Hay quienes no quieren que digamos la Verdad, o que seamos la voz de los que por alguna circunstancia no tienen voz. A tal efecto no sólo recurren al insulto frontal o a la bajeza de la calumnia, sino que ahora pretenden con leguleyadas, subterfugios y amenazas censurar nuestras publicaciones o incluso cerrar este pequeño espacio, que tanto nos ha costado mantener por estos años, para la gloria de Dios y la salvación de las almas.
Para muestra, nos han bajado el “Manifiesto-Denuncia de los Heraldos del Evangelio” por la ridícula razón de que se menciona en él a los Heraldos, cuando es evidente que la fuente original del mismo está indicada en el mismo comienzo. Y encima de todo, vienen a reclamar ¡LUEGO DE DOS AÑOS Y CINCO MESES DE PUBLICADO! (apareció el 10 de Julio de 2017) ¿Dónde andaban metidos durante todo ese lapso los que ahora quieren venir a reclamar, escondiéndose bajo el nombre de “Amaryllis Pascual”? ¿Creen que con eso van a desmentir todo cuanto está dicho?
Sepan esos cobardes, parangonables a las ratas jesuítico-opusinas, QUE NO LES TENEMOS MIEDO. Que sus ataques rastreros solo muestran que tienen miedo a que su perversidad sea denunciada y expuesta a todo el mundo. Pero tenemos la fe puesta en Dios nuestro Señor, y sabemos que Él en su Poder no permitirá que el impío se deleite en su maldad ni que ésta quede impune; y aunque muera el mensajero, el eco de su mensaje seguirá oyéndose en todo el mundo.
Y otra cosa, para los Heraldos (tanto centristas como de “Residuum Revertetur”): En vez de gastar pólvora contra nosotros (o contra cualquiera otro sitio), censurándonos por reproducir vuestros comunicados a la opinión pública, ¿POR QUÉ NO DIRIGÍS VUESTRO DENUEDO Y ATAQUES CONTRA UN VATICANO APÓSTATA QUE PARA HACERSE CON MÁS DINERO PARA APUNTALAR SU DECADENTE E INMORAL INSTITUCIÓN OS QUIERE ACABAR DESPUÉS QUE OS ELOGIÓ TANTO EN EL PASADO, SIGUIENDO AQUÉL A LAS INSTIGACIONES DE ENEMIGOS COMO EL CARDENAL FOCOLAR JOÃO BRAS DE AVIZ? Asimilaros es vuestra destrucción. Ese es el precio que tenéis que pagar por defeccionar, en pos de una capellanía, de la lucha profética que mantuviera el Dr. Plinio Corrêa de Oliveira desde la TFP.
Si algún día nos tocare irnos, VOLVEREMOS (aun en otra parte), y seguiremos haciendo lo que hemos hecho desde siempre, como está consignado en nuestro grito de guerra: COMBATIR SIN TREGUA EN TODOS LOS FRENTES PARA QUE CRISTO REINE.
«VIVAT JESU, AMOR NOSTER, ET MARÍA, SPES NOSTRA!».
JORGE RONDÓN SANTOS
21 de Diciembre de 2019
Fiesta de Santo Tomás Apóstol y Mártir. Sábado de las Témporas de Adviento.
Jorge, yo no comulgo en todo con tus puntos y publicaciones, algunas como los bautismos discrepo mucho con ustedes, aun así sacan buenos artículos, podré discrepar, podremos no estar de acuerdo, podremos incluso tener roces en mucho, jamás les faltare al respeto y en este caso les digo, que, aunque estoy apartado del tradicionalismo, aquel donde nací y crecí, que tanto ame y defendí, y hoy este en la Ortodoxia oriental, no les daré la espalda, si en algo pudiera ayudar, con mucho gusto, porque tal vez seremos enemigos, y tendré mi orgullo, nunca me rebajaré en quitarles mi apoyo pese a lo ya mencionado, discrepar mucho, animo, los enemigos están acabando con todo rasgo de Fe, imponiendo lo que en la revolución francesa impusieron, hoy su dios se llama ecumenismo, modernismo, y otros más, falsos índoles no de piedra o madera, sino conceptuales, y son peligrosos, ánimo, Dios los ayude.
ResponderEliminarDesde España todo nuestro apoyo y bendición. Dicen que la valentía es entrar en la batalla sin estar seguro de ganar. Pero un soldado de Cristo no necesita más que seguir luchando porque sabe que la victoria está asegurada. Modernistas y progres, estéis donde estéis: que os den por el culo!
ResponderEliminarEso son los enemigos de Jesucristo que son los nuestros, en mis oraciones porque no logren el objetivo de censura su blog. Dios y Maria te protejan
ResponderEliminarLos enemigos de Jesucristo que son los nuestros, quiere callar al que dice la verdad. En oración para que esto no suceda.
ResponderEliminar