Para antes o después de Misa, o en la Comunión, conviene tomar resolución de detestar el pecado, alabar las buenas obras, proceder en todo a la mayor gloria de Dios, perdonar los agravios recibidos y ofrecerse por la salvación de las almas.
QUINQUE PÚNCTA
I. Detéstor et abomínor ómnia et síngula peccáta mea, et ómnium aliórum commíssa ab inítio mundi usque in hanc horam, et deínceps usque ad finem mundi committénda: et, si possum, impedírem per grátiam Dei, quam supplex invóco.
II. Láudo et appróbo ómnia bona ópera, facta a princípio mundi usque in hanc horam, et deínceps usque in finem mundi faciénda: et, si possem, ea multiplicárem per grátiam Dei, quam supplex invóco.
III. Inténdo ómnia fácere, dícere et cogitáre ad majórem Dei glóriam, cum ómnibus illis bonis intentiónibus, quas Sancti unquam habuérunt, vel habébunt, vel habére possunt.
IV. Ignósco et dimítto ex toto corde meo ómnibus inimícis meis, ómnibus me calumniántibus, omnis mihi detrahéntibus, ómnibus quocúmque modo mihi nocéntibus, vel voléntibus mala.
V. Útinam omnes hómines salváre possem moriéndo pro síngulis! Libénter id fácerem per grátiam Dei, quam proptérea supplíciter implóro, et sine qua nihil possum.
TRADUCCIÓN
I. Detesto y aborrezco todos y cada uno de mis pecados, y todos los otros pecados cometidos desde el principio del mundo hasta ahora, y todos los que serán cometidos hasta el fin del mundo: y, si pudiera, los impediría por la gracia de Dios, la cual invoco suplicante.
II. Alabo y apruebo todas las obras buenas hechas desde el principio del mundo hasta ahora, y todas las que se harán hasta el fin del mundo; y si pudiera, las multiplicaría por la gracia de Dios, la cual invoco suplicante.
III. Me propongo actuar, hablar y pensar todo para la mayor gloria de Dios, y con todas aquellas buenas intenciones que los santos alguna vez tuvieron, tienen o puedan tener.
IV. Olvido y perdono de todo corazón a todos mis enemigos, a todos los que me han calumniado, a todos mis detractores, y a todos que me han hecho o deseado algún daño.
V. ¡Ojalá pudiera salvar a todos los hombres muriendo por cada uno! Libremente lo haría, por la gracia de Dios, que imploro suplicante, y sin la cuál no puedo hacer nada.
I. Detesto y aborrezco todos y cada uno de mis pecados, y todos los otros pecados cometidos desde el principio del mundo hasta ahora, y todos los que serán cometidos hasta el fin del mundo: y, si pudiera, los impediría por la gracia de Dios, la cual invoco suplicante.
II. Alabo y apruebo todas las obras buenas hechas desde el principio del mundo hasta ahora, y todas las que se harán hasta el fin del mundo; y si pudiera, las multiplicaría por la gracia de Dios, la cual invoco suplicante.
III. Me propongo actuar, hablar y pensar todo para la mayor gloria de Dios, y con todas aquellas buenas intenciones que los santos alguna vez tuvieron, tienen o puedan tener.
IV. Olvido y perdono de todo corazón a todos mis enemigos, a todos los que me han calumniado, a todos mis detractores, y a todos que me han hecho o deseado algún daño.
V. ¡Ojalá pudiera salvar a todos los hombres muriendo por cada uno! Libremente lo haría, por la gracia de Dios, que imploro suplicante, y sin la cuál no puedo hacer nada.
"Jesús al corazón del Sacerdote secular o regular", traducción del P. Fray Manuel Rovira, OSST. Manila, 1859.
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