Traducción de la noticia publicada en RADIO SPADA.
También este año don Chiaffredo Olivero, conocido como Fredo, del clero de la Archidiócesis de Turin, ha festejado a su modo –impíamente, se entiende– el Nacimiento del Señor.
Si el año pasado había omitido el Credo, afirmando como apóstata «Sabed por qué no digo el Credo? Porque no lo creo» (ved aquí), ¡la pasada noche de Navidad se inventó un “Credo”! Todo durante una liturgia a su vez inventada en un perfecto estilo Novus Horror con palmadas, mesa de cena luterana (o calvinista… no se hace discriminación), hosanna-eh, laicos en el ambón, adulteración de las fórmulas eucarísticas y “simile lordura” (Infierno, canto XI, 60). Un sacrílego desastre, desbordante de mal gusto y objetivamente privado de validez sobre todo y de originalidad.
Poco original también la homilía:
- Consentimiento a la tráfala sobre la Navidad Cristiana, subrogada a la fiesta del Sol Invicto; [1]
- Negación de la historicidad de los Evangelios, especialmente el Evangelio de San Lucas: “¡Los Evangelios no hacen la crónica! Esta tarde habéis oído un pedazo de crónica, pero no es crónica… fue escrito por Lucas al menos cuarenta o cincuenta años después… ¿Qué cosa se recordaba aquel tiempo?!” (se ve que el Nuestro, por modernista, no crea tampoco en la inspiración de los textos sagrados);
- Debido ataque al malvado Salvini y espectáculo ridículo sobre los hermanos migrantes;
- #restiamoumani.
Luego el Credo, pero no el que prescribe la Iglesia Romana, mas uno preparado ad hoc, cuyo texto, reportado por Messa in latino, revela el nivel ínfimo de aquello que ahora más que neo-modernismo se debe definir como modernismo soez:
Sacerdote: “¿Creemos en Dios Padre, en el Creador que tiene necesidad de nuestra viva colaboración para que su compasión y su ternura lleguen a toda creatura?”.Fieles: “Creo y me comprometo, oh Señor”.S.: “¿Creemos en el Hijo Jesucristo, y nos comprometemos con él en la construcción del reino, dn la sociedad alternativa, donde en vez del ansia de acumular haya el ansia de compartir, donde en lugar de la brama de comandar haya la libertad de servir?”.F.: “Creo y me comprometo, oh Señor”.S.: “¿Creemos en el Espíritu Santo, fuerza del amor de Dios que si se recibe hace florecer en nosotros nuevas posibilidades de perdón y nuevas capacidades de generosa condivisión?”.F.: “Creo y me comprometo, oh Señor”.S.: “¿Creemos en la Iglesia católica, esto es universal, espacio de amor y de libertad donde cada persona pueda sentirse amada, acogida, respetada en su diversidad?”.F.: “Creo y me comprometo, oh Señor”.S.: Esta es la fe, y la fe con la cual nos encontramos está noche para recordar que Dios ha nacido en medio de nosotros y está ahora aquí.
Como también esta vez en don Fredo reconocemos cierta honestidad en el afirmar la su no-profesión de Fe Católica y en el repudiar el Símbolo, confirmando que “esta espontaneidad lo diferencia de otros modernistas (también más conocidos) que igualmente no lo creen, pero que no han hecho pública admisión de ello. Después de todo, si estos lo creyesen (o lo hubiesen creído) no organizarían (o no habrían organizado) por ejemplo manifestaciones como el encuentro de Asís del 1986 (2002, 2011, 2016) o los peregrinajes a Erfurt (2010) y Lund (2016) y las otras diferentes carnavaladas de carácter ecuménico que la Iglesia Católica padece desde 1965” [2].
GIULIANO ZORODDU
NOTAS
[1] Para confutar esta falsa noticia vendida como verdad histórica, remitimos a los dos artículos “El Cristianismo y el Sol invíctus” y “Jesús nació verdaderamente un 25 de diciembre”.
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