Traducción del artículo publicado en RADIO SPADA.
Continúa sin pausa el ecuménico comercio de reliquias por parte de los modernistas. Precisamente anteayer –lo anunció alegremente VaticanNews– una reliquia de San Pedro fue donada por Bergoglio al “patriarca” Bartolomé de Costantinopla, salvo prueba en contrario formalmente herético y cismático en cuanto negador de las prerogativas del beatísimo Príncipe de los Apóstoles no en comunión con su Sede Romana.
Con todo, trátase de una tradición continuada:
– el 26 de septiembre de 1964 Pablo VI, por medio del cardenal Bea SJ, restituía al metropólita cismático de Patrás Constantino III Platis la cabeza de San Andrés que se veneraba en San Pedro desde 1462 (ver aquí);
– respectivamente el 22 de mayo de 1968 y el 6 de mayo de 1973, Pablo VI restituía a Shenouda III de Alejandría “papa de la Iglesia ortodoxa copta”, negador de la doble naturaleza de Cristo, algunas reliquias de San Marcos y de San Atanasio;
– el 27 de noviembre de 2004 Juan Pablo II, durante una pomposa ceremonia en el Vaticano organizada por el cardenal Kasper, consignaba a nuestro Bartolomé la casi totalidad de las reliquias de los santos Juan Crisóstomo y Gregorio Nacianceno, que ciertamente habrían preferido quedarse junto a la tumba del Príncipe de los Apóstoles antes que junto a los negadores de su divina autoridad;
– el 9 de mayo de 2017 finalmente el actual Sedente sobre el solio petrino consignaba al ya mencionado Bartolomé –con el cual comparte muchas ideas modernistas– algunas reliquias de los santos Apóstoles Felipe y Santiago el Menor.
Contra todos estos que comercian reliquias a personas ajenas a la Iglesia de Cristo, a los profanos (según expresión de San Jerónimo) truena el sencillo y puro dictado evangélico: ¡“No queráis dar las cosas santas a los perros, y no arrojéis vuestras perlas a los cerdos”!
¡Pero ellos en el Evangelio (tal vez) no creen!
ACTUALIZACIÓN: Las reliquias que Francisco Bergoglio regaló a Bartolomé fueron halladas envueltas en un paño púrpura con hilos dorados dentro de un monumento funerario que tenía la inscripción griega “ΠΈΤΡΟΣ ἜΝΙ” (Pedro está aquí), luego de una excavación hecha en 1939 bajo la Basílica de San Pedro, por órdenes de Pío XII, confirmando que la basílica actual (y la antigua de Constantino, por supuesto), fue construida sobre la tumba del Príncipe de los Apóstoles, meta de peregrinaciones desde fines del siglo I. En 1968, tras comprobarse científicamente por la arqueóloga italiana Margherita Guarducci (que dirigió las excavaciones de 1939) su autenticidad, Montini declaró la autenticidad de las mismas en la Audiencia General del 26 de junio y encargó un relicario de bronce para ellas y lo depositó en la capilla privada del Palacio Apostólico (donde Bergoglio JAMÁS ha puesto el pie desde su espuria elección como jefe de la Secta Conciliar). El relicario (expuesto al público por primera y última vez -para el mundo y los conciliares- el 24 de noviembre de 2013 en el marco de la clausura del ratzinger-bergogliano “Año de la Fe”) tiene tallada en altorrelieve la Comisión de Nuestro Señor Jesucristo a San Pedro como su Vicario: “TU ES PETRUS, ET SUPER HANC PETRAM ÆDIFICÁBO ECCLÉSIAM MEAM” [Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré Mi Iglesia] (San Mateo XVI, 18, Vulgáta de San Jerónimo).
ACTUALIZACIÓN: Las reliquias que Francisco Bergoglio regaló a Bartolomé fueron halladas envueltas en un paño púrpura con hilos dorados dentro de un monumento funerario que tenía la inscripción griega “ΠΈΤΡΟΣ ἜΝΙ” (Pedro está aquí), luego de una excavación hecha en 1939 bajo la Basílica de San Pedro, por órdenes de Pío XII, confirmando que la basílica actual (y la antigua de Constantino, por supuesto), fue construida sobre la tumba del Príncipe de los Apóstoles, meta de peregrinaciones desde fines del siglo I. En 1968, tras comprobarse científicamente por la arqueóloga italiana Margherita Guarducci (que dirigió las excavaciones de 1939) su autenticidad, Montini declaró la autenticidad de las mismas en la Audiencia General del 26 de junio y encargó un relicario de bronce para ellas y lo depositó en la capilla privada del Palacio Apostólico (donde Bergoglio JAMÁS ha puesto el pie desde su espuria elección como jefe de la Secta Conciliar). El relicario (expuesto al público por primera y última vez -para el mundo y los conciliares- el 24 de noviembre de 2013 en el marco de la clausura del ratzinger-bergogliano “Año de la Fe”) tiene tallada en altorrelieve la Comisión de Nuestro Señor Jesucristo a San Pedro como su Vicario: “TU ES PETRUS, ET SUPER HANC PETRAM ÆDIFICÁBO ECCLÉSIAM MEAM” [Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré Mi Iglesia] (San Mateo XVI, 18, Vulgáta de San Jerónimo).
Según el “arzobispo” Job de Telmeso (nacido Igor Vladimirovitch Getcha), representante del patriarca Bartolomé constantinopolitano ante el Consejo Mundial de Iglesias en Ginebra y decano del Instituto de Estudios Teológicos Ortodoxos en Chambésy (Suiza), éste fue “un evento extraordinario e inesperado”, toda vez que ellos nunca han reclamado que les ‘retornen’ reliquias de San Pedro ¡PORQUE NUNCA HAN HABIDO RELIQUIAS DE SAN PEDRO EN CONSTANTINOPLA, SÓLO EN ROMA!, y afirmó que representa “otro paso gigante hacia la unidad concreta” entre Roma y Constantinopla.
Las reliquias fueron escoltadas por “monseñor” Andrea Palmieri, subsecretario del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos, quien las entregó a Bartolomé, el cual luego de una Divina Liturgia (la Misa bizantina) el 30 de junio, las depositó en la catedral patriarcal de San Jorge del Fanar, sede del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla.
Por su parte, un observador en Roma ve algo ominoso en este ‘gesto’: “Sospecho fuertemente que con esta señal la protección de San Pedro se ha ido del Vaticano. Lo que viene, siguiendo esta misma línea lógica de movimientos, es que Francisco dé las reliquias de San Pablo a los protestantes. Y removida esta divina protección, está preparando a [la Basílica de] San Pedro para una devastación nunca vista desde el Saco de Roma en 1527. El papa Francisco está dejando ir a San Pedro”.
Al proceder así, Bergoglio hace recordar a cuando su antecesor en la usurpación Montini renunció a la tiara de tres coronas en la clausura del Anticoncilio Deuterovaticano, diciendo simbólicamente con él “Yo no soy Papa, y renuncio al oficio papal” (oficio que NUNCA TUVIERON, ya que siguiendo la bula Cum Ex Apostolátus, el motu próprio Inter Multíplices y el canon 188 §4 del Código Pío-Benedictino de Derecho Canónico, ningún hereje, cismático o apóstata puede ser prelado ni Papa y su elección es nula de pleno derecho, y en caso de que un clérigo incurra en dichos delitos contra la Fe, deja vacante el oficio y dignidad ipso facto y látæ senténtiæ).
“A menudo nos son dadas señales. San Pedro dejando Roma por el Este sólo significa una cosa: El Juicio viene sobre Roma”.
ResponderEliminarY... todavía tienen los huesos de san Pedro?
ResponderEliminarAparte, qué paso con el resto del cuerpo de san Pedro? Sigue en algún lado del vaticano?🤔
Quizá permanezcan aún.
Eliminar