Ayer 17 de Junio, con más de 10 millones de votos, el doctor Iván Duque Márquez fue elegido presidente de Colombia, significando ello no solamente el final de ocho años cruentos bajo el régimen de Juan Manuel Santos Calderón (alias “Santiago”, agente del G-2 cubano) que quiso entregarle el país al narcoterrorismo comunista de las FARC (primero con un falso acuerdo de paz, luego con un plebiscito que resultó adverso a él y que ignoró a mansalva al imponerlo en el Congreso, y que hizo bendecir por el antipapa Bergoglio el año pasado), sino también que se le cerró la puerta a Gustavo Francisco Petro Urrego alias “comandante Andrés” o “Aureliano”, quien hubiera impuesto la “ideología de género” y el ateísmo de estado como elementos colaterales del comunismo, régimen requerido por el anticristo -y su agente en la tierra, la judeo-masonería- para gobernar el mundo.
Esta victoria se ha logrado principalmente por la fe y la oración, porque desde los meses previos, muchos en Colombia y en otros países hemos estado batallando en oración contra potestades de tinieblas que controlaban tanto al régimen saliente (porque Juan Manuel Santos, cuando firmara la falsa paz, dispuso que se celebrara el sábado previo un ritual de brujería) como al candidato de la extrema izquierda (que se proclama abiertamente ateo -aunque se mostraba con una cruz en la mano derecha-, en su prepotencia llegó a afirmar que tenía más seguidores que Jesucristo nuestro Señor -, y cual Moisés se presentó con su propio dodecálogo -sí, así se dice, porque tenía doce puntos- frente al santuario del Voto Nacional). Ellos dos se confiaron en su poder terrenal, pero Nuestro Señor ha desbaratado sus planes.
Sí, sabemos que Iván Duque, como miembro de la iglesia conciliar, no ha tenido una buena formación católica, y eso se refleja en ciertas ideas liberales que tiene, pero estas ideas no están reflejadas en su plataforma política ni en su programa de gobierno, razón por la cual, en las circunstancias presentes, era el mejor candidato. Como católicos que somos, debemos orar por él, para que Dios nuestro Señor le conceda la gracia de gobernar con Temor de Dios, rectitud y sabiduría, y le de el don de la ciencia infusa y se convierta en un valiente defensor de la fe católica, pues como dijera San Pablo Apóstol, hay que ofrecer «peticiones, oraciones, intercesión y acción de gracias por los gobernantes a fin de que podamos vivir en quietud y tranquilidad, en piedad y santidad» (cf. I Timoteo II, 1-2), porque «Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la Verdad, que es Jesucristo nuestro Salvador» (I Timoteo II, 4; Oración Colecta de la Misa por la Propagación de la Fe).
No queremos olvidarnos de nuestros hermanos mexicanos (ni tampoco debemos hacerlo), toda vez que ellos están en previos a una jornada electoral el adveniente 1 de Julio. Hacemos extender invitación a orar también por México, para que desbarate de una vez y para siempre la intentona de la izquierda radical encabezada por el protestante Andrés Manuel López Obrador de llegar al poder. No nos es inadvertido que desde 1917, México está gobernado por masones, pero este candidato y sus partidos aliados promueven el aborto, la eutanasia, el “matrimonio” homosexual y la peresecución religiosa, y en últimas, imponer el comunismo que actualmente está asolando a Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua.
Desde luego, es importante tener presente que SÓLO EN JESUCRISTO REY DEBEMOS PONER NUESTRA CONFIANZA y no en los gobernantes seglares (a los cuales ciertamente hay que reconocer su autoridad y cumplir sus leyes, en cuanto estén acordes a los Mandamientos de Dios y la Doctrina de la Iglesia Católica de siempre), y que LA PARUSÍA ES LA ÚNICA OCASIÓN EN LA CUAL SE RESTAURARÁN TODAS LAS COSAS.
Desde luego, es importante tener presente que SÓLO EN JESUCRISTO REY DEBEMOS PONER NUESTRA CONFIANZA y no en los gobernantes seglares (a los cuales ciertamente hay que reconocer su autoridad y cumplir sus leyes, en cuanto estén acordes a los Mandamientos de Dios y la Doctrina de la Iglesia Católica de siempre), y que LA PARUSÍA ES LA ÚNICA OCASIÓN EN LA CUAL SE RESTAURARÁN TODAS LAS COSAS.
Que el Sagrado Corazón de Jesús, al cual fue consagrado nuestro amado país el 22 de Junio de 1902, nos siga resguardando de todo mal y peligro, y reconduzca a todos sus habitantes y dirigentes a la verdadera Fe Católica. Y que la Santísima Virgen María, nos obtenga por su intercesión, que el fantasma del comunismo sea desterrado de todas las naciones.
¡LAUS DEO ET VIRGÍNIQUE MATRI MARÍÆ!
¡COLOMBIA SE RESPETA!
JORGE RONDÓN SANTOS
18 de Junio de 2018
Fiesta de San Efrén de Siria, Diácono y Doctor de la Iglesia; y de los Santos Marcos y Marceliano, Mártires.
Estimado sr. Jorge Rondón Santos. No se fíe de los liberales, ellos amagan para el lado correcto (que no es el derecho) pero después se deslizan hacia donde calienta el sol (ONU, UNICEF, OCDE, FMI, etc.) En campaña realizan los actos de repudio a la igualdad de género, de los DD HH, del aborto, pero son mentirosos como Su Padre. Cuando ven la necesidad política de utilizarlos y por presiones de los organismos masones y satánicos del nuevo orden mundial, rapidamente y sin ninguna verguenza se subordinan y en el altar de la democracia destruyen los pocos valores que quedan a nuestros pobres pueblos. Si la anterior Ramera nos lego la igualdad de genero, el putimonio igualitario y a las brujas malnacidas de los DD HH, el actual no va a legar el maldito y demoníaco aborto y el peor endeudamiento que ha sufrido nuestra Nación en tan breve tiempo con las consecuencias que de ello deviene.
ResponderEliminarQue Dios se apiade de su Patria, con el triste legado de ser el mayor productor de cocaína que ha causado tanta muerte y desolación.
No nos queda otro camino que el de la Redención a estas pobres naciones de la América Hispana, sumidas en la desolación del error y de la herejía modernista, que el triunfo del Corazón Inmaculado de nuestra Santísima Madre, esperando que el cielo ponga en su lugar a tantos traidores y vendepatrias.
Un saludo grande y que Dios se apiade de nosotros.
Estimado Señor Jorge Rondón: Aunque no puedo evitar cierto alivio al saber que no ha llegado al poder el judío Petrotsky no es más reconfortador saber que ha llegado al poder Duque, que es un simple empelado del judío George Soros. Como católicos no debemos poner nuestras esperanzas en los hombres, y mucho menos en el perverso sistema democrático tan condenado por la Iglesia y tan adverso a la Ley de Dios, a la Santa Iglesia y al bienestar y soberanía de la Patria.
ResponderEliminarRecuerde lo que reza el salmo: "Maldito el hombre que confía en otro hombre", y lo que otro salmo afirma: "Bienaventurado el que espera en el Señor, Él es su salvación". Así que nuestra esperanza debe estar firmemente puesta en la Parusía de Nuestro Señor Jesucristo, en aquel día de Gloria para Dios y sus escogidos donde comenzará el Reino sempiterno de Cristo y donde serán humillados definitivamente los enemigos. de Cristo.
Esta bien, ganó Duque, pero es un liberal pro judío que va seguir esclavizando a nuestra Patria a los intereses hebreos, además de ser un perverso hereje modernista. Le insisto en esperar solamente en el Señor Jesús ya que en Él debe etsar puesta nuestra esperanza y a aspirar su venida. ¡Venga a nos el Tu Reino Corazón de Jesús! ¡Ven Señor Jesús!
Mis saludos y oraciones por usted.
Estimados, por nuestra esperanza en la Gran Parusía Apocalíptica (que es la que nos sostiene en esta guerra contra el mundo y la seudoiglesia), somos también cautos ante los acontecimientos, porque a partir del fatídico Vaticano II, no hay gobernantes católicos y sí persecución en toda línea.
ResponderEliminarAunque ciertamente estamos aliviados puesto que, POR AHORA, Colombia ha rechazado el comunismo, sabemos también que no podemos confiarnos en ningún poder secular, porque el poder enceguece y muchos gobernantes han sido traidores a la Causa de la Verdad. Y eso es lo que distingue a los Católicos de los Protestantes (y los conciliares): la independencia de criterio frente al gobierno seglar, al que se le reconoce y obedece en tanto la Ley de Cristo lo permite.
Sólo decíamos que hay que orar para que Duque se convierta y gobierne defendiendo a la Fe Católica: ese es el punto central de nuestra reflexión.
En todo caso, carísimos hermanos, recibid nuestra correspondencia en la oración, y sigamos esperando pacientemente en Cristo Rey, el único que realmente restaurará todas las cosas.
Orar se orará por su conversión y hacer lo que esté a nuestro alcance se hará sin caer en ese quietismo acomodado, pero nunca bajar las armas de la fe y la oración ante estos enemigos de Cristo que abundan en este momento. ¡Viva Cristo Rey! ¡Ven Señor Jesús!
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