Noticia tomada de INFOCATÓLICA.
MONS. JOSÉ LUIS AZCONA CONDENA EL “Instrumentum Laboris” DEL SÍNODO DE LA AMAZONÍA
Mons. José Luis Azcona,
agustino recoleto y obispo emérito de la Prelatura de Marajó, en la
región amazónica, ha dado su parecer el Instrumentum Laboris (IL) del
sínodo para la Amazonia. Lo considera alejado por completo de la
realidad en la región, contrario a la fe y además advierte del peligro
de cisma en la Iglesia.
José Luis Azcona Hermoso OAR.
Amazonas, protestante pentecostal
Según el prelado, «el Amazonas, al menos el brasileño, ya no es católico»
y «este punto de partida es crucial para la celebración del Sínodo.
Dado que el Amazonas tiene una mayoría pentecostal, este fenómeno debe
tratarse en profundidad. Cualquier anhelo por un Amazonas que ya no
existe es fatal para su evangelización completa. En algunas regiones del Amazonas, la mayoría pentecostal alcanza incluso el 80%».Por otro lado, señala que «la penetración pentecostal en varios grupos étnicos indígenas, sin pasar por culturas, identidades étnicas, pueblos indígenas, en nombre del Evangelio, es un fenómeno grave de la Amazonía actual, que con sus connotaciones fundamentalistas y proselitistas tiene un profundo impacto en los pueblos indígenas. No hay ninguna palabra sobre este punto en el IL. Este es el rostro del Amazonas hoy».
Mons. Azcona asegura que «la larga experiencia de años confirma que en muchas diócesis amazónicas no se vive la fe ni en la sociedad ni en la historia. El abismo entre la confesión de fe, su celebración en bellas liturgias y la realidad social, ambiental, cultural y política no se ha llenado hasta ahora».
Niños esclavos sexuales vendidos por sus padres
Además, señala que «desafortunadamente, el IL desconoce, o conoce pero no comprende la trascendencia para el presente y el futuro de la Amazonia, del rostro angustiado, victimizado y denigrado de los niños que son sometidos a la esclavitud (ndr: de tipo sexual) por sus propios padres y familiares, lo cual forma parte esencial del rostro abandonado y destruido de Jesús en la Amazonía».«Todo este documento es paja si no comprende y no se compromete con el espíritu y la letra del evangelio: “El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado" (Mc 9,37)».
En este sentido, «solo en Pará hubo 25,000 denuncias en un año de delitos de este tipo. Según los expertos en esta área, por cada caso de pedofilia conocido hay detrás otros cuatro. Si durante aproximadamente un año hubo 100,000 niños maltratados en Pará, ¿no es este rostro de los niños destruidos una parte esencial del rostro amazónico?
«¿Dónde está la sensibilidad pastoral de los líderes del IL tan evidente y tan firmemente expresada por el
«¿Cuál es el rostro del Amazonas? ¿Se puede construir un Sínodo de esta magnitud el próximo octubre con una presentación tan irreal... cuando los esquemas preestablecidos de interpretación de la realidad deforman lo real?
Sínodo: ¿Culturas, interculturalidad?
Otro punto abordado por el obispo emérito de Marajó son «los temas
que rodean la inculturación del Evangelio en la Amazonia y similares»,
que, según él, «se presentan en un contexto de inmanencia, de neopelagianismo, equiparando el Evangelio con las culturas amazónicas (eclesiológicamente desprovisto de fundamentos teológicos y pastorales), con la anulación del Evangelio de salvación».Así, cita el Decreto Ad Gentes, que establece que «las palabras del Evangelio proclamadas por la Iglesia deciden el destino de las personas, pueblos, culturas y naciones». «En ninguna parte de IL hay algo explícitamente declarado de manera similar. Por el contrario, la tendencia a la equiparación entre las culturas (indígenas) y el evangelio es abrumadora. Este es un punto de partida que no se puede dar en un Sínodo».
Así, recuerda que «esto es lo que el
«Olvidar este principio fundamental hace que el Sínodo sea inútil al anular el poder específico y único de Dios en el Evangelio y todo dinamismo misionero en el Amazonas y desde el Amazonas», dijo.
Además, Mons. Azcona constata que «en ninguna parte de IL se habla de la presencia de los demonios o su influencia, su presencia maléfica en las personas, pueblos y culturas, así como de la victoria de Cristo, su liberación y la destrucción de la poder del maligno. IL olvida las páginas luminosas y orientadoras que hablan del Maligno y su presencia en la historia, que el
Así, enfatiza, «el difuso pelagianismo de IL, que lleva a atribuir al hombre amazónico, a sus etnias y culturas, más de lo que él puede, porque estamos ante realidades creadas y marcadas por el pecado, es superado por la sólida doctrina conciliar sobre el Evangelio y la misión de Iglesia en el poder del Resucitado tal como aparece nuevamente en Lumen Gentium 16».
«Finalmente, la utopía de dar vida a las religiones precolombinas, separándolas de Cristo y de la Iglesia universal, no sería progreso sino regresión», dijo, citando el discurso inaugural del
Sínodo: conversión ecológica
Al abordar el tema de la conversión ecológica, el obispo emérito de Marajó argumentó que «la necesidad de arrepentirse para el perdón de los pecados es el desafío fundamental
que enfrenta la Iglesia en la Amazonia. Sin esta prioridad absoluta del
ser y la acción de la Iglesia, no hay futuro para la Amazonia porque
así olvidamos la presencia del Reino de Dios (Mc 1,15) en el mundo (Lc
24,44-48)».«Al carecer del arrepentimiento que 'hace existir lo que no existe' mediante la generación del nuevo hombre amazónico (cf. Hechos 2:38), IL no experimenta el hambre y la sed del Espíritu Santo».
Según el prelado, «la IL, al olvidar el Nuevo Pentecostés ya defendido por el
«¿Por qué no se grita la verdad en IL, la única que puede salvar al Amazonas?», pregunta. Y agrega que «lo que el
El obispo asegura que la petición de ordenar hombre casados, «Viri probati» será inútil», porque «es poner un pedazo de tela nueva sobre una tela vieja. ¡El roto es más grande! ¡Exactamente!».
Por otro lado, observa, «el clero amazónico necesita, como toda la Iglesia, arrepentimiento, conversión, fe que salva en sentido estricto. La experiencia ofrece esta evidencia. El sentido del ministerio sacerdotal, específicamente en la Amazonia, se ha perdido, resulta ineficaz en la vida, sin una auténtica conversión pastoral de los presbíteros. ¿Por qué ordenar 'Viri probati' entre presbiterios en crisis?».
«La continencia perfecta y perpetua para el Reino de los Cielos seguirá siendo al mismo tiempo, y también en la Amazonia, un signo y un estímulo de la caridad pastoral y la fuente original de fecundidad espiritual en el mundo y también en la Amazonia».
Por lo tanto, «podemos preguntar: ¿se da esta actitud de oración por el don del celibato en los presíteros del Amazonas? ¿Ora toda la Iglesia para que este don sublime se derrame en todo el cuerpo de Cristo? Los hechos responden: ¡No!
Por otro parte, y ante todo, decidir sobre este tema es completamente inoportuno en un contexto en el que las tendencias actuales de grandes grupos de católicos, los llamados conservadores, cuestionan el Magisterio de la Iglesia, en particular el propio
Por lo tanto, enfatiza que «esta no trata sobre la victoria de los llamados 'conservadores' o 'progresistas'. Es sobre lo máximo en la Iglesia: la caridad. Ante la caridad, cualquier concepto o denominación de naturaleza sociológica debería palidecer».
Sínodo: ordenación sacerdotal de personas mayores (ancianos)
Finalmente, Monseñor José Luis Azcona habla específicamente sobre la
ordenación sacerdotal de personas mayores. El prelado declaró que,
«reconociendo que la venerable institución del celibato sacerdotal
pertenece al área disciplinaria de la Iglesia y, por lo tanto, está
sujeta a cambios, me parece inconveniente, incluso peligroso en este momento para la unidad eclesial, abrir la posibilidad que la IL exige».«Este no es un problema exclusivo de la pastoral indígena. Es una situación de escasez generalizada de presbíteros en la Iglesia. Las mismas razones que se pueden invocar para este reconocimiento solicitado por IL se aplican a toda la Iglesia, o gran parte de ella».
Según el obispo, «el problema no es solo la falta de suficientes sacerdotes, sino el examen, el discernimiento una solución realista ante esta carencia. La raíz fundamental de esta escasez de vocaciones en la Iglesia y también en la Amazonia, incluidos los pueblos indígenas evangelizados, es una alarmante falta de fe, de falta de fe que opera en la práctica a través del amor y también, necesariamente, en la historia y la sociedad».
Por lo tanto, explica: «Aunque este es un asunto disciplinario, se convierte en un imperativo ético a partir del indicativo absoluto: Cristo murió por el hermano no iluminado; tu libertad no es absoluta; es contra Cristo que pecas dañando la conciencia de tu hermano; lo único absoluto es el amor; este amor es el de Dios derramado en los corazones por el Espíritu Santo (Rom 5: 5).
Luego pregunta: «¿Es este el amor de la Iglesia en la Amazonía? ¿Es este amor de Dios lo que impregna suficientemente los criterios de pastoral, eclesial, la praxis como la realidad suprema, o es la gnosis o Pelagio lo que manda la barcaza de la Iglesia en la Amazonia? (Cf. Gaudete Exsultate, Francisco 2018)».
«¡Este peligro de cisma no es imaginario! ¡Ni en el Amazonas!», concluye Mons. Azcona.
Monseñor José Luis Azcona
Don José Luis Azcona nació el 28 de marzo de 1940 en la ciudad de Pamplona.
A los diez años ingresa en el seminario de la ciudad de San Sebastián
donde estudió filosofía. En la ciudad de Granada estudió teología y fue ordenado sacerdote el 21 de diciembre de 1963 en Roma.
En 1965 completó su doctorado en Teología Moral en la Universidad
Lateranense de Roma en el Instituto de Teología Moral de los
Redentoristas (Alfonsiana).El obispo agustino recoleto también fue capellán de inmigrantes españoles en Alemania (1966-1970), profesor de Teología Moral y Espiritualidad en Monachil, Granada (1971-1975), Prior Provincial de la Provincia de Santo Tomás de Villanueva (1975-1981) , vice-maestro de novicios en el Desierto de la Candelaria, Colombia (1982), maestro de novicios en Los Negrales, Madrid (1983), y una experiencia de vida contemplativa en Urcal, Almería, (1984), para finalmente, en 1985 llegado a religiosos y catequistas en la misión archipiélago de Marajó en Brasil. El 25 de febrero de 1987, fue nombrado obispo por el papa Juan Pablo II y asumió la Prelatura de Marajó el 12 de abril del mismo año.
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