Traducción del artículo publicado en RADIO SPADA.
Algunas premisas:
- para nosotros en Radio Spada resulta claro que los problemas inherentes a la Liturgia modernista (Novus Ordo) no se resuelven solo en cuestiones de mera validez sino, aun antes, de licitud. El problema se remonta pues a las reformas de los años ’60, como ya se ha ampliamente demostrado.
- Esta presunta involución del rito montiniano es en realidad, con toda probabilidad, la coherente evoluciónedel desastre ideado –en tandem con “expertos” protestantes– por Mons. Bugnini y difundido bajo el reinado de Pablo VI.
- Las pruebas –réctius: los indicios– que disponemos en relación a estas mutaciones (que deberán ser operativas en las próximas semanas) se basan en un audio de una entrevista de don Franco Magnani, director de la Oficina Litúrgica Nacional italiana. Puede escucharse aquí.
- Queremos reproducir, en pro de un sano debate, el siguiente artículo de María Guarini, publicado en Chiesaepostconcilio.
LITURGIA NOVUS ORDO: EN ARRIBO LA REFORMA DE LA REFORMA
Quisiera recordaros mi libro: María Guarini, «La questione liturgica. Il rito Romano usus antiquior e il Novus Ordo Missæ dal Vaticano II all’epoca dei ‘due papi’» (La cuestión litúrgica. El rito Romano usus antíquor y el Novus Ordo Missæ desde el Vaticano II a la época de los ‘dos papas’) Ed. Solfanelli, pág.168, 13 euros [aquí].
En relación a algunos comentarios, debo precisar que la “Reforma de la
reforma” del título es entendida no en el sentido ratzingeriano de
restauración de la sacralidad perdida, sino en sentido irónico de
ulterior
degradación y alejamiento del Rito perenne.
Abriendo [aquí]
que en la 2 domínica del tiempo ordinario de 2020, y por tanto desde
Enero, estará en vigor la nueva Misa introducida por los Nuevos Misales.
Hago a continuación algunas observaciones esenciales en caliente, en espera de conocer en forma más directa los textos.
Buscando en red encuentro que habla en anticipo un documento diocesano, del lenguaje plagado de vaguedades ‘pastorales’, de la cual extraigo el párrafo que sigue. Acrobacias lingüísticas que merecerían una confutación en parte porque son muy reveladoras de la mens conciliar centrada en la Asamblea y de la nueva eclesiología –y consecuente teología antropocéntrica y no más Cristocéntrica– que sustenta la nueva misa. Resultarán aún en parte descriptadas por cuanto iré aclarando a continuación. Cito:
“La liturgia, han evidenciado los obispos, coinvolucra a la asamblea entera en el acto de volverse al Señor: «Requiere un arte celebrativa capaz de hacer emerger el valor sacramental de la Palabra de Dios, dibujar y alimentar el sentido de la comunidad, promoviendo también la realidad de los ministerios… Para dar sustancia a estos temas, se tiene evidenciada la oportunidad de preparar una suerte de «devolver al pueblo de Dios el Misal Romano» con un subsidio que relance el compromiso de la pastoral litúrgica”. [CONFERENCIA EPISCOPAL DEL LAZIO - COMISIÓN PARA LA LITURGIA. La III edizione del Messale Romano tra tradizione e progresso (La III edición del Misal Romano entre la tradición y el progreso). En DIÓCESIS DE FROSINONE-VEROLI-FERENTINO - Oficina Litúrgica, 28 de Octubre de 2018]
Más allá de los cambios ya conocidos relativos al Pater noster y el Gloria, habrán cambios en los Prefacios de los Santos y de la Santísima Virgen María y el Confíteor [1] tendrá la variante: “confieso a Dios todopoderoso y a vosotros hermanos y hermanas” (para no excluir al sexo femenino), luego de ser confirmado el verso por todos y no por muchos [sobre el “pro multis” ver, en cambio, a Benedicto XVI a los obispos alemanes, mons. Manfred Hauke aquí y un sacerdote (Ján Košiar) acá].
Pero la sustitución que mayormente inquieta es aquella de las palabras que preceden a la Consagración, esto es, la denominada Epíclesis [2]; por lo que, en vez de decir: por
eso te pedimos que santifiques estos dones con la efusión de tu
Espíritu, de manera que se conviertan en el Cuerpo y la Sangre de
Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro, se dirá: …CON EL “ROCÍO”…
Ahora, en la Biblia el rocío es siempre usado, de vez en cuando, usado
como metáfora del Espíritu, de la misericordia divina o como elemento
fecundante de la acción divina; ¿pero por qué usar la metáfora cuando ya
está en uso la referencia específica al Espíritu Santo? Además, la
nueva expresión recuerda inmediatamente el Salmo 132 (el canto de las
ascensiones: el peregrinaje a Jerusalén) “¡Oh cuán buena y cuán dulce cosa es el vivir los hermanos en mutua unión! …como
el rocío que cae sobre el monte Hermón, como el que desciende sobre el
monte Sion. Pues allí donde reina la concordia, derrama el SEÑOR sus
bendiciones y vida sempiterna”.
Y he aquí que sutilmente, también aquí, aunque no se afirma
directamente, es evocada la reunión fraterna (en detrimento del
sacrificio)
y alejada todavía más la Presencia Real, sustituida por el Donde estén dos o tres en mi nombre, yo estoy en medio de ellos, que es verdadero y significativo, pero no es lo mismo respecto en cuanto específicamente sucede como Áctio de Cristo Señor en la Santa Misa.
Es una variación análoga a la sustitución del Ofertorio sacrificial con la beraká judaica [aquí].
Yo no tengo idea de cómo será acogida también esta enésima traición en las parroquias, comprendida la mía. Pero personalmente no me atrevo a acogerlo porque comienzan a ser demasiadas las variaciones desviadas y por tanto no puedo menos recordar, porque aun más obligante ahora, cuanto ya afirmamos en un artículo precedente y por mí expresado también [aquí]:
Es una variación análoga a la sustitución del Ofertorio sacrificial con la beraká judaica [aquí].
Yo no tengo idea de cómo será acogida también esta enésima traición en las parroquias, comprendida la mía. Pero personalmente no me atrevo a acogerlo porque comienzan a ser demasiadas las variaciones desviadas y por tanto no puedo menos recordar, porque aun más obligante ahora, cuanto ya afirmamos en un artículo precedente y por mí expresado también [aquí]:
… Recordamos el peligrosísimo olvido del carácter sacrificial de la Misa católica [aquí]. Olvido que conduce lenta pero inexorablemente a la herejía. Sobre este punto no debemos nunca olvidar el gran trabajo de Michael Davies sobre la Reforma anglicana, que subraya el peligro de los “callados” en la liturgia: la reforma anglicana de Cranmer, quitando de la Misa todas las referencias explícitas al Sacrificio propiciatorio, intrduce exitosamente, en el curso de una generación, el Protestantismo en Inglaterra, llevándola definitivamente a la herejía.
Pero… con el olvido de que la Misa es el Sacrificio de Cristo sobre la Cruz, se pierde inexorablemente la conciencia de la Presencia sustancial de Cristo en la Santísima Eucaristía: si no hay más la Víctima, mucho menos la Presencia de Jesucristo, porque Cristo se hace presente en la Eucaristía como Víctima. Una Misa percibida siempre más como recuerdo de la Última Cena se arriesga verdaderamente a no ser más la Misa católica. Innegablemente, la última reforma de la misa, aquella del 1969, la ha hecho asemejarse siempre más a la Santa Cena protestante, anglicana o luterana que sea.
Recuerdo también otra cita significativa de Michael Davies en Cambiar el rito para cambiar la fe:
«En una obra en defensa de la bula del Papa León XIII “Apostólicæ curæ”, que declaraba inválidas las ordenaciones anglicanas, los obispos católicos ingleses ponen justamente el resalto sobre las omisiones del Prayer Book respecto a la santa cena. Lo hemos recordado repetidamente: En el nuevo rito anglicano de la misa, el del Prayer book de 1549, no encontraremos afirmadas herejías, sino omitidas verdade de fe esenciales. Las omisiones, lo “callado”, en la liturgia es siempre grave, porque renunciar a afirmar con completeitud y claridad todas las verdades de fe implicadas puede llevar a un vacío de doctrina en los sacerdotes y en los fieles que en el futuro abre el campo a la herejía: en palabras sencillas, hoy eres católico con una misa excesivamente simplificada, mañana sin saberlo te hallarás protestante porque la forma de tu oración no ha nutrido más tu fe. He aquí lo que dicen los obispos católicos ingleses: “Para decirlo brevemente: si se compara el primer Prayer Book de Eduardo VI con el misal (católico), se descubren dieciséis omisiones, cuyo objetivo era evidentemente el de eliminar la idea de sacrificio” (El Cardenal arzobispo y los Obispos de la provincia de Westminster, A Vindication of the Bull Apostólicæ Curæ, Londres 1898, pág. 154)».
Lo había ya dicho en ocasión de las contaminaciones amazónicas [aquí] y lo repito. ¿Entendéis qué fin hará la Áctio
perenne de Cristo Señor, Su Santo Sacrificio renovado
en el Altar hasta el fin de los tiempos? Entended cuál es el riesgo
tremendo y también terrificante que estamos corriendo, teniendo en
cuenta que el problema de contrastar frontalmente la probable difusión
de los ritos
cato-amazónicos en las iglesias se ha devenido urgentísimo, porque es
evidente que el régimen (¿cómo se puede no definirlo satánico?) no
perderá
tiempo en derramar órdenes en tal sentido a las parroquias. La
CONTAMINACIÓN
de la Misa católica –¡tanto en el rito Novus Ordo como en el
tridentino!– ya ha comenzado. Y no sólo por esta victoria; sino por todo
cuanto ya la insidia sobre diversos frentes [aquí
los
prodromos que registramos ahora]. Por tanto, es necesario multiplicar
los instrumentos informativos y defensivos, tanto personales como
comunitarios. El poder no esperará condicionar sutilmente las mentes
inermes de los pobres parroquianos del domingo, ¡no debemos precisamente
esperar ver una señal oficial publicada, de cambio deletéreo de la
celebración, porque eso ya está en obra! Poned atención a lo que están
haciendo en obra de las novedades sinodales y en adelante con las variaciones
de los Nuevos Misales: es para hacer erizar los cabellos y no más
dilatar una resistencia ACTIVA (que temo precederá una verdadera fuga de
las iglesias). Creo que verdaderamente ha llegado el momento de la
verdad. ¿Pero qué hacer si todos (o casi todos, como es previsible) los
sacerdotes se adaptarán?
Luego, en conclusión no puedo no preguntarme una vez más si quien tiene la autoridad se limitará a intervenir con entrevistas, libros y conferencias en vez de con una acción tanto anómala por inédita como ahora más ineludible. Y repito: “Sacerdotes que oís, si estáis batid un golpe. Entre tanto confrontadnos privadamente”.
Maria Guarini –
romaperenne@gmail.com
NOTAS
[1] A propósito del Confíteor noto en mi libro la precedente variación: confieso “A vosotros hermanos” en vez de tibi pater (al sacerdote) y la atribuyo al nuevo énfasis antropocéntrico sobre la Asamblea y la dimensión comunitaria que tiende a excluir aquella de cada persona que, en cambio, no puede ser subvalorada en la relación con el Señor, que es derecho personal antes que comunitario (la comunidad está hecha de personas y es, por consiguiente, de su estar unidos en Cristo, no es un yo-colectivo). Sobre esto hay un capítulo aparte. A próposito del Confíteor, cito: «La nueva liturgia está hecha para el “nosotros”, no para el “yo”. Y esto es característico del pensamiento revolucionario moderno: poner el “nosotros” en el lugar del “yo”. En la liturgia reformada está puesto solo para el “nosotros”. Mientras en la eternidad aparece el yo (y la liturgia terrestre es comunión con la liturgia celestial), en la nueva liturgia eso está ausente. El yo en la liturgia tradicional aparece enseguida en la dimensión en que aparece en el Cristianismo: el sentido del pecado. Esto es visibe casi desde el doble Confíteor de la Misa tradicional, que indica la persona. El yo del Confíteor muestra que el Confíteor del pueblo es un Confíteor del yo, no del nosotros. […] La comunidad es una invención clerical: aquellos que vienen a Misa buscan a Dios, no el “nosotros”. Si hubiese la Misa tradicional se insertaría enseguida, donde hubiese un clero capaz de introducir en el Misterio» (Gianni Baget Bozzo, L’Anticristo – “il principe delle tenebre opera nella storia da piccole fessure…”, Mondadori, Milán 2001, págs. 46-55).
[1] A propósito del Confíteor noto en mi libro la precedente variación: confieso “A vosotros hermanos” en vez de tibi pater (al sacerdote) y la atribuyo al nuevo énfasis antropocéntrico sobre la Asamblea y la dimensión comunitaria que tiende a excluir aquella de cada persona que, en cambio, no puede ser subvalorada en la relación con el Señor, que es derecho personal antes que comunitario (la comunidad está hecha de personas y es, por consiguiente, de su estar unidos en Cristo, no es un yo-colectivo). Sobre esto hay un capítulo aparte. A próposito del Confíteor, cito: «La nueva liturgia está hecha para el “nosotros”, no para el “yo”. Y esto es característico del pensamiento revolucionario moderno: poner el “nosotros” en el lugar del “yo”. En la liturgia reformada está puesto solo para el “nosotros”. Mientras en la eternidad aparece el yo (y la liturgia terrestre es comunión con la liturgia celestial), en la nueva liturgia eso está ausente. El yo en la liturgia tradicional aparece enseguida en la dimensión en que aparece en el Cristianismo: el sentido del pecado. Esto es visibe casi desde el doble Confíteor de la Misa tradicional, que indica la persona. El yo del Confíteor muestra que el Confíteor del pueblo es un Confíteor del yo, no del nosotros. […] La comunidad es una invención clerical: aquellos que vienen a Misa buscan a Dios, no el “nosotros”. Si hubiese la Misa tradicional se insertaría enseguida, donde hubiese un clero capaz de introducir en el Misterio» (Gianni Baget Bozzo, L’Anticristo – “il principe delle tenebre opera nella storia da piccole fessure…”, Mondadori, Milán 2001, págs. 46-55).
[2] En todo caso, a propósito de la epíclesis (invocación y consiguiente acción del Espírito Santo). Si el Oriente cristiano piensa en la epíclesis, sobre
el cual ponen el relieve algunos Padres griegos después del cisma,
considerándola necesaria para que acontezca la transubstanciación, es
más convincente el relieve de San Ambrosio sobre las “palabras eficaces”
(sermo operatórius)
de Jesús de la fórmula consacratoria: se trata de palabras que operan
directamente lo que significan por ser pronunciadas por Él, presente en
la persona del Sacerdote. Él, que es el Verbo, la Segunda Persona
de la Santísima Trinidad, encarnádose en el hombre Jesús de Nazaret, en
el cual está presente al mismo tiempo el Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo.
Según el audio (https://gloria.tv/post/4EZxhxMT3QFF3kK4oGXgEnAbJ en italiano, con fallas de origen), los cambios a los que hace referencia Franco Magnani se resumen en:
ResponderEliminar▪Al min. 0:00 Será obligatoria para la CUARESMA la Oración sobre el pueblo.
▪min. 1:02 todas las antífonas serán revisadas y esencializadas según la nueva traducción de la biblia.
▪min. 2:00 prefacios nuevos para los doctores de la Iglesia.
▪min. 2:30 plegarias eucarísticas con traducción diferente. Por ejemplo, cambiará la referencia a los discípulos…
▪min. 3:40 introducción de la misa con la música…
▪min. 4:47 «confieso… a vosotros hermanos y hermanas…»
▪▪min. 5:20 cambia el himno del Gloria a: «… paz en la tierra a los hombres que ama el Señor».
▪▪min. 6:00 Pater noster: «… Como TAMBIÉN nosotros los perdonamos a nuestros deudores, y no nos abandones a la tentación».
▪min. 7:45 «He aquí el que quita los pecados del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Cordero», en vez de SEÑOR.
▪min. 8:50 la Plegaria Eucarística II, la más usada: «por eso te pedimos que santifiques estos dones con la efusión de tu Espíritu…» será sustituida con: «…santifiques estos dones con el rocío de tu Espíritu…».
En síntesis, son cambios que solo afectan al Novus Ordo (e indirectamente a la “Indultada”), mas no a la Misa Latina Tradicional. Pero si ni con eso los conciliares despiertan de su letargo… allá ellos.