martes, 5 de mayo de 2015

HIMNO "Belli tumúltus íngruit", EN HONOR A SAN PÍO V

San Pío V
  
El Papa Pío VII, mediante rescripto de Agosto 14 de 1801, otorga indulgencia plenaria a cuantos, con las condiciones de rigor, devotamente reciten este himno el día 5 de Mayo (fiesta de San Pío V), ante un altar o reliquia significativa de San Pío V, o al menos en una iglesia a él consagrada. Posteriormente, el Papa Pío VIII, mediante decreto de la Sagrada Congregación de Indulgencias, fechado a Octubre 2 de 1830, lo ratificó, y otorgó 40 días de indulgencia si se reza una vez al día. 

HIMNO "Belli tumúltus íngruit" (Latín)
  
Belli tumúltus íngruit,
Cultus Dei contémnitur;
Ultrixque culpam perséquens
Jam p
œna terris ímminet.
  
Quem nos in hoc discrímine
C
œléstium de sédibus
Pr
æsentiórem vindícem,
Quam te, Pie, invocábimus?
  
Nemo, beáte Póntifex,
Intensióre robore
Quam tu, supérni núminis
Promóvit in terris decus.
  
Quem nos in hoc discrímine
C
œléstium de sédibus
Pr
æsentiórem vindícem,
Quam te, Pie, invocábimus?
 
    
Ausísve fortióribus
Avértit a cervícibus,
Quod Christiánis géntibus
Jugum parábant bárbari.
  
Quem nos in hoc discrímine
C
œléstium de sédibus
Pr
æsentiórem vindícem,
Quam te, Pie, invocábimus?

   
Tu comparátis clássibus,
Votis magis sed férvidis
Ad ínsulas Echínadas
Fundis tyránnum Thráciæ.
  
Quem nos in hoc discrímine
C
œléstium de sédibus
Pr
æsentiórem vindícem,
Quam te, Pie, invocábimus?

   
Absénsque eédem témpore,
Hostis fuit quo perdítus,
Vides, et adstántes doces
Pugnæ secúndos éxitus.
  
Quem nos in hoc discrímine
C
œléstium de sédibus
Pr
æsentiórem vindícem,
Quam te, Pie, invocábimus?
  
Majóra qui cœlo pótes,
Tu súpplices nunc ápíce,
Tu cívium discórdias
Compésce, et iras hóstium.
  
Quem nos in hoc discrímine
C
œléstium de sédibus
Pr
æsentiórem vindícem,
Quam te, Pie, invocábimus?

    
Precánte te, pax áurea
Terris revísat; ut Deo
Tuti queámus reddére
Mox lætióra cántica.
  
Quem nos in hoc discrímine
C
œléstium de sédibus
Pr
æsentiórem vindícem,
Quam te, Pie, invocábimus?

    
Tibi, Beáta Trínitas
Uni Deo sit glória,
Laus, et potéstas ómnia
Per sæculórum sǽcula. Amen.
   
V. Ora pro nobis, Beáte Pie.
R. Ut digni efficiámur promissiónibus Christi.

ORATIO
Deus, qui, ad conteréndos Ecclésiæ tuæ hostes et ad divínum cultum reparándum, beátum Pium Pontíficem Máximum elígere dignátus es: fac nos ipsíus deféndi præsídiis et ita tuis inhærére obséquiis; ut, ómnium hóstium superátis insídiis, perpétua pace lætémur. Per Dóminum nostrum Jesum Christum. Amen.
   
TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL (por J. M. y Agustín Ferrer)
  
Álzase de la guerra el ronco estruendo,
Y el culto del Señor es despreciado,
Y de las culpas el castigo horrendo
¡Ay! amenaza al orbe amedrentado.
   
¿A quién del Cielo en tan fatal apuro
Invocará nuestro clamor ardiente?
¿Quién, Pio, mas que tú, podrá seguro
Remedio dar al mundo delincuente?
   
Nadie como tu, Pontífice supremo,
Con mas intenso ardor, el honor santo
Del Señor promovió, ni a tal extremo
Hizo temblar la iniquidad de espanto.
   
¿A quién del Cielo en tan fatal apuro
Invocará nuestro clamor ardiente?
¿Quién, Pio, mas que tú, podrá seguro
Remedio dar al mundo delincuente?
   
Tu alejaste feliz el yugo impío
De la cristiana grey que preparaban
Los bárbaros de Islam con feroz brío,
Y avasallarlo todo amenazaban.
   
¿A quién del Cielo en tan fatal apuro
Invocará nuestro clamor ardiente?
¿Quién, Pio, mas que tú, podrá seguro
Remedio dar al mundo delincuente?
   
Tu, por armadas acosado, viste
De tu ferviente orar a la eficacia
A las islas Equínadas huir triste
A ocultarse el tirano de la Tracia.
     
¿A quién del Cielo en tan fatal apuro
Invocará nuestro clamor ardiente?
¿Quién, Pio, mas que tú, podrá seguro
Remedio dar al mundo delincuente?
   
Y a gran distancia ves en el momento
Roto y deshecho el impostor ufano;
Y declara tu voz su vencimiento
Y de la Cruz el triunfo soberano.
   
¿A quién del Cielo en tan fatal apuro
Invocará nuestro clamor ardiente?
¿Quién, Pio, mas que tú, podrá seguro
Remedio dar al mundo delincuente?
   
Desde esa tu mansion, de lumbre llena,
Dirige a nosotros propicia tu mirada,
La discordia civil hunde y enfrena,
La atroz guerra a tus pies encadenada.
   
¿A quién del Cielo en tan fatal apuro
Invocará nuestro clamor ardiente?
¿Quién, Pio, mas que tú, podrá seguro
Remedio dar al mundo delincuente?
   
Y a tus ruegos la paz en alas de oro
Vuele risueña a remozar el suelo,
Y alcemos todos en alegre coro
Himnos a Dios con cánticos del Cielo.
   
¿A quién del Cielo en tan fatal apuro
Invocará nuestro clamor ardiente?
¿Quién, Pio, mas que tú, podrá seguro
Remedio dar al mundo delincuente?
   
¡Oh Trinidad divina e inefable
Y un solo Dios, a ti la gloria sea!
Y de poder y loa perdurable
Lleno la inmensa eternidad te vea. Así sea.

V. Ruega por nosotros, bienaventurado San Pío V.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Cristo.

ORACIÓN
Oh Dios, que para destruir a los enemigos de la Iglesia y restaurar el culto divino, elevasteis al bienaventurado Pío al sumo pontificado, haced que protegidos por su intercesión, de tal modo nos adhiramos a vuestro servicio que, triunfando de las emboscadas de todos nuestros enemigos, gocemos de inalterable paz. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

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