Oh grande y glorioso Patriarca San Joaquín, cuánto me gozo al pensar que vos fuisteis elegido entre todos los Santos para cooperar en los divinos misterios y para enriquecer el mundo de la gran Madre de Dios, María Santísima. Por este singular privilegio devinisteis tan potente ante la Madre y el Hijo, para obtenernos las gracias que nos son necesarias. Con tal confianza recurro a vuestra validísima protección y os recomiendo todas mis necesidades y las de mi familia, tanto espirituales como temporales; y especialmente os recomiendo la gracia particular que deseo y que espero de vuestra paterna intercesión. Y porque vos fuisteis un modelo perfectísimo de vida interior, obtenedme el interno recogimiento y el desapego de todos los bienes pasajeros de esta tierra, con un amor vivo y perseverante a Jesús y a María. Obtenedme además devoción y obediencia sincera a la Santa Iglesia y a Jesucristo, su Cabeza y Señor gobernante, para que yo viva y muera en fe, esperanza y caridad perfecta, invocando los nombres santísimos de Jesús y María, y me salve. Amén. Tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
La Santidad de Nuestro Señor León XIII, con rescripto del la Sagrada Congregación de Indulgencias del 20 de Marzo de 1886, concede 300 días de Indulgencia una vez al día a todos los fieles que, al menos con el corazón contrito, y devotamente reciten esta oración. - Imprimátur del padre Carlo Gorla, Provicario general del Arzobispado de Milán, 11 de Marzo de 1903.
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