Traducción de la noticia publicada por Jennifer Kabbani, editora de THE COLLEGE FIX.
FAMOSO PROFESOR DE CIENCIAS DE LA COMPUTACIÓN EN YALE RENUNCIA A CREER LAS TEORÍAS DE DARWIN
‘El origen de las especies es exactamente lo que Darwin no puede explicar’.
David Gelernter, un famoso profesor de la Universidad de Yale, ha renunciado públicamente a su creencia en la teoría de la evolución de Charles Darwin, llamándola una “bella idea” que ha sido efectivamente reprobada.
Gelernter, quien es conocido por predecir la World Wide Web y ha desarrollado muchas herramientas complejas de computación por años, es hoy profesor de ciencia de computadores en Yale, científico jefe en Mirror Worlds Technologies, miembro del Consejo Nacional de las Artes, y un autor prolífico.
En Mayo, la Claremont Review of Books publico una columna por Gelernter encabezada “Giving Up Darwin” (Renunciando a Darwin). En ella, explicó cómo sus conferencias y discusiones de la evolución darwiniana y sus teorías competidoras, nominativamente el diseño inteligente, lo convencieron de que Darwin lo tenía equivocado.
En particular, citó el libro de Stephen Meyer escrito en 2013 Darwin’s Doubt (La duda de Darwin) como también The Deniable Darwin (El Darwin negable) de David Berlinski. El profesor profundizó en sus opiniones en una entrevista con la Institución Hoover de la Universidad de Stanford que fue publicada la semana anterior.
Gelernter se detiene poco antes de abrazar completamente el diseño inteligente, tanto en su ensayo y durante su entrevista. Dijo en su entrevista que ve inteligencia en el diseño de la Tierra, y no tiene pelea con los proponentes del ID, pero anota que el mundo es un desorden, su sufrimiento supera de lejos su bondad.
“Mi discusión es con personas que desprecian el diseño inteligente sin considerar, me parece —esto es ampliamente despreciado en mi mundo de academia como una suerte de maquinación teológica— es una discusión científica absolutamente seria”, dijo Gelernter durante su entrevista. “De hecho, es lo primero y más obvio e intuitivo que viene a la mente. Esto debe ser manejado con intelectualidad”.
Gelernter condujo su entrevista con Meyer y Berlinski, y los tres ponderaron los problemas que enfrentan la evolución darwiniana y neodarwiniana.
Gelernter dijo que un cinturón ideológico ha tomado el campo de la ciencia. Hay buenos científicos haciendo un buen trabajo, “pero tenemos un ejemplo admonitorio en que lo sucedido a nuestros departamentos de Ingles y nuestros departamentos de Historia nos pudiera pasar, Dios no lo quiera”, dijo.
Gelernter dijo que como muchos de sus colegas en Yale, que son sus amigos, pero cuando él busca en “su conducta intelectual, lo que han publicado —y mucho más importantemente, lo que dicen sus estudiantes— el darwinismo ha de hecho pasado más allá de una discusión científica de lo que a ellos les preocupa. Tomas tu vida en tus manos para desafiarlo intelectualmente. Ellos te destruirán si los desafías”.
“Ahora, no he sido destruido, no soy un biólogo, y no afirmo ser una autoridad sobre esta temática”, agregó Gelernter, “pero lo que he visto en su conducta intelectualmente y en los colleges a lo largo del Occidente es nada que se acerque a la libre expresión sobre este tema, Es un rechazo amargo, fundamentalista, furioso y atroz [del diseño inteligente], que viene de ningún lugar cercano a una discusión científica o intelectual. He visto que eso pasa una y otra vez”.
Gelernter reconoce: “Estoy atacando su religión y no los culpo por enfadarse, es un gran problema para ellos”.
¿Cómo supera el campo de la biología a Darwin? Gelernter dice que el panorama es sombrío.
“La religión es impartida, más que otra cosa, por los padres a los hijos”, dijo. “Y los jóvenes son tratados como pequeños darwinistas. Los niños que veo corriendo alrededor de New Haven son todos darwinistas. … Los estudiantes en mis clases, son todos darwinstas. No estoy esperanzado”
Pero en su artículo para Claremont Review, Gelernter señaló que “este es uno de los temas intelectuales más importantes de los tiempos modernos, y toda persona pensante tiene el derecho y el deber de juzgar por sí mismo”.
“No hay razón para dudar que Darwin explicó exitosamente los pequeños ajustes por los cuales un organismo se adapta a las circunstancias locales: cambios en la densidad del pelaje o el estilo de las alas o la forma del pico”, escribió el profesor. “Pero hay todavía muchas razones para dudar si él puede responder las preguntas difíciles y explicar el gran cuadro —no el reajuste de las especies existentes, sino la emergencia de unas nuevas. El origen de las especies es exactamente lo que Darwin no puede explicar”.
En su reseña, Gelernter citó la explosión cámbrica como un problema insuperable que enfrenta el darwinismo. Esto es porque el registro fósil muestra “una singular variedad de nuevos organismos —incluyendo los primeros animales— aparecer súbitamente en el registro fósil sobre meros 70 extraños millones de años”. Esto contradice directamente la expectación por Darwin de que “las nuevas formas de vida evolucionan gradualmente de las antiguas en una constante ramificación y difusión del árbol de la vida”.
Lo que es más, agrega Gelernter que el problema principal de Darwin es la biología molecular, indicando que los avances tecnológicos han aportado vastas cantidades de información nueva y entendimiento sobre la complejidad de la vida, lo cual ha mostrado que las mutaciones aleatorias más la selección natural no pueden generar criaturas nuevas y complejas.
Por las cifras, es imposible, apunta el científico de computadores.
Él da una anédota sobre cuán difícil podría ser crear sólo una nueva proteína por el azar — los impares son tan astronómicos que comparativamente hay muy pocos átomos en el universo entero: “Los impares te entierran. Eso no se ha hecho”.
Recalcando todo eso, el profesor señala que no hay ejemplos en la literatura científica que muestren “mutaciones que afecten el desarrollo temprano y el plan del cuerpo como un todo y no sean fatales”.
En otras palabras, la idea de que cambios aleatorios y mutaciones son la fuerza conductora detrás de la vasta complejidad de la vida —incluso con millardos de años de tiempo— no sólo es improbable ciemtíficamemte, es una imposibilidad, argumenta el estudioso en su columna.
“Darwin pudo haber entendido fácilmente que las mutaciones menores son comunes pero no pueden crear un cambio evooucionario significativo; las mutaciones mayores son raras y fatales”, escribió Gelernter. “Difícilmente puede sorprender que la revolución en el conocimiento biológico a lo largo de este último medio siglo deba llamar a un nuevo entendimiento del origen de las especies”.
Queda por verse si la biología se levantará para desartollar una teoría mejor, concluye el profesor.
“¿Cuán limpia y rápidamente puede el campo superar a Darwin, y moverse —con la debida concesión para que todo darwinista tenga que estudiar toda la evidencia por sí mismo? He aquí una de las cuestiones más importantes que enfrenta la ciencia en el siglo XXI”
Aún no se han respondido las solicitudes de entrevista enviadas por The College Fix a Gelernter para el verano.
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IMAGEN: captura de pantalla de YouTube
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