sábado, 22 de abril de 2017

BEM-VINDOS AO CALIFADO DO BRASIL

Traducción del artículo escrito por José Atento para VLAD TEPES BLOG.
  
NUEVA LEY DE INMIGRACIÓN ABRE LAS FRONTERAS DE BRASIL A LOS NARCOTRAFICANTES Y AL CALIFATO ISLÁMICO
Por José Atento
  
 
Este artículo trata la situación de la islamización de Brasil a la luz de la nueva Ley de Inmigración, aprobada por el Senado del país y enviada a sanción presidencial. Es un paso que ha sido tomado para incrementar la inexistente presencia islámica en Brasil hasta convertirse en un poder influyente. Para entender la situación uno necesita entender el deterioro del paisaje político del país, que será brevemente discutido en el curso del artículo (teniendo en mente que las políticas en Brasil tiene un gran factor de complicación: la corrupción a nivel endémico).
 
Durante una conferencia islámica en Chicago en el 2008 yo escuché el audio de un discurso de un imán en el cual describe cómo Brasil se convertirá en una nación islámica dentro de 50 años. Estaba consciente de lo que pasaba en Occidente, pero pensaba que Brasil no estaría en el eje del interés islámico. Estaba equivocado. Después de todo, Brasil es una potencia en América del Sur no sólo por el tamaño de su país (recuerda que Brasil es más grande que los Estados Unidos sin Alaska), sino también por el tamaño de su economía e influencia. De hecho, se ha dicho que a donde va Brasil, también va América del Sur.
  
En 1964 un gobierno democrático pero alineado con la URSS fue derrocado por los militares brasileños so pretexto de evitar que Brasil se convirtiera en una “Nueva Cuba”. El régimen militar permaneció en el poder, renunciando lentamente bajo la presión de un frente democrático que reunía políticos, sociedad civil y obispos católicos de Brasil (la mayoría de los cuales adhería a la Teología de la Liberación). Durante este período las acciones de la guerrilla comunista tuvieron lugar y la mayoría de los líderes guerrilleros fueron deportados, principalmente al Chile de Allende, Cuba o Francia. En 1988, una nueva Constitución fue promulgada y en 1989 se realizaron elecciones presidenciales. Los líderes guerrilleros regresaron al país bajo una ley de amnistía y se unieron a numerosos partidos pro-socialistas. El más notable de ellos fue el Partido dos Trabalhadores (PT), liderado por el sindicalista Luiz Inácio Lula da Silva, quien fue comparado por muchos con Lech Wałęsa y Václav Havel. La diferencia es que contrario a Wałęsa y Havel, Lula quiso el socialismo y el globalismo.
   
El nuevo régimen civil alcanzó su cúspide durante la presidencia de Fernando Henrique Cardoso (1995-2003), del también izquierdista Partido da Social Democracia Brasileira (PSDB). Él controló la inflación y llevó al país a un crecimiento fenomenal, incluso bajo acusaciones de rampante corrupción. Lula da Silva fue electo en 2003, permaneciendo en el poder hasta 2011. Usó el legado económico de su predecesor, creando su propia base corrupta en un intento de solidificar su poder. Su objetivo fue mantener al PT en control permanente del Gobierno Federal. A él le sucedió Dilma Roussef en 2012, pero la economía no sobrevivió a los 8 años de Lula da Silva y la corrupción que alcanzó niveles sin precedentes. La corrupción fue hecha pública por unos pocos jueces jóvenes y valientes en lo que fue conocido como la Operación Autolavado (Operação Lava Jato). Dilma Roussef fue destituida, siendo remplazada por su vicepresidente, Michel Temer.
 
Merece mencionarse que desde la presidencia de Fernando Cardoso, Brasil ha virado a la izquierda y varios exguerrilleros se convirtieron en Ministros del Estado. Esto continúa hasta hoy bajo el actual presidente.
  
Entonces entra una non sancta alianza entre la izquierda y el islam, estilo brasileiro.
 
Encuentro de Ahmed Rehab (director ejecutivo de la oficina de Chicago del Consejo para las Relaciones Americano-Islámicas) con la ex ministra de DD. HH. de la Presidencia Maria do Rosário Neves Fiorentin
 
La mayoría de la izquierda en el Brasil es antisemita (sic), anti-Israel y pro-Palestina. Agrega a la ecuación la inherente animosidad anti-USA (acusada de ayudar a los militares en 1964) y la caída de Saddam Hussein y de Gadafi, también sus simpatías por Irán, y tienes puertas abiertas para cualquier líder islámico a las altas escalas del poder.
 
A finales de la década de 1990 ha habido una creciente presencia de apoyo de la Arabia de Saúd y de los Emiratos Árabes Unidos por un esfuerzo exponecial en construir mezquitas y madrasas, aún cuando el número de musulmanes permanece muy pequeño (los registros oficiales mencionan poco menos de 100.000 mientras que los líderes islámicos mencionan dos millones).
  
El clérigo musulmán wahabí Mohamed bin Abderramán al-Arefe (derecha), inspeccionando una musala (lugar informal de oración islámica) en la favela paulista Cultura Física (año 2016).
 
Ha habido un incremento en el número de visitas de líderes islámicos a cualquier dirigente estatal a nivel estatal, municipal y federal. Ha habido un incremento de actividad relacionada con la seguridad pública, incluyendo el arresto de varios musulmanes acusados de conspiración de terriorismo, como también una creciente actividad de Hizbolá en conexión con el crimen organizado.
 
Pero el islam no tiene el impacto sobre la población local que sus líderes quisieran. El único modi de un crecimiento más rápido es alentar la inmigración musulmana en Brasil. Hay un esfuerzo concertado vinculado entre funcionarios del gobierno, oenegés (v.g., financiadas por la Open Society Foundation de George Soros y la Fundación Ford), grupos cristianos y líderes islámicos para abrirle la puerta a más inmigrantes y refugiados. La industria halal (alimentos permitidos en la ley islámica) es una puerta, pero no de importancia entre los musulmanes. Conoced la nueva Ley de Inmigración.
 
El senador Aloysio Nunes, quien fuera líder de guerrillas, y ahora Ministro de Asuntos Exteriores, es el autor de esta legislación que, entre otras cosas, destruye las fronteras del país. La principal intención de la izquierda brasileña es la “integración continental”, es decir, que América del Sur se convierta en una sola Entidad Socialista (ellos tienen a Venezuela como modelo, seriamente). Así, la nueva legislación apunta primariamente al libre tránsito de extranjeros de los países fronterizos, dándoles plenos derechos de ciudadanía. Pero cualquiera que venga a Brasil, incluso como turista, puede reclamar lo mismo. Las puertas están abiertas para cualquiera, venga de donde venga.
 
Esta ley, en términos prácticos, deja a la policía migratoria brasileña en manos de las organizaciones internacionales (por ejemplo, las Naciones Unidas y la Unión de Naciones Suramericanas [UNASUR]), sin limitar el número de inmigrantes que llegan a Brasil. Como dijo el Ministro de Justicia: “Pueden ser mil, diez mil o cien mil por año, todos son bienvenidos”. Si Brasil no puede proveer para su gente, con decenas de millones viviendo en la pobreza, ¿cómo proveerá para “cien mil refugiados por año”?
  
Esta ley garantiza que los extranjeros —cualquiera que quiera permanecer en Brasil— tendrán acceso a todos los servicios —salud pública y bienestar— como si fueran brasileños. Pero Brasil no es Suecia ni Alemania. ¿Quién costeará todo esto?
 
Los visitantes (turistas) son considerados inmigrantes, con todos los derechos, sólo necesitan decir que lo son.
 
A los extranjeros les será permitido formar partidos políticos y sindicatos. ¿A quién representarán? ¿Ellos propenderán por el bien común público o a fuerzas y entidades externas?
  
La ley permite la creación de “espacios comunes”. En este caso varios enclaves de extranjeros se crearán en territorio brasileño. ¿Zonas de paso restringido, para cualquiera?
  
Creando un país sin fronteras, esta ley hace más difícil la lucha contra el tráfico de armas y drogas, que ya es un gran problema. ¡El control de la criminalidad estará comprometido, porque la ley permite la “no criminalización de la inmigración”, ignorando el hecho de que existen inmigrantes y turistas ilegales y peligrosos!
 
Brasil está enfrentando un conflicto de la peor clase. Una crisis de confianza, una crisis moral, una crisis económica, falta de empleo con decenas de millones de parados, una sobrecarga de seguridad social, una seria crisis en el sistema de salud pública, y una excesiva carga fiscal que dificulta la prosperidad económica. Hay 60.000 asesinatos por año, 38.000 violaciones, y 7,6 millones de armas ilegales cruzando las fronteras brasileñas, y un indisputado nivel de poder para el crimen organizado y los traficantes de drogas.
 
Las leyes que permiten un mundo sin fronteras han fracasado en Europa. Necesitamos ser honestos y realistas. El discurso humanitario no sobrevivirá a la falta de empleo, al perjuicio que se levanta en las turbas disputando por pan y medicinas, las migajas arrojadas al viento, y esta ley viene con valores equivocados, sin mirar quién está de puertas adentro. Abrir nuestras puertas a un mundo desconocido es cerrarle la puerta a una vida digna para los brasileños.
 
Antes que proponer una ley que acepte a cientos de miles de refugiados e inmigrantes sin controles ni cotas, nuestros representantes deberían entender que cualquier absorción de migración puede hacerse solamente por aquellos que tienen las condiciones y bajo los criterios en los cuales se sustentan esas condiciones. Pero parece que nuestros representantes no son mejores que sus pares europeos.
 
Considerando que la Unión Europea ya había expresado su interés en relocalizar refugiados fuera de Europa, Brasil corre el peligro de convertirse en el albañal de la UE.
 
Sólo un último apunte. El alcalde de São Paulo, João Dória, un socialdemócrata, está vendiendo activos municipales so excusa de que quiere mejorar los servicios. ¿Dónde fue a anunciarlos? A los países del Golfo. Él es un fuerte candidato presidencial para las elecciones el próximo año. Los pronósticos no son buenos.
 

2 comentarios:

  1. Jorge, eu não vejo problema nisso. Na Europa muitos islâmicos tem se convertido a fé cristã, então, porque não aconteceria o mesmo conosco? O nosso governo, apesar de demagógico, sabe como acolher os irmãos vitimados pela guerra terrorista islâmica.

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  2. Casi no llegan árabes cristianos a Europa como refugiados (bien porque los musulmanes los arrojan al mar, bien porque son conscientes de que a la Europa anticristiana le importan un bledo); y los musulmanes que llegan a Europa no se convierten al cristianismo, sino que se radicalizan (si no es que ya vienen radicalizados). Por otra parte, no te creas que los países del Golfo y la Arabia de Saúd están invirtiendo en el desarrollo de nuestros países gratis et amóre. No señor, A CAMBIO, QUIEREN QUE SE CONSTRUYAN MEZQUITAS Y MADRASAS, Y ENVÍAN PREDICADORES EXTREMISTAS A ELLAS. Esa es la cruda, pura y dura verdad verdadera y objetiva. Si no quieres verlo, ya eso es culpa exclusivamente tuya y no nuestra; pero te acordarás de nosotros el día en que en tu país ocurran los mismos atentados que suceden en Europa por militantes del Dáesh.

    Por ello es admirable el ejemplo de Viktor Orbán, primer ministro de Hungría, quien rechazó la cuota de refugiados impuestas por la UE y cerró sus fronteras con Serbia para controlar el ingreso a su país.

    PD. Al león se le conoce por la huella. Deja de estar creando cuentas cada rato, que ya te conocemos.

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