Traducción del artículo publicado en IL CAMMINO DEI TRE SENTIERI. El autor (Corrado Gnerre) plantea que el debate sobre qué hacer con un papa incurso en herejía sigue abierto, ignorando en el mejor de los casos (u omitiendo de mala fe, en el peor) que el debate fue cerrado por San Roberto Belarmino y el Derecho Canónico al señalar expresamente que ningún hereje puede ser Papa (y su elección es nula, incluso si los cardenales votaron unánimes), y si éste se hace hereje queda depuesto ipso facto y latæ senténtiæ.
Igualmente falta a la verdad histórica y teológica, ya que NUNCA existió ningún “Pedro de Torquemada”, sino el cardenal Juan de Torquemada OP (no confundir con su sobrino Tomás, el gran inquisidor), y en el libro tercero de la Summa de Ecclésia, el cardenal Torquemada sí sostenía que un Papa hereje (incluso a nivel meramente interno) quedaba fuera de la Iglesia de Dios y depuesto ipso facto de su autoridad, quedando en el concilio la tarea de condenar al hombre que por su infidelidad vacó la Sede Apostólica. Y el sedevacantismo, lejos de ser contradictorio, es la única posición teológica coherente que responde a la pregunta ¿Qué pasó con la Iglesia Católica a partir de la convocatoria al Vaticano II?
Con todo, sólo se puede rescatar una cosa de este artículo, y es la razón por la cual publicamos su traducción: es absurdo pretender oponer la figura de Joseph Alois Ratzinger Tauber a la de Jorge Mario Bergoglio Sívori, toda vez que ambos están en armonía y son dos caras de una misma medalla: LA MATERIALIZACIÓN DEL CONCILIÁBULO, que representa el no-regreso de un largo camino de Apostasía.
En estas horas está reemergiendo sobre la red el caso de don Minutella.
Está reemergiendo por una posición que el sacerdote siciliano presenta con mucha claridad: presenciar la Misa en comunión con el
El sacerdote palermitano -a diferencia de cuanto ha sido escrito- no niega la validez de esta Misa. Por otra parte, si lo hubiese hecho, habría sido un marcado error teológico que ciertamente no habría nunca podido hacer, visto que para la validez de la Misa (no para su licitud) concurren el ministro, la materia y la forma. También un sacerdote excomulgado e incluso satanista, celebraría válidamente también si lo hace en forma ilícita.
Don Minutella, en cambio, insiste sobre el hecho de que participar en la Misa en comunión con el
Con todo, a fin de salvaguardar a aquellos que ingenuamente pudiesen llegarse a convencer por tales argumentaciones, nos permitimos evidenciar dos puntos en los cuales la posición de don Minutella no solo está errada, sino también claramente contradictoria.
Es una posición errada porque no es “cierto” que la eventual herejía de un papa lo haga automáticamente decaer de su rol. En la historia ha habido una discusión teológica nutridísima y que todavía permanece abierta. Por ejemplo, hay una tesis sostenida por Pedro [sic] de Torquemada (conocido inquisidor español, por tanto conocedor sobre la Doctrina y no ciertamente imputable de pavidez) que dice así: El Papa, incluso si cayese en la herejía, no perdería su oficio. Pero los fieles no deben permanecer pasivos. Ellos deben manifestarle al Papa sus errores a fin de que se pueda corregir. No se le puede declarar “deposítus” (depuesto) ni “deponéndus” (por deponer). Pero otro eminente teólogo como Tomás de Vio (llamado el Cayetano) que sostiene esta otrra famosa tesis: El Papa herético no es depuesto ipso facto, pero puede ser depuesto por la Iglesia previa declaración. La declaración debe ser hecha por parte del Episcopado o del Colegio cardenalicio. Luego, según esta tesis, previa declaración de un órgano autorizado.
Cierto, don Minutella hace bien recordando que la doctrina afirma que presenciar una Misa celebrada por un sacerdote objetivamente cismático constituye pecado grave, aunque siendo obviamente válida la celebración, pero el punnto es que no está don Minutella en el deber y poder afirmar que elpapa Francisco no es más el Papa… aunque sí es eventualmente legítimo juzgar como heretizantes e incluso heréticas algunas afirmaciones del Papa mismo.
Pero -decíamos- la posición de don Minutella es incluso claramente contradictoria. Él no se declara “sedevacantista” (posicióne también esta contradictoria, pero se tratará en otro discurso), pero está convencido de que el actual Papa es todavía Benedicto XVI. Luego la Misa sería celebrada en comunión con éste y no con Bergoglio. Pero ¿dónde está el problema? ¡Es que Benedicto XVI está en comunión con elpapa Francisco! Por tanto -siguiendo su razonamiento- también Benedicto XVI sería herético, estando en comunión con el papa Francisco.
Cierto, don Minutella podría atrincherarse en el …y quizá qué piensa verdaderamente Benedicto XVI… pero aquí estaremos en las puras ilaciones y no más en las cuestiones verdaderas. De hecho, cada vez que Benedicto XVI ha hablado, lo ha hecho siempre a favor delpapa Francisco.
Previmos que por esto que hemos escrito, don Minutella nos acusará de ser serviles, de no tener coraje, de estar asustados, que no tenemos coraje, etc… Si de veras lo fuésemos, habríamos escogido otra línea para nuestro Camino. Más que todos decíamos estas cosas porque queremos valientemente defender la auténtica posición católica y utilizar argumentos serios para combatir la crisis de la Iglesia. No se va a la guerra con armas antiguas y con fusiles que no hacen nada.
En realidad don Minutella ha descubierto la crisis de la Iglesia con el actualpontificado, cuando en cambio el problema es mucho más remoto.
Al respecto aconsejamos a nuestros lectores peregrinos (esto es, aquellos que siguen nuestro Camino) leer lo que escribimos hacía tiempo (clic aquí).
Es una posición errada porque no es “cierto” que la eventual herejía de un papa lo haga automáticamente decaer de su rol. En la historia ha habido una discusión teológica nutridísima y que todavía permanece abierta. Por ejemplo, hay una tesis sostenida por Pedro [sic] de Torquemada (conocido inquisidor español, por tanto conocedor sobre la Doctrina y no ciertamente imputable de pavidez) que dice así: El Papa, incluso si cayese en la herejía, no perdería su oficio. Pero los fieles no deben permanecer pasivos. Ellos deben manifestarle al Papa sus errores a fin de que se pueda corregir. No se le puede declarar “deposítus” (depuesto) ni “deponéndus” (por deponer). Pero otro eminente teólogo como Tomás de Vio (llamado el Cayetano) que sostiene esta otrra famosa tesis: El Papa herético no es depuesto ipso facto, pero puede ser depuesto por la Iglesia previa declaración. La declaración debe ser hecha por parte del Episcopado o del Colegio cardenalicio. Luego, según esta tesis, previa declaración de un órgano autorizado.
Cierto, don Minutella hace bien recordando que la doctrina afirma que presenciar una Misa celebrada por un sacerdote objetivamente cismático constituye pecado grave, aunque siendo obviamente válida la celebración, pero el punnto es que no está don Minutella en el deber y poder afirmar que el
Pero -decíamos- la posición de don Minutella es incluso claramente contradictoria. Él no se declara “sedevacantista” (posicióne también esta contradictoria, pero se tratará en otro discurso), pero está convencido de que el actual Papa es todavía Benedicto XVI. Luego la Misa sería celebrada en comunión con éste y no con Bergoglio. Pero ¿dónde está el problema? ¡Es que Benedicto XVI está en comunión con el
Cierto, don Minutella podría atrincherarse en el …y quizá qué piensa verdaderamente Benedicto XVI… pero aquí estaremos en las puras ilaciones y no más en las cuestiones verdaderas. De hecho, cada vez que Benedicto XVI ha hablado, lo ha hecho siempre a favor del
Previmos que por esto que hemos escrito, don Minutella nos acusará de ser serviles, de no tener coraje, de estar asustados, que no tenemos coraje, etc… Si de veras lo fuésemos, habríamos escogido otra línea para nuestro Camino. Más que todos decíamos estas cosas porque queremos valientemente defender la auténtica posición católica y utilizar argumentos serios para combatir la crisis de la Iglesia. No se va a la guerra con armas antiguas y con fusiles que no hacen nada.
En realidad don Minutella ha descubierto la crisis de la Iglesia con el actual
Al respecto aconsejamos a nuestros lectores peregrinos (esto es, aquellos que siguen nuestro Camino) leer lo que escribimos hacía tiempo (clic aquí).
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