domingo, 15 de diciembre de 2019

LA MASONERÍA, ACOGIDA POR LOS OBISPOS AUSTRALIANOS

Por Kathy Clubb para FAMILY LIFE INTERNATIONAL. Traducción propia.
  
En Julio pasado, escribí un artículo para The Remnant sobre un sacerdote de Queensland (Kerry Costigan, de la diócesis de Toowoomba) que admitió públicamente que ha sido Francmasón por más de una década (en la logia Ashlar). Aunque eso es bastante chocante, lo más perturbador de esta historia fie que el sacerdote afirma tener una carta de la Conferencia de Obispos Católicos de Australia (en adelante ACBC, por sus siglas inglesas), dándole permiso a los Católicos para convertirse en Francmasones. Este permiso se dice estar basado en la errónea conclusión de que la Francmasonería ‘australiana’ es algo diferente de cualquier otra forma de Francmasonería.
  
Como mi artículo anterior explicaba, el encargado de comunicaciones para el Secretariado de la ACBC respondió a mi solicitud con esta declaración:
“En años recientes, la Conferencia de Obispos Católicos de Australia ha intercambiado correspondencia privada con directivos de los Francmasones. Los escritos del P. Costigan no reflejan adecuadamente los contenidos de esa correspondencia privada ni cualquier política de la Conferencia”.
Como se mostrará, esa declaración puede ser técnicamente cierta, pero de ninguna manera explica la realidad de los contenidos de la correspondencia.
  
Oculto a la vista de todos
Múltiples llamadas telefónicas y correos a las Archidiócesis por varios meses rindieron poco fruto (solamente sitios noticiosos Católicos independientes y los Francmasones mismos parecían interesados en las lealtades conflictivas del P. Costigan. Sin embargo, una publicación despreocupada en medios sociales llevó al descubrimiento de la carta en línea, junto con la carta de los Francmasones que originalmente que originalmente llevó a la respuesta de la ACBC.
 
Esa carta por el anterior Gran Maestro del Territorio del Norte/Australia del Sur, Stephen Michalak, al P. Stephen Hackett, Secretario de la ACBC, en 2016. En ella, el Sr. Michalak busca aclarar la posición de la Iglesia Católica sobre el que sus miembros se hagan Francmasones.
 
Stephen Michalak
  
El mismo Sr. Michalak es “Católico”, como fue el Gran Maestro de Queensland y Australia Occidental en ese tiempo. En su carta, el Sr. Michalak se extiende sobre las supuestas virtudes de la Masonería, mientras que al mismo tiempo admite que la Iglesia mantiende su veto a que los Católicos se hagan miembros. Él habla de su ‘amistad de vieja data’ con un antiguo Vicario General de Adelaida, que le aconsejó contactar con el entonces Vicario General, el P. Philip Marshall.
  
El P. Marshall le aconsejó que obtuviera el consentimiento de todos los Grandes Maestros de Australia antes de contactar a la Iglesia, y le sugirió a Michalak que entonces le escriba a la ACBC ‘la resolución pastoral a los desafíos presentes como también trazar un camino para los Católicos que son Francmasones para participar plenamente en la vida sacramental de la Iglesia’.
  
El Sr. Michalak concluyó su carta declarando su esperanza de que los Francmasones Católicos Romanos sean finalmente permitidos para recibir los sacramentos sin esar en estado de pecado.
  
La respuesta del padre Hackett.
La respuesta del P. Hackett está fechada a Julio de 2017, exactamente un año después de que el Sr. Michalak enviara su misiva. Esto necesitó, escribe, a fin de consultar con la Comisión Episcopal para el Derecho Canónico, la Comisión Episcopal para la Doctrina y Moral, y la misma Conferencia Episcopal.
  
Stephen Hackett MSC
   
Sin otra explicación alguna que un reconocimiento del flamante informe del Sr. Michalak sobre la Francmasonería, el P. Hackett expresa su satisfacción de que la ‘Francmasonería australiana’ no es hostil al Catolicismo. Con todo, si este es verdaderamente el caso, es razonable preguntar por qué esta declaración nunca se hizo pública o reveló para ser la posición oficial de la ACBC (incluso pensando, como el P. Hackett alega después, que la Conferencia Episcopal llegó a esa conclusión en 1984). Seguramente, si una investigación concienzuda involucrando los múltiples aparatos de la ACBC y que tomó un año para completarla haya tenido lugar, entonces habría llevado a la Secretaría a revelar públicamente este hecho, y permitir que esa misteriosa directiva de 1984 sea promulgada.
  
Pero hay más.
  
El P. Hackett lleva a imaginar a la Iglesia y los Masones trabajando en un ‘espíritu de armonía’ que sería ‘informado por circunstancia, necesidad y oportunidad’. Entonces hace la siguiente declaración alarmante y francamente falsa:
“Quizá más importantemente para los miembros Católicos de la Francmasonería, puedo reiterar una primera directiva hecha por la Conferencia Episcopal en 1984 y ratificada este año. No se aplica ninguna penalidad a la membresía Católica de la Orden masónica. La participación de los Católicos en la Francmasonería es más que todo un asunto moral que normalmente debería ser tratado personal y pastoralmente en la parroquia local. Sugiero que donde una respuesta pastoral local no sea consistente con esta expectación y la participación litúrgica-sacramental es hecha difícil o rechazada, que esta puede ser referida al vicario general local o a mí.
  
Presentaré el tema de los Católicos y la Francmasonería durante el encuentro anual de Vicarios Generales Archidiocesanos, cuya siguiente reunión está para realizarse en Mayo de 2018, para asegurar que ellos estén familiarizados con el enfoque preferido de la Conferencia Episcopal”.
La excusa del P. Hackett –que el secreto es necesario en caso de haber algunas logias australianas que son hostiles a la Iglesia– no se sostiene, porque no proporciona ningún criterio para juzgar la ‘hostilidad’ dado que la Iglesia condena a toda la Masonería en cualquier caso.
  
Ninguna autoridad eclesiástica local tiene la competencia para derogar estos juicios”
En el caso de haber alguna duda sobre la enseñanza constante sobre la incompatibilidad de la Francmasonería con la Fe, se aporta un resumen de la más reciente directiva vaticana sobre la Masonería. Esta es la Declaración sobre Asociaciones Masónicas de la Congregación vaticana para la Doctrina de la Fe de 1983, y fue presentada luego de que el Código de Derecho Canónico fue cambiado ese mismo año, omitiendo la orden de que los Católicos Francmasones incurren en excomunión. Esa revisión ha causado confusión entre los Católicos, que en algunos casos asumieron que ya no había ninguna pena por mantener su membresía masónica. El entonces cardenal Joseph Ratzinger se sintió compelido a firmar la Directiva a fin de disipar la confusión sobre la Francmasonería. Según la Directiva de 1983:
  1. No ha cambiado el juicio negativo de la Iglesia respecto de las asociaciones masónicas, porque sus principios siempre han sido considerados inconciliables con la doctrina de la Iglesia.
  2. Los Católicos que pertenezcan a asociaciones masónicas se hallan en estado de pecado grave y no pueden acercarse a la santa comunión.
  3. Ninguna autoridad eclesiástica local tiene la competencia para derogar estos juicios de la Sagrada Congregación.
Ese último punto, concerniente a una prohibición de que las autoridades locales promulguen una enseñanza alternativa sobre la Masonería, es muy pertinente en este caso. Porque sugerir que la Conferencia Episcopal Australiana puede administrar una interpretación a la medida de la relación entre la Masonería y la Iglesia, el P. Hackett está en clara violación de la directiva de la CDF. Obviamente, él ha violado el primer punto al sugerir que la denominada ‘Francmasonería australiana’ puede ser reconciliada con la Iglesia, y el segundo por dejar de advertirle a los Católicos que siguen siendo Masones que no pueden recibir la Sagrada Comunión.
    
La afirmación del P. Hackett de que la directiva de la ACBC de 1984 aprobaba la Francmasonería luego de la proclamación definitiva de la CDF se apoya en una arrogancia que desafía la fe.
   
La Francmasonería es un “instrumento de satanás”
La declaración del P. Hackett sobre la Francmasonería, además de violar la Directiva de 1983, está en contraste con lo que muchos Papas, obispos y laicos que han denunciado a la Masonería desde su nacimiento hace cuatrocientos años. De hecho, han habido más de veinte encíclicas y bulas papales escritas sobre esta materia solamente por los Papas.
  
La más famosa de estas, Humánum Genus, fue escrita por el Papa León XIII en 1884. En ella, el Papa escribió:
“Lo primero que debéis procurar es arrancar a los masones su máscara, para que sea conocido de todos su verdadero rostro; y que los pueblos aprendan por medio de vuestro sermones y pastorales, escritas con este fin, las arteras maniobras de esas sociedades en el halago y en la seducción, la maldad de sus teorías y la inmoralidad de su acción. Que nadie que estime en lo que debe su profesión de católico y su salvación personal, juzgue serle lícito por ninguna causa inscribirse en la masonería, prohibición confirmada repetidas veces por nuestros antecesores”.
  
En 1985, el cardenal estadounidense Law derribó específicamente la idea de que la Masonería podía ser aceptable incluso si ostensiblemente no es hostil a la Fe, cuando dijo: “E incluso, aunque las organizaciones Masónicas puedan en casos particulares no conspirar contra la Fe, seguirá siendo erróneo unirse a ellas porque sus principios básicos son irreconcilables con los de la Fe Católica”.
  
El obispo Atanasio Schneider, en una entrevista de Dieciembre de 2016, se refirió a la Francmasonería como el ‘Instrumento de satanás’, recordando a los Católicos que San Maximiliano Kolbe fundó su Milicia de la Inmaculada como respuesta directa a las amenazas de los Francmasones italianos de su tiempo. Como el obispo Schneider señaló, reiterando la enseñanza constante de la Iglesia, el objetivo de la Francmasonería es “eliminar toda la doctrina de Dios, especialmente la Doctrina Católica”.
  
El laico John Salza, ex-masón grado 32, es justo como contundente. Él declara que “la Francmasonería es una religión que está opuesta a Jesucristo y la Iglesia Católica. Esa es la línea de fondo”.
 
Los Obispos responden
FLI contactó al Arzobispo Anthony Fisher OP, Vicepresidente de la ACBC y el Arzobispo Julian Porteous para una respuesta a nuestras inquietudes:
   
El Arzobispo Fisher declaró por medio de su secretario privado que:
… él no tiene ningún registro de que haya sido discutido esto en la Conferencia Episcopal. La Declaración sobre las Asociaciones Masónicas de 1983 por la Congregación para la Doctrina de la Fe deja claro que los Católicos que se enrolen en actividades masónicas están en estado de pecado grave y no pueden recibir la Santa Comunión. Además, la Declaración dice expresamente que no es competencia de las autoridades eclesiásticas locales derogar esto.
  
Además, el Arzobispo dijo que es su parecer que aunque las penas han variado, la Iglesia nunca ha estado de acuerdo con que los Católicos se unan a cualquier organización secreta con doctrinas cuasi-religiosas”.
Adicionalmente, el secretario del Arzobispo Fisher llevó nuestra atención al Concilio Plenario de 1937 para Australia, que aprobó un decreto que prohibía a los Católicos ser miembros de la Francmasonería.
  
Paul Hanrahan habló con el Arzobispo Julian Porteous, Patrono de FLI, que prefería evitar cualquier comentario hasta que tenga una respuesta a su carta al padre Stephen Hackett MSC, pidiéndole claridad, especialmente sobre dónde recibió la información que ha citado. Él, sin embargo, adhiere a los comentarios del Arzobispo Anthony Fisher.
 
“Porque no hay nada oculto que no llegue a ser revelado”
Es casi irónico que los atientados por el clero Católico para minar a la Iglesia abrazando a la Fracnmasonería fueron deshechos por esa sociedad ‘secreta’ dándole publicidad a esto por los medios sociales.
 
Un día, como Jesús nos ha prometido, todos esos secretos serán revelados. Pero en el ínterin antes de ese temido día, hay la seguridad de que muchas traiciones sean reveladas.
  
A la luz del fracaso de la ACBC para defender adecuadamente la doctrina de la Iglesia sobre una materia tan fundamental como la incompatibilidad del Catolicismo con la Francmasonería, debería también preguntarse qué puede esperar cualquier Católico sensato del venidero Concilio Plenario para arreglárselas mejor.
  
A menos que los obispos hagan conocer información sobre lo contrario, los Católicos pueden conjeturar que existe en Australia una cábala clerical que está involucrada en la Francmasonería, un número que posiblemente no sea insignificante. Conociendo el triste estado del sistema educativo católico, la amplia incidencia de la heterodoxia en las parroquias australianas, el descontrolado homo-clericalismo y su concomitante escándalo de abuso, como también el fracaso continuado de cualquiera en autoridad para censurar al P. Costigan –una obra espiritual de misericordia que es obligación de todo obispo–, esos temores no serán infundados.
  
Las oficinas de la Comisión Episcopal para el Derecho Canónico, la Comisión Episcopal para la Doctrina y Moral, los Vicarios Generales y la misma Conferencia Episcopal parecen ser un buen lugar para comenzar a buscar.
  
Las cartas en cuestión del Gran Maestro Stephen Michalak y la respuesta del Padre Stephen Hackett MSC con el membrete de la ACBC pueden leerse a continuación:
“Durante mi período como Gran Maestro de la Gran Logia de Australia del Sur/Territorio del Norte 2015-2018, mantuve correspondencia con la Conferencia de Obispos Católicos de Australia para aclarar la posición de la Iglesia Católica Romana sobre la participación de los Católicos Romanos en nuestra Orden en Australia.
  
Entiendo que existe cierto malentendido sobre este punto, especialmente en Toowoomba, Queensland.
  
Para remover cualquier duda, he anexado mi carta original al Secretario General de la Conferencia de Obispos Católicos de Australia en 2016, y su respuesta oficial hacia mí en su nombre en 2017.
 
Stephen Michalak
M∴R∴ G∴M∴I∴P∴ SA/NT”
  
TRADUCCIÓN
FREEMASONS SA & NT
Gran Logia de Antiguos y Aceptados Masones Libres de Australia del Sur y Territorio del Norte Inc. ABN 67 609 029 546
Todas las comunicaciones a
La Gran Secretaría
Salón de Francmasones
254 North Terrace
(Casilla postal 19 Rundle Mall)
Adelaida SA 5000
(08) 8223 1633
Fax: (08) 8224 0755
info@santfreemason.org.au
  
Nuestros valores centrales son:
  • Altos estándares morales
  • Compromiso a la caridad familiar y el cuidado comunitario
  • Cortesía, honestidad y justicia en todos los tratos
29 de Julio de 2016
  
Padre Stephen Hackett, MSC
Secretario General
Conferencia de Obispos Católicos Australianos
Casilla postal general 368
Canberra ACT (Territorio de la Capital Australiana) 2601
  
Querido Padre Hackett,
   
Mi nombre es Stephen Michalak. Fui criado como Católico romano, recibí todos los sacramentos de la Iglesia (hasta el Matrimonio inclusive). Mi formación primaria fue conducida por las Hermanas de Nuestra Señora del Sagrado Corazón y mi educación secundaria fue dirigida por los Hermanos Cristianos. A finales de mi adolescencia pasé un año como postulante en la Orden de los Frailes Menores (Franciscanos).
  
Por los pasados 17 años, he sido francmasón. Soy actualmente el Gran Maestro de los Francmasones en Australia del Sur y del Territorio del Norte. Soy, de hecho, el primer Gran Maestro Católico Romano en nuestra jurisdicción de SA/NT. Sin embargo, no soy el primer el primer Gran Maestro Católico Romano en Australia. Actualmente Australia Occidental y Queensland también tienen Católicos Romanos como Grandes Maestros.
  
La Orden de los Francmasones en Australia:
Como una Orden, los Francmasones aceptan hombres de todas las fes que profesan una creencia en Dios. Dentro de la Logia tenemos prohibido discutir de religión y política. La razón para esto es que entendemos que estos dos temas son divisivos. Uno de los objetivos primarios de la Orden es unir a los hombres para proporcionar servicio y alivio a todas las personas sin importar su fe, o política, clase social, cultura o lengua.
  
En todo aspecto, nuestra Orden es ecuménica y universal en el más amplio sentido posible.
  
Por experiencia personal, puedo decir que la práctica de la Francmasonería en Australia expresa en palabra y demuestra en acción, los más puros principios de caridad y socorro.
  
Es importante que yo represente a la Francmasonería (como es practicada en Australia) con la mayor claridad posible:
  • No es anticatólica. Todo lo contrario. La Orden apoya mi deseo y los de los Francmasones Católicos Romanos para participar en los sacramentos y la vida de la Iglesia Católica Romana en la mayor medida posible.
  • Es fácil decirlo, pero como demostración de este principio, los Francmasones en Australia y Nueva Zelanda contribuyeron con $440.000 a la Orden Salesiana para asistir en en las operaciones de recuperación post-tsunami en Sri Lanka luego del tsunami de 2004 (ver: http://www.ad2000.com.au/salesians_continue_to_help_post_tsunami_sri_lanka_february_2008)
  • Sus enseñanzas y principios son en todo aspecto, Cristianos.
  • Alienta la participación activa en obras de caridad (no solo palabras) dentro de las comunidades en que vivimos. Una Logia de hermanos jóvenes dona activamente su tiempo antes de las horas laborables para asistir los sin hogar en el Centro de la Calle Hutt en Adelaida (una caridad Católica Romana).
   
Históricamente, la Iglesia Católica Romana ha tenido algunas objeciones significativas a los miembros de la fe Católica Romana para ingresar (y permanecer) como miembros de la Orden Masónica. Quisiera resaltar una breve historia respecto a algunas de estas sanciones.
   
Un breve sumario de las objeciones de la Iglesia Católica Romana a la Francmasonería:
  • 1738 – Bula Papal In eminénti apostolátus prohíbe la membresía Católica Romana en la Orden
  • 1884 – Encíclica Papal Humánum genus prohíbe la membresía Católica Romana en la Orden
  • 1917 – El Código de Derecho Canónico (canon 2335) declara que la excomunión automática es la pena para cualquier Católico Romano que participe de la Orden
  
Desde este punto, parecen haber opiniones (o interpretaciones) divergente sobre la aplicación de las Bulas Papales (mencionadas anteriormente) y el Canon 2335.
  • 1974 – Franjo Card. Šeper (Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe) sugiere en una carta privada su opinión de que el Canon 2335 aplica solamente en instancias donde la práctica de la Francmasonería es hostil a la Iglesia Católica Romana.
  • 1981 – Franjo Card. Šeper reafirma la posición tradicional de que la participación Católica Romana en la Orden está vetada.
    1983 – El canon 1374 no enlista a la Francmasonería entre las sociedades secretas vetadas.
  • 1983 – Joseph Card. Ratzinger (Benedicto XVI, Papa Emérito), presenta la Declaración sobre Asociaciones Masónicas. Esto refina la posición explicando que un Católico Romano que se une a la Orden está (1) en estado de pecado mortal y (2) no puede recibir la Sagrada Eucaristía.
  • 2007 – El Arzobispo Gianfranco Girotti reafirma que la membresía Católica Romana de la Orden sigue prohibida.
    
Mis circunstancias personales:
Nuestra Orden en SA/NT tiene un número significativo de Católicos Romanos entre sus miembros. Regularmente ellos me comunican la variedad de trato por sacerdotes dentro de la Archidiócesis de Adelaida. No hay consistencia. Un párroco recibirá a los hermanos para recibir los Sacramentos mientras que otro condenará la acción.
  
Hace dos años, un joven sacerdote australiano se rehusó a estrechar mi mano después de la Misa. Me preguntó qué significaba el botón que vestía. Cuando le dije que era Francmasón, me dijo que (1) yo estaba en pecado mortal y (2) mientras permaneciera como Francmasón, no tenía la posibilidad de recibir la Sagrada Eucaristía. Su comentario de despedida para conmigo fue completamente insatisfactorio, específicamente que mientras yo permanezca Francmasón, vista un botón masónico y un anillo masónico, no era bienvenido en su comunidad.
   
Esta posición parece completamente contrapuesta a mi entendimiento de lo que el Papa Francisco está tratando activamente de promover (un espíritu de entendimiento y reconciliación), y un regreso al mensaje central de los Evangelios (principalmente el amor y la inclusión).
  
Afortunadamente, he tenido una asociación de larga data con un antiguo Vicario General de Adelaida que me alentó a trabajar activamente en pro de establecer un díalogo entre Francmasones y la Iglesia Católica Romana. Su apoyo me motivó a buscar una audiencia con el actual Vicario General de la Archidiócesis de Adelaida (Padre Phillip Marshall). En ese encuentro, el P. Marshall me explicó el proceso que creía necesitaba seguir:
  • Obtener el consenso unánime de todos los Grandes Maestros Masónicos de Australia para comprometerme en un diálogo con la Iglesia Católica Romana, y
  • Escribir a la Conferencia de Obispos Católicos de Australia para poner nuestras preocupaciones ante ellos y buscar su asistencia en comprometerlos a ellos y a la Iglesia universal en buscar la resolución pastoral a los desafíos presentes como también trazar un camino para los Católicos que son Francmasones para participar plenamente en la vida sacramental de la Iglesia.
  
He anexado un extracto de las Minutas de la Conferencia de los Grandes Maestros tenida en Melbourne, Victoria en Abril de 2016. El extracto provee evidencia del apoyo unánime de todos los Grandes Maestros en todas las Jurisdicciones de Australia para mí a fin de lograr este nivel de compromiso con la Conferencia de Obispos Católicos de Australia.
   
Lo que espero conseguir:
Espero que (trabajando juntos) podamos ser capaces de lograr algunos objetivos, entre ellos:
  • Que se adelante un diálogo significativo y confiable entre la Iglesia Católica Romana en Australia y la Francmasonería.
  • Que la Iglesia Católica Romana en Australia y las distintas Jurisdicciones Masónicas en Australia puedan trabajar juntas en un espíritu de armonía.
  • Que yo (y otros Francmasones Católicos Romanos en Australia) seamos alentados a participar en los Sacramentos y en la vida de la Iglesia sin censura o prejuicio de estar en estado de pecado mortal.
  
Preveo su reconocimiento de esta carta y guía adicional en promover el nivel de compromiso necesario para lograr los fines que he indicado arriba.
  
Sinceramente suyo,
  
(Fdo.)
Muy Respetable Hermano Stephen Michalak
Gran Maestro, SA/NT
   

  
TRADUCCIÓN
CONFERENCIA DE OBISPOS CATÓLICOS DE AUSTRALIA
Secretariado General
  
11 de Julio de 2017
  
Muy Respetable Hermano Stephen Michalak
Gran Maestro, SA/NT
Centro Masónico
Casilla Postal 19
Rundle Mall
ADELAIDA SA 5000
   
Querido Sr. Michalak,
 
Me refiero a su carta del 29 de Julio de 2016, respecto a la Iglesia Católica y la Francmasonería.
   
Para responder a los asuntos que Vd. elevó en esa carta, busqué el consejo de la Comisión Episcopal para el Derecho Canónico y la Comisión Episcopal para la Doctrina y la Moral, revisado nuestros archivos de consideraciones previas sobre la participación de los Católicos en la Francmasonería, y consultado a mis pares en otras conferencias episcopales. Ha tomado tiempo para las Comisiones Episcopales y, más recientemente, para la Conferencia Episcopal, abordar estas materias.
   
Respecto a sus tres objetivos declarados en su escrito, creo que un diálogo significativo y confiable entre la Iglesia Católica en Australia y la Francmasonería es posible en la medida en que la rama particular de la Francmasonería no es hostil a la Iglesia y la Fe Católica. Sobre quien puede participar en tal diálogo, sugiero que esto sea determinado por los asuntos bajo consideración.
  
En lo concerniente a la Iglesia Católica en Australia y las distintas Jurisdicciones Masónicas trabajando juntas en un espíritu de armonía, espero que esto pueda ser informado por circunstancia, necesidad y oportunidad. Su carta anota instancias donde tal oportunidad ya se ha suscitado y la cooperación ha sido beneficiosa para los necesitados.
  
Quizá más importantemente para los miembros Católicos de la Francmasonería, puedo reiterar una primera directiva hecha por la Conferencia Episcopal en 1984 y ratificada este año. No se aplica ninguna penalidad a la membresía Católica de la Orden masónica. La participación de los Católicos en la Francmasonería es más que todo un asunto moral que normalmente debería ser tratado personal y pastoralmente en la parroquia local. Sugiero que donde una respuesta pastoral local no sea consistente con esta expectación y la participación litúrgica-sacramental es hecha difícil o rechazada, que esta puede ser referida al vicario general local o a mí.
  
Tristemente, la disposición más positiva de la Francmasonería frente a la Iglesia Católica en Australia que ha destacado en su carta no es el caso en algunos otros países, donde la Francmasonería puede ser antitéica a la fe Católica. Por esta divergencia en la disposición de las diferentes ramas de la Orden Masónica a la Iglesia Católica, la Conferencia Episcopal ha optado prudentemente por no emitir una directiva sobre la membresía Católica en la Francmasonería. En cambio, tal participación es en cada instancia mejor dirigida personalmente con el párroco local.
  
Presentaré el tema de los Católicos y la Francmasonería durante el encuentro anual de Vicarios Generales Archidiocesanos, cuya siguiente reunión está para realizarse en Mayo de 2018, para asegurar que ellos estén familiarizados con el enfoque preferido de la Conferencia Episcopal.
   
Con todos los mejores deseos,
  
Sinceramente suyo,
  
(Fdo.)
Rev. Stephen Hackett MSC
Secretario general
_______________________________________________________________________
      
SECRETARIADO GENERAL
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