lunes, 1 de julio de 2019

ORACIÓN DE SAN BENITO JOSÉ LABRE PARA OBTENER UNA GRACIA Y LA MISERICORDIA DE DIOS EN TODA NECESIDAD, PLAGA Y PROBLEMA

Tomado de la Raccolta de Oraciones y Pías prácticas indulgenciadas.

 
El Sumo Pontífice Pío IX, con un Rescripto del Eminentísimo Cardenal Vicario del 5 de Agosto de 1854, conservado en el Archivo de la Ven. Congregación de los Misioneros de la Preciosísima Sangre en Roma, concedió 100 días de indulgencia cada vez que, con corazón contrito y devoción, se diga la oracióne tan eficazmente insinuada por San Benito José Labre (1748-1783):

Jesus Christus, Rex glóriæ, venit in pace (Jesucristo, Rey de gloria, vino en paz).
Deus homo factus est (Dios se hizo hombre):
Et Verbum caro factum est (Y el Verbo se hizo carne):
Christus de María Vírgine natus est (Cristo nació de la Virgen María);
Christus per médium illórum ibat in pace (Cristo iba en medio de ellos en paz);
Christus crucífixus est (Cristo fue crucificado);
Christus mórtuus est (Cristo fue muerto);
Christus sepúltuus est (Cristo fue sepultado);
Christus resurréxit (Cristo resucitó);
Christus ascéndit in Cœlum (Cristo subió al Cielo);
Chistus vincit (Cristo vence);
Christus regnat (Cristo reina);
Christus ímperat (Cristo impera);
Christus ab omni malo nos deféndat (Cristo nos defienda de todo mal);
Jesus nobíscum est (Jesús está con nosotros).
Padre nuestro, Ave María y Gloria.

Padre Eterno, por la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, Misericordia: márcanos con la Sangre del Cordero Inmaculado Cristo Jesús, como señalaste al pueblo de Israel para librarle de la muerte. Y Tú, Madre de Misericordia María Santísima, ruega a Dios por nosotros: aplácale y alcánzanos la gracia que pedimos.
℣. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
℟. Como era en el principio, y ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
   
Padre Eterno: por la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, Misericordia: sálvanos del naufragio del mundo, como salvaste a Noé del Diluvio Universal y Tú, Arca de Salud, María Santísima, ruega a Dios por nosotros, aplácale y alcanzanos la gracia que pedimos.
℣. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
℟. Como era en el principio, y ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
 
Padre Eterno, por la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, Misericordia: líbranos de los azotes que merecemos, como libraste a Lot del incendio de Sodoma. Y Tú, Abogada Nuestra, ruega a Dios por nosotros, aplácale y alcánzanos la gracia que pedimos.
℣. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
℟. Como era en el principio, y ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
   
Padre Eterno, por la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, Misericordia: consuélanos en las presentes necesidades y tribulaciones, como consolaste a Job, Ana y Tobías en sus aflicciones. Y Tú, Consoladora de los afligidos, María Santísima, ruega a Dios por nosotros, aplácale, y alcánzanos la gracia que pedimos.
℣. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
℟. Como era en el principio, y ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
   
Padre Eterno, por la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, Misericordia: Tú, que no quieres la muerte del pecador, sino que se convierta y viva: danos por Tu Misericordia espacio de penitencia para que, reconocidos y arrepentidos de nuestros pecados, causa de todo mal, vivamos en la Santa Fe, Esperanza, Caridad y Paz de Nuestro Redentor. Y Tú, Refugio de los pecadores, María Santísima, ruega a Dios por nosotros, aplácale, y alcánzanos la gracia que pedimos.
℣. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
℟. Como era en el principio, y ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
 
¡Oh Sangre Preciosa de Jesús nuestro amor! Clama a Tu Divino Padre: Misericordia, Perdón, Gracia y Paz para nosotros, para N. (Nombrar la persona –viva o difunta–, ciudad o el país por la cual se quiera orar), y el mundo entero.
℣. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
℟. Como era en el principio, y ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
   
¡Oh María, Madre y Esperanza Nuestra! Ruega por nosotros, por N. (Nombrar la persona –viva o difunta–, ciudad o el país por la cual se quiera orar) y por todos, y alcánzanos la gracia que pedimos.
℣. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
℟. Como era en el principio, y ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
 
ORACIÓN FINAL
Padre Eterno, yo Te ofrezco la Sangre de Jesucristo en descuento de mis pecados, por las necesidades de la Santa Iglesia y por la conversión de los pecadores.
  
Inmaculada María, Madre de Dios, ruega a Jesús por nosotros. ¡Jesús y María, Misericordia!
 
San Miguel Arcángel, San José, San Pedro y San Pablo, Protectores de todos los Fieles de la Iglesia de Dios, y Vosotros todos, Ángeles, Santos y Mártires del Paraíso, rogad por nosotros, por N. (Nombrar la persona –viva o difunta–, ciudad o el país por la cual se quiera orar) y por todos, y alcanzadnos Gracia y Misericordia. Así sea.

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