domingo, 7 de abril de 2019

ORACIÓN DE SAN VICENTE FERRER PARA ALCANZAR UNA BUENA MUERTE

Tránsito de San Vicente Ferrer (Miguel de Prado, Maestro de Grifò. Valencia, Museo de Bellas Artes).
    LATÍN
Miserére mei, Deus, et exáudi oratiónem meam. (Ps. 4, 2)
Miserére mei Dómine, quóniam infírmus sum: sana me Dómine, quóniam conturbáta sunt ossa mea. (Ps. 6, 3)
Miserére mei Dómine, vide humilitátem meam de inimícis meis. (Ps. 9, 14)
Miserére mei Dómine, quóniam tríbulor, conturbátus est in ira óculus meus, ánima mea, et venter meus. (Ps. 30, 10)
Miserére mei Deus, secúndum magnam misericórdiam tuam. (Ps. 50, 1)
Miserére mei Deus, quóniam conculcávit me homo: tota die impugnámus tribulávit me. (Ps. 55, 2)
Miserére mei Deus, miserére mei: quóniam in te confídit ánima mea. (Ps. 56, 2)
Miserére mei Dómine, quóniam ad te clamávi tota die: lætífica ánimam servi tui, quóniam ad te Dómine ánimam meam levávi. (Ps. 85, 3)
Miserére nostri Dómine, miserére nostri: quia multum repléti sumus despectióne. (Ps. 122, 3)
  
ORATIO
Dómine Jesu Christe, qui néminem vis períre, et cui numquam sine spe misericórdiæ supplicátur, nam Tu dixísti ore sancto tuo et benedícto: «Ómnia quæcúmque petiéritis in nómine meo, fient vobis» (Jo. 14, 13); peto a te, Dómine, propter nomen sanctum tuum, ut in artículo mortis meæ des mihi integritátem sensus cum loquéla, veheméntem contritiónem de peccátis meis, veram fidem, spem ordinátam, caritátem perféctam ut tibi puro corde dícere váleam: «In manus tuas, Dómine, comméndo spíritum meum: redemísti me, Deus veritátis, qui es benedíctus in sǽcula sæculórum». Amen.
  
TRADUCCIÓN
Misericordia, Señor, y atended piadoso a mi corazón. (Salmo 4, 2)
Misericordia, Dios mío, que mi alma se halla enferma, y las virtudes que (como los huesos al cuerpo) debieran sustentarla, están en ella muy desmayadas y perdidas. (Salmo 6, 3)
Misericordia, Señor, y atended a lo humillado y abatido que me veo de mis enemigos. (Salmo 9, 14)
Misericordia, Señor, que me veo angustiado, y con vista de haber provocado contra mí vuestra justicia, me hallo confuso, y se estremece mi cuerpo. (Salmo 30, 10)
Misericordia, Dios mío, y sea según vuestra gran clemencia. (Salmo 50, 1)
Misericordia, Señor, que me atropella el enemigo; todo el día me impugna y molesta. (Salmo 55, 2)
Misericordia, Señor, pues en Vos confía mi alma, y se alegra mi corazón en Vos. (Salmo 56, 2)
Misericordia, Señor, pues cada día clamo a Vos: Alegra el alma de tu siervo, cuando levanto mi corazón y lo dirijo hacia tu piedad. (Salmo 85, 3)
Misericordia, Señor, misericordia, que estamos afrentados y corridos. (Salmo 122, 3)
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, y ahora y siempre, y en los siglos de los siglos. Amén.
  
ORACIÓN
Señor mío Jesucristo, que cuanto es de ti a todos salvas, y no quieres que nadie se pierda, y a quien nunca se pide sin una segura esperanza de tu misericordia, bues por tu misma boca santa y bendita dijiste: «Cuanto en mi nombre pidiéreis al Padre Celestial, se os concederá» (Juan 14, 13). Suplícote, Señor, por tu Santo Nombre, que en el artículo de mi muerte me des el conocimiento entero, me conserves el habla, y me concedas una gran contrición de mis pecados, una fe viva y constante, una bien ordenada esperanza, y una caridad perfecta, para que con puro corazón te pueda decir: «En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu; me redimiste, Dios de la verdad, que eres bendito y glorioso en los siglos de los siglos». Amén.
  
Fray FRANCISCO VIDAL Y MICÓ OP. Historia de la portentosa vida y milagros del valenciano Apóstol de Europa San Vicente Ferrer. Valencia, Oficina de José Esteban Dolz, 1785.

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