Por Carlos Esteban para INFOVATICANA.
Un sacerdote de la iglesia china fiel a Roma se ha pasado a la iglesia controlada por el gobierno comunista, ante el que ha acusado a su propio obispo de no seguir las nuevas directrices emanadas del pacto con la Santa Sede.
Cada día que pasa resulta más difícil entender qué ha logrado Roma con su pacto secreto con el Gobierno comunista chino, por el que ha levantado la excomunión a la parodia de ‘Iglesia patriótica’ creada por las autoridades, ha reconocido la autoridad de los obispos nombrados por el Partido y dado a este el derecho medieval de patronato -la primera vez en la historia de la Iglesia que se concede este privilegio a una autoridad explícitamente atea- y ha sembrado la confusión y la desolación entre unos millones de fieles que han vivido en una continua persecución desde hace casi medio siglo.
¿A cambio de qué? Esa es la gran pregunta que se hacen cada vez más observadores, la que ha llevado al cardenal Zen, arzobispo emérito de Hong Kong, a advertir a Roma que Pekín no es de fiar. ¿A cambio del reconocimiento más que teórico de la autoridad del Papa? ¿Del primer viaje de un pontífice a China? ¿Vale la pena la foto?
El último caso, que nos llega por AsiaNews, se refiere a un sacerdote ‘carismático’ de la diócesis de Xuanhua, el padre Francis Zhang Li. Zhang Li, de 60 años, había sido hasta ahora un sacerdote fiel a la ‘iglesia subterránea’, la única reconocida por Roma hasta el reciente pacto entre la Santa Sede y el gobierno comunista. Pero en los últimos meses se ha distanciado de su obispo, Augustine Cui Tai, y trata de pasarse a la iglesia ‘oficial’, la controlada por el partido, acusando a Cui Tai de “no seguir las indicaciones del Papa” que, en su opinión, quiere “una Iglesia unida y oficial”.
Zhang Li, que ha reunido en torno a sí un grupo de un centenar de fieles, ha tenido que ser suspendido del ejercicio de su ministerio por el obispo, pero, lejos de someterse, el sacerdote rebelde ha amenazado con acudir a las autoridades civiles y hacer detener a los responsables del interdicto que ahora pesa sobre él.
Las autoridades chinas, que han retenido al sacerdote en dependencias judiciales durante quince días, están maniobrando para que Cui Tai le levante el interdicto. En declaraciones a AsiaNew, el obispo de Xuanhua ha explicado que el interdicto sobre Zhang Li no tiene por principal o primera motivación sus amenazas recientes, sino que ya antes “las actividades ‘carismáticas’ del padre Zhang Li son irregulares; colabora de modo ambiguo con un pastor protestante, exagera efectos milagrosos de la oración, inventa milagros”. Por todo eso ya ha sido disciplinado en el pasado, pero ignora las instrucciones de los obispos.
Zhang Li pertenece a un grupo de sacerdotes de la diócesis de Zhangjiakou (no reconocida por Roma) que van predicando que después de los pactos entre Pekín y Roma todos los fieles de ‘las catacumbas’ deben ingresar en la Iglesia Patriótica y que la Iglesia ‘subterránea’ debe eliminarse, llamando a los fieles a no obedecer a los ‘ilegítimos’ obispos nombrados por Roma antes de Francisco.
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