Traducción del artículo publicado en MAURICE PINAY BLOG
Kurt Hruby
Paul Démann, Géza Vermes y Kurt Hruby (de la famosa Notre Dame de Sion) fueron ‘judíos’ húngaros con intereses egregiamente conflictuados que se ‘convirtieron al Catolicismo’, se hicieron sacerdotes, prepararon el terreno para el Vaticano II y Nostra Ætáte, y una vez concluyeron su trabajo, ‘regresaron al judaísmo’ (Kurt Hruby optó continuar su estratagema sacerdotal).
El siguiente pasaje es del libro Providential Accidents: An Autobiography of Géza Vermes, pág. 61. Él está hablando de su compañero ‘converso al Catolicismo’ P. Kurt Hruby. Mientras lo lees, ten presente los ilustres ancestros rabínicos del ‘padre’ Hruby (su madre, Rosa Kohn, era descendiente del rabino Mordekhai ben Abraham Benet).
El siguiente pasaje es del libro Providential Accidents: An Autobiography of Géza Vermes, pág. 61. Él está hablando de su compañero ‘converso al Catolicismo’ P. Kurt Hruby. Mientras lo lees, ten presente los ilustres ancestros rabínicos del ‘padre’ Hruby (su madre, Rosa Kohn, era descendiente del rabino Mordekhai ben Abraham Benet).
TRADUCCIÓN
“Nunca olvidaré un episodio particular en la casa de los Padres de [Notre Dame de] Sion a finales de la década de 1950, en la cual no era un residente sino un visitante ocasional. Aunque no era miembro de la orden, Kurt Hruby había sido puesto a cargo del lugar como sustituto de Paul Démann durante unas vacaciones de verano. Como siervo diligente, él intentó la renovación y redecoración del interior de la capilla de Sion, que en mi tiempo acostumbraba estar llena con la horrible estatuaria tradicional de yeso. Kurt decidió deshacerse de la mayoría. Aún puedo verlo en mangas de camisa, de pie en el jardín en una tarde soleada. Docenas de ángeles, apóstoles, un Jesús con un sagrado corazón pintado en su pecho, y varias Vírgenes vistiendo un manto blanco y capa azul, fueron puestas en el suelo contra el muro de la capilla, Sin duda incensado por la vista de estos horrores, Kurt levantó una monumental almádena y con un pícaro destello en sus ojos destruyó las estatuas, una después de otra, en miles de pedazos; y mientras lo hacía, recitaba en hebreo con una desusada pronunciación tradicional asquenazí un texto combinado de los salmos 96,5 y 135,15: «Eloyhey ha-goyim elilim, maase yedey odom» (Los dioses de las naciones son ídolos, obra de la mano del hombre)”.
Difícilmente son los únicos ‘judíos’ con intereses conflictuados involucrados en la revolución neo-bolchevique del Vaticano II.
¿Ese iconoclasta judaico es el mismo que los de la CRC presentan como amigo del Abbé de Nantes? Lo que es la vida.
ResponderEliminarTodo el que niega la realidad de la infiltración judeomasónica en la Iglesia no es más que un agente del anticristo, y con él tendrá su parte en el Infierno.
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