jueves, 4 de mayo de 2017

NOVENA DE AVEMARÍAS EN HONOR A NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA

 
I – Oh Virgen Madre, que te dignaste aparecer en las solitarias montañas de Fátima a tres pastorcitos, enseñándonos así, que es en el retiro que debemos tratar con Dios del bien de nuestras almas; obténnos el amor a la oración y al recogimiento, a fin de que podamos escuchar la voz del Señor, y cumplir fielmente su santísima Voluntad. Amén. Ave María.
 
Nuestra Señora del Rosario de Fátima, ruega por nosotros.
 
II- Oh Virgen purísima, que cubierta de níveo candor, apareciste a simples e inocentes pastorcitos, enseñándonos en tal forma, cuánto debemos amar la inocencia del cuerpo y del alma, del cual el Señor nos revistió en el Santo Bautismo, haz que apreciando debidamente este don sobrenatural, no escandalicemos nunca a nuestro prójimo de palabras o de obras, sino que ayudemos a las almas inocentes a conservar este divino tesoro. Amén. Ave María.
  
Nuestra Señora del Rosario de Fátima, ruega por nosotros.
 
III – Oh María, Madre de los pecadores arrepentidos, que apareciendo en Fátima dejaste correr una ligera sombra de tristeza sobre tu celestial semblante, indicio del dolor que te ocasionan las ofensas que por nosotros se hacen a tu divino Hijo, obténnos la gracia de una perfecta contrición para resolvernos a confesar con toda sinceridad nuestros pecados en el santo tribunal de la penitencia. Amén. Ave María.
 
Nuestra Señora del Rosario de Fátima, ruega por nosotros.
  
IV – Oh Reina del Santísimo Rosario, que llevabas, pendiente entre las manos, una corona de cándidas cuentas, y tanto insististe que recitásemos el Santo Rosario para obtener las gracias de las cuales tenemos necesidad, infúndenos un gran amor a la oración, especialmente a tu Rosario, modelo de oración vocal y mental, y que no dejemos pasar ni un día sin recitarlo con la debida atención y devoción. Amén. Ave María.
 
Nuestra Señora del Rosario de Fátima, ruega por nosotros.
  
V – Oh Reina de la Paz y Madre nuestra piadosa, que mientras sobre la Europa se acercaba la enorme calamidad de la guerra mundial, indicaste a los pastorcitos de Fátima el modo de liberarnos de tanta calamidad con la recitación del Rosario y con la práctica de la penitencia, alcánzanos de Dios que florezcan entre nosotros con la fe y con las virtudes cristianas, la paz y la prosperidad pública, por tu honor y el de tu divino Hijo. Amén. Ave María.
 
Nuestra Señora del Rosario de Fátima, ruega por nosotros.
  
VI – Oh Refugio de los míseros pecadores, que enseñaste a los pastorcitos de Fátima a rogar a Dios  para que aquellos infelices no caigan en el Infierno y que dijiste a uno de ellos que los pecados de la carne son los que precipitan mayor número de almas en las llamas eternas, danos un gran horror al pecado, especialmente a los de impureza, y también obténnos compasión y celo por la salvación de las almas, que viven en gran peligro de condenarse eternamente. Amén. Ave María.
 
Nuestra Señora del Rosario de Fátima, ruega por nosotros.
  
VII – Oh Salud de los enfermos, que ante la petición de los pastorcitos de sanar a los enfermos, respondiste que algunos serían curados y otros no, enseñándonos que la enfermedad, a veces, es un don precioso de Dios y un medio de salvación, danos tal conformidad a la voluntad de Dios en las contrariedades de la vida, que no solamente no nos lamentemos, sino que bendigamos al Señor, que nos ofrece un medio de satisfacer en este mundo las penas temporales merecidas por nuestros pecados. Amén. Ave María.
   
Nuestra Señora del Rosario de Fátima, ruega por nosotros.
  
VIII – Oh Virgen Santísima, que manifestaste a los pastorcitos el deseo de que se edificara en Fátima un Santuario en honor de tu Santísimo Rosario, concédenos una profunda estima de los misterios de nuestra Redención, que se conmemoran en la recitación del Rosario, para vivir siempre de manera que podamos aprovechar sus preciosos frutos, los más excelsos que la Santísima Trinidad había concedido a la humana familia. Amén. Ave María.
  
Nuestra Señora del Rosario de Fátima, ruega por nosotros.
 
IX – Oh Virgen Dolorosa, que manifestaste en Fátima tu Corazón circundado de espinas pidiendo consolación y prometiendo en recompensa la gracia de una buena muerte, la conversión de Rusia y el final triunfo de tu Inmaculado Corazón, haz que, siguiendo el deseo del Sagrado Corazón de Jesús, seamos fieles en pagarte el tributo de reparación y amor que pediste en el Primer Sábado del mes, donde seremos partícipes de las gracias prometidas. Amén. Ave María.
  
Nuestra Señora del Rosario de Fátima, ruega por nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Preferiblemente, los comentarios (y sus respuestas) deben guardar relación al contenido del artículo. De otro modo, su publicación dependerá de la pertinencia del contenido. La blasfemia está estrictamente prohibida. La administración del blog se reserva el derecho de publicación (sin que necesariamente signifique adhesión a su contenido), y renuncia expresa e irrevocablemente a TODA responsabilidad (civil, penal, administrativa, canónica, etc.) por comentarios que no sean de su autoría.