Nudum vestit, et nocte prótinus
Insequénti, hac veste Dóminus
Est indútus.
Hic Martínus, spernens milítiam
Inímicis inérmis óbviam
Ire parat, baptísmi grátiam
Assecútus.
Hic Martínus, dum offert hóstiam,
Intus ardet per Dei grátiam:
Supérsedens appáret étiam
Globus ignis.
Hic Martínus, qui cœlum réserat,
Mari præest et terris ímperat,
Morbos sanat et monstra súperat,
Vir insígnis.
Hic Martínus, nec mori tímuit,
Nec vivéndi labórem réspuit,
Sicque Dei se totum tríbuit
Voluntáti.
Hic Martínus, qui nulli nócuit,
Hic Martínus, qui cunctis prófuit,
Hic Martínus, qui trinæ plácuit
Majestáti.
Hic Martínus, qui fana déstruit,
Qui gentíles ad fidem ímbuit,
Et de quíbus eos instítuit
Operátur.
Hic Martínus, qui tribus mórtuis
Méritis dat vitam præcípuis,
Nunc moméntis Deum contínuis
Contemplátur.
O Martíne, pastor egrégie,
O cœléstis consors milítiæ,
Nos a lupi deféndas rábie
Sæviéntis.
O Martíne, fac nunc quod gésseras,
Deo preces pro nobis ófferas,
Esto memor, quam nunquam déseras
Tuæ gentis. Amen.
TRADUCCIÓN
Alégrate, Sion, celebrando el día
En que Martín, igual a los Apóstoles,
Triunfante del mundo, entre los moradores del Cielo es coronado.
Éste es Martín, humilde y pobre,
El siervo prudente, el administrador fiel:
Rico en el Cielo, sublimado es a la angélica ciudad.
Éste es Martín, quien ya catecúmeno,
Vistió al desnudo, y la noche siguiente,
Con el mismo manto vio al Señor vestido.
Éste es Martín, que desdeñando la milicia,
Ante sus enemigos ofrece inerme
Ir, asecurado de la gracia bautismal.
Éste es Martín, que ofreciendo la hostia,
Pronto se inflama en gracia de Dios,
Ardiendo sobre sí un orbe de fuego.
Éste es Martín, el varón insigne, que el cielo abre,
Al mar manda, y a la tierra da órdenes,
Sana a los enfermos y a los monstruos vence.
Éste es Martín, que no teme morir,
Que no rehúye vivir del trabajo,
Y por entero se entrega a la voluntad de Dios.
Éste es Martín, que a nadie daña;
Éste es Martín, que a todos bien hace;
Éste es Martín, que agrada a la Triuna Majestad.
Éste es Martín, que destruye los templos de ídolos,
El que de la fe llena a los gentiles,
Y de la cual con sus obras da ejemplo.
Éste es Martín, que a tres muertos,
Con su admirable mérito regresó a la vida;
Y ahora por siempre a Dios contempla.
Oh Martín, egregio pastor,
Que participas de la celestial milicia,
Defiéndenos de la rabia del furioso lobo.
Oh Martín, actúa ahora como en antaño:
Ofreciendo a Dios tus preces por nosotros;
Acuérdate, que nunca abandonas a tu pueblo. Amén.

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